sábado, 27 de junio de 2015

Copa América 2015... Argentina 0 (5) vs. Colombia 0 (4)... @dealgunamanera...

 Lo ganó con sufrimiento en los penales…


Con muy buenas actuaciones de Pastore y Messi, borró a Colombia de la cancha, pero le faltó puntería para vencer el arco de Ospina. El héroe terminó siendo Tevez, quien convirtió el penal para el pase a semifinales. El martes va contra el ganador entre Brasil y Paraguay.

El Tata Martino no quiso practicar penales en los días previos. Se sabía que era una posibilidad, pero prefirió mandarles un mensaje clarito a sus dirigidos: “Qué penales ni penales, somos mucho más que ellos, lo tenemos que ganar en los noventa minutos”. Lo que no imaginaba el entrenador era que se iban a encadenar tantos factores para impedir que se concretara la victoria al cabo del tiempo reglamentario.

Argentina fue más que Colombia, mucho más y mereció ganar por una diferencia de por lo menos dos goles. Tuvo la pelota casi todo el tiempo (62 por ciento en el promedio final) y la usó diez veces mejor que su rival, especialmente en el primer período; tuvo individualidades que superaron en brillo a las de sus adversarios; mostró más ideas, generó diez situaciones de gol clarísimas contra apenas una de Colombia y sin embargo debió esperar hasta los penales para sellar su pasaje a las semifinales.

Una de las imágenes que mejor grafica las razones del cero a cero final se la puede encontrar en un tiro de Otamendi, a la salida de un corner que tapó magistralmente el gigantesco Ospina y que hizo que la pelota diera después en el palo. Un remate que debió ser un poco más esquinado, una volada magistral y el palo por las dudas.

La otra es una jugada en el primer tiempo que arrancó con el Flaco Pastore bajando la pelota con una técnica notable y siguió con el centro, el toque de Agüero debajo del arco, la buena atajada de Ospina con el pie y el cabezazo de Messi que era gol en la cabeza de todos, pero fue milagro en las manos del arquero que se levantó del piso y se estiró para salvar lo que era gol cantado. No la canchereó Messi ni nada que se le parezca; la cabeceó tranquilo, seguro de que entraba; no contaba (ni él ni nadie) con la fantástica reacción de Ospina.

En el equipo de José Pekerman el único realmente destacado fue el arquero. Teo Gutiérrez no había tocado el balón cuando el DT decidió su salida sobre la mitad del primer tiempo; James apareció poco; el Cuco Jackson Martínez no ganó una; Falcao entró tarde y tampoco intervino y los del medio hacia atrás, metieron mucho, pegaron –el árbitro fue el mexicano Roberto García– se escalonaron para castigarlo a Messi, nunca encontraron a Pastore y jamas tuvieron salida limpia.

Al compás de Pastore que fue vital en los primeros 45 minutos Argentina borró literalmente de la cancha a los de amarillo. Tuvo orden en la salida, aun en los momentos (primeros diez minutos) en que intentaban presionar en tres cuartos de cancha; manejó mejor los espacios, impuso presencia en el medio con Mascherano y Biglia, y entusiasmó con algunos encuentros de Pastore y Messi en los que en menor medida se engancharon Agüero y Di María.

En el segundo período, las distancias no fueron tan grandes, Colombia dio algunas (pocas) señales de vida y los argentinos mantuvieron la insistencia pero no el brillo. Aun así hubo un remate de Banega que rozó el travesaño y una corrida de Tevez que milagrosamente no terminó en gol. Las dificultades de definición del equipo argentino se estiraron en la definición por penales y los dos match point desperdiciados antes del tercero que aprovechó Tevez así lo certifican. Hay cuatro palabras, una frase repetida, que resumen cómo se vivió este partido en cada casa de los argentinos: ¡Qué manera de sufrir!


