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sábado, 30 de diciembre de 2017

Abuelas presentó a la nieta 127... @dealgunamanera...

"Hoy cerramos el año con otra noticia feliz"...


Es hija del sanjuanino Carlos “El Tula” Poblete y de la mendocina María del Carmen “Pichona” Moyano, ambos militantes de Montoneros que fueron secuestrados en la ciudad de Córdoba entre mayo y junio de 1977 y aún continúan desaparecidos. “La esperamos hace cuarenta años, la amamos y la vamos a esperar todo el tiempo necesario para que ella lo procese”, dijo una de las tías.

© Publicado el jueves 28/12/2017 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


En medio del anuncio del arresto domiciliario para el represor Miguel Etchecolatz; la aparición de la nieta 127, anunciada ayer por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, fue motivo de celebración para los organismos de Derechos Humanos. En la esperada conferencia de prensa, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, reconstruyó la historia de la nieta recuperada, junto a sus tías que la buscaron durante los últimos 40 años: Elsa Poblete y Adriana Moyano. Allí develó que se trata de la hija del sanjuanino Carlos “El Tula” Poblete y de la mendocina María del Carmen “Pichona” o "la gorda" Moyano, ambos militantes de montoneros que fueron secuestrados en la ciudad de Córdoba entre mayo y junio de 1977, y aún continúan desaparecidos.

"Hace pocos días pudimos anunciar la restitución de la nieta 126, que está con nosotros ahora, hoy cerramos el año, en nuestro 40 aniversario, con otra noticia feliz: el encuentro de la nieta 127 a quien podremos conocer pronto para abrazarla y acercarle su historia", resaltó enérgica y feliz Carlotto. 

"Desde el secuestro de Carlos y María del Carmen las familias iniciaron el caso en Abuelas. En el año 2012 la agrupación Hermanos e Hijos de Mendoza radicó la denuncia sobre posibles casos de personas que podían ser hijos de desapareciedos. Entre ellos se encontraba la que ahora sabemos que es la hija de Carlos y María del Carmen", manifestó luego al explicar cómo fue que la nieta accedió a realizarse el estudio de ADN, que luego fue comparado con el banco de datos. Si bien no dio demasiados detalles sobre los apropiadores, la titular de Abuelas confirmó que fue anotada como hija propia por una "familia vinculada a los delitos de lesa humanidad".

La nieta 127 nació a fines de junio de 1977 en la ESMA. Sus padres también estuvieron en el centro de detención clandestino La Perla los primeros años de su cautiverio. Al momento de ser secuestrada, María del Carmen cursaba el octavo o noveno mes de embarazo y dio a luz al poco tiempo con la asistencia del médico del Hospital Naval, Jorge Luis Magnacco, conocido como “el partero de la ESMA”, beneficiado el 7 de diciembre de este año con la excarcelación por cumplir dos tercios de su condena. El nacimiento de esa niña, que ahora tiene 40 años, fue uno de los veinte casos que probaron la existencia del plan sistemático de robos de bebes de la Junta Militar por el que la Justicia condenó a 50 años de prisión en 2012 al ex dictador Jorge Rafael Videla. 

María del Carmen Moyano nació el 9 de mayo de 1954 en la ciudad de Mendoza y dedicó su vida al trabajo social en la Colonia 20 de Junio mientras trabajaba como empleada administrativa en la Dirección de Tránsito y Transporte de esa ciudad. Formó también parte del grupo de jóvenes que ayudaban al Padre Llorens en el barrio mendocino de San Martín, también desaparecido. 

"La detención la supe a través del testimonio de Sara Solarz de Osatinsky y Ana María Martí. Me contaron del nacimiento, en junio de 1977, de mi sobrina. Mi hermana fue detenida en mayo. Estuvo 8 días. Pedro Bolita (Carlos Gaitán) retiró los niños de mi hermana y de Ana María Rubel de Castro. A los ocho días de nacida mi sobrina, trasladan a María del Carmen y a Ana", contó ante el tribunal de la Megacausa Esma la hermana de María del Carmen Moyano, Adriana.

