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martes, 13 de septiembre de 2022

El reino del parche… @dealgunamaneraok...

 El reino del parche…

La Argentina, un país donde el corto plazo es la única vara para medir los actos del Gobierno. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 10/09/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
 

La Argentina es el reino del parche del día a día. El corto plazo es la única vara con la que se miden los actos de gobierno.

La calma cambiaria no durará mucho. Un industrial lo describió a la perfección: “La liquidación del dólar soja –que otorga un tipo de cambio de 200 pesos por dólar– es pan para hoy y hambre para mañana. ¿Qué pasará a partir del 1° de octubre, cuando haya caducado esta maniobra?”, se preguntó la fuente con tono de incertidumbre. Enseguida agregó que el sistema, además de ser selectivo, es injusto ya que otros sectores de la economía necesitan su dólar diferenciado.

En el Banco Central (BCRA) sigue la cola de empresarios que van a solicitar ampliar el cupo de importaciones para poder producir. La respuesta es la misma para todos: “Salvo para salud y otros indispensables, no hay plata”; es parte del plan “vamos viendo”.


Tanta es la incoherencia, que el último viernes el mismísimo BCRA emitió un llamativo comunicado en el que expresaba su crítica hacia esta devaluación selectiva con la que no está de acuerdo no solo el presidente de la entidad, Miguel Pesce, sino también Axel Kicillof. El gobernador de la provincia de Buenos Aires no comparte para nada esta decisión del equipo económico.


La gira del ministro Sergio Massa, abundante en fotos y gacetillas con las que su equipo de comunicación fatiga las casillas de correo de las redacciones de diarios y estaciones de radio y televisión desde las primeras horas de la mañana hasta bien entrada la noche, es la muestra de la disociación que se vive al interior del gobierno del Frente de Todos contra Todos. Varios de los que conversaron con el ministro coincidieron en sus conclusiones: “Tiene un discurso que acá cae bien. El problema es que cuando se le hacen preguntas concretas sobre el cepo, la brecha cambiaria, la repatriación de utilidades y el discurso del Gobierno, comienza a hacer agua”, señalan esos interlocutores.

El problema político que enfrenta Massa se llama Cristina Fernández de Kirchner. Ella y el kirchnerismo duro representan la antítesis de lo que el ministro expone. A eso se le agrega la postura del kirchnerismo por Cuba, Nicaragua y Venezuela. Este doble discurso es nocivo para la gestión del ministro.

En el Fondo Monetario Internacional hay voluntad de ayudarlo. Eso es lo que le prometieron los funcionarios del gobierno de Joe Biden que son clave en el directorio de la entidad. Sobre lo que pasó en estos meses habrá una mirada piadosa. El asunto será el futuro. Y ahí aparecerá otra vez la problemática interna del Gobierno.


Mientras tanto, aquí, los discursos oficialistas que siguieron luego del atentado sufrido por la expresidenta en funciones no hicieron más que echar leña al fuego. Alberto Fernández sigue culpando a la oposición y a los periodistas independientes. Victoria Donda revivió la idea de lanzar una ley contra los discursos de odio. ¿Quién determinaría qué críticas son aceptables o bien intencionadas? Un plan sin pies ni cabeza que tuvo que ser desmentido –a medias– por la portavoz Gabriela Cerruti, que atinó a decir que la legislación existe y que “lo que hay que hacer es cumplir con la legislación vigente y poner en debate de qué estamos hablando cuando hablamos de discursos de odio”. Más polémica para embarrar la cancha en un país que ya no tolera más giros ideológicos.

Desde la oposición contraatacan: “Al Gobierno lo único que le interesa es silenciar voces, victimizarse, borrar del mapa la Justicia independiente y poner la democracia contra las cuerdas”.


El mejor ejemplo fueron las palabras del senador por Formosa, José Mayans –un “digno” exponente de lo que es el régimen de Gildo Insfrán–, que dijo muy suelto de cuerpo que para alcanzar la paz social hay que frenar el juicio por la causa Vialidad. Más claro, agua. La extorsión está en marcha.

“La jefa es el centro de todo, y así debe ser. Nosotros no comulgamos con ningún ajuste, la ineptitud del Presidente tensó la cuerda al máximo, ahora lo único que importa es protegerla, pero de verdad”, señalaron desde el Patria.

