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lunes, 25 de septiembre de 2023

El falaz argumento de moda que usan los malvinenses para justificar la permanencia británica en Malvinas… @dealgunamaneraok...

 El falaz argumento de moda que usan los malvinenses para justificar la permanencia británica en Malvinas…


Monumento a las Islas Malvinas, ciudad de Ushuaia, provincia de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Fotografía: Shutterstoch Pixabay

Un libro publicado por Editorial Planeta cuenta cómo defienden los isleños la ocupación que lleva casi dos siglos. "Malvinas", escrito por Alejandra Conti y Sergio Suppo, aporta una reflexión sobre un tema tan cercano al corazón argentino.      

© Publicado el domingo 02/04/2023 por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Alejandra Conti y Sergio Suppo son dos periodistas expertos en las Islas Malvinas. Con varios viajes a los territorios usurpados, estuvieron en las islas en el 40° aniversario de la guerra y, fruto de ese viaje, publicaron un libro que abarca varios aspectos de la ocupación y la vida en ese paraje inhóspito.  


De los múltiples aspectos que abarca el libro "Malvinas. El lugar más amado y desconocido por los argentinos", adelantamos un fragmento que explica la maniquea argumentación de moda entre los isleños para justificar su posición, favorable a la ocupación británica y que manipula un viejo acuerdo entre las provincias unidas del Río de la Plata y el Reino Unido realizado en 1849,  


Islas Malvinas, 190 años de usurpación: poblaron con "súbditos británicos" que desoyeron los reclamos de soberanía


"
En el nuevo museo la exhibición tiene otras características. En una sala moderna y revestida en madera clara, se proyecta en loop un audiovisual con testimonios de isleños sobre la guerra. Las imágenes históricas y el sonido real de los combates se superponen con las declaraciones de diferentes personas que cuentan qué hacían, dónde estaban, qué les pasó durante ese tiempo. El resultado apela a lo emotivo y es un resumen de la visión que los isleños tienen del conflicto. 


En la pared de enfrente a la de la pantalla con el video, una línea de tiempo señala algunos de los hitos de la situación política de las islas respecto del reclamo argentino. Nos detenemos ahí. 


Bajo el año 1941 se indica que "por primera vez desde la ratificación de la convención de paz de 1850", Argentina renueva sus reclamos sobre las islas.


Pocos, pero hay: ¿Cuántos habitantes de Malvinas se definen como argentinos? 


Aquí aparece nuevamente este acuerdo de 1850 del que nunca habíamos oído antes y que se ha convertido, repentinamente, en caballito de batalla de la argumentación isleña. Algunos locales, entre ellos varios funcionarios, esgrimen que sería la prueba concluyente de los derechos británicos sobre las islas. Se basan en el libro Falklands Facts and Fallacies, de Graham Pascoe, con la colaboración de Peter Pepper.


Los autores se dedican a escribir libros y artículos de historia sobre lo que presentan como pruebas de los supuestos derechos británicos sobre las islas. En ese libro sostienen que el acuerdo de 1849-50 determina la renuncia implícita a los derechos argentinos sobre las islas. Si vamos a los libros y a la documentación que toman como base para su afirmación, vemos que el argumento no tiene nada que ver con las Malvinas.  


El Gobierno desplegó aviones de combate frente a las islas Malvinas para "vigilar y controlar nuestros espacios" 


En el acuerdo de 1850 (en realidad 1849, pero ratificado al año siguiente), Juan Manuel de Rosas, en nombre de la Confederación Argentina, da por terminada la enemistad argentino-británica a raíz del bloqueo del Río de la Plata por parte de Gran Bretaña y Francia en cuyo marco se produjo la Vuelta de Obligado en 1845. 


El tratado se denominó "Convención para Restablecer las Perfectas Relaciones de Amistad entre la Confederación Argentina y Su Majestad Británica", o tratado Arana-Southern, por los nombres de los encargados de negociarlo (Felipe Arana y Henry Southern). Según estos autores, implícitamente Rosas da a entender al firmar el acuerdo que renuncia a seguir reclamando la soberanía sobre Malvinas. "Implícitamente" es la palabra clave. 