Su cuñada, Elsa Poblete, fue una de las 15 querellantes por el plan sistemático de robos de bebes nacidos en cautiverio."Recibimos la noticia con mucha alegría y con mucha esperanza, que ha sido fortalecida desde hace 40 años", aseguró hoy eufórica al contar sus primeras sensaciones al enterarse que había aparecido su sobrina. "Está viva y hay que darle tiempo", agregó, aunque le dejó un mensaje: "Tenés dos tíos y 7 tías". "Que ella elija el lugar y la hora para encontrarlos, para hablar de amor, como dice la canción, de amor de familia", concluyó.


domingo, 27 de agosto de 2017

Transición larga… @dealgunamanera...

Transición larga…

¿La única verdad, es la realidad? Juan D. Perón. Dibujo: Pablo Temes

Para el peronismo, el cambio llevará su tiempo. Lo que preocupa a Cambiemos.


El desconcierto condena al peronismo a pensar en recetas de mediano y largo plazo. En el marco electoral, finalmente se confirma la victoria de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires por un margen que oscilará entre 0,5 y un punto y medio. El Gobierno, que salió a reconocer su derrota sobre la mitad de la semana pasada, tiene la convicción de que revertirá ese resultado en octubre. Los indicadores de confianza lo favorecen ya que –según diferentes estudios de opinión pública– “cerca del 50% de las personas consultadas cree que el Gobierno logrará mejorar su situación actual”.

Esto contrasta con la baja percepción acerca de su capacidad para “la resolución de problemas que hasta el momento ostenta el oficialismo” que exhiben esas mismas encuestas. Sin embargo, el voto de confianza hacia el futuro le juega a favor. En este marco, hay más posibilidades de que el Gobierno recupere votos en octubre que sea la ex presidenta quien lo logre.

“El kirchnerismo duro ya definió su techo, incluso dentro de una parte radical del peronismo”, asegura un analista que predijo con bastante precisión lo que sucedió en las PASO. “En cambio, el Gobierno tiene un margen mucho mayor para recuperar el voto de algún adherente blando descontento que haya recurrido en forma de castigo al massismo”. Los PRO puros o de paladar negro se regocijan al recordar que habían advertido que el tigrense estaba inflado en las encuestas. Pero más crudo aún es el análisis que los propios peronistas hacen de la situación. “CFK no es una opción para los que buscan cristalizar y reformular el partido. No lo es para muchos intendentes y no lo es para la mayoría de los gobernadores”, señala una voz de peso dentro del universo del PJ bonaerense.

Una de las particularidades de la campaña por venir es que la ex presidenta abandonará su perfil amical para peronizar su discurso y adoptar una postura más confrontativa frente al Gobierno.

Por su parte, tanto Sergio Massa como Florencio Randazzo son hoy una incógnita que sólo el tiempo despejará. Massa no logra despertar confianza ni en propios ni en ajenos. La floja cosecha electoral en las PASO volvió a colocarlo dentro de las posibilidades de mediano y largo plazo; por su edad y por su tenacidad, nadie lo da por muerto. Algo de esto reconoció el ex intendente de Tigre cuando, en una entrevista que hizo ruido, dijo: “Tengo 45 años y mucho para dar”. Florencio Randazzo, que no deslumbró con su performance, a diferencia de Massa arrancó la contienda desde atrás y se encargó de advertir que está para correr una carrera larga sin urgencias electoralistas, “al menos por ahora”, según sostiene uno de sus operadores. Para muchos peronistas, si no queda otra que esperar, el ex ministro del Interior resulta más confiable que Massa. En el entorno del hombre de Chivilcoy ya especulan con las primeras mediciones post PASO, donde reconocen un crecimiento de Cambiemos por encima de Cristina KirchnerEl desafío de Cumplir es mantener su propia cosecha, cosa que será difícil. En la semana que pasó, sufrió deserciones hacia CFK y hacia Massa. De todos modos, todavía es muy pronto para arriesgar cálculos certeros.

