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miércoles, 20 de junio de 2018

El viejo topo y las topitas… @dealgunamanera...

El viejo topo y las topitas…

Agua. Macri valoró el jueves en Corrientes el debate en Diputados que consagró la despenalización del aborto. Sin embargo, no quiere discutir el acuerdo con el FMI. Fotografía: NA

Un buen político sabe que es peligroso liberar fuerzas que no se está en condiciones de dirigir. En general, Macri no lo hace, por eso hasta hoy no ha puesto en debate público lo que ha firmado con el FMI.

© Escrito por Beatriz Sarlo el domingo 17/06/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Hemos acordado un stand by de acceso privado por 50 mil millones de dólares. Esto es un reflejo del apoyo de la comunidad internacional al país”, publicaron los diarios el 7 de junio. Antes de eso, el Gobierno no había dado pistas sobre tal acuerdo. Ni los partidos aliados en Cambiemos conocían lo mínimo como para responder sin trastabillar las preguntas del periodismo. El acontecimiento que definirá los próximos años no fue discutido.

El secretismo del Gobierno contrasta con la decisión de habilitar, en Diputados, la discusión sobre la despenalización del aborto. Uno y otro tema definen, a su manera, el futuro. Pero, a diferencia de la bruma que rodeó el acuerdo con el FMI, el Gobierno le dio la bienvenida a ese debate parlamentario, que trasladó el centro de atención hacia otra parte.

Finalmente, la ley de despenalización tuvo media sanción. El mérito debe reconocerse a la masiva participación juvenil y a la tenacidad de un grupo de mujeres que, desde hace décadas, sostuvieron el reclamo. El debate fue excelente y aquí no cabe diferenciar por partidos. Fernando Iglesias y Daniel Filmus, Gabriela Cerruti y Silvia Lospennato, Fabio Quetglas y Facundo Suárez Lastra fueron tan elocuentes a favor de la despenalización como lo fue el silencio (¿religioso?, ¿narcisista?) de Lilita Carrió, que se expidió por Twitter desde la capilla de la sede parlamentaria. Buscó ese silencio porque se la sabía contraria a la despenalización y lejos de lo que declaró en un documental filmado por Raúl Beceyro que, en 1994, la mostraba dispuesta a defender ese derecho.

Preguntas. Las razones que impulsaron a Macri para habilitar el debate todavía deben conjeturarse. ¿Lo hizo para abrir un escenario que compitiera con el del acuerdo con el FMI? Viendo los resultados, poco importa. La ocasión es buena para que el Presidente aprenda lo que quiso decir Marx cuando se refirió al “viejo topo”, que cava su túnel hasta emerger inesperadamente a la luz. Marx pensaba en las revanchas de la historia y en la potencia invisible de la revolución. Lo que Marx escribía en el 18 Brumario sobre el viejo topo hoy puede servir de lección a Macri. Los jóvenes topitos del cambio, si no se los detiene, pueden horadar túneles hacia el futuro.

Un buen político sabe que es peligroso liberar fuerzas que no se está en condiciones de dirigir. En general, Macri no lo hace, por eso hasta hoy no ha puesto en debate público lo que ha firmado con el FMI. Hubo que esperar a la mañana del último viernes para una deslucida exposición y conferencia de prensa del ministro Dujovne, que agregó algunas precisiones. Primero se firmó el acuerdo con el FMI. Luego, a las cansadas, el Gobierno se refirió a sus imposiciones, sus límites y sus consecuencias. Hay palabras que los argentinos preferimos no volver a usar. Pero el pacto fue un blindaje y significa un severo ajuste, esa dupla semántica y económica que nos marcó en los comienzos de este siglo.

Como si se tratara de una obra jugada en otro teatro, el pacto con el FMI fue todo lo contrario a los apasionados debates de las últimas semanas. Sobre la despenalización del aborto, lo que sucedió en el Congreso fue un modelo de polémica. Una sociedad deliberativa en funciones. Los diputados y las voces de las organizaciones sociales tenían, en la mayoría de los casos, argumentos a favor y en contra. No simplemente un amontonamiento de consignas y prejuicios, sino razones. Hubo esfuerzo intelectual, razonamiento elaborado y movilización discursiva. Hubo deseo de convencer al otro. La ley ha sido aprobada en Diputados. Los que estamos a favor del aborto ganamos, pero no se impuso la humillación sobre los que perdieron, porque tuvieron también su oportunidad de resultar vencedores. La movilización dejará sus enseñanzas entre los más jóvenes, que ocuparon la calle quizá por primera vez.

Necesitamos de políticos que se hagan cargo de achicar la distancia entre complejidad y amplitud, dos cualidades a veces opuestas.

Efectos.