Por más que uno busque en el texto, en ninguna parte se hace mención a las Malvinas o Falklands. Sería ilógico que así fuera, ya que el conflicto que venía a cerrar era otro, el del bloqueo anglofrancés al Río de la Plata.   


La Vuelta de Obligado y las Malvinas



Faro del Cabo San Pablo. Islas Malvinas Argentinas.


Los autores, en un exceso de libertad interpretativa, van más allá y aseguran que este acuerdo hace caer el derecho de Argentina de heredar las posesiones de la colonia española, nada menos. El argumento de Pascoe y Pepper está basado en suposiciones más que en afirmaciones. 


Igualmente fue adoptado por los isleños y grupos de presión que hacen lobby para ellos, y aparece en el Museo como si fuera un hito histórico indubitable. Lo cierto es que nada que haya quedado por escrito da a entender semejante conclusión. 


Para más precisiones, consultamos al historiador Esteban Domina, quien dice: "El acuerdo de 1849 (ratificado en 1850) no alude a la cuestión Malvinas. No debe sorprender, por cuanto dicho tema no estaba en la agenda rosista desde los reclamos efectuados ante el Reino Unido tras la ocupación del archipiélago en 1833, y el ulterior intento de negociación que la versión revisionista presenta como un ardid de Rosas que no prosperó. A su vez, el hecho de que, luego de su caída, Rosas fijara su residencia en Inglaterra alimenta las conjeturas acerca de su escaso interés en el tema. Pero de ninguna manera puede inferirse que este acuerdo incluyó la resignación de los derechos argentinos sobre las islas”. 


Los argumentos hasta ahora considerados definitivos para el lado británico eran: 1) la toma de las islas en 1833 obedeció a los usos y costumbres de la época en todo el mundo y son irreversibles, y 2) la derrota en la guerra de 1982 dio por terminado el conflicto. La nueva adopción de una teoría tan endeble como la de estos dos escritores hace dudar de la solidez de los dos argumentos clásicos.  


NT / CP




    

The fallacious fashionable argument that the Malvinas use to justify the British permanence in the Malvinas...

A book published by Editorial Planeta tells how the islanders defend the occupation that has lasted almost two centuries. "Malvinas", written by Alejandra Conti and Sergio Suppo, provides a reflection on a topic so close to the Argentine heart.

© Published on Sunday 04/02/2023 by the Diario Perfil of the Autonomous City of Buenos Aires, Argentine Republic.

Alejandra Conti and Sergio Suppo are two expert journalists in the Falkland Islands. With several trips to the usurped territories, they were on the islands on the 40th anniversary of the war and, as a result of that trip, they published a book that covers various aspects of the occupation and life in that inhospitable place.

Of the multiple aspects covered by the book "Malvinas. The most loved and unknown place by Argentines", we advance a fragment that explains the Manichean argumentation fashionable among the islanders to justify their position, favorable to the British occupation and manipulated by an old agreement between the united provinces of the Río de la Plata and the United Kingdom made in 1849.

"In the new museum the exhibition has other characteristics. In a modern room covered in light wood, an audiovisual with testimonies from islanders about the war is projected in a loop. The historical images and the real sound of the combats are superimposed with the statements of different people who tell what they did, where they were, what happened to them during that time. The result appeals to the emotional and is a summary of the vision that the islanders have of the conflict.

On the wall opposite the screen with the video, a timeline indicates some of the milestones of the political situation of the islands regarding the Argentine claim. We stop there.

Under the year 1941 it is indicated that "for the first time since the ratification of the peace convention of 1850", Argentina renews its claims on the islands.

Here this agreement from 1850 appears again, which we had never heard of before and which has suddenly become a workhorse of the island's argument. Some locals, including several officials, argue that it would be conclusive proof of British rights over the islands. They are based on the book Falklands Facts and Fallacies, by Graham Pascoe, with the collaboration of Peter Pepper.

