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sábado, 7 de noviembre de 2015

Pérez Esquivel: “Nosotros no luchamos para esta mediocridad”… @dealgunamanera...

Pérez Esquivel: “Nosotros no luchamos para esta mediocridad”…


El Nobel de la Paz de 1980, referente de la izquierda, es muy crítico con el Gobierno kirchnerista, al que ve entregado a las grandes corporaciones. Ve progresos en política social pero cree que se han utilizado para mantener cautivo el voto de los pobres.


Adolfo Pérez Esquivel (Buenos Aires, 1931) es un gran referente moral de la izquierda argentina, sobre todo desde que recibió el premio Nobel de la Paz en plena dictadura, en 1980, por su defensa de los derechos humanos con la “no violencia activa”. Pérez Esquivel, uno de los padres de la teología de la liberación, se ha mantenido activo, a través de la organización latinoamericana que fundó, Servicio Paz y Justicia, en proyectos de ayuda a los pobres y a los pueblos originarios de su país, que sufren las peores condiciones de vida. Muy crítico con el kirchnerismo, cree que detrás de la fachada izquierdista esconde pactos con grandes corporaciones como Monsanto, Barrick Gold o Chevron.

Pregunta. ¿Cómo ve usted la situación del país después de doce años de kirchnerismo?
Respuesta. Después de la crisis del 2001 se pudo más o menos equilibrar la situación socioeconómica y política. Esto fue un aporte importante para el país. Además se pudieron destrabar las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, hubo juicios a los represores que cometieron crímenes de lesa humanidad. Pero aún quedan muchos señores feudales en las provincias que responden sus propios intereses.

P. Usted ha visitado siempre en las villas. ¿Ha logrado Argentina reducir la pobreza?
R. Ha aumentado la pobreza, si bien este Gobierno ha tenido algunas medidas que fueron buenas como la asignación universal por hijo. Se les ayudó para superar la desnutrición, pero con eso no alcanza. Lo que se necesita es una producción y un trabajo estable. Hay votos cautivos por el miedo de que se les saquen los subsidios. Además el Gobierno les abrió las puertas a las grandes empresas transnacionales mineras, sojeras, petroleras, siguen con el mismo modelo neoliberal. Hay empresas como la Chevron que se escapó del Ecuador después de los daños ambientales que causó pero viene a la Argentina.

P. Pero el discurso del Gobierno es muy duro contra esas corporaciones.
R. Son todas mentiras. Los hechos lo confirman. Nosotros somos críticos con el Gobierno. Apoyamos aquello que vemos positivo pero criticamos cosas como la minería, los agrotóxicos, los daños ambientales y las grandes violaciones de los derechos humanos. El Gobierno adoptó la política de derechos humanos pero de la época de la dictadura. De los actuales no habla absolutamente nada. En la 9 de Julio, en Buenos Aires, están acampados los pueblos indígenas, Qom, wichis, guaraníes, pilagá, reclamando sus derechos. Llevan nueve meses y ni siquiera les reciben.

P. ¿Se imaginó en los 70 que hoy Argentina estaría así?
R. Después de tantos años de lucha, no solo en Argentina, en América Latina, le digo que no hemos luchado para esto. Luchamos por una sociedad libre, más justa, una democracia participativa. No para gobiernos autoritarios donde aumente la pobreza, la marginalidad y la falta de respeto al derecho de las personas y de los pueblos. Hemos arriesgado nuestras vidas, nuestras familias, hemos pasado por las cárceles y las torturas y no fue para llegar a una situación de mediocridad como la que tenemos. Seguimos la lucha. Cuando uno ve la situación de los pueblos fumigados, la situación que viven los pueblos indígenas y la falta de perspectiva… Hoy un joven no sabe qué va a hacer mañana. Tenemos que comenzar a repensar las sociedades que tenemos. Y una de las cosas que creo que es urgente es comenzar a pensar en un nuevo contrato social como el de Rousseau. Hemos avanzando en algunos pasos en el continente latinoamericano y yo veo todas las cosas positivas pero sí quiero separar la paja del trigo para poder construir otra sociedad.

P. ¿Le preocupa el riesgo de mexicanización del que habla el Papa?
R. Claro que hay una preocupación sobre eso. Mientras que no existan políticas para combatir el narcotráfico en serio esto no tiene salida. Hay grupos muy organizados. Y después está el terrible paco que son todos los residuos de la droga que está destruyendo a sectores sociales.

P. Se ha hecho mucha política de redistribución. ¿Ha fracasado?
R. Creo que estuvo mal orientada. Se especuló políticamente. La gente recibe subsidios pero no hay capacitación laboral. Aquí hay dos o tres generaciones que no saben lo que es el trabajo. Si esto es simplemente para sostener el clientelismo político no es una solución del problema sino que es agravar el problema. Si todo eso tiene un fin político únicamente, lo que nosotros llamamos el voto cautivo, esto no es una solución para el país. Vemos lo que está ocurriendo en Córdoba, en grandes empresas que entran como Monsanto con las semillas transgénicas, ¿qué pasa con el pequeño y mediano productor rural? No vemos un desarrollo sostenible.

