domingo, 16 de agosto de 2015

Nueva Chicago 3 vs. Huracán 0... @dealgunamanera...

Derrota frente a Nueva Chicago en Mataderos…


Huracán perdió esta tarde por tres a cero frente a Nueva Chicago por la vigésima fecha del Torneo de Primera División en condición de visitante.

Los tantos del elenco local los convirtieron Mauricio Carrasco a los cuatro minutos de juego y en la segunda etapa, a los cincuenta y seis minutos, Lucas Bandunciel. Minutos más tarde, a los setenta y nueve, Alejandro Gagliardi convirtió el tercero para los de Mataderos.

Nueva Chicago: 3

Alejandro Sánchez; Marcos Galarza, Abel Masuero, Nicolás Sainz, Mauricio Arias; Alejandro Gagliardi, Matías Vera, Damián Lemos, Fernando De La Fuente; Lucas Baldunciel, Mauricio Carrasco. DT: Rubén Forestello.

Huracán: 0

Matías Giordano; José San Román, Martín Nervo, Eduardo Domínguez, Luciano Balbi; Mauro Bogado, Federico Vismara; Agustín Torassa, Patricio Toranzo, Cristian Espinoza; Ramón Ábila. DT: Néstor Apuzzo

Cambios: Alejandro Romero Gamarra por Patricio Toranzo y Ezequiel Miralles por Luciano Balbi.

Amonestados: Mauricio Arias, Matías Vera (NCh); Federico Vismara (H).

Goles: 4′ Mauricio Carrasco (NCh); 56′ Lucas Baldunciel (NCh); 79′ Alejandro Gagliardi (NCh)

Estadio: República de Mataderos

Árbitro: Luis Alvarez

© Escrito el sábado 15/08/2015 y publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán.

Club Atlético Huracán: www.cahuracan.com



La opinión del hincha...

Mientras se jugaba el segundo tiempo de la goleada de Chicago frente a nosotros, me vino a la mente una pequeña historia que me ocurrió hace algunos años: yo tenía un almacén y en los supermercados mayoristas me hice amigo de un colega, que la tenía difícil ya que frente a su local tenía un competidor y en la esquina otro.

Para colmo de males, al tiempo le inauguran un supermercado a metros de su almacén. Sabiendo de su estado lo fui a visitar, para tratar de darle ánimo. Y me encuentro con mi amigo que, reflexivo, me dice: “ya tenía problemas pero ahora no sé cómo encarar lo que viene”. Viendo a Huracán esa historia me vino a la mente. Los problemas nos “tapaban” en este campeonato pero que el último de la tabla, casi condenado, sin haber ganado jamás y que hace rato que piensa en la B, te gane con goleada, me hace pensar que no sé cómo encarar lo que viene.

Seguramente Apuzzo en estos momentos debe estar despidiéndose del plantel.

Casi con seguridad los dirigentes deben estará pensando a quien traer. Pero yo pregunto: ¿no será tarde? ¿Cómo se hace para salir de esta situación?

Este plantel varias veces tocó fondo pero con esfuerzo y una gran dosis de suerte siempre se sobrepuso. Esta vuelta viene muy jodida la mano.

Huracán salió a jugar esta final como si supiera el resultado de antemano. Es como que ellos mismos se hubieran desconectado los cables que los ataban a la vida. Es una situación muy triste ya que los nombres que integran al equipo no daban dudas que la posición en la tabla iba a ser otra. Pero la realidad nos pasó a todos por encima y nos deja así, como estamos.

Si llega a haber novedades espero que sean acordes al momento que nos toca vivir y que se traiga un profesional que sepa lo que está haciendo y lo que deberá levantar.

En cuanto a nosotros, llegó el momento en el que solo queda apoyar. No sirve de nada el insulto, la agresión ni nada. Solo sirve ir para adelante porque lo que viene no es quedar afuera de una copa o perder con cualquiera. Es descender en un torneo de 30 equipos. Y no podemos permitir eso. Tenemos que tragar saliva y alentar. Y el que se siente en el banco de suplentes va a ser mejor que Cappa y que los que se ponen la camiseta de Huracán son mejores que el Barcelona.

No nos queda otra, Quemeros.

Saludos Quemeros.

© Escrito por Carlos Biondi y publicado en Patria Quemera el sábado 15/08/2015.





Homenaje a Agustín Mario Cejas del Club Atlético Huracán (1975)


sábado, 15 de agosto de 2015

Agustín Mario Cejas: Q.E.P.D. @dealgunamanera...