The authors write books and history articles about what they present as evidence of British claims to the islands. In that book they maintain that the 1849-50 agreement determines the implicit renunciation of Argentine rights over the islands. If we go to the books and documentation that they take as a basis for their statement, we see that the argument has nothing to do with the Falklands.

In the agreement of 1850 (actually 1849, but ratified the following year), Juan Manuel de Rosas, on behalf of the Argentine Confederation, ended the Argentine-British enmity following the blockade of the Río de la Plata by Great Britain. Brittany and France within which the Vuelta de Obligado took place in 1845. 

The treaty was called "Convention to Reestablish Perfect Relations of Friendship between the Argentine Confederation and His British Majesty", or Arana-Southern treaty, after the names of those in charge of negotiating it (Felipe Arana and Henry Southern). According to these authors, Rosas implicitly implies by signing the agreement that he renounces continuing to claim sovereignty over the Malvinas. "Implicitly" is the key word.
No matter how much one searches in the text, nowhere is there any mention of the Malvinas or Falklands. It would be illogical for this to be the case, since the conflict that came to close was another, that of the Anglo-French blockade of the Río de la Plata.

The authors, in an excess of interpretative freedom, go further and assure that this agreement undermines Argentina's right to inherit the possessions of the Spanish colony, nothing less. Pascoe and Pepper's argument is based on assumptions rather than assertions.

It was also adopted by the islanders and pressure groups that lobby for them, and appears in the Museum as if it were an indubitable historical landmark. The truth is that nothing that has been written down suggests such a conclusion.

For more details, we consulted the historian Esteban Domina, who says: "The agreement of 1849 (ratified in 1850) does not refer to the Malvinas question. It should not be surprising, since this issue was not on the Rosas agenda since the claims made to the United Kingdom after the occupation of the archipelago in 1833, and the subsequent attempt at negotiation that the revisionist version presents as a ruse by Rosas that did not prosper. In turn, the fact that, after his fall, Rosas took up residence in England "It fuels conjectures about their lack of interest in the subject. But in no way can it be inferred that this agreement included the resignation of Argentine rights over the islands."

The arguments until now considered definitive for the British side were: 1) the capture of the islands in 1833 obeyed the uses and customs of the time throughout the world and are irreversible, and 2) the defeat in the 1982 war ended the conflict ended. The new adoption of a theory as weak as that of these two writers raises doubts about the solidity of the two classic arguments.

NT/CP

martes, 20 de noviembre de 2018

173º años del Combate de la Vuelta de Obligado... @dealgunamanera...

173º años del Combate de la Vuelta de Obligado…


La Batalla de la Vuelta de Obligado fue una de las acciones defensivas más importantes de la historia nacional, por ella se conmemora el Día de la Soberanía Nacional.

© Publicado el martes 20/11/2018 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires.

Corría 1845 en la reciente Confederación Argentina, cuya conducción estaba a cargo del Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. Este mandatario estaba enfrentado con el presidente de Uruguay, Fructuoso Rivera, y sus sucesivos enfrentamientos debilitaron a las milicias argentinas. Años anteriores, el gobernador de Buenos Aires había reforzado una pequeña escuadra para lograr un bloqueo total a Montevideo, generando gran malestar a distintos países que utilizaban la Banda Oriental para comerciar sus productos, entre ellos, Francia y Gran Bretaña.

La intervención de dichas potencias era un hecho, y con la excusa de apoyar a Rivera, planeaban en silencio impedir la expansión hegemónica de Rosas, comerciar con el Paraguay y la provincia de Corrientes. El enfrentamiento diplomático de la Confederación y la falta de las negociaciones con Uruguay y sus aliados precipitaron los hechos en el tiempo. Así fue que el 22 de julio de 1845, las fuerzas navales europeas se apoderaron de la escuadra patriota, comandada por Guillermo Brown, quien cansado y con su salud quebrantada, debió regresar a Buenos Aires.

