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sábado, 21 de noviembre de 2015

Los miedos… @dealgunamanera...

Los miedos…


El miedo a lo largo de la historia de la humanidad ha sido un factor determinante como represor de las capacidades liberadoras de los pueblos, pero también, y esa dialéctica es lo que lo convierte en fascinante, ha sido clave como constructor de rebeldías sociales inimaginables poco tiempo antes que las mismas sucedieran.


Los miedos provocaron insurrecciones heroicas y también retraimientos que la humanidad pagó caro. El miedo nos paraliza pero el miedo también nos hace dignos cuando lo desafiamos.

Una interminable e insufrible campaña electoral acaba de terminar. Camino al balotaje del 22 se ha mostrado todo el repertorio posible de miedos que atraviesan al país. Temores que vienen de muy lejos y que se renuevan adaptándose a los nuevos tiempos.

Efectivamente, los miedos tienen su propia historia en Argentina. Una historia cargada de significados y momentos culminantes del país. El miedo en estas tierras ha sido uno de los alienantes más poderosos.

A un miedo bizarro a perder cosas que en realidad nunca se consiguieron en la década ganada, apuntó la campaña de Scioli.

Del otro lado, se realizó una campaña de buena onda y buenos modales, mientras los Medios opositores al Oficialismo, con maestría y disimulo en muchos casos, “ayudaron” apelando también a los miedos. Miedos de otras características, pero miedos al fin.

Los unos invocaron a los miedos de los más humildes por la posibilidad de la pérdida de planes sociales y los otros irritaron a los sectores medios y altos con el discurso de la perpetuidad del “populismo opresivo”. 

Así la campaña de los miedos fue perversamente clasista en sus enunciados, aunque ambas propuestas políticas y sus respectivos candidatos finalmente perjudiquen a la mayoría de los asalariados argentinos.

Por eso este domingo no importa por quién votan los argentinos. Sí importa dejar atrás los miedos cuando se entre al cuarto oscuro y fundamentalmente, cuando se salga de él. 

Que sean votos de aviso, de control, de estricto seguimiento de lo que va a hacer el que finalmente gane la elección y tenga que gobernar.

Hay que dejar en claro y para siempre, que se va a recordar todo lo que dijeron que iban a cambiar, por si no se cambia. Y que se va recordar todo lo que dijeron que no iban a hacer. Por si se hace.

Miedos que tengan los que callaron, nacieron y crecieron políticamente en los noventa. Miedos que tengan los que usan el aparato del Estado para tirárselo por la cabeza al que critica, disiente o compite desde otro espacio político. 

Miedos para los que gobiernan la ciudad más rica de Argentina y dejan crecer la mortalidad infantil y las villas miseria. 

Miedos para los que gobernaron la Provincia de Buenos Aires y la convirtieron en una tierra de nadie poblada por millones de excluidos.

Miedo que tengan los que mienten cuando hablan sobre la democracia. Porque creen poco en ella.

Miedo que tengan los que hablan de pobreza medio atragantados para no tener que hablar de desigualdad. O los que hablan de desigualdad pero destruyeron el INDEC para no admitir que la agravaron.

Construir una república y una democracia exigente es una lucha constante para que los miedos los tengan quienes gobiernan.

Es lo más ajustado a los tiempos que vivimos para decir con otras palabras lo que decía el inmortal revolucionario francés Saint Just en los tiempos irrepetibles de la Revolución Francesa: “la república es la destrucción de lo que se le oponga”.

Después de dos siglos, sus palabras siguen teniendo vigencia. Y sus ecos son el miedo más sano que creó la democracia, para que retumbe en los oídos de los poderosos.

© Escrito por el Diputado Nacional Roy Cortina el jueves 19/11/2015 y publicado en Roy Cortina



sábado, 7 de enero de 2012

Szpolski... De Alguna Manera...

Szpolski amenazó a un periodista de Clarín:
“Te voy a hacer mierda”


Llamó por teléfono a Alejandro Alfie para intimarlo con escraches y embargos. “Vos de mí no vas a escribir más, vas a vivir en Tribunales”. “No vas a publicar más, porque después no te van a quedar ganas de publicar nada sobre mí”, me dijo ayer Sergio Szpolski.