Tristeza en Fútbol Argentino: falleció Agustín Mario Cejas…

Agustín Mario Cejas en el Cilindro de Avellaneda.

Murió Agustín Mario Cejas, uno de los emblemas del Racing de José. El arquero falleció esta madrugada a los 70 años

Llora el corazón académico por el fallecimiento de Agustín Mario Cejas, el fantástico arquero de Racing que ya había quedado inmortalizado por la conquista de la Copa Intercontinental de 1967. Aquel 4 de noviembre, en el Estadio Centenario, frente al Celtic de Escocia, Cejas resultó el garante del arco del equipo de José, capítulo de colección en la historia del fútbol argentino. En la madrugada de ayer, este fabuloso guardián dijo adiós a los 70 años, jaqueado por el mal de Alzheimer.

Con 334 partidos con la casaca albiceleste en torneos locales, es el hombre que más veces defendió los colores de Racing. Ya retirado de las canchas, fue entrenador en 1984, durante el único paso del club por el ascenso, cargo al que tuvo que renunciar por una intimidación de los barrabravas a su hija Lorena. Y en 2000 fue designado secretario técnico por la síndico Liliana Ripoll, durante aquel proceso de quiebra tan traumático para la entidad.


Cejas también jugó en el Santos de Pelé (1970-1974; "Descanse en paz, muralla argentina", lo homenajeó ayer el club brasileño en Twitter), Huracán (1975), Gremio (1976) y tuvo su última etapa como futbolista en River, en 1981. Pero su desvelo fue siempre Racing. En noviembre de 1997, cuando ya habían pasado 31 años sin vueltas olímpicas en las canchas argentinas -esas que más se sienten-, y 30 años del aquel primer título mundial, Cejas decía: "Siempre voy a la cancha y veo una gran presión que desequilibra a los jugadores. Están muy nerviosos, y cuando uno está así parece que hasta la pelota se pone nerviosa. Pero soy optimista. No sé cuándo, pero sé que Racing va a salir de ésto".

De aquel plateísta pasó a involucrarse desde adentro en la problemática de la entidad, donde tuvo que lidiar desde la secretaría técnica con un sinnúmero de inconvenientes administrativos y con barrabravas, en la peor época institucional. Una ironía: los últimos esfuerzos que le dedicó a Racing tuvieron muy poco que ver con los primeros, los de su juventud, cuando volaba de palo a palo y hacía escuela. Pero más tarde se dio el gusto de ver a Racing campeón dos veces más en los certámenes domésticos: aquel equipo de Mostaza Merlo en 2001 y la formación de Diego Cocca a fines de 2014.

El nombre de Cejas volvió a las canchas en los últimos tiempos. Fue en febrero de este año, cuando ovacionaron a Sebastián Saja en el Cilindro de Avellaneda ante Rosario Central, por un récord de imbatibilidad en Racing que no fue. Erróneamente, el reloj electrónico marcó que el Chino había alcanzado la marca a los 587 minutos, cuando en realidad, Cejas había estado sin recibir goles durante 666 minutos entre 1965 y 1966.

La racha del arquero comenzó con los 49 minutos del empate 1-1 ante Ferro en la 13» fecha del campeonato de 1965. Ese año encadenó otros 31 minutos en la victoria 3-1 ante River. Ese día ingresó por Luis Carrizo. A esos dos períodos se adicionaron los 586 que logró de un tirón en 1966, hasta que el peruano Miguel Loayza lo batió en la séptima fecha del torneo de ese año, en el empate 1-1 entre Racing y River.

Más allá del dato estadístico, el recuerdo sigue latente entre los compañeros de su ruta gloriosa. Juan José Pizzuti, de 88 años, campeón como jugador en 1958 y 1961, y artífice del "equipo de José" que ganó todo en 1966/67, lamentó la pérdida: "El fallecimiento de Agustín es una gran pérdida, no sólo en la historia de Racing, también del fútbol argentino. Fue un arquero completo, como Rogelio Domínguez", le dijo a la agencia Télam.

Humberto "Bocha" Maschio, de 82 años, campeón y goleador del seleccionado argentino que se llevó en el Sudamericano de Lima 57 y cerebro del conjunto de Pizzuti, lo recordó con admiración: "Cejas fue un arquero ganador; además, expuso su gran temperamento".

Roberto Perfumo, 72 años, crack de todos los tiempos y hoy periodista, evocó al gran arquero: "Agustín tuvo un momento futbolístico en el que parecía casi imbatible. Contra Independiente, en el Metro de 1970, se necesitaron tres penales para vencerlo, cuando Humberto Dellacasa hizo ejecutar la pena tres veces".

