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sábado, 16 de abril de 2016

La noche que terminó la carrera de Sinéad O’Connor… @dealgunamanera...

La noche que terminó la carrera de Sinéad O’Connor…


El 16 de octubre del 92 se dio una de las silbatinas más feroces en la historia del rock. Sinéad O´Connor enfrentó uno de los escándalos más brutales tras enfrentar a la Iglesia.

© Publicado por http://www.guioteca.com miércoles 02/03/2016 de la Ciudad de Santiago de Chile, Chile.



Primero, zanjar una discusión inútil: Sinéad es una cantante de canciones pop, golpeada de pequeña, que conoció los reformatorios, se rapó la cabeza y señaló los abusos en las iglesias. Más rock que eso, ya sería Keith Richards. El rock no es un género musical (también hay uno que lleva ese nombre): es antes que nada, una actitud ante la vida.

Sinéad O´Connor era una muñeca, en sus años de juventud. Pero las apariencias engañan. La niña venía recargada de una infancia dura en las ciudades heavys de una Irlanda siempre al borde del estallido. No era precisamente una princesita. Tras unos iniciáticos años rodeados del éxito masivo, todo dio un vuelco en un programa de TV famoso de EE.UU.

El 3 de octubre de 1992, Sinéad se plantó ante las cámaras del Saturday Night Live. Los corazones americanos suspiraron con la idea de ver a la muñequita cantando como los dioses canciones sobre su corazón roto. Pero Sinéad tenía otra idea, aunque los dioses sí tenían algo que ver (al menos, sus representantes en La tierra, según ella).

Mientras cantaba a capella “War”, de Bob Marley, Sinéad modificó una frase y rompió una foto del Papa Juan Pablo II, arrojando los restos a cámara. No era un ataque a la persona del Papa, sino su modo de denunciar los repetitivos abusos sexuales en las iglesias. Las líneas de teléfono se saturaron de llamados enfurecidos. Pero allí no terminaría todo.


Apenas dos semanas después, un Madison Square Garden colmado festejaba un tributo a Bob Dylan. Sinéad estaba invitada y, cuando tocó su turno, salió a escena a cantar “I believe in you”. Una silbatina feroz cayó sobre ella. El progresista público neyorquino prefería seguir haciendo la vista gorda antes que aceptar los horrores avalados por la religión. Kris Kristofferson se acercó y le dijo “no permitas que los bastardos te depriman”. A la muchacha ni hacía falta decirle aquello. Sinéad cambió los planes y comenzó a cantar “War” con una furia encendida, casi escupiendo la letra a los dinosaurios espectadores. La noche terminó en desastre. La relación entre los americanos y O´Connor jamás pudo reponerse.

Con altibajos, la carrera de Sinéad tuvo idas y vueltas, sin recuperar el esplendor anterior a esa noche triste. Años después, las noticias de abusos sexuales en las iglesias recorrieron el planeta entero, recibiendo condena casi unánime en cada sitio remoto. Sólo resistieron un puñado de imbéciles. Tal vez alguno de ellos estuvo esa noche en el Madison.



domingo, 8 de noviembre de 2015

La leyenda de Carlos Monzón... @dealgunamanera...

La noche en que Monzón empezó a escribir la leyenda...


Hace 45 años, el santafesino derrotó por nocaut en el 12° round al italiano y se consagró campeón mundial mediano.

La derecha, recta e implacable, llegó limpia a la mandíbula de Nino Benvenuti, que ya no podía seguir retrocediendo porque las cuerdas lo arrinconaban. El italiano cayó de rodillas, con la frente sobre la lona del ring del Palazzo dello Sport de Roma. Cuando consiguió ponerse de pie, el árbitro británico Harry Gibbs ya había llevado su cuenta hasta 10. Corría el 12° round. Todo había terminado para Benvenuti. 

Todo estaba empezando para Carlos Monzón, que esa noche del 7 de noviembre de 1970, hace 45 años, se consagró campeón mundial mediano de la Asociación Mundial de Boxeo y del Consejo Mundial de Boxeo. Esas dos coronas le pertenecieron hasta que se retiró, en 1977, tras derrotar por segunda vez al colombiano Rodrigo Valdez y así poner el broche a una serie de 14 defensas exitosas.