© Escrito por Juan José Panno el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pastore fue el alma y Messi, el corazón…

Pastore y Messi. Foto de archivo.
- Sergio Romero (7): Durante la primera parte no tuvo trabajo. En la más brava que tuvo en la segunda parte, un cabezazo de Ibarbo, controló con seguridad.
- Pablo Zabaleta (6): Se proyectó poco en ataque, pero cuando lo hizo le aportó al equipo profundidad. Bien en la marca y seguro en la entrega cuando el juego pasó por su sector. Ganó bien sus duelos por la pelota frente a Ibarbo.
- Ezequiel Garay (5): Ante la prácticamente nula actividad ofensiva de Colombia en la primera parte, se adelantó unos metros en la cancha para tratar de conectar la pelota por encima de la línea de volantes, pero le faltó precisión en los pases.
- Nicolás Otamendi (5): Otro que entró poco en juego. Los colombianos casi no lo exigieron. En ataque fue bien de arriba. A los 80 minutos, en jugada de tiro de esquina, sacó un tremendo remate que Ospina desvió de un manotazo: la pelota dio contra el palo izquierdo y salió.
- Marcos Rojo (5): No estuvo bien con la pelota y por momentos parece una mala copia del jugador que deslumbró en el Mundial. Si bien en el arranque tuvo una buena chance de cabeza, su remate se fue por arriba del travesaño.
- Lucas Biglia (6): Se entendió bien con Messi en ataque y cuando tuvo que marcar a James Rodríguez lo hizo con mucho criterio. Tuvo una inmejorable chance para definir desde la medialuna y no la agarró bien y se le fue apenas desviado.
- Javier Mascherano (6): Atento en la marca y el anticipo, perdió cuando entró en las provocaciones de los colombianos hasta que vio la amarilla que lo condicionó.
- Javier Pastore (7): Fue soltando su talento con el correr de los minutos, y marcó realmente diferencias. Con sus toques rápidos y sutiles generó muy buenas oportunidades para el resto de sus compañeros. Se adueñó del medio y repartió sin dificultades la pelota en todas direcciones. Sus pases en cortada fueron incisivos. En la segunda parte bajó un poco su producción.
- Lionel Messi (7): Arrancó a los diez minutos, picó y generó una contra tremenda, que Di María no se animó a definir de primera. Tuvo la apertura del marcador con un cabezazo solo frente a Ospina, que le tapó el remate.
- Sergio Agüero (5): Se despertó después de recibir una amarilla por protestarle al árbitro García, que no sancionó penal en una jugada polémica, donde él y Messi fueron bajados en el área. Estuvo cerca del gol, tras un gran pase de Pastore, pero Ospina le tapó con los pies el remate.
- Angel Di María (5): Fue el más flojito del ataque argentino. Le faltó lucidez para resolver las jugadas que lo tuvieron como protagonista y se demoró en la zona de definición.
- Carlos Tevez (-): Ingresó por Agüero a los 72 minutos. Tuvo una chance para liquidar el trámite sobre el final. Marcó el último penal (ver aparte) para darle el triunfo a la Argentina.
- Ever Banega (-): Reemplazó a un cansado Pastore para jugar los últimos 15 minutos. Estrelló un remate contra el travesaño, justo sobre el ángulo.
- Ezequiel Lavezzi (-): Entró por Di María para jugar los últimos tres minutos.
© Escrito por Facundo Martínez el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La más dulce venganza de todas…


Esto es fútbol. Todo el que anda alrededor de la pelota escuchó ese justificativo casi mágico para justificar las situaciones que escapan a la explicación racional y coherente. El fútbol es el menos lógico de todos los deportes. Pero todavía se debate si es o no justo.

Qué se habría dicho si la Argentina, que pateó 14 veces al arco, hubiera quedado fuera de la Copa América a manos de Colombia, que no pateó nunca, que acertó apenas un cabezazo y que se habría clasificado semifinalista en los penales con apenas un gol en cuatro partidos. Tal resultado habría carecido por completo de justicia. “Era muy injusto si nos teníamos que ir mañana”, tiró anoche el técnico Martino.