P. ¿Cómo ve a Argentina comparado con Bolivia, Brasil, con otros proyectos de la izquierda latinoamericana?
R. Hemos retrocedido en muchas cosas. En la calidad de vida también. La Argentina lo que tiene, y todavía lo sostiene, es una gran clase media. Pero cuando hablamos de los sectores más carenciados el problema es grave.

P. ¿Qué queda de aquella Argentina que usted vivió, de una clase media muy fuerte, de la educación líder en el mundo?
R. Creo que quedan elementos. La Argentina tiene un potencial cultural y de pensadores, filósofos, artistas significativos, eso no se perdió. Creo que eso se conservó a través de la resistencia cultural que se mantuvo durante la época de la dictadura hasta el día de hoy.

P. ¿Cree que el Papa, que ha hablado del narcotráfico y la pobreza en Argentina, puede influir en la política?
R. No tiene la posibilidad de cambio pero puede generar conciencia. Es lo mismo que la encíclica Laudato Si. Yo vengo de Bolivia, lo hemos trabajado pero después van a ir a la cumbre del cambio climático en París y yo no creo que ahí las grandes empresas transnacionales y los gobiernos que manejan el poder económico en el mundo vayan a cambiar su posición sobre esto.

P. ¿En qué estado de ánimo ve a su país?
R. Está preocupado, muy tenso. Y una de las cosas sobre esta tensión es porque este Gobierno como otros que le precedieron no son de diálogo, son de confrontación. Aquí votamos y después entramos en un estado de indefensión por cuatro años. A mí por ejemplo nunca me recibieron en la Casa de Gobierno. Podemos no estar de acuerdo pero por lo menos dialoguemos.

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© Escrito por Carlos E. Cué y Alejandro Rebossio el viernes 23/10/2015 y publicado por el Diario El País de la Ciudad de Madrid, España.


jueves, 21 de marzo de 2013

Adolfo Perez Esquivell... De Alguna Manera...


Adolfo Perez Esquivel...

 
Francisco con Pérez Esquivel, uno de los primeros en salir a defenderlo. "Fue un reencuentro muy emotivo", dijo el premio Nobel de la Paz. Había negado cualquier relación de Bergoglio con la dictadura.

El papa Francisco, el argentino Jorge Mario Bergoglio, recibió este jueves en audiencia a su compatriota Adolfo Perez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, informó el vocero vaticano Federico Lombardi.

"Fue un reencuentro muy emotivo. Estábamos muy emocionados los dos", comentó Pérez Esquivel ante la prensa a la salida del encuentro con el Papa. "Pidió que lo acompañemos con la oración, y yo ofrecí mi compromiso de trabajar para que su papado pueda estar al servicio del pueblo de Dios y de la humanidad", dijo el defensor de derechos humanos.

Y agregó: "Hablamos sobre la elección del nombre Francisco y sobre la importancia del diálogo ecuménico. 'Todos somos iguales, todos tenemos que construir la paz en el mundo', me dijo".

Esquivel viajó a Italia la semana pasada y después de conocerse la elección de Bergoglio afirmó que Francisco no fue cómplice de la última dictadura, como lo sostienen algunos medios periodísticos.

A Bergoglio "se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes. Sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", aseveró entonces Pérez Esquivel.

El Nobel de la Paz agregó que "Francisco podrá tener un papel de intermediación entre Argentina y Reino Unido en la cuestión de las Islas Malvinas". No obstante, se mostró poco optimista en que haya una solución rápida.

Esquivel, nacido en Buenos Aires el 26 de noviembre de 1931, fue apresado por la dictadura entre 1977 y 1978, período durante el cual recibió el Premio Memorial de Paz Juan XXIII otorgado por la Pax Cristi Internacional.

El titular de la organización no gubernamental Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) obtuvo el Premio Nobel de La Paz en 1980 por "su lucha en favor de los Derechos Humanos".

"Recibo este Premio en nombre de los pueblos de América Latina y de manera muy particular de mis hermanos los más pobres y pequeños, porque son ellos los más amados por Dios; en nombre de ellos, mis hermanos indígenas, los campesinos, los obreros, los jóvenes, los miles de religiosos y hombres de buena voluntad que renunciando a sus privilegios comparten la vida y camino de los pobres y luchan por construir una nueva sociedad", dijo Pérez Esquivel al aceptar el galardón.

Poco después fue nombrado miembro del comité ejecutivo de la Asamblea Permanente de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y contribuyó en numerosas misiones de paz.

© Publicado el jueves 21/03/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.