Por eso careció de toda credibilidad la convocatoria de último momento que el Gobierno hizo para convocar a referentes de la oposición a la polémica misa de hoy en Luján que, además, generó una intensa discusión y enojo al interior de la Iglesia argentina, cuyo episcopado expresa una fenomenal falta de liderazgo que alimentan internas que la carcomen.


La convocatoria por la paz y la unidad hecha por la Iglesia fue transformada en una misa por el kirchnerismo, en un acto de apoyo a CFK. Por eso nadie respondió a los muchos llamados que el ministro del Interior –un exégeta del doble discurso– hizo en las últimas horas para convencer a opositores de participar en la ceremonia religiosa en la Basílica de Luján. ¿Cómo creerle a alguien que un día señala que las críticas del periodismo al Gobierno fueron la base del atentado contra CFK, que además afirmó que si condenaban a Cristina quemaban todo, y que luego invita a la oposición a “bajar un cambio”?

El kirchnerismo ha observado que el abyecto uso político que ha hecho del repudiable –y afortunadamente fallido– atentado contra su vida sufrido por CFK no ha tenido el resultado esperado. Las encuestas encargadas por el Gobierno muestran un alto grado de incredulidad de los sectores que no le son afines que, hoy en día, son mayoritarios.


La intención del Gobierno de aprovechar el estrépito producido por el intento de magnicidio para tapar la dura realidad socioeconómica del país ha fracasado. Cuando esta semana que comienza se conozca el índice de inflación, el Gobierno se verá otra vez con la cruda realidad que complica la vida de toda la ciudadanía y para la cual las soluciones no aparecen.

Adenda: el martes pasado falleció Magdalena Ruiz Guiñazú.

Magdalena no solo fue una persona de intachable rectitud, valentía y honestidad periodística, sino también de coraje ciudadano. Esta columna está dedicada a su memoria.




  

domingo, 15 de agosto de 2021

Cuando la mentira es la verdad… @dealgunamaneraok...

 Cuando la mentira es la verdad… 


Guitarra vas a llorar. Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

El Presidente se ha convertido en un personaje de caricatura. Lo grave es que, a su vez día a día, demuestra ser un mentiroso.

Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 


El artículo 53 de la Constitución –referido al juicio político al Presidente– expresa lo siguiente: Solo ella (la Cámara de Diputados) ejerce el derecho de acusar ante el Senado al Presidente, vicepresidente, al jefe de Gabinete de Ministros, a los Ministros y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes, después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes. 

Es decir, el mal desempeño o el delito en el ejercicio de sus funciones o crímenes comunes –entendiéndose como crimen una acción indebida o reprensible– son causales de juicio político contra el jefe de Estado. 

El decreto 576/2020, que fue promulgado por el profesor de Derecho Alberto Fernández, expresaba en su artículo 29 que, de constatarse la inobservancia de sus disposiciones referidas al distanciamiento social, preventivo y obligatorio o de otras medidas destinadas a la protección de la salud pública en el contexto de la pandemia causada por el covid-19, se procedería “de inmediato a hacer cesar la conducta infractora y se dará actuación a la autoridad competente, en el marco de los artículos 205, 239 y concordantes del Código Penal”. 

El artículo 205 del Código Penal establece que “Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”. 

Por su parte, el artículo 239 expresa que “Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal”. 

No quedan dudas de que el Presidente violó una norma por él mismo promulgada. Es decir que incurrió en una acción indebida o reprensible. Por lo tanto, tampoco hay dudas de lo que institucionalmente corresponde hacer de no mediar su renuncia: su destitución a través del juicio político pertinente. Es lo que los legisladores de todos los sectores políticos –incluyendo el oficialismo– tendrían la obligación de hacer, ya que estamos frente a un episodio que está por fuera de toda duda. No solo está la evidencia de la comprobación dada por la foto sino que –si algo faltara– está el reconocimiento del hecho por parte del mismo Alberto Fernández según se vio y se escuchó en su infeliz discurso pronunciado en Olavarría en el ocaso de la tarde del viernes último.  