“La nota de hoy (por ayer) es la excusa perfecta para agarrarte por corrupto. Por ahí nunca te encontraste con nadie como yo. Te voy a perseguir hasta el fin del mundo, incluyendo escraches. Vos no ponés más que soy un banquero cagador. Voy a investigarte a vos, a tus hermanos y a tus padres, voy a ir contra todos y te voy a hacer mierda”, amenazó Szpolski, sacado por la nota que ayer escribió este redactor, donde el jefe de redacción de diario Libre , Darío Gallo tuvo un áspero debate por Twitter con Szpolski, a quien le dijo, entre otras cosas: “Como banquero ser cagador es un lugar común, el tema es que te metiste a editor. Es otro tipo de estafa, tal vez peor”.

Szpolski, dueño de Grupo Veintitrés, me llamó ayer al celular, para decirme que se había “hinchado las pelotas” por esa nota y que ahora las cosas habían cambiado. Le recordé que quien había dicho que era un “cagador”, un “ladri” y un “delincuente” había sido el jefe de redacción de Libre.

Pero Szpolski respondió que “el tema es con vos”, que ya había hablado con sus abogados y que me iba a “iniciar un juicio civil por calumnias e injurias”.

Le contesté que no iba a encontrar nada, ya que no tengo ni auto. Szpolski contestó: “No importa, yo te voy a sacar la casa y el 30% de tu sueldo. Si logro que un juez diga que sos un corrupto, sos un corrupto. Voy a repartir volantes en la escuela de tus hijos y de ahí a los carteles con tu foto, para que todos se enteren. Vamos a ver cómo te las arreglás cuando te encontremos la plata”, dijo Szpolski.

Le dije “hacé lo que quieras. Tengo un sueldo como redactor y otro como docente de la UBA”.

Szpolski respondió: “Es obvio que vos no la tenés, porque eso ya me ocupé de averiguar. Pero tus padres y tus hermanos seguro que la tienen. Sos un esbirro de Magnetto, porque escribís pago. Me voy a ocupar de que todos sepan quien sos. Vas a aparecer en todos lados con la denuncia de corrupto. Te aviso, porque el que anuncia no es traidor”.

Le dije: “Es una lástima que haya gente como vos, que amenazan y extorsionan a la gente. Conozco otro caso que hiciste lo mismo”.

-Szpolski: ¿A quién? -A la Asociación por los Derechos Civiles, por sus informes sobre la publicidad oficial.

-Szpolski: Les hice un juicio, por eso no publican más. Voy a ver si consigo que un juez te ponga un bozal legal, para que no puedas escribir nada de mí, como hizo Nosiglia con la revista Noticias, que le ganó un juicio y no pueden hablar más de él. Además del juicio que le inicié a una consultora por mentir con cuánto me dan en publicidad oficial.

Si vos publicás una mentira es un delito. No vas a publicar más, porque después no te van a quedar ganas de publicar nada sobre mí. Te estoy avisando que te voy a hacer un juicio por mentir, calumniar. Mañana vas a tener un sobre en tu casa. En un momento la paciencia se acaba.

Le dije: “Yo tengo la conciencia tranquila”. Szpolski respondió: “La conciencia tranquila y los bolsillos llenos. Me llamaste corrupto”.

Le insistí: “No te llamé corrupto. Lo hizo el jefe de redacción de diario Libre . Szpolski contestó: “Bueno, tan responsable es el que lo publica como el que lo dice. Mañana te llega la carta documento”.

Después de este diálogo y ante la repercusión que tuvieron sus dichos, Szpolski confirmó por Twitter que me envió una carta documento para iniciarme “querella civil por calumnias e investigar quien le paga x difamarme.

Eso no es amenaza ”, dijo. Y añadió: “Alfie mantiene una campaña de mentiras y creo conveniente que pague económicamente por ello y se difunda el fallo si gano”. Y yo le iniciaré la semana próxima un juicio por amenazas.

© Escrito por Alejandro Alfie y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires elñ sábado 7 de Enero de 2011.