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domingo, 17 de noviembre de 2019

"Seguimos ganando"… @dealgunamanera...

"Seguimos ganando"…

Macri expone el 40% de los votos como un triunfo. Fotografía: Cedoc

Las derrotas sirven para mejorar aprendiendo de los errores. Ojalá Juntos por el Cambio cambie. Y comprenda que perdió porque parte del discurso de Macri, como el informe de Marcos Peña titulado “Ocho puntos sobre la economía”, en el que detalla la herencia que le dejarán a Alberto Fernández, hacen recordar a aquellos viejos títulos durante la Guerra de Malvinas: “Seguimos ganando”.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 16/11/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


El problema no es nuevo, se podría decir que fue el defecto estructural del gobierno de Macri: su relación con la realidad, la negación o directamente para algunos, la mentira. Las repetidas frases, “la inflación es muy fácil de resolver”, “segundo semestre”, “brotes verdes”, lo peor ya pasó” o “sí se puede” están en perfecta sincronía con “dejamos el país listo para crecer” (sic) del informe “Ocho puntos sobre la economía”, confirmando que su sesgo autista sigue vigente como si nada hubiera pasado.

No hay que confundir tolerancia a la frustración con tolerancia al fracaso. Falta lo primero y sobra lo segundo en el PRO.

Probablemente la simbiótica relación de Macri con Marcos Peña encuentre explicación en la especial necesidad del Presidente de tener un escudo protector de la realidad en forma de narraciones siempre optimistas que el jefe de Gabinete realiza como un posible calmante frente a la falta de tolerancia a la adversidad que Macri pudiera arrastrar desde su infancia y a lo largo de su privilegiada vida.

Pero que Macri lo haya podido sostener hasta aquí tiene explicaciones multicausales; por ejemplo, muchos argentinos tendrán que reconocer que creyeron que el éxito era garantía de saber sin ponderar cuánto la fortuna de contar con recursos facilita la consecución de esos logros.

Por ejemplo, con recursos también se puede disponer de intelectuales que construyan interpretaciones de la realidad siempre favorables, siendo ese uno de los  imprescindibles aportes de Marcos Peña al psiquismo de Macri. Pero resulta muy injusto tomársela con el jefe de Gabinete y exculpar a Macri como hacen muchos integrantes del PRO y sus aliados. Continúa siendo una perspectiva de súbditos frente a un monarca de una dinastía, quien al ser inamovible por su condición de elegido por los dioses o la fortuna, pero en cualquier caso por un más allá de los humanos, haya que disimularle los defectos y agregarle virtudes  de las cuales carece. No le alcanzará a Juntos por el Cambio haber hecho la reunión de mesa chica de esta semana incluyendo a los gobernadores radicales, a Pichetto ahora como integrante permanente, a Rodríguez Larreta más Vidal, y por primera vez sin Marcos Peña. Su problema no era Marcos Peña, era Macri.

No hay que confundir la tolerancia a la frustración con la tolerancia a la derrota. La tolerancia a la frustración es un componente indispensable para el triunfo porque enseña la existencia de límites casualmente para poder superarlos. Festejar que el 40% de la sociedad votó por Macri en lugar de preocuparse porque el 48% votó a la fórmula que incluye a Cristina Kirchner, presentada durante estos cuatro años por el Gobierno como lo que venía a dejar atrás, es parte de esa negación recurrente que los disocia de la realidad. Aprendió más de la derrota Cristina Kirchner que, esperemos que solo por ahora, Macri.

En lugar de reconocer que fue un error no haber desdoblado las elecciones en la provincia de Buenos Aires argumentan que quedó demostrado que María Eugenia Vidal no era tan buena candidata y hubiera perdido aun en elecciones desdobladas anticipando prematuramente el fin de Macri, sin siquiera registrar que fue Macri al impedirle el desdoblamiento quien le anuló sus condiciones de buena candidata al reducirla al lugar de asistente del Presidente: la campaña del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires fue “Vidal cuida a Macri más que a los bonaerenses”.