Para tener una idea cabal del significado de la violación a la norma cometida por el jefe de Estado, valga mencionar que, por una conducta exactamente similar, hay miles de personas a las cuales se les ha abierto una causa penal por haber infringido las disposiciones de la larga cuarentena impuesta por el Gobierno a lo largo de la pandemia producida por el covid-19. ¿Debería el Presidente ser exceptuado de este proceso judicial? La respuesta es simple y contundente: no. La apertura de un proceso penal debería incluir también a la Primera Dama, Fabiola Yañez, y a todos los asistentes a la fiesta de celebración de su cumpleaños. 

Pero hay más. Echarle la culpa a su “querida Fabiola” de lo que pasó en esa noche del 14 de julio pasado fue no solo un acto de poca hombría por parte de AF sino también una falacia. En primer lugar porque no es cierto. El Presidente pudo haber evitado o puesto fin a la reunión. 

En segundo lugar porque Fabiola Yañez no puede defenderse. Y en tercer lugar porque es algo típico del kirchnerismo: la culpa es siempre del otro o, como en este caso, de otra. Curiosamente, no se escuchó ni a la titular del Inadi, Victoria Donda, ni a la ministra de las Mujeres. Diversidad y Género de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta, emitir reproche alguno contra esta expresión del Presidente o el horrible comentario sobre la pareja de AF realizado por el inefable Aníbal Fernández. La doble moral del kirchnerismo no tiene límites.  

Se sabe que todo esto ha generado la furia de Cristina Fernández de Kirchner. “Ella lo hizo Presidente; que no se olvide porque día tras día está dilapidando el rol y el mandato que ella le dio. Es un traspié tras otro y lo que más bronca da es que en ésta no hay forma de ayudarlo” –aseguró una voz calificada del Instituto Patria.  

El principio de autoridad incluye un concepto esencial: la credibilidad. De esa credibilidad emana el liderazgo del gobernante. Ese es un rasgo esencial sin el cual el ejercicio del poder se torna no solo dificultoso sino también estéril. Un gobernante puede tener legalidad y legitimidad, pero carecer de liderazgo. La condición esencial para ejercer el liderazgo es la aptitud moral. En el caso de un presidente, esa aptitud moral se ve reflejada en sus acciones y en sus palabras. Es imposible para quien hace de la mentira una parte de su comportamiento consuetudinario lograr el respeto y la consideración que demandan el ejercicio de la autoridad. 

Alberto Fernández ha destruido el valor de su palabra. A los que hicieron lo mismo que él –violar las normas de la cuarentena– los descalificó, los amenazó con sanciones penales y los trató sucesivamente de “imbéciles”, “idiotas” y “malas personas”.   

El Presidente se ha transformado en un personaje de caricatura. Esto es penoso. Lo grave es que, a su vez, día tras día demuestra ser un mentiroso. “No me preocupa que me mientas, me aterra que nunca más te pueda creer” (Friedrich Nietzsche).

 




sábado, 17 de abril de 2021

Vamos viendo... @dealgunamaneraok...

 Vamos viendo… 

Casos. Boudou expone ante la UBA. De Vido, y una fructífera vida dedicada al ahorro. Fotografía: CEDOC

Vamos viendo lo que se ve. Cómo mienten. Prometieron millones de vacunas que nunca llegaron. Vamos viendo lo que se sabe. Que se quedaron con vacunas para parientes, amigos, militantes. Vamos viendo que no hay imputados. Vamos viendo que, al parecer, nadie va a pagar por el crimen. Por los muertos que dejan afuera. Vamos viendo que Massa, el que iba a meter presos a los ñoquis de La Cámpora, el que firmó, juró, que nunca volvería al kirchnerismo, ni siquiera contesta cuando le preguntan si hizo vacunar a toda su familia. Vamos viendo que también roban vacunos. Alperovich, acusado por su sobrina de abuso sexual, los tiene en su campo.

Vamos viendo lo que cualquiera puede leer. Todos los mensajes escritos por Alberto Fernández  publicados en redes sociales donde acusaba a Cristina Kirchner de delitos gravísimos. Vamos viendo que ahora dice que es inocente de todos los cargos por los que fue procesada. Vamos viendo que la Universidad de Buenos Aires invita a exponer al condenado Boudou. Vamos viendo que todos los presos con preventiva por corruptos que estaban adentro, salen. Se van a vivir a casas en countries, o barrios caros. Vamos viendo cómo ahorró el empleado público De Vido para tener ahora una chacra que da al río. 