Justicia.

En este contexto, la nueva citación a indagatoria a CFK y su familia en la causa Hotesur despertó suspicacias en quienes son críticos de la labor judicial: “Una ex presidenta vencedora y con gran número de adhesiones era más difícil de tocar. No tengo dudas de que, si en octubre la gente le da la espalda, el horizonte judicial se le volverá a poner complicado”, dijo un conocedor de la compleja trama que se teje en los juzgados federales de la avenida Comodoro Py.

La pata sindical volvió a mostrar su peor cara. La marcha y el acto del martes que pasó dejaron –una vez más– la foto que, hay que reconocer, le conviene al Gobierno: peleas entre bandos de diferentes gremios, discursos flojos, falta de liderazgo y divisiones internas. Uno de los triunviros sentenció: “Lo que pasó fue una vergüenza, otra vez hicimos el ridículo. Se notó que hubo mucha segunda línea; la mayoría eran empleados de la CGT”, se quejó lleno de bronca. Los nubarrones que se ciñen sobre el peronismo amenazan con quedarse un largo tiempo. Estamos ante la cristalización de un momento de transición política donde todo puede suceder.

En el oficialismo, entretanto, se debaten entre la euforia y la preocupación. El caso de la desaparición de Santiago Maldonado va en vías de convertirse en un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno, no sólo por el reclamo de su familia, de los organismos de derechos humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sino porque, además, ha puesto sobre la escena la aparición de grupos como RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), que amenazan con el sostenimiento de un plan de lucha violenta que va más allá de su zona de asentamiento. Respecto de Maldonado, lo grave es que se repita un caso similar al de Jorge Julio López, el albañil desaparecido el 18 de julio de 2006, tras haber declarado en el juicio contra el represor ex comisario Miguel Etchecolatz, y de quien hasta el día de hoy nada se ha sabido.

Por otra parte, los ataques a la Legislatura bonaerense y al Ministerio de Seguridad de la Provincia son otra muestra de la tensión que genera el nuevo mapa político. Según dijo el propio ministro Cristian Ritondo, de estos dos hechos, el incendio de dos vehículos en el estacionamiento del ministerio podría tener que ver con el avance sobre las “mafias en el sistema policial, el narcotráfico, La Salada, las plantas verificadoras y los pases a retiro de uniformados”. Los números son contundentes: hay en la fuerza más de 30 mil policías investigados, incluyendo los casi 6 mil apartados por su participación en distintos delitos de diverso tipo y gravedad. Esos serán una parte pequeña de los números que el Gobierno buscará capitalizar a lo largo de la campaña, a la espera de que el incipiente repunte de la economía se vaya haciendo más firme y llegando a la gente. 

“Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen” (Antonio Maura).

Producción periodística: Santiago Serra.



jueves, 25 de mayo de 2017

Los Hijos de los Represores... @dealgunamanera...

Hijos de represores: del dolor a la acción...


Hijos de represores: del dolor a la acción... El testimonio de Mariana D., hija de Etchecolatz, movilizó a otros hijos de represores a tender redes entre ellos. “¿Juntarnos para qué? No para seguir regodeándonos en nuestros dolores, sino para organizarse y aportar datos a los familiares que aun hoy buscan justicia, nietos y poder llorar sus muertos”, escribe Erika Lederer. Su padre fue un obstetra que actuó en la maternidad clandestina de Campo de Mayo en los ’70. Un texto que reflexiona sobre la carga del apellido, la culpa y la construcción de la identidad.