El 18 de septiembre del mismo año, una flota anglofrancesa decretó el bloqueo a todos los puertos de Buenos Aires, sin existir previamente declaración de guerra ni acciones bélicas que justificaran la medida. En simultáneo, milicias de igual nacionalidad tomaron Colonia y saquearon Gualeguaychú. Ante la inminente avanzada enemiga, Juan Manuel de Rosas ordenó evacuar la isla Martín García. De esta manera, el plan anglofrancés de dominar el río Uruguay y tener libre navegación del Paraná, ya no tendría más resistencia. Al menos así lo creían.

Juan Manuel de Rosas, sin una fuerza naval competente para hacer frente a la intromisión extranjera, dispuso la instalación de baterías próximas a San Pedro, provincia de Buenos Aires, en la conocida Vuelta de Obligado. Este lugar estratégico en la orilla occidental del Paraná es un recodo barrancoso con escasos 40 metros de profundidad y unos 700 metros de ancho.


El General Lucio Mansilla estuvo a cargo de la instalación: dividió su artillería en 4 baterías de sur a norte. La primera nombrada Restaurador Rosas, compuesta por seis cañones, al mando del Sargento Mayor de Marina Álvaro Alzogaray. La segunda fue bautizada General Brown, la componían cinco cañones y la comandaba el Teniente Eduardo Brown (hijo menor del Almirante). La tercera batería, llamada General Mansilla fue dispuesta sobre el nivel del río y contaba con tres cañones: la conducía el Teniente de Artillería Felipe Palacios. La última, denominada Manuelita, contaba con siete cañones navales y la conducía el Teniente Coronel de Marina Juan Bautista Thorne. Junto a esta batería de costa un ancla afirmaba tres gruesas cadenas que atravesaban el río sostenidas por 24 pontones fondeados y sujetos en la margen opuesta por el bergantín “Republicano”.

El combate se inició al amanecer del día 20 de noviembre de 1845, con un intenso cañoneo y fuertes descargas de cohetes sobre las baterías argentinas. El combate duró siete horas durante las cuales la intensidad del fuego y la convicción de los defensores no dieron espacio para la tregua.

A medida que se iban agotando las municiones, las fuerzas argentinas perdían iniciativa. Los anglofranceses desembarcaron para tomar las distintas baterías. Pasado el mediodía, el Comandante Tomas Craig incendió el bergantín argentino “Republicano”, para evitar su captura. Con pocas municiones en las baterías argentinas, el fuego mermó y la flota invasora llegó hasta las cadenas que impedía su paso, para romperlas a martillazos. Finalmente, los extranjeros consiguieron liberar el paso, adjudicándose la victoria pero a un alto precio.


Los aliados europeos tuvieron en la Vuelta de Obligado más de un centenar de bajas y sus buques fueron duramente averiados. Las pérdidas argentinas alcanzaron 250 muertos y 400 heridos, los emplazamientos con sus cañones quedaron destrozados, y tanto el “Republicano” como los pontones y demás embarcaciones fueron destruidos.

Esta Batalla es un hito en la formación de nuestra historia como Nación, porque unidos por la férrea convicción de la defensa y salvaguarda de nuestro territorio, los argentinos demostramos ser un país joven pero maduro en sus creencias. Aún en desigualdad de fuerzas y sin la tecnología de guerra que los extranjeros desplegaron en los frentes, la defensa nacional resistió, con el honor de quien por amor y patriotismo elige anteponer su vida antes que la libertad de un compatriota.

Día de la Soberanía Nacional

En 1974, los restos mortales de Juan Manuel de Rosas fueron repatriados, por lo que el historiador José María Rosa propuso al Congreso de la Nación Argentina sancionar el día nacional en su conmemoración. Así se instauró por medio de la sanción de la Ley Nº 20.770, confirmándose el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional, en conmemoración de la batalla de la Vuelta de Obligado. El decreto Nº 1548 lo declaró feriado nacional.

En noviembre de 2010, año del Bicentenario de Argentina, la fecha fue promovida a feriado nacional mediante un Decreto promulgado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Por las condiciones en que se dio ese enfrentamiento, por la valentía de los argentinos que participaron en ella y por sus consecuencias, es reconocida como modelo y ejemplo de sacrificio en pos de nuestra soberanía.



sábado, 27 de mayo de 2017

Andrés Percivale. Q.E.P.D. @dealgunamanera...