Además, Oscar Martín, 78 años, capitán de Racing del 66 y amigo del arquero fallecido, reconoció: "Todo el universo racinguista sabía de la enfermedad irreversible que padecía Agustín. Es un gran dolor, era el más joven de todos nosotros".

Cejas, que en 1969 atajó en las eliminatorias para el seleccionado, que no cumplió el objetivo de clasificarse al Mundial de México 70, había nacido el 22 de marzo de 1945 en Buenos Aires y se formó en las divisiones inferiores de Racing. Debutó en primera división con apenas 17 años, el 17 de noviembre de 1962, en un partido en el que Racing goleó a Chacarita 7 a 3 por la 26a fecha.


Un comunicado de la entidad dejó constancia del dolor: "Es el deseo de Víctor Blanco (Presidente) y de la Comisión Directiva que el pueblo académico ubique para siempre en las páginas de gloria de la institución a semejante ídolo".

© Publicado el sábado 15/08/2015 por Cancha Llena, Suplemento Deportivo del Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

  

Volver a Malvinas… @dealgunamanera...

Volver a Malvinas…

Cada vez que Miguel Anderfurhn vuelve a Malvinas toca el himno nacional con el acordeón de su bisabuelo, quien peleó en la Primera Guerra Mundial. Foto: José Supera

Algunos regresan todos los años, otros lo hacen por primera vez. Un viaje a las islas junto a un grupo de ex combatientes, una experiencia única que es también una forma de renacer.

Del blanco de esta hoja a la arena blanca y limpia con la que empieza todo esto, una playa de aguas cristalinas que a la vista puede ser una de esas playas paradisíacas de publicidad, pero no, nada de eso, en la costa corre un frío que tiene el poder del hielo, y el viento, el viento es filoso y áspero, y por momentos parece querer cortar la piel, pero igual, el ex combatiente José Luis Aparicio hace lo que viene a hacer casi todos los años desde que volvió por primera vez a Malvinas en 2006. Se saca la campera de nieve y los guantes, la remera térmica y hasta los borceguíes, se queda apenas en calzoncillos. Desnudo de ropa, pero también de muchas cosas más. Sufriendo como ellos. Sintiendo el frío en la piel y en la carne, y en el alma. Su ritual de hace años. Su bautismo, que lo hace nacer y renacer, con el que les rinde también homenaje a los compañeros caídos en el hundimiento del Belgrano. "Hago esto para sentir por un segundo el frío que sintieron esos chicos antes de morir." Y entonces corre por la playa. No importa el frío ni el tiempo. Corre y corre, y sus pies chapotean, hace un paso, dos, se deja caer, se hunde y su cuerpo se envuelve de agua helada. José Luis nace una vez más: como lo hace cada vez que vuelve a Malvinas.

Volver. Esa es la palabra que trato de descifrar en esta nota. Por qué volvemos a esos lugares que duelen, que nos hicieron mal. Quizás enfrentando el dolor, volviéndolo a vivir, logremos entenderlo. O quizá no es entender la palabra. No. La palabra es revivir. Volver para pararse en un mismo lugar y decir acá estoy, acá estuve, soy esto, porque soy lo que fui.

Ellos vuelven todos los años a Malvinas. Como si tuvieran que volver al dolor para que no duela tanto.

Los integrantes del centro de ex combatientes Islas Malvinas (Cecim) de La Plata vuelven todo el tiempo a las islas. Algunos, en época de invierno. Otros, en septiembre, octubre, cuando el clima malvinero está un poco más apto, menos violento.

Algunos lo hacen por primera vez.

Y acá empieza esta historia.

Llegar a las Islas…

Regresar a ese núcleo que late, que duele, que supura cosas desde adentro tuyo: ese tuyo que quiere decir todos nosotros.

Volver a Malvinas no es fácil, sobre todo la primera vez. Ya en el aeropuerto uno les veía las caras, una ansiedad serena, contenida dentro de sus cuerpos. El trayecto del vuelo comercial chileno de Río Gallegos a las Malvinas dura poco más de una hora. Llegamos a una base militar, Mount Pleasant. El clima es congelante y despiadado. Cielo y tierra son desolación. Llegamos a una base militar, llena de hangares, aviones, misiles, radares, llena de violencia y justificaciones, y de miedos. Un soldado nos custodia ni bien bajamos del avión. Los ex combatientes del Cecim La Plata que vuelven esta vez son 11. Cuatro por primera vez. Y también por primera vez en la historia vuelve una mujer ex combatiente: Norma Ethel Navarro. Enfermera. Ella, volviendo 32 años después. Volviendo, a su propia tierra de dolor. Nos alojamos en dos casas de Puerto Argentino. O Port Stanley. La sensación de un pueblo fantasma, respirar inexistencia, aire helado y solitario, casas que parecen no guardar habitantes.