© Escrito por Erika Lederer el miércoles 24/05/2017 y publicado por Revista Anfibia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ilustración: Julieta Marziani

Me llamo Erika, con K, porque en noviembre de 1976, en Salta, un par de botas metieron el miedo suficiente en el Registro Nacional de las Personas como para que nadie se opusiera a anotar un nombre que no estaba permitido. No supe nunca de qué se vanagloriaban al contar esa anécdota. Imaginarlo es sencillo: se jactaban con alegre impunidad, del poder que a diario ejercían en las pequeñas cotidianidades.   No llegué a cumplir un mes en la provincia norteña. A mi viejo, médico obstetra y carapintada, años más tarde, lo trasladaron a La Plata. Recuerdo y sé que se conservan fotos del festejo por el campeonato mundial de fútbol en la plaza de aquella ciudad. Para el año ‘79 estábamos en Campo de Mayo, uno de los grandes centros clandestinos de detención. Mi viejo era uno de los obstetras de la maternidad que allí funcionaba. Allí, ese mismo año, nació mi hermano. 

Tengo algunos recuerdos de esos años, como cuando destruí la guardería que tenían para los hijos de los milicos. Me veo saltando de cuna en cuna, despertando bebés. Recuerdo también una jirafa enorme, grande muy grande para mis dos años y ocho meses. Tengo presente también las palizas que recibía por infiltrarme entre las botas durante los desfiles.

Fue cuando estaba en tercer grado, alrededor del año 1984, cuando algo del relato familiar empezó a no encastrar. Esas grietas en la historia son las que poco a poco fueron sembrando dudas y desconfianza en relación al relato hegemónico familiar. Ni Papá Noel existía ni mi viejo era tan bueno.   

De esa época recuerdo mis problemas para vincularme, el asma y el miedo a hablar. Algo no encajaba en mi pequeña lógica. Un par de años después, siendo todavía una estudiante primaria, escuché de boca de mi viejo -entre otros relatos- el de los vuelos de la muerte. (Nunca pude entender cómo se las arreglaba con el Juramento Hipocrático ya que la paradoja es insalvable: la mano que cura es la misma mano que puede torturar, dar a luz, decidir sobre la vida y también, criar, acompañar al colegio, abrazar y golpear. Un devenir incesante de disociaciones, ninguna gratuita).   

También recuerdo el no poder hablar, los golpes, la vergüenza, los textos prohibidos, las películas vedadas y, principalmente, lo mal fundado de los argumentos por los cuales habría uno de creer su visión de la historia era la correcta. Creo que todo ello fue deslegitimando la figura paterna y me permitió interpelarlo e interpelarme.   

Para ese entonces, se escondían ejemplares de Página/12 en casa como parte de los temas de los que no se podía hablar, en especial con Mercedes. ¿Qué tenía de particular la familia de mi compañera de colegio? Puedo decir que agradezco infinitamente haber tenido luego una cantidad inmensa de Mercedes que me abrieron los ojos. Lo extraño es que ellos nunca supieron todo lo que sembraron en mí. La duda quiebra lo hegemónico.

¿Por qué hay tantas cosas de las cuales no se puede hablar? ¿Por qué papá aparece en un diario? Página/12 lo había escrachado por defender a Camps (y uno va creciendo, leyendo –nada más hermosamente subversivo, para usar el término que ellos entienden–  e informándose respecto de quiénes eran esos personajes siniestros). Pero hay edades donde no se cuenta con esa información o no se la puede abordar. Un niño no está preparado para asimilar que sus padres no hacen bien las cosas.

El 24 de marzo de este año mi hija menor, Alba Libertad, me preguntó con sus 9 años (¿será casual la adquisición de conciencia a esa edad?), si de vivir, su abuelo estaría preso. “Sí”, le respondí de inmediato. Nunca la vi llorar como ese día. Nunca. Algo se había quebrado en aquella niñez, pero no podía ser de otro modo. Recordé que a esa edad yo le preguntaba a mi viejo si él había matado. Hay preguntas de las cuales no hay regreso posible, porque son de algún modo mayéuticas y nos solicitan como sujetos. Al salir de la caverna, después de encandilarse y ver las imágenes verdaderas, el esclavo debía regresar para contar lo que había visto fuera de ella.