Falleció Andrés Percivale, un referente de la televisión…

Meditación. Retirado de los focos de la TV, la práctica del yoga ocupó el centro de su vida. Foto: Cedoc

Tenía 77 años y batallaba contra un cáncer de pulmón. Sus colegas destacaron su profesionalismo y calidez.

Aunque se retiró de la televisión hace algunos años, Andrés Percivale forma parte de su historia, en especial, por haber integrado el equipo de un noticiero que marcó un hito en la televisión argentina. Después vinieron otros ciclos pero Telenoche fue una bisagra por su propuesta para contar las noticias. Antes de su primera emisión por el entonces Canal 13, los integrantes de ese equipo se “entrenaron” durante seis meses produciendo noticias como si salieran al aire.

Era entonces una televisión que no disponía de los medios tecnológicos actuales, pero sí presupuestos que en caso de Telenoche fueron determinantes para realizar coberturas como la que Percivale realizó en Vietman o durante el Mayo francés o la que su “eterna compañera” de equipo, Mónica Cahen D’Anvers hizo cuando el hombre llegó a la Luna, por citar apenas tres ejemplos. 

Finalizado ese exitoso y prolongado noticiero, la conducción fue el camino que tuvo a Percivale como protagonista de otros ciclos  que combinaron temas de información general y “vida cotidiana”. También tuvo una  faceta como actor. Trabajó en películas como Juan Manuel de Rosas y Un elefante color ilusión, y como Mónica, también hizo telenovela. Ayer, ella  dijo sobre él en declaraciones a TN: “Era maestro, arquitecto, era divino, un ser humano adorable.

No era de enojarse, él se adaptaba a todo (...) Eramos un dúo que se adaptaba a las circunstancias con gran facilidad. (...) “Hace un mes y medio me lo había cruzado en la calle, estaba simpático y con una sonrisa inmensa. Y hace menos de un mes hablamos por teléfono y me dijo que ahí estaba, que se estaba bancando. Me entristece que se haya ido, pero tuvo una vida maravillosa”.

Otros colegas que trabajaron con él coincidieron en los comentarios elogiosos y sobre todo, destacaron su calidez fuera de los sets de televisión.

El yoga ocupó en su vida el espacio que antes tuvo su profesión de periodista. Había llegado a practicarlo por un tema de salud y terminó siendo instructor. “Cuando meditás, parás los decibeles del pensamiento, dejás que entre ese cosmos y tenés toda la información que necesitás”, dijo en una entrevista en la que aseguro que el yoga era algo fundamental en su vida. “Es muy necesario para conectarme conmigo mismo y por eso decidí fundar un centro propio”.



domingo, 30 de marzo de 2014

1793 - 30 de Marzo - 2014, Nacimiento de Juan Manuel de Rosas... De Alguna Manera...


Juan Manuel de Rosas…


Nació el 30 de marzo de 1793 en Buenos Aires. En 1806, con sólo 13 años de edad, se presentó voluntariamente a Liniers para participar en la reconquista de Buenos Aires.

En 1829, Rosas fue electo gobernador de Buenos Aires. En 1833, ya habiendo dejado el cargo de gobernador, comandó la primera campaña del Desierto; Rosas era proclive a realizar pactos con los indios (pero en los casos que había dificultad para conciliar no dudo en reprimir a los aborígenes), y a través de arreglos lograr una coexistencia que evitara los enfrentamientos directos.

Tiempo después, el asesinato del caudillo riojano Facundo Quiroga (en 1835) influyó para que los legisladores de Buenos Aires tomaran la decisión de otorgarle a Juan Manuel de Rosas la suma del poder público y de las facultades extraordinarias para volver a gobernar. Gracias a ello Rosas es elegido por segunda vez gobernador.

En 1838 se inició el bloqueo francés del puerto de Buenos Aires. Rosas ya tenían algunos conflictos con Francia, porque no le reconocía ciertas prerrogativas a sus ciudadanos y tenía ciertas disputas comerciales que influyeron en el comienzo de los conflictos. Finalmente en 1840 terminó el bloqueo francés y Rosas logró derrotar a su opositor interno, Lavalle. 