Pero tres días atrás el hincha argentino conmemoró el cuarto de siglo de una clasificación tan festejada como injusta, cuando la Argentina sacó a Brasil de los octavos de final de la Copa del Mundo de 1990, con aquel aplaudido gol de Claudio Caniggia, cuando indudablemente los brasileños merecieron ganar el encuentro.

Puede concluirse que el pasaje a semifinales goza de estricta justicia. La Selección Argentina jugó –largamente– su más lúcido partido de la Copa América, frente a un rival acomplejado, que cometió el peor de los pecados: renunció a jugar desde el arranque. Para los que esperaban deleitarse con el duelo entre Lionel Messi y James Rodríguez, y lamentan que tal competencia no haya existido, que baste con repasar los guarismos finales, 5-0 en tiros al arco, 26-19 en pases correctos, 90-70 en eficacia en los pases, todos a favor del rosarino.

Esa estricta justicia no la consiguió Argentina en los 90 minutos, ni en la tanda de cinco penales, ni siquiera en el arranque del uno por uno, pese a que en cada una de esas instancias el panorama lo favorecía. La justicia, en todo caso, que no habla ni oye ni ve, se tomó su tiempo para dictar sentencia. Y la escribió sobre el botín derecho de Carlos Tevez, que cuatro años después se tomó la revancha más dulce de todas.

© Escrito por Pablo Vignone el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Este fue el mejor partido de la Copa”…


El capitán del equipo nacional no ocultó su alegría por el pase a la siguiente ronda, donde el martes jugará con el vencedor del duelo entre Brasil y Paraguay. Tevez, el héroe del final, repartió honores con sus compañeros.

“Fue increíble, la verdad que fue el mejor partido de la Copa que hicimos. Creamos situaciones por todos lados, ellos no querían saber nada. En los penales tuvimos la suerte que no habíamos tenido en el partido”, dijo Lionel Messi, con una sonrisa que evidenciaba satisfacción. “Es terrible lo que me cuesta hacer un gol en la Selección. Hoy tuve clarísimas y no las pude meter. Lo importante es que el equipo hizo un partidazo y salimos adelante. 

Fuimos merecedores de ganar este partido”, agregó el crack rosarino. De cara al encuentro de semifinales, la Pulga no se inclinó por ningún rival: “En estos partidos puede pasar cualquier cosa. Si bien Brasil es lo que es, nosotros jugamos con Paraguay y no le pudimos ganar. Sea quien sea va a ser difícil. Lo importante es que nosotros ya estamos ahí y hay que tener tranquilidad”.

Carlos Tevez asumió la responsabilidad y convirtió el penal definitivo. En el recuerdo estaba latente la ejecución fallida ante Uruguay, en la Copa América disputada en Argentina hace cuatro años. “Es de mis compañeros, no sólo mío. El fútbol da revancha y lo que pasó ya pasó.” “La victoria es de mis compañeros, que tuvieron un partido fantástico. 

Estoy orgulloso de pertenecer a este equipo”, agregó. El ahora ex atacante de Juventus tiene ganas de sumar más minutos, pero no pierde la humildad. “Es imposible jugar en este equipo (con compañeros) jugando así. Uno lo disfruta estando afuera porque el equipo juega muy bien. Entonces cuando a uno le toca entrar trata de hacer lo posible para el equipo.”

En conferencia de prensa, luego del festejo en el campo de juego, Gerardo Martino consideró que en el partido de ayer “se mantuvo el nivel durante los 90 minutos. Los neutralizamos cuando los fuimos a presionar arriba, que fue la mayor cantidad de minutos. Lo hicimos bien, también, cuando tuvimos que retroceder. Contabilizo un cabezazo en un corner como la jugada de más riesgo y, por el contrario, creo que Ospina fue probablemente la figura de la cancha”.