Nuevamente siempre con buenos asesores, como con buenos abogados, se puede argumentar casi cualquier cosa y si hay disposición, luego creérsela. Vidal logró la misma cantidad de votos que obtuvo en 2015 a pesar de haber gobernado con tres años y medio de recesión la provincia que cuenta con el conurbano más gigante y empobrecido del país. La economía y que desde la política no haya contribuido a crear condiciones para que el peronismo continuara dividido fueron responsabilidades del Presidente, no de la gobernadora.

Para que Juntos por el Cambio se convierta en una verdadera coalición precisa que el PRO se convierta en un verdadero partido y los partidos no tienen dueño, tienen alas internas que le suman riqueza en su diversidad, disenso y posterior consenso.

Invalidar una parte de la información desagradable saca a la luz el área del inconsciente que revela la inseguridad del negador.

Macri en su discurso en el CCK pidió “cuidar el legado” porque “tiene que haber lugar para el orgullo” y la “convicción de que finalmente lo que estamos haciendo es a favor de los argentinos”, porque “cuando uno entra en la senda del cambio y del círculo virtuoso lo único que tiene que hacer es, cuando las cosas funcionan, continuar haciéndolas de la misma manera”. Lo mismo que cuando antes de las PASO, en un indiscutible sincericidio, dijo que de ser reelecto “haría lo mismo, pero más rápido”.

El 40% no es de Macri, ni siquiera Juntos por el Cambio, que está más cerca del 30%, y el otro 10% es anti K.

El informe “Ocho puntos sobre la economía” comienza diciendo: “El país está listo para crecer. Sin magia, sin mentira, sin ficción.” La relación de Macri con la mentira es la fuente del opuesto: su tan declamada relación con la verdad. Quizás él genuinamente valore la verdad y critique la mentira en sus predecesores. Y al no poder conseguir que la realidad le devuelva la imagen que su espejo precisa de sí mismo, construye ficciones para tomarlas como verdades. Problema suyo y de su psicólogo, ahora Juntos por el Cambio precisa institucionalizar su acción política para en 2021 tener más y no menos diputados.




lunes, 12 de agosto de 2019

Era la economía, estúpido… @dealgunamanera...

Era la economía, estúpido…

Marcos Peña y Mauricio Macri

Las lecciones que el núcleo duro PRO no supo ni quiso aprender durante el mandato.

© Escrito por Silvio Santamarina el lunes 12/08/2019 y publicado por la Revista Noticia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Aquella frase -“the economy, stupid”-, que acuñó el estratega de campaña de Bill Clinton para ganarle a Bush padre aprovechando los golpes que la recesión le daba a la imagen del presidente republicano, se incorporó a la sabiduría política argentina como pocas. Sin embargo, una lección tan obvia como aquella fue soslayada sistemáticamente por los gurúes electorales del macrismo, desde que empezó a picar la alergia de la inflación recesiva, por motivos que vale la pena repasar.

Uno de ellos es estrictamente de doctrina económica: aunque el Gobierno cambió de funcionarios ante cada crisis financiera que le tocó enfrentar, nunca tuvo la vocación o la ductilidad como para al menos considerar un Plan B. Su teoría y su acción se limitaron a prometer y a esperar la llegada de los “brotes verdes”. Incluso en la conferencia de prensa del Presidente tras la paliza de las PASO, su postura se mantuvo inamovible, acrítica, con la mirada puesta en la demorada “lluvia de inversiones”.


Otro motivo por el que el macrismo olvidó la famosa máxima que el gurú James Carville le bajó a los militantes clintonianos en 1992 es la soberbia tecnocrática del núcleo duro PRO. Las planillas Excel, el proselitismo microsegmentado, la militancia de trolls y bots en redes sociales, la alquimia del Big Data… todo ese humo se desvaneció en el aire de la noche del 11 de agosto, empañando la mirada de un Macri tan sorprendido por el contraste entre las encuestas previas y el escrutinio como cualquier ciudadano superficialmente informado por el noticiero de la hora de cenar. Esa soberbia, a la que hizo referencia la siempre apocalíptica Elisa Carrió sobre el escenario de la derrota, tiene nombre y apellido: Peña y Durán Barba.