Una consecuencia se percibe de inmediato. La política ha sido siempre una esfera compleja de la vida social y, al mismo tiempo, los demócratas deseamos que sea lo más colectiva posible. Complejidad y amplitud son cualidades no necesariamente complementarias. Y muchas veces se manifiestan como opuestas. La democracia necesita de políticos que se hagan cargo de manera permanente e intensa de achicar la distancia entre estas dos dimensiones, y que reduzcan el indomable principio de contradicción entre lo complejo y lo colectivo.

Precisamente, el acuerdo firmado con el FMI es un ejemplo de opacidad extrema, no porque el periodismo no acerque los datos de las obligaciones contraídas, sino porque esas mismas obligaciones son complicadas y solo el discurso político democrático puede restaurar un nivel aceptable de inteligibilidad. Macri firmó primero y todavía no abrió la boca ni siquiera frente a sus aliados políticos, mucho menos frente a sus opositores. Reclama un acuerdo en un páramo discursivo. En este caso, la falla política no afecta solo a los excluidos sino a vastos sectores sociales más organizados y, probablemente, mejor preparados para comprender de qué se trata y, en consecuencia, para apoyar u oponerse razonadamente.

Todo el mundo está preocupado por alcanzar acuerdos. Debo decir que a mí me preocupa otra cosa: cómo se llega a ellos y cómo se los garantiza. Por eso, los acuerdos antes de firmarse deben ser públicos y debatidos. Lo que Macri y su ministro Dujovne hicieron respecto del FMI fue ciertamente lo contrario. Una falla en lo político que no asegura un buen futuro. La mencionada conferencia de prensa de Dujovne no fue más explicativa que declaraciones anteriores. Mientras tanto, con leyes y con acuerdos, los sectores excluidos son un agujero negro.

Posdata.

Pido a los lectores que disculpen mi prescindencia de la doble mención de masculino y femenino: “diputados y diputadas”. Y que también evite la pintoresca conversión del castellano en una rara especie de catalán rioplatense lleno de “e” finales: “les diputades”, “les alumnes”. Solo a veces coincido con la Real Academia pero, en este caso, le encuentro razón.



(Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

domingo, 12 de julio de 2015

Hola Lousteau, soy el Círculo Rojo… @dealgunamanera...

Hola Lousteau, soy el Círculo Rojo…

El círculo rojo... 

Anoten, muchachos opositores. Compañero Mauri 15 4437 2XXX (el resto lo paso por línea privada). Ernesto Sanz: 15 2659 0XXX. Larreta: 15 4381 2XXX. Lousteau: 15 3890 7XXX. El de Lilita no lo paso porque no lo tengo. Creo que no usa porque en general no escucha a nadie. Como otra que yo sé.

Ahora, razonemos. Desde el domingo a la noche no paran de discutir sobre la conveniencia, la oportunidad o el derecho de Lousteau a competir en un ballotage. Tiraron mil argumentos. Que la estrategia del frente electoral, que los 20 puntos, que la Constitución lo exige, que es irremontable, que no perdamos tiempo, etc. etc. Inclusive el ministro Montenegro llegó a decir cuántas escuelas se pueden hacer con la plata que cuesta el ballotage, sin que ni siquiera haya aparecido una sola ambulancia con dos enfermeros y un chaleco de fuerza para trasladarlo al manicomio más cercano. Con el mismo argumento, podríamos ahorrarnos el Congreso Nacional ya que sólo se usa para aprobar todo lo que a Ella se le ocurre sin tocar una coma.

Sigamos el razonamiento. Se supone que con el Compañero Mauri, con Sanz y con Lilita, estamos todos bajo el mismo paraguas electoral. Se supone que aunque competimos entre nosotros sanamente, en el final del camino se vamo’ a encontrar para enfrentar al Compañero Lancha. Y se supone que le queremos ganar. Quiero creer que tenemos un plan. Una estrategia.

La pregunta del millón es: ¿No hablaron lo del ballotage antes de las elecciones? ¿No tienen los celulares? ¿No se les ocurrió sentarse en un bar y acordar, por ejemplo: “Che, si sacas más del 46% el pibe se baja y si sacas menos del 46% el pibe te la pelea y nadie lo discute”? ¿De verdad no se hablaron antes? ¿A nadie se le ocurrió que iba a pasar esto? ¿No leyeron las encuestas? ¿Que creían, que ganaba Recalde?

¿Cómo puede ser que hayan improvisado este papelón que ya lleva una semana? Suerte que los kirchneristas son tan burros como ustedes (no voy a volver a usar el “nosotros” hasta que me demuestren que se lo merecen). Es más, yo aviso que si repiten otro error como éste, con el Compañero Lancha les vamos a ganar de punta a punta. Putos.