“No me puedo imaginar después de este partido que ahora estuviera hablando después de haber perdido. Hubiera sido una injusticia. Si nosotros tuvimos alguna responsabilidad fue por no haber convertido”, añadió uno de los tres técnicos argentinos que ya están entre los cuatro mejores del torneo, junto a Jorge Sampaoli, en Chile, y Ricardo Gareca, en Perú. 

También destacó que fue el mejor partido del torneo, que los jugadores no estaban cansados como había dicho anteriormente y que quisieron preservar a Tevez en los penales. Por su parte, José Pekerman, entrenador de Colombia, reconoció que tuvieron dificultades en el primer tiempo, que perdieron muchas pelotas, justificó la salida de Teófilo Gutiérrez como una búsqueda de más equilibrio y destacó que en el segundo levantaron el nivel. “Argentina es un equipo de jerarquía, de categoría”, elogió quien dirigió al conjunto albiceleste en el Mundial 2006.

© Escrito por Leonel Lenga el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.






lunes, 22 de junio de 2015

Las doce fórmulas que competirán en las PASO presidenciales… @dealgunamanera

Cuáles son las doce fórmulas que competirán en las PASO presidenciales…

A contrarreloj para presentar las listas de precandidatos a las primarias nacionales, hoy se conocieron las doce fórmulas que intentarán llegar a las elecciones de octubre. CEDOC.

A las definiciones conocidas esta semana, se formalizaron hoy otras diez opciones.

A contrarreloj para presentar las listas de precandidatos a las primarias nacionales, hoy se conocieron las doce fórmulas que intentarán llegar a las elecciones de octubre para disputar la Presidencia de la Nación, algunas de las cuales competirán entre sí el 9 de agosto.

Quienes presentarán binomios presidenciales únicos en las PASO de agosto serán:


- Frente Progresistas, con Margarita Stolbizer y Miguel Angel Olaviaga;

- Compromiso Federal, de Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso;

- Frente Popular, de Víctor de Gennaro y Evangelina Codoni;

- MST-Nueva Izquierda, que llevará a Alejandro Bodart-Vilma Ripoll.

En tanto, los frentes que tendrán verdaderas internas son Cambiemos, que llevarán a los binomios Mauricio Macri-Gabriela Michetti; Ernesto Sanz-Juan Llach y Elisa Carrió-Héctor "Toty" Flores.

También Una Nueva Alternativa (UNA) tendrá internas con el binomio Sergio Massa-Gustavo Sáez que enfrentará a la dupla José Manuel de la Sota-Claudia Rucci.

En tanto en las PASO del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) competirán Nicolás del Caño y Myriam Bregman versus Jorge Altamira y Carlos Giordano.

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© Publicado el domingo 21/06/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 




domingo, 21 de junio de 2015

Viaje a las Islas Malvinas (Argentinas por cierto)… @dealgunamanera...

Viaje a las Islas Malvinas (Argentinas por cierto)…

Una semana de turismo en Malvinas cuesta US$ 1.500. 

Junto a la pesca representa el 90 % de los ingresos de las islas. Pese al nacionalismo de la sociedad, dicen no discriminar a los argentinos.

Por más curioso que parezca elegir como destino turístico las islas Malvinas, varias compañías argentinas realizan viajes desde el territorio continental hacia el archipiélago, en disputa con Gran Bretaña desde hace más de cien años. El turismo representa, en conjunto con la pesca, el 90% de la economía isleña. En los últimos años recibieron entre 40 mil y 60 mil pasajeros por año, lo que deja unos 12 millones de dólares en las islas. 

El director de la empresa de turismo a las Malvinas Magallanika Tours, Fernando Gatti, explica que existen tres tipos de viajeros: por un lado están los ex combatientes, que son la mayoría de quienes contratan sus servicios. También muchos interesados en la historia, o periodistas, y muchos amantes de la flora y la fauna.