Nos vienen a buscar dos camionetas. Próximo destino: cementerio de Darwin.

La Bahía del Silencio…

"Lo que me impactaba era la expresión que tenían en los ojos esos chicos". Foto: José Supera

Después de varias horas de viaje en dos 4 x 4, después de cruzar ríos de piedra y zonas minadas, después de animales huesudos y solitarios, encontramos el recinto que encierra todas las cruces blancas, las paredes de piedra con los nombres de todos nuestros soldados caídos. Ernesto Alonso es uno de los ex combatientes que más viajes a Malvinas tiene en su haber. Cada vez que vuelve le duele. Ahora se queda unos segundos en la tumba de uno de sus amigos. En silencio. Arrodillado. Tratando de entender. Por qué otro y no él. Después se levanta y le doy un abrazo, y con un nudo en la garganta me dice que "todos estos amigos nuestros que están aquí, hoy estarían vivos. Viviendo la vida que les hubiera tocado. Ellos dieron todo. Venimos a rendir homenaje acá, y estamos para reafirmar que todas las tumbas que tienen cuerpos NN, que están acá como soldado solo conocido por Dios, tienen que ser reconocidos, para tener su historia, su lugar, para no ser olvidados".

Después de un rato, entre las cruces blancas, perdida en un tiempo que no es tiempo, la encuentro a Norma, la única mujer en el grupo. En sus ojos y en su voz hay desolación, como si el ambiente terminara por pegársele a uno en el cuerpo. "Estando acá se siente una desazón muy grande." Se queda en silencio. Repite el mismo concepto: "Una sensación de desazón". Y otra vez hace silencio, pero se repone y vuelve. "Había visto unas fotos de este cementerio, había visto los rosarios colgados de las cruces. Ahora no están. No hay nada. Sólo cruces. Se siente una tristeza muy grande estando acá. Llevo piedras para una amiga del Chaco que me pidió, ella tiene a su hermano acá, pero como soldado solo conocido por Dios. Ver las lápidas que dicen eso da mucha impotencia, no saber dónde están enterrados nuestros chicos."

El cementerio tiene el tamaño de una manzana y todos los compañeros se fueron dispersando entre las cruces, dividiendo sus dolores. Entonces el viento me trae algo más que desesperanza. Música. Dulce y cálida. De acordeón. A lo lejos y parado sobre un monte lo veo. Con su instrumento, con toda la fuerza, con la energía que destila su personalidad. El ex combatiente Miguel Ruso Anderfurhn. Descendiente de italianos. Alto y rubio y de hombros anchos. Su bisabuelo estuvo peleando en la Primera Guerra Mundial. La tradición del acordeón fue pasando de generación en generación en su familia. Su bisabuelo tocó alguna vez para alejar el silencio de la locura, ese que llega después de la guerra. Hoy Miguel está en la isla que lo marcó para siempre. Y está tocando el Himno, parado sobre el mismo monte donde lo hizo las veces que volvió a las islas, y todos sus compañeros cantan el Himno junto a él, y todos están jurando, jurando por una cosa que los une y los ata, y los lleva por encima de un dolor que todavía parecen no entender: están jurando con gloria morir.

Volver al Monte Longdon…

Llanuras, montes y laderas para un recorrido que es mucho más que un ritual. Foto: José Supera

El monte Longdon fue uno de los últimos lugares en caer y donde se registró la mayor cantidad de bajas argentinas. Uno camina en ese monte y ve marcas todo el tiempo. Agujeros en la tierra que fueron bombas. Chatarra oxidada. Zapatos. Pero qué marcas son las que quedan en nosotros. Qué marcas quedan en el suelo de nuestra propia existencia. Acá no existe el tiempo. Es como si todo volviera a repetirse. Los agujeros en la tierra son morteros que siguen estallando. Las esquirlas siguen traspasando nuestra carne. "Acá no existen los días", me dice alguno de los excombatientes, mientras caminamos durante horas por los montes, en busca de las posiciones donde estuvieron por meses. "Acá sólo existen los restos de las cosas que ves, y nada más."