Pero de nada sirve –salvo para la mesa chica de la derrota- identificar a los más y los menos responsables de esta catástrofe estratégica. Casi desde el comienzo del mandato, en la opinión pública –incluso la más amigable con el macrismo- se advirtió el riesgo que implicaba la estrategia de polarizar obsesivamente con la figura de Cristina Kirchner, como escudo permanente contra todos los tropiezos económicos en los que incurría el Gobierno.

La grieta funcionaba, es cierto, pero con el mismo potencial explosivo de las Lebacs, las Leliqs y demás artilugios de contención financiera. Tarde o temprano, el monstruo recreado diariamente por el relato PRO resurgiría de sus cenizas para cobrarse venganza. El momento parece haber llegado, con la patética sorpresa de las muertes anunciadas.


Para decirlo en un lenguaje que volverá rápidamente a ponerse de moda en la intelectualidad del futuro oficialismo K: la mirada clasista le impidió ver al macrismo lo evidente. Sin economía, la política no es nada, especialmente en la Argentina de hoy. Y la economía no es solo la voz de los mercados, sino también su otra cara: el barro profundo, la heladera vacía y la persiana baja. Eso que el peronismo todavía sigue percibiendo –y manipulando- con picardía. Aquella lección es la que no terminó de aprender el ala tecno del PRO, desoyendo incluso las advertencias desesperadas de su ala política. Era la economía, estúpido.




domingo, 3 de marzo de 2019

Oportunidad perdida… @dealgunamanera...

Oportunidad perdida…

Duranbarbísmo Explícito. Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

El oficialismo y la oposición dejaron una mala imagen en el Congreso. Dudas internas e índices que preocupan.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 03/03/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El viernes pasado hubo un acto de campaña electoral. Y no fue en un estadio de fútbol. Fue en el Congreso. Ocurrió durante la lectura del discurso de apertura del período ordinario de sesiones por parte del presidente Mauricio Macri, largo momento durante el cual la Asamblea Legislativa se pareció más a una cancha que a lo que se supone debe representar el Poder Legislativo. Faltaron solo los barrabravas. Triste espectáculo institucional de un país que causa pena por doquier. Lo que se vio y se vivió en ese recinto poco tiene que ver con la democracia. El kirchnerismo y algún otro sector de la oposición a los insultos y a los gritos. El oficialismo, a los gritos también. Hasta hubo quien se hizo pasar por diputada –imposible no acordarse del diputado trucho– que interrumpió e increpó al Presidente. Lo que se vio allí fue la vigencia de la antinomia, que es estar  en las antípodas del pluralismo. Y sin pluralismo, no hay verdadera democracia.

En la antinomia, nadie respeta al otro. En la democracia, al otro se lo respeta. En la antinomia, al otro se lo silencia. En la democracia, al otro se lo escucha. En la antinomia, con el otro no se habla. En la democracia, con el otro se dialoga. En la antinomia, al otro se lo intenta destruir. En la democracia, del otro se aprende y con el otro se construye.

Chance. El Presidente perdió la oportunidad de dar un mensaje de unidad. El kirchnerismo, por su parte, demostró que nada aprendió de sus errores pasados. El viernes no sumó ni un voto.   

En la calle, en tanto, la vida continuaba. Un detalle no menor: mucha gente que marchaba a su trabajo no sabía por qué el tránsito estaba cortado en la Avenida de Mayo. Hubo quienes pensaron que el caos vehicular existente en la zona se debía a un piquete. Tamaña muestra de indiferencia, debería alertar a toda la dirigencia política sobre la disociación entre su realidad y la realidad del ciudadano de a pie.

No dejemos que los predicadores de la resignación y el miedo le ganen a la esperanza”, dijo Macri en el medio del barullo. Qué difícil hacerle entender eso al trabajador de la embotelladora de Coca-Cola que perdió su trabajo, o al de Metalpar cuya planta cerró o a alguno de los más de mil obreros de Peugeot que han sido suspendidos a causa de la acumulación de stock producido por la caída de las ventas.