Para Gatti, cada pasajero tiene una motivación muy distinta para viajar a las islas, pero afirma que a los ex combatientes los une un mismo motivo: reencontrarse con su historia y rendir homenaje a sus compañeros caídos en la guerra de 1982. Además, relata que lo primero que hacen los soldados es ir al campo de batalla donde estuvieron y buscar su posición. “El resto de los días –asegura– lo dividen entre visitar el cementerio de Darwin y recorrer otros lugares de combate”.

“La primera vez que fui, lo primero que hice fue buscar mi posición, el pozo donde estuve. Y encontrarla es muy fuerte, muy emocionante”, relata el integrante del Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas (Cecim), Luis Aparicio, quien en total viajó a las islas tres veces.

Gatti observa que en el caso de los ex combatientes no es necesario oficiar de guía turístico sino de conductor, ya que “los soldados son los que mejor conocen las islas, saben algo que los civiles no conocen, porque compartieron vivencias con sus compañeros”. 

El viaje para los argentinos dura una semana, ya que los vuelos entre el continente y el archipiélago sólo llegan y salen los sábados. Con respecto a los costos, el empresario señala que un turista de cualquier parte del mundo gasta en una semana hasta 1.500 dólares entre alojamiento, comida y el alquiler de un vehículo para movilizarse. En el caso de los argentinos, los vuelos también son caros: “Si se elige la opción de volar vía Santiago de Chile se gastan 1.400 dólares más de pasajes; en cambio, si se toma un vuelo con escala en Río Gallegos, que sale un sábado por mes desde Buenos Aires, el costo de aéreos disminuye a menos de 900 dólares”. 

Playas con arenas blancas, cinco colonias de pingüinos diferentes y vegetaciones vírgenes comprenden el recorrido que realizan quienes no buscan la parte histórica de las islas. “Es muy hermoso porque se conserva lo salvaje de la naturaleza”, afirma el guía de Magallanika Tours, y aclara: “El problema es el clima, porque es muy frío y en un solo día pueden coincidir las cuatro estaciones del año”. 

“La segunda vez que viajé miré un poco más el entorno de la ciudad, cómo viven los isleños. Tienen paisajes muy hermosos, con playas muy recortadas, y siempre hay muchos turistas”, cuenta Aparicio. “Esas cosas no las pude ver en el primer viaje porque estaba dentro de una nube de recuerdos, no paraba de llorar”, recuerda. Aparicio detalla que en el Cecim los ex combatientes viajan en pequeños grupos de manera independiente.

Esteban Raffetto es pianista y llegó de casualidad a las islas porque el crucero en el que tocaba con su banda arribó a Puerto Argentino. De su estancia cuenta que no se sintió observado por los isleños, y opina que hay mucho respeto de los habitantes con los argentinos. “Lo que más me llamó la atención es el nacionalismo, en todas las casas hay banderas inglesas colgadas”, recuerda.

“Siendo ex combatiente, los kelpers tienen mucho respeto y comprenden la necesidad de volver”, dice Aparicio, aunque aclara: “Si hay un lugar donde un argentino sabe que juega de visitante es en Malvinas”. 

“Nos sentimos totalmente cómodos con la gente que venga a visitarnos, sean argentinos o de otras partes del mundo –arranca Alex Olmedo, un malvinense encargado del hotel Waterfront en las islas–. Recibimos a ex combatientes o familiares de caídos en la guerra y no tenemos ningún problema con ellos”, explica con un castellano perfecto, y aclara: “No existe discriminación ni se mira con recelo a los argentinos”. 

Según Olmedo, el lugar central para que visiten los turistas, sean argentinos o del resto del mundo, es la capital Puerto Argentino, que Olmedo denomina Puerto Stanley. 