Carlos Daniel Chicho Amato pertenecía al Regimiento 7. Era encargado de manejar el radar de detección de movimiento. Había aprendido a usarlo unos días antes de salir a Malvinas. Me cuenta su historia en la misma trinchera en la que estuvo hace 32 años, en el mismo Monte Longdon, donde fue la gran batalla, donde los ingleses los rodearon y ya nada se pudo hacer. "Fue a fines de mayo. Nos llamó un segundo jefe. Estaban viendo a los ingleses con prismáticos. Entonces empezamos a monitorear el posible avance inglés. Claramente nos lo comimos. Yo había visto en el detector unas manchas nuevas, algo que no había visto antes. Se lo informé a mi jefe. Me dijo que eran ramas, viento, que no pasaba nada. Volví a ver esas manchas en el radar y le volví a decir a mi jefe. Y nada. Esa misma noche nos atacaron. Eran como 700 tipos. Fue la parte más jodida de la guerra ésa, donde tuvimos la mayor cantidad de bajas, un desastre. Y ahí mismo nos tomaron prisioneros. Fue difícil porque tuvimos que enterrar a nuestros propios muertos."

Carlos está excitado. Hace unos minutos escarbó donde estaba su posición y encontró su cuchara y algunas municiones. Pero dejemos de escarbar la tierra. Escarbemos el propio interior de Carlos Chicho Amato, sepamos qué se siente volver después de tanto tiempo: "Me siento un poco raro. Como alejado de todo y a la vez, cerca. Siempre me había resistido al viaje. Pero si vuelvo es porque lo hago con dos amigos míos que también vuelven por primera vez. Recuerdo que cuando estábamos acá, no veía colores, sino todo gris. Pasé por cosas que me hicieron mal después de la guerra. Pero después fue como que lo borré, es como si no sintiera nada. Siempre había estado en la organización de los viajes de otros ex combatientes. Les armaba todo, los despedía, pero nunca me animaba a venir: siempre me molestó bastante ir a un lugar que es nuestro y tener que presentar el pasaporte. Había prometido que no iba a venir. Pero esta vez se decidieron Mario y Sergio, que también venían por primera vez. Supongo que pude volver porque tengo dónde apoyarme en el dolor, porque no estoy solo".

Cuenta Sergio Isaia, otro de los ex combatientes que vuelve por primera vez: "Recuerdo la voz de mi hermano llegándome en el medio de la oscuridad". Estamos en el lugar donde combatió su hermano. Hay una placa que pusieron hace varios años. Hace unos segundos le rindió homenaje a su manera. Se quebró. Pero ahora está más entero. Sabe que cumplió con lo que tenía que cumplir. "Yo había viajado junto a él en el mismo avión. En las islas estuvimos en compañías diferentes, pero como los dos éramos operadores de radio, durante todas las noches nos comunicábamos para ver cómo estábamos. La idea fue siempre volver con él a las islas. Pero mi hermano falleció por una enfermedad hace varios años. Hoy sé que estoy volviendo con él. Pero también vuelvo con mis amigos, y eso me ayuda a soportar mejor este viaje, que es un viaje que hacemos, de alguna forma, también a nuestro interior."

La Primera Mujer…

En los comienzos de la guerra se habían solicitado instrumentadoras quirúrgicas para ir a las islas, a Puerto Argentino. Norma Navarro tenía miedo. Miedo de que la guerra llegara al continente. Quería colaborar de la forma que fuese. Entonces fue y se ofreció. Al instante la aceptaron. "Después del día que me aceptaron junto a tres chicas más, al día siguiente salimos desde Buenos Aires hasta Río Gallegos. Al rompehielos Almirante Irizar llegamos en helicóptero. Había sido convertido en buque hospital. Nuestra tarea era colaborar con los médicos en lo que se pudiera. Se había decidido que nos quedásemos en el buque, porque cabía la posibilidad de que si estábamos en tierra podíamos ser tomadas prisioneras." Respecto del trabajo que tenía que realizar todos los días, cuenta que "estaba en quirófano, aunque en realidad no teníamos una tarea definida. Venían con esquirlas de bombas, heridas en el abdomen. Hubo alguien que llegó en estado muy crítico, hicimos lo que pudimos durante muchas horas, pero falleció. Fue el único fallecido que me tocó ver. Hay cosas que me quedaron grabadas. No me impactaban los heridos, porque yo ya venía con la experiencia del hospital: lo que me impactaba era la expresión que tenían en los ojos esos chicos. Era como verles el alma, una mirada repleta de desolación, como si la guerra estuviera contenida en las pupilas". Pero si algo no puede olvidar Norma es la noche del 13 de junio, según ella, lo más duro que le tocó ver. "En un momento dado salí a cubierta con un tripulante. Recuerdo que estábamos cerca de la costa y se podían ver las casitas con techos de colores. Todo se veía iluminado de un lado y de otro, iluminado por las explosiones de colores amarillo y naranja, de bengalas que caían, lanchas que pasaban, era como una película, algo dantesco pasando frente a mí, una película espectacular y horrible. Y la desesperante sensación de que allá a lo lejos había gente muriéndose y no podías hacer nada." Le pregunto qué le dejó volver acá. Estamos en una montaña, el viento y la nieve arrecian. Mira hacia el horizonte. Parece recordar. "Estar acá es algo que te marca, porque aunque vos no veas más a las personas con las que estuviste ligada en ese momento de la guerra, una siente que sigue unida a través del tiempo, aunque nunca más los vuelva a ver."