¿Tampoco acordaron si hacen o no hacen debates? ¿Ahora se ponen a discutirlo? ¿No lo tenían hablado? Si no querían hacer debate, ¿no podían buscar una excusa mejor? Decir, como dice Larreta, que él sólo debate con los vecinos, barrio por barrio, manzana por manzana y casa por casa, suena un poco raro. Son como 1.000.000 de timbres en dos semanas. Casi 70.000 reuniones por día. No digo que sea imposible, pero… tendrían que arrancar bien tempranito, apurarse y aun así la veo difícil.

Hagan un debate, papá. Se supone que ustedes son los demócratas y nosotros, los kirchneristas, somos los neofascistas autoritarios. Pero hay que demostrarlo.

Reconozco que del lado de Scioli también tenemos mucho ruido. De hecho, el kirchnerismo le viene haciendo bullying desde que se conocieron con el Compañero Jefe, también conocido como Compañero Centro Cultural o Compañero Polideportivo.

Acá cabe aclarar que cuando uno dice Compañero Polideportivo incluye a todos los polideportivos del país que llevan el nombre de Néstor Kirchner: el de Ezeiza, el de Miramar, el de Recreo en Santa Fe, el de Roldán en Santa Fe, el de Santa Cruz, el de Baradero, el de General Lamadrid, el de Anillaco (que seguramente incluye los vestuarios Carlos Menem) y el de Santa Bárbara en Jujuy. Juro por la Rotonda Néstor Kirchner de Villa Gobernador Gálvez que este listado es absolutamente cierto.

No contabilizo como polideportivo al Canódromo Néstor Kirchner de Las Heras en Santa Cruz, donde se realizan las carreras de perros (juro que es verdad). Ponerle Néstor Kirchner a una pista para perros es una humillación que no se merece el prócer que un 9 de julio de 2003 logró la verdadera Independencia de la Patria, tal como nos acaba de contar Ella. De la epopeya emancipadora a una carrera de salchichas y chihuahuas, hay una degradación inaceptable.

Pero volviendo al tema Scioli, el tipo al menos tenía un plan. ¿Había que comerse un pepino? Se comía un pepino. ¿Había que comerse 20? Se los comía también. Se comió todos los pepinos que hicieron falta sin hacerle asco a ninguno y logró lo que quería: ser el único candidato oficial. El tema de la dignidad, después vemos. Siempre hay tiempo para repararla.

La única realidad es que si llega a conseguir los votos suficientes, él se queda con la Rosada y la que se va a casita es Ella. Evidentemente el plan Scioli fue mucho más exitoso que el plan K.

Por supuesto, que tanto el Compañero Lancha como el Compañero Mauri, o cualquiera que gane, debería hacerle un monumento al Compañero Massa (sigo sin sacarle el apodo, debe ser por eso que se le complicaron los números). Gracias a él salvamos la Constitución y no hubo reformas ni reelecciones indefinidas. Una pena, con lo que nos gusta el fascismo a los argentinos.

El plan de Scioli incluyó el cambio de película. De los creadores de “Scioli no me representa” ahora llega “Scioli nos va a sorprender” protagonizada por Forster, D’Elía, Barone y gran elenco. Son los famosos “taxis kirchneristas”: los comprás por poca plata y se pasan de nafta a GNC con sólo tocar una perillita.

Sin embargo, debajo de Scioli, el plan se emputece un poco. Recién arrancó la campaña por la gobernación de Buenos Aires y entre Aníbal Fernández/Sabbatella y Julián Domínguez/Spinoza ya se están tirando con bolsas de cocaína. A este ritmo, en un mes estos tipos van a estar protagonizando la remake de “Scarface”.

Mientras tanto, por afuera y de la mano de Massa, se va instalando Felipe Solá, el mejor candidato que tenemos nosotros, los peronistas. Ojo. ¿Y si el tipo les complica el plan? ¿Ya lo pensaron?

Pregunta para el PRO: si en las PASO a Massa le va flojito, ¿ya saben qué van a hacer? ¿Hay algo hablado? ¿O vamos a improvisar?

Según Macri, se denomina Círculo Rojo al conjunto de personas que leen todos los diarios, escuchan todas las radios, miran todos los programas políticos, se informan de todo lo que pasa, opinan, debaten, influyen, exigen, aconsejan. En fin, unos estúpidos.

Yo sólo voy a dar un humilde consejito. Se acercan las PASO. Es hora de ir hablándose entre todos. Pídanse los celulares antes de que sea demasiado tarde. Ya lo dijo Antoine de Saint-Exupéry: un objetivo sin un plan no es más que un deseo.

© Escrito por Alejandro Borensztein el domingo 11/07/2015 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.