Además de recibir pasajeros del exterior, durante los últimos años existió un gran movimiento de turismo interno a lo largo de las distintas islas que componen las Malvinas, que en total son 700 en los alrededores de la Soledad y la Gran Malvina, las dos mayores.

Llegar hasta Malvinas no es complicado: a los argentinos no se les exige visa, pero sí pasaporte, al igual que a los británicos. Además, se pide una reserva hotelera contratada de antemano y un seguro médico que incluya evacuación sanitaria de hasta cien mil dólares.

© Escrito por Agustín Gulman el domingo 07/04/2013 y Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Copa América... Argentina 1 vs. Jamaica 0... @dealgunamanera...

Pudo ser fiesta, pero volvió a quedar en deuda…


El equipo no pudo desplegar todo su potencial y repitió errores como en los partidos anteriores. El único gol lo convirtió Gonzalo Higuaín, para darle el primer puesto de la zona B. El rival de cuartos de final se conocerá hoy.

Juegan Argentina y Jamaica y vos sos argentino. Entran a la cancha Messi, Di María, Pastore y compañía contra una banda de entusiastas grandotes caribeños. Te invitan a la fiesta. Imaginás que te vas a encontrar con una entradita de salmón ahumado o gambas al ajillo, y después tal vez un lomo a la pimienta, una trucha a la manteca negra con alcaparras y puré duquesa o ranas a la provenzal. Te creés que el vino va a ser Rutini, ponele, o un Escorihuela Gascón, y que de postre habrá frutos del bosque con helado de crema americana. Vas, mirás, olés y algo de eso te sirven, pero apenas te dejan probar un poquito, no pasás de la degustación. Esas cosas te ocurren con la Selección Argentina. Se dieron contra los paraguayos y te volvieron a pasar ayer. Te amenaza con el banquete y te termina dejando medio vacío, con gusto a poco.

Es cierto que el equipo argentino consiguió el cuádruple objetivo: 1) ganar el partido; 2) clasificarse en primer lugar de la zona; 3) que no se lesionara ningún jugador; 4) que no recibiera amarilla ninguno de los que estaban en capilla.

Y una mirada resultadista llevaría a pensar entonces que está todo bien, que no hay nada de qué quejarse. Pero si se rasca un poco, si se sale de lo superficial quedará claro que se desaprovechó una gran oportunidad de lograr una goleada, elevar la autoestima y avisarles a los contrarios que tengan cuidado. Vale decir, algo de lo que sí hizo Chile en su partido contra Bolivia.

El equipo de Martino pudo haber goleado porque oportunidades no le faltaron. Después del gol (una buena media vuelta de Higuaín luego de un pase lateral de Di María), el mismo Higuaín metió un tiro en el travesaño, Di María metió un zapatazo que rebotó en el horizontal, y el arquero atajó dos pelotas dificilísimas ante remates de Di María, Messi (gran volada hacia atrás en un tiro de emboquillada) y Pastore.

Pero la goleada no llegó. Como ante Paraguay o ante Uruguay, generó muchas llegadas, pero concretó pocas. ¿Mala suerte? Sí, puede ser. Pero problemas de definición también hubo: un pase de más, un tiro apresurado, un remate al arco cuando había un compañero mejor colocado.

Y lo peor de todo es que, como no se convirtieron los goles, el equipo terminó apretado, asustado, comprometido con los centros de un rival muy inferior que se agrandó en el final del partido. Bastó que los jamaiquinos cambiaran sobre el final el plan A (tratar de que no los goleen) por el plan B (má si, vayamos un poco al frente) para que la Selección Argentina se derritiera en el fondo, mostrara grietas, inseguridad, susto. El síndrome de Paraguay, volviendo a las cuestiones psicológicas que tanto juegan en el fútbol. Fueron cinco, diez minutos que causaron estupor.

