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sábado, 19 de enero de 2019

Huracán vs. San Lorenzo... Mucho más que un Clásico... @dealgunamanera...

Huracán vs. San Lorenzo... Muchos más que un clásico...


Hay clásicos del fútbol que pueden representar a un pueblo, a una ciudad, a una provincia y, por qué no, a un país. Y también están los que rememoran la infancia de quienes, cuando éramos pibes, alguna vez hemos jugado al fútbol en la vereda, en la calle misma, en una plaza, en un potrero o en un club. No importaba dónde, pero sí contra quiénes. Y cada vez que tocaba enfrentar a los “del otro barrio”, los partidos tenían un sabor especial, un gusto diferente. Y fue así como un simple desafío barrial que se disputó hace ya más de un siglo, comenzó a acrecentarse con cada enfrentamiento. La rivalidad fue tal, que ese clásico de barrio pasó a ser uno de los más importantes del fútbol argentino. De Almagro y Parque de los Patricios, hacia toda la República Argentina. Clásico porteño por excelencia, San Lorenzo de Almagro y Huracán superaron ampliamente la frontera barrial, pero la esencia de ambos permanece intacta.

© Escrito por Mariano A. Reverdito el viernes 18/01/2019 y publicado por el sitio Patria Quemera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.  

Siempre se enfrentaron en la división superior del fútbol argentino, ya sea por torneos de liga o por copas nacionales. Nunca lo hicieron en el ascenso ni por contiendas internacionales.

Llegaron a Primera División con un año de diferencia. Huracán debutó el 29 de marzo de 1914, cuando le ganó 4-2 a Ferro Carril Oeste. Como dato curioso, vale agregar que el Globo actuó como local en la propia cancha del cuadro Verdolaga. San Lorenzo, por su parte, tuvo su bautismo el 4 de abril de 1915, con derrota 1-5 como visitante ante Platense.

Se vieron las caras por primera vez de manera oficial el 24 de octubre del nombrado año 1915. El pleito tuvo lugar en el campo de juego de Ferro Carril Oeste. Ganó San Lorenzo 3-1 con dos goles de Mariano Perazzo y otro de Francisco Xarau en el complemento. En la etapa inicial, se había puesto en ventaja Huracán por intermedio de José Manuel Durand Laguna.

La primera victoria oficial de Huracán sobre San Lorenzo se produjo el 5 de mayo de 1918. Fue un encuentro correspondiente a la Copa de Honor de aquél año que se llevó a cabo en el Viejo Gasómetro de Av. La Plata al 1700. Los Quemeros se impusieron 2-0 gracias a las conquistas de Miguel Ginevra y José Manuel Durand Laguna, ambas en el segundo tiempo.

El primer triunfo oficial de Huracán por una competencia de liga se produjo el 31 de julio de 1932, por la 19ª fecha del campeonato de ese año. El Globo ganó 2-0 en Parque de los Patricios con tantos de José Cordero y Herminio Masantonio.

Unos meses más tarde San Lorenzo obtuvo su primer éxito por una copa nacional. El 18 de diciembre, por la Copa de Honor Beccar Varela, la escuadra azulgrana se impuso 2-1 en terreno visitante gracias a los dos goles convertidos por Francisco Volpe en el período inicial. Herminio Masantonio descontó para el dueño de casa.

Huracán obtuvo su victoria más holgada en la jornada inaugural del Campeonato de 1944, que se llevó a cabo el 16 de abril de aquel año. Fue 5-1 en la cancha de Ferro Carril Oeste, donde el Globo actuó como local. Se había puesto en ventaja el conjunto azulgrana a través de Francisco De la Mata. Los de Parque de los Patricios lo dieron vuelta con tres tantos de Juan Carlos Salvini, uno de Emilio Baldonedo y otro de Rubén Luis Banchero.

Hubo dos empates en el certamen de 1947. El 25 de mayo, por la 6ª fecha, finalizaron 1-1 en la cancha de Vélez, donde el cuadro de Parque de los Patricios fue anfitrión. Ángel Zubieta puso en ventaja a los Santos en el minuto 44 de la etapa inicial. Pedro Gallina señaló la paridad a los 2’ del complemento. El 14 de septiembre, por la 21ª jornada culminaron 3-3 en Av. La Plata al 1700. Para el local anotaron Oscar Héctor Silva, René Alejandro Pontoni y Rinaldo Fioramonte Martino. Para la visita lo hicieron Llamil Simes, en dos ocasiones, y Norberto Doroteo Méndez.

Al año siguiente, ambos se impusieron en territorio ajeno. El 18 de abril de 1948, por la 1ª fecha del campeonato, Huracán ganó 1-0 en el Viejo Gasómetro con gol de Waldino Aguirre. El 15 de agosto, por la 16ª jornada, Eduardo Ignacio Reggi y Armando Farro le dieron el triunfo a San Lorenzo en el Palacio Ducó. Tal como había sucedido en la primera rueda, Waldino Aguirre anotó para los de Amancio Alcorta y Luna. En este último juego los tres tantos se marcaron en el segundo período de manera casi consecutiva: Eduardo Ignacio Reggi a los 41’, Armando Farro a los 43’ y Waldino Aguirre a los ’44.