En 1845 el gobernador de Buenos Aires tiene otra vez una destacada actuación en la defensa de la soberanía nacional. Durante la intervención armada anglofrancesa en el Río de la Plata se produjo nuevamente el bloqueo de Buenos Aires y la batalla de la Vuelta de Obligado. Si bien los ingleses triunfaron en dicha batalla, no lograron su objetivo de comerciar con los pueblos del río Paraná. Además, la astucia de Rosas como político le permitió concretar posteriormente ventajosas negociaciones con los ingleses.

Así, en una época donde el país todavía no había consolidado ni una organización ni un estado central, el poder de Rosas por más de dos décadas fue el que articuló una respuesta (por vía diplomática o a través del conflicto bélico) ante el avance de las potencias extranjeras sobre la región y el que buscó imponer un orden interno por medio de erigirse como el caudillo más poderoso del país.

Finalmente, en 1852 Rosas fue derrotado por el caudillo entrerriano Urquiza en la batalla de Caseros, quien había formado un gran ejército, también integrado por fuerzas de países vecinos. Después de años de exilio, Juan Manuel de Rosas falleció en el Reino Unido y fue enterrado en el cementerio de Southampton. Sus restos fueron repatriados en 1989.

© Publicado por http://www.buenosaires.gob.ar



 

domingo, 2 de septiembre de 2012

Bolas... De Alguna Manera...


Bolas...
Héctor J. Cámpora.

Exhausto de su propia delgadez de ideas, el vocabulario político argentino es un amasijo de balbuceos y palabras caducas. Así como el habla radiofónica se ha sumergido en la oquedad infinita del “a ver” o del “tiene que ver con que”, el lenguaje de políticos e intelectuales es cruzado hoy por el furioso vendaval de la falta de significados. Particularmente llamativa es la recurrencia al pasado para describir el presente o pronosticar el futuro. Es una falencia brutal que se percibe en las nomenclaturas. El núcleo duro del grupo que conduce la Argentina se define por el apellido de un político bonaerense que hace 39 años fue presidente durante 49 días y murió en 1980. Esos datos biográficos no aportarían nada si no fuese porque el legado de Héctor Cámpora a la historia de las ideas o de las grandes decisiones es de modestia inocultable; sin embargo, la guardia de hierro que ha colonizado el poder político acepta el descriptivo “camporista” para reconocerse en una supuesta idea común. Si en el corazón del régimen confiere sentido un apellido que hace ya medio siglo sólo evocaba precarias definiciones, en el entero país prolifera y domina una jerga obsoleta, poblada de arcaísmos. Es como si la Argentina política fuese un laboratorio arqueológico que recuerda aquel deslumbrante aporte de Tato Bores con su personaje Helmut Strassen buscando restos que le permitieran comprender a este inasible país.

Abundan ahora las descalificaciones armadas a partir de superficiales apelaciones a la historia. Gestapo, fascismo, stalinismo, Juventudes Hitlerianas, nazis, son algunos de los términos arrojados irreflexivamente al aire para liquidar de manera aplastante lo que (justificadamente) se percibe desde un sector como ominosa y verdadera amenaza. Del lado oficial, la retórica remite, en cambio, al lenguaje de hace varias épocas: gorilas, fuerza de tareas, oligarquía. Estos festivales de retórica petardista pero impotente tienen un trazo común. En la Argentina se habla con el desvencijado vocabulario del pasado por el alucinante vacío de ideas actuales que prendan con potencia en la piel de la realidad y la nombren con precisión.