Esos mismos rivales que en el primer tiempo no habían pasado la mitad de la cancha, esos mismos que mostraban su torpeza con algunas faltas ingenuas, esos que sólo mostraban buena voluntad, de pronto pasaban al ataque, llegaban hasta el fondo y metían la pelota en el área. Los fantasmas de Paraguay entraron a la cancha, al punto que en una jugada se dio una situación de flipper entre tres defensores argentinos, que querían sacar la pelota del área y mandarla a Puerto Montt.

Algo de responsabilidad se les puede achacar a los técnicos, que sacaron a Pastore (que no estaba jugando tan bien como contra Uruguay, pero no desentonaba) y pusieron a Pereyra, con lo que se perdió algo de posesión de la pelota. Pero no se debe caer sólo sobre Pereyra; todos se cayeron en picada y cuando entró Tevez el equipo ya estaba deshilachado.

Lo flojito de ese final terminó opacando los buenos momentos que produjo el equipo en la primera parte, en la que se empezó a cumplir con el trámite de liquidar el partido en el marco de algunos toques de lujo y buenas triangulaciones para atravesar una férrea defensa rival. Pudo ser fiesta, pudo ser goleada, pero quedó gusto a poco. Muy poco.


Estadio: Sausalito (Viña del Mar).

Arbitro: Julio Bascuñán (Chile).

Gol: 10m Higuaín (A).

Cambios: 58m Pereyra por Pastore (A), 70m Taylor por Hector, Dawkins por Laing (J) y Tevez por Higuaín (A), 77m Barnes por Brown (J), 83m Lamela por Di María (A).


© Publicado el domingo 21/06/2015 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 





Dedo mata voto… @dealgunamanera...

Dedo mata voto…

Vía muerta, Florencio Randazzo. Dibujo: Pablo Temes

El efecto Zannini no sólo se sintió en el kirchnerismo. El PRO y sus raras decisiones.

Cristina Fernández de Kirchner nunca imaginó que Florencio Randazzo reaccionaría tan mal ante la orden de bajar su precandidatura presidencial y contentarse con una candidatura para la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Por eso el viernes en la Babel de Olivos se vivía un clima de gran tensión. La Presidenta estaba furiosa por dos razones: una, la complicación política que produjo el portazo del por ahora ministro de Interior y Transporte en el armado electoral de la provincia de Buenos Aires; la otra, una cuestión de imagen. Vayamos por partes. La idea de la jefa de Estado era evitar las internas.

Por eso bajó a Randazzo de la carrera presidencial y le ofreció la candidatura a la gobernación en una fórmula compartida con Wado de Pedro. Las encuestas indicaban que esa fórmula tenía el triunfo asegurado. El inesperado desplante del ministro obligó a idear una ingeniería electoral para la que en lo alto del poder no estaban preparados. Esa ingeniería incluyó dar de baja de la postulación a vicegobernador a De Pedro.

Respecto de la cuestión, una voz que sabe lo que pasa en las entrañas del randazzismo afirma que “una cosa es segura: que le haya dicho que no a Cristina en la forma que lo hizo y que encima toda la oposición haya salido a bancarlo como un paladín de la coherencia no va a ser gratis. No esperábamos esa reacción. Fue un error de cálculo porque Cristina quedó como la déspota y él salvó la ropa puertas afuera, pero se quemó puertas adentro. No hay tuit ni declaración que pueda revertir esta situación”.

En su intimidad, Randazzo sabía que la Presidenta se inclinaría por Daniel Scioli. El ministro conocía las encuestas que se manejaban en el centro del poder. Esas encuestas coincidían en señalar el liderazgo del gobernador. “Hubiéramos necesitado algunos meses más con sucesivas reaperturas de ramales ferroviarios para acercarnos más en los números y tener chances ciertas de ganar la interna”, confiesa una fuente del ministerio. Esa realidad había sido hablada también con Zannini. De todos modos, la forma como se comunicó la decisión presidencial de encumbrar a Scioli sorprendió y malhumoró a Randazzo.