El psicólogo de Macri y la mentirapor Jorge Fontevecchia

El episodio que vivió el Presidente en el barrio de Parque Patricios con Dante, el obrero que le reclamó en tono respetuoso y suplicante que “hagan algo” para detener esta brutal caída de la actividad económica, le puso rostro y voz a los números lapidarios que viene dando el Indec.

La inflación de enero fue alta. Pero, por si ello no bastara, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, acaba de decir que la de febrero será aún más alta. Todo se dice con un tono de “no queda otra que aguantar” que no deja de asombrar y espantar a propios y ajenos.

Todo esto preocupa a muchos funcionarios del Gobierno. “Así, es dificilísimo que podamos ganar”, confiesan. La excepción es Marcos Peña. El jefe de Gabinete de Ministros, revivido políticamente por la campaña, derrocha un optimismo electoral sin límites. Desde su despacho se emiten señales esquizoideas cuando se dice que, salvo que produzca un “cisne negro”, la elección la ganan con cierta comodidad y que Macri tendrá un segundo mandato. De todas maneras, dentro del propio gobierno hay una pequeña grieta de descreimiento porque todos los que están más cerca del campo de batalla sienten que eso no es así. La opinión contraria al Gobierno es creciente y por eso María Eugenia VidalEmilio Monzó, Cristian Ritondo, y hasta el mismo Horacio Rodríguez Larreta, que están más con el ciudadano de a pie, no están muy de acuerdo con esta postura de que, así como están las cosas, la elección se gana sin mayores sobresaltos.

Hay una crisis interna fuerte en Cambiemos. La tranquilidad que desde el PRO se intenta mostrar es ficticia.

Eramos pocos. La aparición de Roberto Lavagna ha producido desconcierto en el oficialismo. En la provincia de Buenos Aires, Cambiemos está en una situación de alerta. Allí se tomó como un dato muy significativo la visita que hizo Axel Kicillof a la ciudad de Chivilcoy acompañado por los dos últimos intendentes –Darío Speranza y Ariel Franetovich– que responden a Florencio Randazzo. No es para menos. Si el peronismo se une, gana.  

En lo económico estamos asistiendo al plan "no hagan olas" ni interna ni externamente. Por lo tanto, no se van a producir grandes novedades. Las expectativas son modestas. Diríase, de supervivencia. Lo que espera el Gobierno es que la recesión no siga tan fuerte como hasta ahora. Hoy la inflación todavía sigue lejos de dar muestras de un descenso sostenido. Por lo tanto, este año habrá que convivir con un índice de inflación mensual más cercano al 3% que al 2%, que era el número que quería el Gobierno. Esto está obligando a recalcular algunas cuestiones. Entre ellas, está la pauta devaluatoria de 2% que está puesta como base de la banda de flotación. Este trimestre va a llevar 9-10 puntos de inflación. Por eso la estrategia del presidente del Banco Central de bajar la tasa de interés en forma paulatina encontró un freno brusco que generó discusiones dentro del equipo económico que llegaron hasta el Presidente. 

Fue cuando el mercado les hizo saber que debajo de una tasa del 50% no hay mundo ni paraíso. “Con una tasa de interés del 50% y con una inflación del orden del 30%, lo que se está diciendo es que, para quedarse en pesos, los inversores quieren 20 puntos por lo menos de tasa real de interés en relación a la devaluación esperada”, explica un economista que conoce al detalle lo que pasa al interior del Gobierno. Con ese esquema no hay negocio que aguante.

Las tribulaciones de la economía son de tal magnitud que han alterado hasta a los integrantes de la misión del Fondo Monetario Internacional a cargo de la Argentina. La complejidad del presente ha generado controversias entre ellos. Es que no hay recetas mágicas. Hasta hace diez días, Guido Sandleris era un genio. Hoy es el Erasmo de Rotterdam de varios de los funcionarios económicos de un gobierno abundante en tecnócratas con pretensiones de dioses.

Producción periodística: Lucía Di Carlo


  
(Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a perfilcom@perfil.com

domingo, 6 de enero de 2019

Duelo de fracasos… @dealgunamanera...