Que la verdad duele es cierto, pero es necesaria, para poder construirse como sujeto. Y eso vale también para los que debemos hacernos cargo de la mierda que nos toca. No se puede vivir eternamente disociado.

A los hijos de los milicos -y más si tu viejo era comando y carapintada- nos formaban en ciertos valores más que en otros; es decir, se nos educaba para ser gallardos. El peor defecto que podíamos detentar era el de ser cobardes. Agradezco que haya sido así: había que tener valentía para mirar al verdugo a los ojos y, aun así, mantener la palabra. Memoria, Verdad y Justicia. Clarito y sin claudicar.

Todas esas inquietudes, esas fisuras dentro del relato totalitario paterno, estallaron cuando tenía 15 años, quizás todavía 14.  Si el tipo que debía cuidarme encañonaba a mi vieja delante mío, era capaz de cualquier otra cosa. Lo personal es político. El respeto a un Otro, los abusos de autoridad y de poder, la violencia como modo de disciplinamiento se juegan dentro y fuera del seno familiar. ¿Si mi viejo podía golpearme con la ferocidad que lo hacía, siendo su hija, por qué no lo haría con personas desconocidas?

Tendría alrededor de diez años cuando recogí un gato de la calle. Por si no lo saben: los felinos no son los animales preferidos de un castrense. Entendí, tijera de jardinero mediante, que lo de las siete vidas es puro camelo. El gato fue desechado en una bolsa negra de basura. Estos métodos terminan por amedrentar cualquier subjetividad.

Otra cosa que intenta quebrar un milico es la voluntad; nada de sacar los pies fuera del plato. Estudié Derecho (aunque me gustaba la filosofía, carrera vedada) con un único objetivo que me acompañó año a año: recibirme e irme de esa casa. Para ese entonces mi viejo ya no era milico, pero lo había receptado la Policía Bonaerense, Techint y los Astilleros Astarsa. Recuerdo la última golpiza, ya de grande, después de que me encontrara un periódico troskista. Entré a mi habitación y vi todo dado vuelta, como en las requisas dentro de lugares de encierro. Me juré irme y nunca más volver, cosa que sucedió.

En agosto de 2012 recuerdo haber festejado la aparición de Pablo Gaona Miranda, el nieto 106. Durante la noche y acorralado por la situación judicial mi viejo decidió quitarse la vida. Se hizo justicia popular.

Poner en cuestionamiento (en duda) el relato totalitario paterno es necesario como primer paso para la toma de conciencia (mi viejo no está haciendo las cosas bien). Y  en relación a la identidad, vivir bajo el yugo de la incertidumbre y de no saber quién es uno, no es algo que posibilite la construcción de una subjetividad sino lábil.

Cuando se comunicaron desde Abuelas ante la posibilidad de que mi ADN fuera compatible con los aportados al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), la primera sensación que tuve fue la de traición. Hiciera lo que hiciera estaba traicionando; o bien a quien me crió o bien a mis propias convicciones que son las que me llevaron a la sede de Abuelas (Virrey Ceballos 592), y luego al Durand. Lo cierto es que no fue compatible y esto implicaba hacerse cargo de que era la hija de este personaje. Desde esa certeza es que pude hablar y asumir el camino que me tocaba. Un camino no elegido, pero que sin embargo me es propio. Por esa razón, y siendo existencialista, no sentí necesidad de cambiar mi apellido, pero sí un compromiso genuino con la búsqueda de la verdad.

El milico suele ser implacable y hay que estar preparado para defender una idea (Julio López es un argumento en este sentido).

Mientras escribo esto, mi hijo me envía un mensaje de texto preguntándome si su abuelo se había suicidado. Hasta ahora sabía todas las cosas que había hecho, incluso sabía que si su abuelo viviera estaría en cana. Pero no sabía cómo había terminado. No creí oportuno hablarle del suicidio a su edad, me parecía una crueldad innecesaria. Sin embargo hoy debo responder esta pregunta de la única manera posible, con la verdad. Y el dolor de niño otra vez.