La jugada de Cristina Fernández de Kirchner de elegir a dedo la fórmula presidencial del Frente para la Victoria pone fin a la vida democrática de su partido y deja al desnudo su absolutismo. Que el compañero de fórmula de Scioli sea Zannini demuestra que, al día de hoy, la Presidenta se siente segura del triunfo del kirchnerismo. Zannini no le suma votos a Scioli y sí, en cambio, le asegura a la jefa de Estado la posibilidad de mantener una cuota de poder una vez que deje el gobierno. Como dijo Máximo Kirchner en su primera aparición pública en noviembre de 2014, “dejaremos el gobierno pero no el poder”.

Por estas horas Randazzo y su gente no la pasan bien. Hasta el jueves muchos creían que podría llegar a diciembre, pero los reportes que llegan desde distintas estructuras del Gobierno y de sectores bajo la órbita del propio ministro (trenes, CNRT, etc.) son desalentadores. Una fuente de Transporte que pidió reserva de su nombre expresó con preocupación: “Le están poniendo cada vez más áreas en contra, muchos se preparan para darse vuelta y desconocerlo, otros intentarán hacer la plancha hasta donde puedan”. Desde otros sectores del ministerio, el panorama no es diferente: “La fecha no es diciembre, lo van a hacer renunciar, lo que se dice aquí adentro es que no pasamos de la semana que viene”, describió otra fuente con preocupación.

Reacción. Mauricio Macri pareció haber reaccionado sobre la hora ante una pasividad incomprensible frente al crecimiento de Scioli en las encuestas. El efecto Zannini también llegó al PRO, que volvió sobre sus pasos e incluyó a Gabriela Michetti en la fórmula presidencial. Marcos Peña no le aportaba nada. Hay una endogamia en el PRO que es producto de una falta de estructura el partido, circunstancia que lo obliga ineludiblemente a concretar alianzas a las que después, paradojalmente, terminan desestimando o depreciando. La elección a gobernador en Santa Fe así lo muestra.

Más allá de Miguel del Sel, la performance del PRO fue decididamente mala. En la intención sucedió algo similar con la fórmula que competiría por la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Macri bajó a Cristian Ritondo como compañero de María Eugenia Vidal y, en acuerdo con Ernesto Sanz, colocó al radical Daniel Salvador, un hombre que conoce la provincia pero es desconocido para la mayoría de sus habitantes. Sin embargo, el distrito más importante del país no se gana con buenas intenciones.

“Hicieron esta jugada temerosos de que el radicalismo no traccione a su favor. En la provincia la UCR va a mirar esta elección desde la tribuna. No veo que Sanz ponga todo el fervor necesario para esta campaña. Él podría intentar movilizar toda la estructura provincial y no lo está haciendo. Parecería que está a media máquina, sólo para cumplir”.

El que habla es un radical que conoce muy bien el distrito, caminó la provincia y fue diputado nacional. Reconoce, además, que hoy la UCR no tiene dirigentes importantes a nivel provincial, falencia tanto del PRO como del partido de Elisa Carrió. Lo que se esperaba del radicalismo es que hubiera un aporte de fiscales para todas las mesas del distrito bonaerense: eso hoy está en dudas. “No hay enojo. Hay desilusión ante una fórmula desangelada. Vidal puede ser muy capaz, pero no tiene estatura para este desafío”.

La demora de Sergio Massa de dar a conocer la integración de sus listas de candidatos volvió a mostrar las dificultades de una fuerza que dilapidó gran parte de su potencial político.

Todo este azaroso proceso del armado de las nóminas de candidatos ha dejado, como corolario, un mensaje: en la vida de las agrupaciones políticas de nuestro país vale más el dedo del que manda que el voto de sus militantes. En ese marco, no debe sorprender el nivel de personalismo y tendencia al absolutismo que exhibe la democracia argentina.

Producción periodística: Guido Baistrocchi, con la contribución de Santiago Serra.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 20/06/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.