Duelo de fracasos…

Mauricio Macrocs. Dibujo: Pablo Temes

El Presidente y la ex dividen aguas en la sociedad y en sus agrupaciones políticas.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 06/01/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El 2019 ha comenzado. Año crucial. Otro más, cargado del dramatismo de una elección presidencial que, hasta el momento, lo único que presagia es la disputa polarizada entre dos opciones antinómicas a las que une un denominador común: el fracaso. Porque si hay algo que comparten Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner es eso: el fracaso. Es un fracaso provisto, si se quiere, de cierta lógica y que a nadie puede sorprender: está cimentado en la incapacidad que han exhibido ambos para generar un proyecto político de envergadura –basado en consensos– que haga de la Argentina un país previsible. CFK divide; Macri, también. CFK divide hacia afuera y hacia adentro del peronismo. Lo mismo pasa con Macri: divide hacia afuera y hacia adentro de Cambiemos. A Cambiemos lo mantiene unido el poder. Si lo perdiera, la coalición estallaría.

El malestar del radicalismo con el PRO es creciente. Un ejemplo es lo que se vive en la provincia de Buenos Aires con la candidatura a vicegobernador. La idea del PRO de jugar con candidatos puros y así dejar de lado al actual vice, Daniel Salvador, está produciendo un creciente disgusto y mal humor en las filas de la Unión Cívica Radical. Entre sus dirigentes anida fuerte la convicción de que ese lugar les corresponde como parte activa que son de Cambiemos. Esa tensión que se vive dentro de las filas del oficialismo en territorio bonaerense se extiende por lo menos a otras dos provincias: Córdoba y Mendoza. Allí los heridos por la ambición política del PRO tienen nombre y apellido: Mario Negri y Alfredo Cornejo.

Desdoble. 

Por si fuera poco, está el espinoso y complejo asunto del desdoblamiento de la elección a gobernador y vice que desvela tanto a María Eugenia Vidal como a Macri. El tema del desdoblamiento responde a una razón muy simple: despegarse de la figura del Presidente, que hoy presenta una imagen negativa muy fuerte. “Con María Eugenia podemos ganar; hoy, con Mauricio, no”; es eso lo que repiten varios de los caciques territoriales de Cambiemos. Eso mismo se reproduce en otras provincias. El problema es que si Vidal se decide por esta opción, necesitará una ingeniería legal que la obligará a negociar con la oposición. Este delicado asunto expone a Cambiemos a una contradicción –no será la única ni la primera– en relación con los postulados republicanos que promovía en sus tiempos de oposición. Macri supo criticar con vehemencia esta profusión de fechas electorales que hace que el país navegue en un carrusel de elecciones desordenadas que perturban y fatigan a la ciudadanía y que no responden a ninguna otra razón que la conveniencia del gobernante de turno en su afán por retener el poder.

Los pasos dados por el Presidente en los últimos días le han devuelto protagonismo a Marcos Peña. El jefe de Gabinete se halla abocado de lleno a la campaña electoral. “Vamos a ganar las elecciones”, les dijo hace unos días a dos gobernadores que no dejaron de sorprenderse ante semejante muestra de optimismo. Ambos mandatarios creyeron leer, además, otro mensaje: no necesitamos de ustedes.

Luego de sus prolongadas vacaciones, el Presidente se ha metido de lleno en la campaña electoral. Su sorpresa ante las críticas que recibió por esto –sus vacaciones– habla de una notable falta de comprensión del valor representativo de los gestos y las conductas de un jefe de Estado. Y la no asistencia a la asunción del presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, indica una falta de comprensión de las responsabilidades institucionales del ejercicio de la presidencia. El presidente de la Argentina debió haber estado presente en ese acto. En su sutil tuit, el senador Federico Pinedo señaló ese error. Era la institución presidencial la que estaba en juego. A Macri, que a veces se conduce como si siguiera siendo el presidente de Boca, le cuesta entender eso.

La campaña se basará en la inauguración de obras públicas. Será lo único que podrá mostrar ante los malos números que seguirá exhibiendo la economía en el año que acaba de comenzar. De ser opositor, en los discursos de Macri no dejaría de aparecer el latiguillo de la pesada herencia.