Vamos viendo que a Victoria Donda no le da vergüenza lo que hizo. Que aún no renuncia. Vamos viendo que comen con la boca llena. Lo que hay. Lo que había. Lo que quedó de anoche. Los restos. Las sobras. Las migas.

Mastican una y otra vez las mismas palabras. “Pobreza”, “trabajadores”, “pueblo”, “vulnerables”. Hacen pasta base de relato.

Vamos viendo qué bien les va a los capos sindicales. Cómo han progresado desde los años 90. Tienen casas, pisos, campos, flota de coches, armas, testaferros, matones, barras, gordos, patovicas, servicios, alcahuetes, lameculos. Vamos viendo cómo extorsionan, amedrentan, amenazan, rascan pedazos, porciones, sobreprecios, peajes, coimas.

Vamos viendo cómo nacen pibes sin futuro. Hijos de padres que querían. Nietos de abuelos que creyeron. Hijos a su vez de padres que sufrieron. Nietos a su vez de abuelos inmigrantes que construyeron. El oleaje de la vida por vivir es incesante. Cuando se retira, la marea deja cuerpos en la playa. Recién llegados. Recién deseados. Vamos viendo cómo crecen. Tienen proyectos que serían razonables en un país posible. Vamos viendo cómo les mentimos que sí, que claro, por supuesto, que cuando pase, que este año no, que el otro tal vez. Vamos viendo cómo nos miran, cómo quedan en pausa, en lista de espera.

Mastican una y otra vez las mismas palabras. “Pobreza”, “trabajadores”, “pueblo”, “vulnerables”. Hacen pasta base de relato.

Vamos viendo cómo generaciones de jóvenes entusiastas, esperanzados, enérgicos, van cayendo unos sobre otros en el mismo pozo de desánimo. Vamos viendo cómo se hacinan. En conurbanos. En villas. En asentamientos. En el barro. Con el balde. Junto a la canilla. Alrededor de las ollas. De los comedores. De las salitas. De las manos que reparten las bolsas, las cajas, el subsidio, la tarjeta, las monedas, las limosnas. Vamos viendo cómo la desesperación los amasija. Cómo les cuesta asomar la cabeza. Respirar. Hacerse un lugar donde tirar un colchón para dormir.

Vamos viendo desde la ventana el tiempo que hace. En un café. Un bondi casi vacío. En el tren. Asomados al balcón. En la plaza. En el salón del geriátrico. En los umbrales. Vamos viendo al que tira del carro con los perros detrás. Su mujer, sus pibes. Pasan cada vez más seguido. En los contenedores ya no hay basura suficiente para todos. Vamos viendo. De madrugada. De día. Cada tarde. Después de pedir. De dar. En el subte. De regreso. En la casilla. Enrejados en casa. En la puerta. El pasillo. La esquina. Con un mate. Un faso. Un tetrabrik. Una cerveza. Vamos viendo qué decir, qué hacer con esta bruma continua, constante, esta impotencia que se acumula, se carga, pesa.

Sin más que saber que hoy fue ayer, que ayer fue antes de ayer, que antes de ayer fue hace mucho, que cuánto pasó desde entonces, vamos viendo que en una de esas, que quién sabe, que dice la radio, que escuché en la tele, que el año que viene, que por ahí, que ya veremos, que mientras tanto vamos viendo. A golpes de bastón blanco contra la pared de este puto abismo, vamos viendo.

© Escrito por Carlos Ares, Periodista, el  sábado 17 de Abril de 2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Producción: Silvina Márquez.




 

domingo, 24 de enero de 2021

Yacimientos Petrolíferos Fiscales. ¡Vamos por Todo!... @dealgunamanera...

 "Vamos por todo"… 


‘Súper’... Guillermo Nielsen. Dibujo: Pablo Temes

La designación de un “pingüino puro” al frente de la petrolera estatal asegura otra “caja” al cristinismo.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Fue este el eslogan con el cual, de manera obscena, el kirchnerismo hizo sentir su poder durante los largos 12 años que duró su primera experiencia gobernando. Fue esa una marca de aquel kirchnerato hoy redivivo. Lo inquietante es que nada de aquello ha cambiado. Los hechos lo confirman día tras día. 