Además, no olvidemos, que nunca se arrepintieron. Mi viejo jamás se arrepintió. Cuando leí el artículo de Anfibia sobre Mariana, la hija de Etchecolatz, se me vinieron a la mente -y al cuerpo, principalmente- mil recuerdos. Es difícil deshacerse de ellos; son como una música en sordina, para nada alegres por cierto. La disociación, la culpa, la angustia (porque uno puede comprender racionalmente que no tuvo nada que ver, pero carga la piedra de Sísifo de todos modos) encuentran a la palabra como cura, como instrumento para nombrar y generar presencia, quién sabe si una anécdota no viene a completar lagunas o dar un poco de luz a los relatos de familiares que aun hoy buscan respuestas.   

Cuando ellos piden olvido, nosotros tenemos el deber cívico y humano de dar presencia y memoria; la palabra nombra y mantiene vivo el relato. Por eso el relato de Mariana emociona, convoca y, en cierto modo, obliga. Nos interpela a contar; decir lo que sabemos, por poco insuficiente o mal articulado que sea. Coadyuvar a la construcción de la historia es un compromiso colectivo. Todavía faltan nietos por aparecer y cuerpos por despedir (hasta en la edad antigua se les permitía sepultura a los muertos del enemigo).   

Leer el testimonio de la hija de Etchecolatz me genera, más allá de la angustia por los recuerdos, la posibilidad de transformarlos en acción plena de sentido, lo cual es más útil y consecuente. Así surgió la idea de juntarnos. Hijos de milicos genocidas, bajo una única consigna inclaudicable: Memoria, Verdad y Justicia. 

Y esto es necesario dejarlo más en claro que nunca por el contexto actual: se reciben a familiares de genocidas en oficinas de gobierno, se otorgan beneficios en la ejecución de las penas a los genocidas condenados, se hizo campaña (y se ganó una elección) contra el “curro” de los derechos humanos y el más alto órgano jurisdiccional argentino desoye instrumentos internacionales en la materia y argumenta y sentencia en favor de aplicar la famosa pero no vigente ley del 2×1. 

Esto es  borrar lo logrado con años de lucha. Es increíble que se vuelva a escuchar hablar de dos demonios. Fue uno y se llamó Terrorismo de Estado. No hay reconciliación posible con las Pandos. En el año 2012 hubo justicia, porque o bien mi viejo terminaba preso en el penal de Marcos Paz o terminaba como terminó. ¿Qué respuesta judicial habría hoy para un caso como el de mi viejo?   

Ahora bien, ¿juntarnos para qué? No para seguir regodeándonos en nuestros dolores, sino para organizarse con miras a aportar datos a los familiares que aún hoy buscan justicia, nietos y poder llorar sus muertos. 

Cuando la palabra circula la historia permanece viva. Cuando nombramos generamos presencia. Y es entonces que podemos estar seguros de que no nos han vencido. 






miércoles, 10 de mayo de 2017

Cuando Alfredo Bravo enfrentó al genocida Miguel Etchecolaz... @dealgunamanera...

El día que Alfredo Bravo enfrentó al genocida Miguel Etchecolatz...


En 1997 ambos protagonizaron una discusión memorable en el programa Hora Clave de Mariano Grondona. Video.