Mientras tanto la realidad sigue golpeando con toda su intensidad a la sociedad. Las proyecciones económicas distan de ser óptimas. El disgusto del empresariado es creciente. El nivel de descapitalización de las empresas a lo largo del año que pasó no termina. En ese universo había despertado expectativas positivas la designación de Dante Sica como ministro de Producción. Esa expectativa ha ido decreciendo con el correr de los días y los meses. Y no es por la persona del ministro, a quien se valora y se respeta. Es por lo que sucede dentro del gabinete. La falta de coordinación y la falta de conocimiento de muchos de los que lo integran le complican severamente la gestión. Sica reconoce la importancia de la caída de la actividad industrial en octubre y noviembre pero se ilusiona con datos incipientes que marcan que la caída podría haberse frenado en algunos sectores y que comienza a apreciarse un esbozo de recuperación. Es una ilusión de bajo vuelo y poco impacto en pos de cambiar el humor social. En ese mismo sentido actuaron la baja del riesgo país y del dólar sucedida en los primeros días hábiles de este nuevo año.

Espejo. 

En el peronismo las aguas siguen revueltas. La versión de la posible candidatura de CFK a la gobernación de la provincia de Buenos Aires no tiene ningún asidero serio. Competirá por la presidencia. Algo aprendió –una verdadera rareza para una persona cuyo Hubris la aleja de cualquier posibilidad de autocrítica– de la última elección: sin la unidad del peronismo no podrá lograrlo. Por eso, ahora se aviene a disputar las PASO que en 2017 le negó a Florencio Randazzo. Hay algo fundamental que increíblemente el círculo áulico que rodea a CFK no termina de asimilar: la idea de revivir los doce años de kirchnerato es inviable. Y ese es precisamente el objetivo de ese grupo. Por eso Alberto Fernández debe pasar largas horas explicándoles esa realidad a los militantes de La Cámpora, que se ilusionan con el regreso de CFK para poner en práctica algo que están esperando desde el mismísimo 10 de diciembre de 2015: la revancha. 

Producción periodística: Lucía Di Carlo



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sábado, 10 de noviembre de 2018

Hugo Alconada Mon... Cambiemos y los aportes truchos... @dealgunamanera...

La explosiva declaración de Alconada Mon en la causa por los aportes truchos de Cambiemos…


El periodista declaró ante el juez Ernesto Kreplak. Detalles sobre dinero negro, pago de encuestas, aviones, empanadas y el rol de Nicolás Caputo y las fundaciones del PRO. La declaración completa, acá. 

© Publicado el miércoles 07/11/2018 por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista Hugo Alconada Mon, recientemente galardonado por la institución FOPEA por su trabajo de investigación en el libro “La raíz de todos los males”, fue llamado a declarar por el juez Ernesto Kreplak para que aporte más detalles sobre lo publicado en su libro. Las preguntas del juez fueron en línea con conocer detalles sobre los aportes de campaña de la coalición Cambiemos, ya que su investigación apunta a  la denuncia por los aportantes truchos que utilizó el Gobierno en la última elección.

Lo primero que le preguntó el juez sobre una anécdota que contó en su libro que tuvo mucha repercusión en círculos empresariales y políticos: “¿Ratifica lo manifestado en las páginas 37 y 42 de su libro ‘La raíz de todos los males’, en relación a las reuniones en el marco de las cuales Mauricio Macri pidió a diversos empresarios el 1% de sus respectivos patrimonios, en negro, para financiar su campaña electoral?”. A esta pregunta, Alconada Mon respondió: “Sí, lo ratifico”.

               

Luego el juez pidió si podía aportar más detalles. “Esos eventos ocurrieron desde mediados del 2014, y a lo largo de todo el 2015, una vez que el entonces Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, anunció su candidatura a Presiente de la Nación. A partir de ese momento, montó un equipo de campaña con varios referentes para el eje político, marketing y financiamiento electoral, quedando este último eje bajo el liderazgo de Nicolás Caputo y Edgardo Cenzón. Estos dos referentes coordinaron un equipo abocado a recaudar fondos que terminaron superando los mil setecientos sesenta millones de pesos, apoyado en la recaudación que obtuvieron de medianos y grandes empresarios, aportes de funcionarios y militantes, y en un determinado momento, un adelanto financiero del propio Nicolás Caputo, cuando las encuestas mostraban tercero a Macri. Entre los empresarios que aportaron fondos aparecen empresas constructoras, empresas de seguridad privada con contratos vigentes o ya vencidos con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como así también algunos de los empresarios que figuran hoy en la causa cuadernos de la corrupción al igual que cámaras sectoriales, como CILFA (Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos)”.