Nada que sorprenda. El episodio convalidante de esta semana fue el desplazamiento de Guillermo Nielsen de la presidencia de YPF. Algún día se sabrá con exactitud por qué el renunciado funcionario, al que se le concedió el premio consuelo de la embajada en Arabia Saudita, aceptó ese cargo, que era apetecido por Cristina Fernández de Kirchner desde el vamos. Era y es sabido que la ex presidenta en funciones nunca tuvo ningún sentimiento de afecto hacia el doctor Nielsen. Más bien, todo lo contrario. Su veto fue decisivo para bochar su designación como ministro de Economía. Y por eso le coparon la empresa con dirigentes de La Cámpora, con los que casi no se hablaba, en el marco del loteo de cargos que se le impuso a Alberto Fernández. 

El principal factor que transforma YPF en objeto prioritario del kirchnerismo es el de ser una fuente enorme de dinero. Es lo que en la política se llama “la caja”, que para el kirchnerismo es una herramienta clave para la obtención de fondos destinados a la campaña electoral. Son también “cajas” el PAMI y la Anses. En ambos organismos, los cargos ejecutivos son ocupados por gente de La Cámpora. Como se ve, nada es casualidad sino causalidad. Néstor Kirchner usaba “la caja” para cooptar y/o someter a gobernadores, intendentes, legisladores, dirigentes sociales y organizaciones de diverso tipo.   

El nuevo presidente de YPF, Pablo González, no tiene la menor experiencia en el tema hidrocarburífero. Su principal  “mérito” es ser una especie de ahijado de Néstor Kirchner. Un auténtico soldado del ex presidente y un agradecido de la familia. Las voces en ese sentido son mayoría y concluyentes. 

El ex mandatario lo inició en política en el año 2000. Fue subsecretario de Recursos Tributarios de Santa Cruz durante cuatro años. Fiscal de Estado desde 2003 hasta 2007, cuando asumió como ministro de Gobierno de Daniel Peralta. Elegido diputado provincial, en julio de 2008 fue designado jefe de Gabinete provincial. Luego fue senador nacional y en 2015, vicegobernador de Alicia Kirchner. Su único antecedente en el rubro energético se registró a mediados de los 90, cuando fue director de Distrigas SA, la firma que distribuye el gas natural en Santa Cruz. 

“Acá nos conocemos todos desde hace años. Lo que aprendió en su paso por Distrigas es la gestión administrativa de la extensión de servicios de la red doméstica y que los caños eran de color amarillo”, dijo un político santacruceño que fue testigo de su ascenso. 

“Íbamos a los mismos lugares cuando éramos chicos. Es un abogado corto de palabra que no podía siquiera sostener las entrevistas amigables de los medios locales. Pero tiene lo único que Cristina y Máximo necesitan en este momento: fidelidad y devoción. Es un pingüino puro sin conocimiento del sector energético pero que entiende a la perfección la lógica del manejo del poder que ejerce la familia Kirchner. Con la salida de Nielsen, Máximo podrá terminar de consolidar la hegemonía de La Cámpora en YPF y Cristina eligió a la persona correcta para esa tarea. No es una casualidad en cuanto a la dimensión de poder expansivo: El PAMI, la Anses, Aerolíneas Argentinas y ahora YPF son las cajas millonarias que necesitan para hacer política”, agrega otro hombre de Santa Cruz. 

El poder y su laberinto. El malestar dentro del Frente de Todos continúa. El apoyo del ala albertista hacia su jefe sigue siendo incondicional pero ya no hay tanto esmero en disimular las críticas. El último episodio que detonó el equilibrio interno fue la ratificación de Victoria Donda como titular del Inadi. “Los medios tienen la costumbre de señalar a CFK como la culpable de todos los males o de las decisiones polémicas, pero fue Alberto. Él decidió sostenerla aun cuando varios funcionarios le dijeron que no debía continuar. Y no es solo Donda; últimamente los errores de la diaria que llegaron a los medios fueron por apuro suyo. Si él no se controla, qué podemos esperar de Kicillof, Daniel Gollán o Kreplak, que encima no tiene espalda para sostener las pavadas que dice”, se quejó uno de los hombres del Presidente. 