Reflexiones y Renacimientos…

Recuerdos que aún perduran de la guerra en las islas. Foto: José Supera

Hay alguien que mientras recorremos montes y laderas se mantiene serio, por momentos alejado del grupo, por momentos reflexivo y silencioso, como si hubiera una batalla adentro suyo, como si todo se tratara de una guerra que se libra en los confines de nuestros sentimientos.

Mario Volpe se desempeñaba en la Compañía C. Al principio hacía de apuntador con un cañón, pero después le quedó como responsabilidad la parte de la enfermería. Ahora estamos en un alto de la travesía que supone recorrer los montes cercanos a Puerto Argentino. Mario acaba de encontrar la posición de un amigo suyo, Calvo, que era el encargado de la Compañía A. "Este lugar para mí es muy importante. Acá tuve la suerte de renacer, acá mismo fui herido." Suspira. Le cuesta seguir, pero sigue. "Veníamos replegándonos, ya habían tomado el Logdon y fuimos atacados y bombardeados. Llegamos entonces adonde se encontraba la Compañía A. Desde el lugar donde estábamos veíamos explosiones a 150 metros, a 100 metros, a 50. En un momento, siento que los silbidos de las bombas venían y pegaban adelante nuestro, y fue un segundo, pero sentí las esquirlas entrando en mi cuerpo, creo que caí unos metros. Un compañero me ayudó a levantarme. Sentía un dolor fuerte. Las esquirlas habían perforado mi pulmón y fracturado la escápula, entre otras cosas. La sangre no paraba de salirme de la espalda. Sentía toda la espalda mojada. Pensé que no tenía más posibilidades. Pero otros compañeros me ayudaron. Y llegamos caminando, al límite de mi fuerza, para que me atendieran en la Compañía Comando: ellos no podían hacer mucho. No había chances. O sí. Tenía que ir al pueblo. Como pudiera. Bajé la loma y encontré que venía una camioneta Dogde de la Marina llena de heridos. Me senté como pude. Llegué al hospital y ahí mismo lograron operarme." Le pregunto qué es lo que le pasa por adentro estando ahí. "Cuando uno camina por acá y siente el frío y el cansancio, de golpe, se mezcla esa cosa atemporal, como si el 82 se repitiera una y otra vez, como si todavía estuviera atrapado acá en las islas. La tristeza, la desazón, todo se repite acá adentro. Es como si el tiempo no hubiera pasado. Estar acá es revivir. Pero revivir aquel momento. A pesar de los 32 años que pasaron, uno no logra despegarse de las sensaciones: el frío, el suelo, el viento. El tiempo no puede despegarnos de las cosas. La sensación de que los años no hubieran pasado, la misma sensación de soledad, la incertidumbre. Es la primera vez que vuelvo a Malvinas, pero desde el año 82, regreso todos los días con sus noches."

Llenarse de Energía… 

Ernesto Beto Alonso era uno de los 800 soldados que conformaron el Regimiento de Infantería 7 y al que le tocó estar en el monte Longdon. Después de visitar el lugar donde estaba su trinchera, confiesa: "Volver a Malvinas me llena de energía; en los viajes que realicé después del 82 me ayudó a comprender más sobre este conflicto que data desde 1833, cuando nos fueron usurpadas; de entender qué paso en el conflicto de 1982, entender que efectivamente la decisión de la dictadura fue una aventura bélica que nos alejó de Malvinas, entender cada día más cuáles son las razones de la usurpación y la importancia geoestratégica que tienen las islas, y además, no olvidar a los que quedaron, a nuestros amigos, los verdaderos héroes" .