Luego el periodista explicó como se habrían hecho los pagos. “Con respecto a los aportes en efectivo, recuerdo que uno de los mayores problemas que tuvieron todos los equipos de campaña es que las donaciones se entregaban en dólares, y siendo aportes clandestinos, debían recurrir a cuevas financieras, lo cual llevaba a otra dificultas, porque no en todas las provincias contaban con cuevas financieras de confianza y liquidez suficiente para cambiar los montos requeridos, lo cual llevó a su vez a los equipos de campaña a la necesidad de transportar fortunas en efectivo, en avión o en camionetas por todo el país”, relató.



Además especificó qué otro tipos de pagos se hacían, como por ejemplos: en especie: “Recuerdo también, con respecto a los pagos en especies, que los equipos de campaña de Macri, Massa Y Scioli, me contaron cómo algunos empresarios les aportaban gaseosas, teléfonos celulares, automóviles, aviones y hasta empanadas para sus actos de campaña. Como así también cubrían sus estadías en hoteles, y financiaban las encuestas de campañas y sondeos de opinión, que insertaban en sus balances como estudios de opinión pública sobre sus propias empresas. Por último, en cuanto a simular la bancarización, significa un truco por el cual los equipos de campaña repartían fondos entre militantes y voluntarios, para que se presentaran en los bancos, los depositaran como propios, en ciertos casos a cambio de una comisión, y transfirieran esos fondos a la campaña”.


El juez quiso saber más y preguntó sobre los beneficios que pudieron haber recibido esas empresas tras los suculentos aportes. “Logré reconstruir que Macri, repetidas veces, afirmó que ese aporte del 1% quedaría más que compensado por las políticas pro mercado que como presidente impulsaría, como así también políticas sectoriales, que permitirían revitalizar áreas de la economía que redundarían en beneficios generales para las empresas, pero en ningún momento logré verificar si durante ese intercambio de promesas por aportes se habló o prometió beneficios específicos para empresas particulares”, explicó.


Luego, el magistrado se interesó por el rol de Nicolás Caputo, el hermano de la vida del presidente Macri, a lo que Alconada Mon respondió: “Se encargó de supervisar a todo el equipo para el financiamiento electoral. Esto es, coordinar encuentros con empresarios, coordinar las formas de pago, repasar las listas de empresarios que debían contactar, tanto con Mauricio Macri, como con otras figuras del Pro, para luego girar esos ingresos a otra área del equipo de campaña que se abocaba a los gastos de campaña. En este sentido, su principal colaborador era el entonces ministro porteño, Edgardo Cenzón, quien se encargaba de los detalles operativos”.

Ya en la última parte de la declaración, el periodista dio detalles sobre el rol de las fundaciones vinculadas al PRO en el financiamiento de la campaña. “En el 2015 (las fundaciones) fueron un canal para la recepción de fondos, con menos controles, y su posterior gasto en la campaña. 

Recuerdo, en ese sentido, que en un momento emprendimos una investigación con un colega con el objetivo de acceder a los ingresos o donaciones recibidos por múltiples fundaciones creadas o controladas por políticos, para lo cual hurgamos en varios organismos públicos, incluida la I.G.J., y nos encontramos con que esas fundaciones se beneficiaban por los muy magros controles y auditorias, al punto que nos resultó imposible acceder a sus registros de donantes. 

Recuerdo en particular el caso de la Fundación SUMA, en la cual figura la actual vicepresidenta Gabriela Michetti, que dijo haber sufrido un robo que no denunció durante semanas, y que incluía entre sus donantes a algunas de las empresas más importantes de la Argentina, como Techint y Panamerican Energy, y algunas de las empresas con mejor relación con el gobierno porteño, como la constructora CRIBA”.