No fue el de Victoria Donda y su desvergonzado uso de los recursos del Estado el único episodio que desacomodó a Alberto Fernández. También lo fastidió la insólita carta de salutación que el canciller Felipe Solá le envió al flamante presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden. Los desaguisados de Solá tienen ya la suficiente envergadura como para que AF lo hubiera removido del cargo sin necesidad de ninguna explicación. 

Lo inaudito es que permanezca en funciones. “El problema es, que si lo echa, corre el riesgo de que el cargo vaya a parar a las manos de un miembro de La Cámpora designado por Cristina”, se sincera un funcionario con despacho en la Casa Rosada.   

Mientras tanto, el plan de vacunación suma cada semana nuevos capítulos de un derrotero errático. Hemos pasado de las dudas expuestas por la viceministra Carla Vizzotti sobre la disponibilidad de vacunas a la afirmación del ministro González García de que habrá 51 millones. De las 5 millones de dosis anunciadas por el Presidente para fines de enero, a 6 mil que llegarán el martes. “No se puede trabajar con tanta desorganización”, reconocía un dirigente de La Cámpora con funciones en Aerolíneas Argentinas, ante las dificultades que se presentan para la organización de los vuelos que deben ir a buscar las vacunas.   

Apalancado en el impacto de la pandemia, el Presidente decidió avanzar en la suspensión de las PASO, proyecto al que acompañan no solo gobernadores del FdT sino también de JxC. Las PASO deben hacerse en agosto, cuando, según las predicciones del Gobierno, una mayoría de la población ya debería estar vacunada contra el covid-19. ¿Y entonces? 

Tanto zigzag y falta de fundamentación en las decisiones de AF hacen recordar la frase de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. 

Producción periodística: Santiago Serra.






domingo, 24 de diciembre de 2017

Mentir, mentirse… @dealgunamanera...

Mentir, mentirse… 

Miope es la mirada del Gobierno sobre la violencia. Foto: Cedoc Perfil

Mucho se ha escrito sobre que la política sin mentira no es posible. Tanto la mentira propia como convertir en mentira lo que sostienen los opositores. Y probablemente Macri no sea aún consciente de que ya se ha convertido en un político. Miente.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 24/11/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Nadie ha dudado jamás con respecto al hecho de que la verdad y la política no se llevan demasiado bien, y nadie, que yo sepa, ha colocado la veracidad entre las virtudes políticas. La mentira siempre ha sido vista como una herramienta necesaria y justificable para la actividad no solo de los políticos y los demagogos sino también del hombre de Estado.”  (Hannah Arendt,Verdad y política)


* * *

Todo el tiempo, Macri se refiere a la mentira como aquello en lo que nunca caerá. “No vine aquí a mentirles”, repite en cada discurso marcando tácitamente que eso es lo habitual de los políticos (él viene de otro lado), y muy especialmente de sus predecesores kirchneristas. Mucho se ha escrito sobre que la política sin mentira no es posible. Tanto la mentira propia como convertir en mentira lo que sostienen los opositores. Y probablemente Macri no sea aún consciente de que ya se ha convertido en un político. Miente.

Dos ejemplos de la última semana sobre la mentira propia y la conversión en mentira de lo que sostienen los opositores: el Gobierno insiste en que cuando pase el tiempo los jubilados comprobarán que sus ingresos mejorarán con el nuevo sistema de actualización y que la oposición mintió. Esto, al mismo tiempo que justifica la ley porque el actual sistema de actualización de las jubilaciones no es sustentable y se precisa cambiar para producir un ahorro de 100 mil millones de pesos anuales en las jubilaciones. Una contradicción que no resiste análisis lógico. ¿Un discurso para la tribuna y otro para el círculo rojo porque los ciudadanos pueden ser confundidos –en la era de la posverdad como también en el siglo XX– repitiendo una mentira la suficiente cantidad de veces hasta hacerla verosímil si se cuenta con la benevolencia de la mayoría de los medios de comunicación haciéndose los sordos?