Carlos Tolomeo sintió "como si hubiese estado caminando en el aire, suspendido", cuando explotó la bomba a sus espaldas. Y lo cuenta al lado de su cañón, que ahora está oxidado y clavado en el suelo. "Mientras huíamos del ataque inglés, sentimos las ondas expansivas. Mi función era apuntador con el cañón. Hacía unos minutos había realizado dos disparos. Al tercero se trabó la vaina. Ellos se acercaban. Tuvimos que retirarnos. Corrimos y ahí fue que sentimos la bomba explotando detrás de nosotros, la onda expansiva tirándonos." Carlos señala los lugares donde estaban todas las posiciones. A lo lejos se ve el río Murrell. Desde ahí venían los ingleses. "Siempre que hemos podido volver hemos vuelto. Y hoy, a 32 años de que nuestros compañeros ofrendaran sus vidas, queremos brindarles nuestro homenaje, con este vino." Tolomeo descorcha una botella. Es ritual que beban todos los ex combatientes allí presente. El resto del vino lo echan a la tierra. Para los que quedaron. Después aplauden y se abrazan, hasta que Rubén Franzcunaz les dice a todos que encontró algo que sobresale de la tierra, cerca de la posición en la que se encontraba Carlos. Todos se mueven hacia el lugar. Carlos va primero. Apoya las rodillas sobre la tierra. Alguien le pasa una palita de jardinería. La usa poco, se olvida de la palita. Empieza a excavar con sus manos. Sus manos se llenan de tierra y de pasado.

Se ve la tela camuflada. Sus manos sacan la tierra cada vez más rápido. La tierra de sus manos se limpia con las lágrimas que caen de sus ojos. A nadie de los que estamos ahí se le cruza por la cabeza acercarse a ayudarlo. Es algo que tiene que desenterrar solo. Raíces y tela y tierra. "Esto era parte de mi uniforme", dice. Y nadie de los que está ahí dice nada. "Esto es parte de lo que somos, lo que queda enterrado acá para siempre, somos nosotros."

Juntarse para Contenerse…

El Centro de Ex combatientes Islas Malvinas, más conocido como el Cecim La Plata, fue ideado por algunos jóvenes soldados estando todavía en las islas. "Queríamos tener una voz, una voz que se escuchara, porque nos habían llevado sin preparación ni armamento, y estando allá pasamos hambre y hasta fuimos torturados", asegura Ernesto Alonso, que hoy es uno de los pilares fundamentales del centro. "Cuando estábamos allá veníamos charlando la idea de juntarnos y hacer algo que nos uniera a todos." Ahora el que habla es Mario Volpe, actual presidente del centro que sirve para seguir la lucha de la causa Malvinas, pero también para debatir y contenerse, y cenar todos los martes. De la cocina se encarga el ex combatiente José Chiquito Zarzoso, que en esas noches deleita a los más de cuarenta ex combatientes que llegan para pasar un buen rato entre ese grupo de amigos que se fue afianzando con el tiempo.

© Escrito por José Supera el domingo 21/09/2015 en el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Tras las PASO: El candidato fue el proyecto… @dealgunamanera...

El candidato fue el proyecto…

Los números de las PASO. Infografía: Cedoc

Tras las elecciones, se desmoronó la hipótesis que dejaba suponer que Scioli traería un plus de votos no kirchneristas.

La elección oficialista en las PASO finalmente resultó buenaen el piso de lo previsto, y el escenario de triunfo en primera vuelta del binomio Scioli-Zannini está disponible en octubre. Dicho esto, cabe hacer algunas precisiones.

No se observó en la performance oficialista ningún voto “por fuera” del espacio tradicional del kirchnerismo e incluso hubo un déficit de representación del espacio tradicionalmente K que luego referiremos. Está claro que tras las elecciones PASO se desmoronó la hipótesis que suponía a Daniel Scioli poseedor de “un plus de votos” no kirchneristas, clivados sobre el electorado de segmentos medios independientes.

Nada de eso se observó. Los resultados en todos los distritos son típicos del espacio K e incluso bastante por debajo de los que en su momento obtuvieron Néstor o Cristina Kirchner.

Más aún, el caso de la CABA y Córdoba son emblemáticos respecto a nuestro argumento y muestran que la fórmula Scioli - Zannini obtuvo prácticamente el mismo nivel de votos, en un caso que la lista encabezada por Axel Kicillof, un nombre pleno en la representación de kirchnerismo “duro”, que sin embargo, no fue “desbordado” por el eventual electorado sciolista no K, no hubo corte de boleta significativo.