Fue nueve la mayor cantidad de goles convertidos en un clásico oficial protagonizado por San Lorenzo de Almagro y Huracán. Por la 27ª fecha del Campeonato de 1959, el 8 de noviembre de ese año, los sanlorencistas vencieron 6-3 a los huracanenses en Av La Plata al 1700. Para la escuadra azulgrana, Norberto Boggio y José Francisco Sanfilippo, anotaron tres tantos cada uno. Por el lado de la visita, marcaron Jorge Alberto Diz en dos ocasiones, y Juan Carlos Soria.

Entre 1957 y 1961, San Lorenzo de Almagro obtuvo la mayor cantidad de victorias consecutivas en el clásico, oportunidad en la que enhebró nueve triunfos en serie. Todos, por torneos de liga: 5-3, 1-0 (1957), 3-1, 4-2 (1958), 4-1, 6-3 (1959), 2-0, 4-2 (1960) y 5-2 (1961). Por el lado de Huracán, hay una sucesión de cinco éxitos en fila, pero con la particularidad que fueron todos en 1976: 3-1, 3-1, 4-2 (Campeonato Metropolitano), 2-1 y 2-1 (Torneo Nacional)

Un hecho curioso que se dio en la historia de este clásico ocurrió en 1980. El 28 de septiembre de ese año se llevó a cabo la 5ª jornada del Torneo Nacional. Por aquel entonces, San Lorenzo de Almagro le alquilaba la cancha a Huracán.


Debido a ello, se dio la particularidad que en esa ocasión, la escuadra azulgrana fue local ante el Globo en el mismísimo Estadio Tomás Adolfo Ducó. Y fue victoria “visitante”, ya que Huracán se impuso 2-1 con goles de René Orlando Houseman y Dante Adrián Sanabria. La transitoria igualdad sanlorencista la había señalado Osvaldo Daniel Morandini.

Ya ha transcurrido más de un cuarto de siglo desde que protagonizaron los últimos duelos correspondientes a una copa nacional. Por la Primera Ronda de la Copa Centenario, el 27 de junio de 1993 el Ciclón ganó 2-0 en Amancio Alcorta y Luna gracias a un doblete de Rubén Alejandro Bernuncio. La revancha tuvo lugar en el Estadio Monumental el 3 de julio, oportunidad en la cual terminaron 0-0.

San Lorenzo de Almagro obtuvo su triunfo más holgado ante Huracán el 10 de septiembre de 1995, cuando se llevó a cabo la 6ª fecha del Apertura ’95. Fue 5-0 en el Bajo Flores con un gol de Claudio Darío Biaggio, dos de Esteban Fernando González, uno de Paulo Silas y otro de Roberto Carlos Monserrat.

Jugaron por última vez de manera oficial el 11 de marzo de 2018 en Amancio Alcorta y Luna, por la 19ª fecha de la Superliga 2017/2018. Terminaron 1-1. Abrió la cuenta Andrés Eliseo Chávez para el Globo a los 43’ el período inicial. Igualó las acciones Gastón Nicolás Reniero a los 42’ del complemento.

Entre torneos de liga (168) y copas nacionales (10), San Lorenzo de Almagro y Huracán jugaron un total de 178 partidos oficiales. La escuadra azulgrana ganó 86 y convirtió 323 goles, mientras que el conjunto de Parque de los Patricios se impuso en 45 ocasiones y señaló 221 tantos. Empataron 47 veces.

Un posible equipo con futbolistas que vistieron ambas camisetas podría estar formado por: Esteban Ernesto Pogany; José Ignacio San Román, Carlos Julio Bustos, Sergio Adolfo Giovagnoli, Fernando Daniel Moner; Alberto Rendo, Luis Felipe Monti, Héctor Rodolfo Veira; Alfredo Demetrio Carricaberry, José Raúl Iglesias, Oscar Alberto Ortiz. DT: Osvaldo Juan Zubeldía. 


Otra alineación podría estar integrada por Carlos Adolfo Buttice; Ángel Maximiliano Puertas, Diego Armando Herner, Ariel Damián Graña; Fabián Gustavo Carrizo, Rubén José Suñé, Cristian Gustavo Leiva, Rubén Oscar Romano; Narciso Horacio Doval, Néstor Andrés Silvera, Omar Rubén Larrosa. DT: Ricardo Daniel Caruso Lombardi

Párrafo aparte para una historia distinta, pero con los mismos protagonistas.