No hablo desde la nada. En reiteradas ocasiones, ya desde 2003 (y no desde 2009), di cuenta de lo impresionante que era ver a Carlos Kunkel despachar desde la Casa Rosada sentado a espaldas de un descomunal retrato de Juan Manuel de Rosas (1793-1877). Interpelé por TV a Diana Conti cuando, en una de sus noches más turbulentas, proclamó por TV su admiración por Stalin (1878-1953). El rosismo de Kunkel y el stalinismo de Conti, como el antisemitismo virulento de Luis D’Elía, no son inventos. Son profesiones de fe y admisiones de los propios interesados, paladines prominentes de la actual casta gobernante. Sus existencias y sus ensoñaciones son hechos fehacientes y expresivos, no meras exaltaciones individuales. Tienen proyección política. Sucede como cuando la Presidenta profesa su respeto admirativo por los barrabravas o las Fuerzas Armadas Peronistas, o cuando el ministro Alberto Sileoni se declara arrobado por las tomas de colegios.

Pero esa retórica habla del anquilosamiento de quienes conducen el país, atraso que va de la mano con el que padecen otros ámbitos y sectores, incluso aquellos que nada tienen que ver con este gobierno. Es un problema nacional, síntoma de una carencia dramática y profunda. Parte de este fenómeno se dramatiza a diario en radio y TV, donde se advierten los esfuerzos malogrados de muchos de los ocupantes del habla mediática, transpirando a la búsqueda de palabras que les escasean, desde el “a ver” obsesivo, al “digo” sempiterno, pasando por “el tema de” o esa nueva condena oral, el “tiene que ver con”. ¿Qué revelan esos pedregosos pantanos del habla? Enuncia mal quien piensa pobremente. Si –además– lo hace desde la chatura de conocimientos, el desenlace es penoso. Muchos rascan del fondo de herrumbradas ollas de palabrejas, para valerse de las que perciben como más rotundas. Ahí nomás se arma un desbarajuste de antigüedad patética. Ese palabrerío desorbitado indica que la Argentina está sofocada por un lenguaje que hiede a bolas de naftalina.

Este fenómeno, en sí mismo dramático porque describe la decadencia de una sociedad, implica excesos perniciosos. El manoseo banal de cuestiones esenciales, que deben y pueden ser abordadas con valentía pero también con responsabilidad, termina vaciando significados. Las víctimas son esos fenómenos en torno de los cuales es imprescindible ser muy preciso para evitar que se borre su tenebroso significado histórico. La semana pasada, Marcos Aguinis, enjundioso escritor argentino cuya frontalidad cívica es proverbial, trazó un paralelo retórico que terminó en confusa parábola.

Escribió que “las fuerzas (¿paramilitares?) de Milagro Sala provocaron analogías con las Juventudes Hitlerianas. Estas últimas, sin embargo, por asesinas y despreciables que hayan sido, luchaban por un ideal absurdo pero ideal (sic) al fin, como la raza superior y otras locuras”. El dislate radicó en atribuir un “ideal” a los criminales de la Hitler-Jugend (Juventud Hitleriana), la organización paramilitar del Partido Nacional-Socialista alemán entre 1922 y 1945. La HJ era hermana joven de su rama adulta, la siniestra Sturmabteilung (SA). En mi columna “Eterfascismo” (PERFIL, 17 de agosto de 2012), aludí al fenómeno de la creación de la juventud fascista de Mussolini. Creo haber sido cuidadoso en no identificar mecánicamente fenómenos. Es grave sugerir que la máquina homicida nazi estaba provista de “un ideal”, a diferencia de los jujeños reclutados por Milagro Sala. Lo grave no es, empero, el fastidio de Aguinis, quien está en su pleno derecho de razonar como le plazca. Mortifica mucho más constatar el empobrecimiento del universo de ideas y valores en el que debería debatir la sociedad civil.

En el país se habla mal, se escribe con pobreza y se razona en estilo balbuceante por una fehaciente caída en el mundo de los significados, una impresionante hegemonía de la mentira respecto de la verdad, una victoria de la representación simbólica a expensas de los hechos constatables.

Fervorosamente atados a personajes, consignas, métodos y razonamientos de un pasado que no volverá, una mayoría de argentinos no puede nombrar porque no puede concebir. En sí mismo, esto es mucho más grave y truculento que cualquier remedo neonazi o neostalinista que se quiera fantasear.

© Escrito por Pepe Eliaschev  y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 1º de Septiembre de 2012.