En el caso de La Docta, la elección de la fórmula Scioli - Zannini resultó en línea con la de Accastello - Buenaventura e incluso algo inferior a la de Scotto - Gill, la fórmula ultra K del año 2013. Hipótesis equivocada entonces, no hay tal voto sciolista por fuera del universo K y efectivamente en materia electoral en estas PASO, el candidato fue el proyecto. El exceso electoral sciolista en rigor fue parte del marketing con que la troupe del ex motonauta vendió su candidatura bajo la consigna ya mitológica “es el que más mide”. ¡Bien ahí!

Más allá de las múltiples causas que pueden observarse para discutir por qué la elección del FpV no pudo superar en las PASO el 40% de los votos, la central es el resultado en la provincia de Buenos Aires en general y en la sección tercera en particular, poblada de segmentos vulnerables, tradicional electorado oficialista.

Como se observa en el gráfico de apertura los resultados de CABA, Córdoba y la tercera sección electoral bonaerense, con 4,1 millones de electores la más poblada de Bs.As., y donde se concentran los sectores vulnerables de la geografía bonaerense, los 46 puntos de votos obtenidos por la fórmula Scioli - Zannini se ubican por debajo de los obtenidos en elecciones ejecutivas por el kirchnerismo en los años 2007 y 2011, y unos 7 puntos debajo de las expectativas respecto a lo obtenido en elecciones anteriores, ejecutivas y PASO cuando las hubieron, como se observa en este cuadro que sigue.

Los motivos de la pérdida de votos de segmentos vulnerables son variados, probablemente la inundación haya impactado en el margen, junto con la insatisfacción con las condiciones de la vida cotidiana, falencias de infraestructura en las barriadas populares, condiciones socioeconómicas insatisfactorias, etc.

Pero no es posible para el FpV superar el 40% o alcanzar el 45% para resolver la elección en primera ronda sin mejorar y de manera sustancial la performance bonaerense observada en las PASO en particular la de la tercera sección electoral. En este sentido Daniel Scioli deberá atravesar su zona de confort consistente en ir a la captura del electorado de segmentos medios independiente, para interpelar también a los segmentos vulnerables del distrito que gobierna y que le dieron la espalda en las PASO respaldando tanto a Cambiemos como a UNA.

Con respecto a la performance de Cambiemos, a contrario sensu del FpV obtuvo buenos resultados en distritos que en teoría resultarían problemáticos, como la provincia de Buenos Aires, donde Mauricio Macri y María Eugenia Vidal lograron una elección de 29% promedio, muy meritoria. Menos interesantes fueron los resultados en distritos a priori favorables como CABA, Córdoba y Santa Fe donde la fuerza de derecha conservadora obtuvo menos votos de los esperados, promediando un 38% interdistrital, bastante poco para las expectativas previas.

Un rápido comentario para la performance de UNALos 20,6 puntos de la coalición mostraron la fortaleza de De la Sota en Córdoba de donde proviene el 45% de sus votos nacionales y la persistencia de Sergio Massa en Buenos Aires, recuperando caudal electoral perdido, resistiendo la fuga de dirigentes oportunistas, la mayoría sancionados por los electores y sobre todo superando la gran operación de medios encaminada a polarizar entre el FpV y Cambiemos y sin otro fundamento empírico que encuestas truchas que insistían en que el tigrense tenía menos volumen electoral del que efectivamente tuvo.

Por último, La Cámpora, dejó la adolescencia política en la provincia de Buenos Aires. Ganó en seis municipios las primarias abiertas del FpV (Moreno, Lanús, Mercedes, San Vicente, Chascomús y San Fernando) y en otros dos salió segundo (La Plata y San Martín). Además ubicó los primeros concejales en Pilar, Almirante Brown, José C. Paz, Hurlingham, Tigre, Presidente Perón, San Isidro, Escobar y San Andrés de Giles. Adicionalmente Máximo Kirchner resultó el candidato a diputado más votado en Santa Cruz, con 65.841 votos, el 44,5% del total de electores hábiles.

¡Qué suerte! ¿Acaso no son buenas noticias que nos muestran la deseada renovación generacional de la vieja política, estimados lectores de Perfil?

Contenido relacionado
·         Buceando la ola naranja


© Escrito por Artemio López, Director de Consultora Equis, el sábado  15/08/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.