El otro ejemplo fue el operativo de seguridad del lunes conducido por Rodríguez Larreta, donde la Policía soportó una lluvia de piedras durante horas solo con sus escudos y recién pasó a utilizar balas de goma y gases lacrimógenos al final porque antes los violentos estaban mezclados con los manifestantes pacíficos y –según se explicó– esperaron que estos últimos se desconcentraran. En la represión del jueves anterior, conducida por Patricia Bullrich, la Gendarmería disparó balas de goma desde el inicio, cuando los violentos estaban mezclados con los no violentos. Otra mentira fue quejarse públicamente porque la jueza Patricia López Vergara impidió que se usara armamento letal cuando ese es el protocolo de la Policía de la Ciudad frente a todas las manifestaciones. Mentiras hechas para no reconocer públicamente que el operativo del jueves conducido por Bullrich había sido excesivo y un error político.

La técnica retórica continuó en el reportaje que Macri le concedió a América TV el jueves, donde le dijo a Fantino: “El año que viene van a cobrar más. Las jubilaciones van a crecer entre 4 y 6 por ciento más que la inflación. Y el otro año, de vuelta. Y el otro año, de vuelta” sin aclarar que ese “más” va a ser menos que lo que cobrarían sin la reforma previsional porque de lo contrario no habría ahorro fiscal.

Fantasías saludables.
 

Probablemente a quienes Macri califica como mentirosos, categoría de la que él se siente claramente excluido, sean los poetas a quienes Platón expulsó de la república porque estos “narradores profesionales o mitólogos ambulantes fabrican fábulas nefastas que, con nombres estremecedores e historias inquietantes y ambiguas (¿los kirchneristas?), despiertan fascinación en una población inexperta en asuntos políticos”. Y para “evitar la fuerza disruptora del horror y del pánico sobre el frágil patriotismo de la población”, había que sustituirlos por la mentira útil o pharmakon khrésimon, medicina o veneno útil y mentira bella “puesto que solo la más amable de las ideas, la belleza, tiene garantizado un acceso inmediato al ánimo de los hombres”. Esta otra forma de persuasión era una herramienta fundamental para la administración del gobierno que imaginaba Platón.
Sobre la mentira en política, Jacques Derrida dijo: “Se pensó durante mucho tiempo que la mentira era un privilegio natural de la derecha. Pero, más allá de sus loables esfuerzos, no supo conservar esa exclusividad. La derecha perdió su monopolio de la mentira al igual que la izquierda perdió el suyo de la compasión y la virtud. Como dijera con acierto Tocqueville, la democracia acaba siempre igualando las condiciones. Abolidos todos los privilegios, la mentira se ha democratizado. Humilde, ya no aspira a perpetuarse en la historia.

Ha tenido que aprender a coexistir. La mentira democrática es efímera, ecléctica, posmoderna”.

Claro que hay una diferencia entre ocultar la verdad al pueblo en determinadas circunstancias (por ejemplo, diría Macri, la gravedad de la recesión al comienzo de su gobierno agregando ánimo al decir que “lloverán inversiones” en el “segundo semestre”) y crear un Ministerio de la Verdad enteramente dedicado a fabricar mentiras, como imaginó George Orwell (el Indec kirchnerista). Pero aun en la construcción de fantasías saludables, a la que la economía es tan afecta, el Gobierno subestima a la audiencia cuando su ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en el Congreso, ante la pregunta de la diputada Victoria Donda sobre cuánto tendría que cobrar un jubilado en marzo si se aplicara la nueva fórmula de actualización y cuánto si no se modificara la ley, respondió: “No hicimos esa cuenta”.

El libro de ciencia ficción Ciudad de verdad, de James Morrow, construye una sociedad donde todos sus habitantes dicen siempre la verdad. En ella los políticos reconocen haber recibido sobornos, la publicidad anuncia los defectos de los productos y cada uno, sus vicios y errores, hasta demostrar que una sociedad donde exista la incapacidad de mentir se hace inviable. Pero igualmente a Macri le convendría, como con el endeudamiento, no abusar y recordar siempre la frase de Lincoln: “Es posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos un tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo”. O sea, en su caso, no mentirse.