Esa noche, el santafesino conquistó Italia, el primer destino durante un reinado que se extendió a Europa y Estados Unidos, una mezcla del glamour de Mónaco, las tardes jubilosas del Luna Park, el encanto de París y el examen del Madison Square Garden de Nueva York. Por entonces, nadie imaginaba la dimensión que iba a alcanzar Monzón salvo su vencido. "Subirse a un ring con él era un martirio. Era un boxeador tremendamente efectivo, que iba destruyendo a sus rivales de a poco", señaló Benvenuti, quien tuvo revancha en 1971 en Montecarlo y volvió a caer, esta vez en el tercer round. "Era magnífico dentro del ring y un gran hombre fuera de él. Lo sufrí entre las cuerdas y disfruté de su amistad fuera del boxeo", contó el italiano.


Una sólida campaña gestada principalmente en el Luna Park, con victorias ante varios rivales estadounidenses (Candy Rosa, Charlie Austin, Harold Richardson, Doug Huntley, entre otros), los títulos argentino y sudamericano de la categoría (ambos ganados ante Jorge Fernández) y una foja de servicios de 80 combates, con apenas tres derrotas, fueron las cartas de presentación que Monzón llevó a Roma para tratar de dar forma a su sueño.

El argentino no era favorito. Casi nadie creía en sus chances. Sin embargo, no solo llevaba buenos antecedentes a Roma sino también una potencia descomunal en sus manos y una excelente preparación. Esa noche, Monzón dominó el combate en la larga distancia, con la izquierda en punya y la derecha recta, y en también en la corta, con ganchos al cuerpo y uppercuts a la cabeza.

Sin embargo, las tarjetas, localistas como tantas veces, no lo favorecían al final del 11° asalto. Solo quedaban cuatro para cambiar la historia (en aquel tiempo, las peleas por título mundial eran a 15). Entonces salió decidido. Encadenó una serie de golpes que hizo retroceder a Benvenuti, lo llevó hasta su propio rincón y dio forma a su golpe maestro, ese que quedó en el recuerdo.

El que terminó con el italiano. Y empezó a dar forma a su leyenda. La leyenda de Carlos Monzón. 

© Publicado el sábado 07/11/2015 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




sábado, 17 de enero de 2015

El gran recuerdo de Mónica Seles sobre Gaby Sabatini... De Alguna Manera...

El gran recuerdo de Mónica Seles sobre Gaby Sabatini...


Mónica Seles, ex número 1 del mundo, volverá a jugar con su rival más querida, la argentina Gabriela Sabatini.  Disputarán un set entre sí el próximo 10 de marzo en el Madison Square Garden, como parte de la conmemoración del día mundial del tenis.


Al ser convocada para la celebración, Seles no dudó en aceptar la propuesta. El motivo de su afecto por Sabatini es un gesto inolvidable de la bonaerense que relata en el capítulo cuatro de su autobiografía “Monica, From Fear to Victory” (del miedo a la victoria).

Previo a la exhibición que darán en el Madison Square Garden, la ex tenista serbia invocó los mejores momentos junto a Gaby Sabatini cuando compartían canchas en la WTA. 

El 30 de abril de 1993, Monica Seles fue apuñalada por un fanático de Steffi Graf. Una semana después del ataque, la WTA realizó una votación respecto a la posición de Seles en el ranking. Fueron citadas 17 de las mejores 25 tenistas de aquel momento. Todas votaron en contra de la protección del ranking de Seles durante su recuperación, menos Gabriela Sabatini.


Mientras se entrena en Florida para llegar a punto a la exhibición, Mónica Seles se refirió a Gaby y los mejores recuerdos que tiene de la ex tenista argentina. Contó que Sabatini fue la única jugadora que la apoyó luego del ataque y por ello es que le tiene mucho aprecio y un gran respeto.

“Ella pensó como persona, no con el ranking, no pensó en los sponsors ni en el negocio. Ella es una persona diferente al resto de las jugadoras que estaban en el tour. Es muy humana, tiene valores”, contó Seles a  FueBuena durante una teleconferencia.

Seles debutó en el circuito con sólo 14 años. En su teleconferencia que brindó en Florida trajo a colación que la ex tenista argentina la trató muy bien desde el principio y, más allá de los resultados, siempre respetó a sus rivales.

Además del cariño personal, Seles rememoró que sus mejores partidos fueron contra Sabatini. La semifinal de Roland Garros y la final en el Madison Square Garden son los dos enfrentamientos que quedarán para siempre en su memoria.


© Publicado el viernes 16/01/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.