  
© Publicado el miércoles 10/05/2017 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El fallo de la Corte Suprema de Justicia que aplicó el beneficio del "dos por uno" a un represor condenado por delitos de lesa humanidad generó reacciones en contra por parte de varios sectores. Uno de los efectos colaterales de la decisión del máximo tribunal es que varios presos podrían conseguir la libertad y, de hecho, algunos ya lo solicitaron


En el terreno político la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley que aclara y limita la aplicación del 2x1. La norma será tratada este mismo miércoles en el Senado. Por su parte, organismos de derechos humanos, el justicialismo y la CGT, entre otros gremios y dirigentes de izquierda se concentrarán este miércoles a las 18 en Plaza de Mayo para repudiar el fallo del máximo tribunal. La protesta estará encabezada por Madres Línea Fundadora y Abuelas de Plaza de Mayo. La gran ausente será la Asociación Madres de Plaza de Mayo que preside Hebe de Bonafini.


En unos meses se cumplen 20 años del histórico cruce televisivo entre el dirigente del Partido Socialista Alfredo Bravo, detenido y desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, y su torturador, Miguel Etchecolatz. Un duro enfrentamiento que pone de manifiesto el dolor que puede acarrear la aplicación del 2x1 en casos de lesa humanidad para las víctimas y familiares de desaparecidos. 

En el programa de Grondona, Etchecolatz aseguró que la gente que reprimió "tuvo derecho a juicio". "Ese es el engaño precisamente de ese famoso libro Nunca Más", afirmó a la vez que consignó que la cifra de los desaparecidos se manipuló con "tanta arbitrariedad, la suma no es la que se está publicando".

Bravo, tras escuchar parte de la entrevista, le gritó que "es un personaje siniestro y no le digo el calificativo que le corresponde" mientras éste le pedía: "Cálmese, cálmese".

Alfredo Bravo falleció el 26 de mayo de 2003 de un ataque al corazón. Hoy en día Miguel Etchecolatz está preso, condenado a reclusión perpetua por homicidios, torturas y privaciones ilegítimas de libertad luego de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. La Cámara Federal de Casación Penal le otorgó el pasado 28 de abril la prisión domiciliaria, aunque la decisión no se hará efectiva aún por causas pendientes



viernes, 4 de octubre de 2013

Julio López, historia de un desaparición en democracia... De Alguna Manera...

Julio López, historia de un desaparición en democracia...


 

 

Una producción de Perfil.com, a siete años de la desaparición del testigo que declaró contra el represor Miguel Etchecolatz. 

 



Perfil.com reconstruye la historia de Jorge Julio López, el testigo desaparecido hace siete años en su casa de Los Hornos, después de declarar contra el ex jefe de la Policía Bonaerense, el represor Miguel Etchecolatz, en el primer juicio por crímenes de lesa humanidad tras la anulación de las leyes de la impunidad.

El documental incluye los testimonios de Rubén López, hijo del testigo; Miguel Graziano, autor de la primera biografía publicada recientemente sobre López y Carlos Rozanski, juez del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que  juzgó a Etchecolatz y al capellán Christian von Wernich.

"Por qué hay tanta dificultad para entender que hay una desaparición forzada de persona, por qué barajan con tanta liviandad hipótesis de que se perdió o de que se pudo haber perdido caminando en lugar de pensar que, en el contexto en que se produce su ausencia, es mucho más factible que se trate de algo gravísimo", asegura Rozanski.

"Julio López es un hombre que encarna la consigna de memoria, verdad y Justicia, que se sobrepone a varios silencios a los que es sometido. Por un lado, un silencio familiar que no quería saber lo que había pasado en los centros clandestinos y, por otro lado, un silencio social que tiene que ver con las leyes de la impunidad", recuerda Graziano. "Es un hombre que, pese a eso, trabaja todo el tiempo para mantener despierta y viva su memoria, que escribe para recordar lo que pasó y dejar testimonio y finalmente se encuentra con la oportunidad de hablar ante la Justicia: primero en los Juicios por la Verdad y después en el juicio a Etchecolatz".

"El rol de la Justicia es nulo. Hace 7 años que no se ponen de acuerdo de cómo se tienen que investigar las llamadas telefónicas de celulares de ese día", reclama Rubén López.

© Escrito por Juan Pablo Mansilla y Alexis Moyano el miércoles 18/09/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.