Quizás no muy conocida o tal vez poco difundida. Es la historia “no oficial”, la de aquellos partidos que comúnmente llamamos “amistosos”. Y al hacer un repaso de esos juegos no oficiales comprobados hasta el momento, nos encontramos con el primer partido de la historia jugado por Huracán y San Lorenzo, y del cual hay datos fehacientes. Se trata de un amistoso que se llevó a cabo el 1º de abril de 1915 en la vieja cancha que Huracán poseía en Av. La Plata y Chiclana. Ganó el Globo 3-1 con goles de Eduardo Acevedo, Martín Salvarredi y José Manuel Durand Laguna, todos en el segundo tiempo. Luis Gianella había puesto en ventaja al conjunto azulgrana en la etapa inicial. 

Por el lado de San Lorenzo de Almagro, el primer triunfo “no oficial” del cual hay registros concretos hasta ahora, data del 15 de junio de 1919, cuando se cruzaron en la cancha de Ferro Carril Oeste por la final del Torneo Caballito. Fue 5-2 con dos tantos de Carlos Emilio Votta, uno de Antonio Urso y los dos restantes de Alberto Raffin. Luis Bertolini, anotó las dos conquistas de Huracán. 

El último amistoso lo jugaron en Mar del Plata el 16 de enero de 2018, ocasión en la que los Quemeros ganaron 2-0 con goles de Hugo Martín Nervo y Mauro Bogado. Este último, de penal.

Al día de la fecha, hay un total de 32 partidos amistosos comprobados, con 15 victorias de Huracán (60 goles), 8 triunfos de San Lorenzo (53 tantos) y 9 igualdades. Insistimos. Son cómputos de juegos no oficiales, pero que agregan un condimento más a la rica historia de este atrapante “duelo de guapos” que ambos protagonizan desde hace ya más de un siglo.









domingo, 23 de abril de 2017

Barrio de Colegiales... Buenos Aires... Argentina... @dealgunamanera...

Colegiales… 

Su pasado se encuentra vinculado casi totalmente con el de su vecino Chacarita, habiendo formado parte de lo que fuera la célebre Chacrita de los Colegiales.



Límites

Avenida Álvarez Thomas, Avenida Forest, Avenida De los Incas, Elcano, Crámer, Virrey del Pino, Avenida Cabildo, Jorge Newbery, Crámer, Avenida Dorrego.

Superficie (en km2): 2,3
Densidad (habitantes/km2): 22.778,7
Población Total: 52.391
Mujeres: 29.412 Varones: 22.979
Fuente: DGESC, en base a datos censales, año 2001.
Aniversario: 21 de septiembre

Historia

Su pasado se encuentra vinculado casi totalmente con el de su vecino Chacarita, habiendo formado parte de lo que fuera la célebre Chacrita de los Colegiales. El crecimiento de la Ciudad dividió en dos barrios las antiguas tierras que conservan no obstante su nomenclatura primitiva. Precisamente su nombre proviene de los alumnos que allí iban a disfrutar de sus vacaciones. 

Hoy Colegiales crece al ritmo de sus barrios limítrofes, el ya nombrado Chacarita, Belgrano y Palermo, con los cuales en menor medida se confunde en un pasado común. El barrio pertenece a la Comuna 13.


Fuente: CEDOM






miércoles, 4 de noviembre de 2015

¡¡¡Felices 107 años HURACÁN!!!... @dealgunamanera...

¡¡¡Felices 107 años HURACÁN!!!
Los pibes del colegio Luppi que pateaban la pelota en los potreros de Pompeya cuando el desaparecido Club Alumni monopolizaba los éxitos en el fútbol argentino. Los alumnos del Colegio San Martín de Parque Patricios que se sumaron al “Verde esperanza y no pierde”. El primer presidente, José Laguna, con su empuje fundacional que un primero de noviembre de 1908 convocó a la reunión que organizaba estos sueños recién nacidos.

Jorge Newbery designado socio y presidente honorario, encarnando los ascensos de categorías con su cruce en globo por tres repúblicas.
El primer trofeo levantado, aquella Copa Estímulo en 1920 que hizo honor a su nombre. Los campeones de 1921 que perdieron solamente un partido. Los bicampeones del 22, con 13 triunfos, que también levantaron la Copa Ibarguren. Los goles de Stábile, la trayectoria de Chiesa Vázquez y Pratto para volver a ser campeones en 1928.

El Teniente General Tomás Adolfo Ducó, el dirigente político más influyente en nuestra historia, que en 1939 adquirio el predio de Alcorta y Luna, cuando el Club ya había superado la enorme cifra de 20.000 socios.

Massantonio y cada uno de sus 254 goles para ser el máximo goleador de la historia del Club y el tercero del fútbol argentino.

Los gritos de gol de Baldonedo que jugó diez años en el Club. Los campeones de la Copa Escobar en los años 1942 y 1943. La presencia de un joven Alfredo Di Stéfano, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, vistiendo la camiseta blanca con un globo junto al corazón.

Los 80.000  espectadores que aquel domingo 7 de septiembre de 1947 presenciaron el primer partido en el Palacio.

El plantel de 1952 que quedó tercero, tras un gran campeonato. Miguel Loayza y Alfredo Obberti disputando los primeros Nacionales y Metropolitanos. El equipo del 72 que presagiaba la gloria con Brindisi y Avallay como goleadores del Torneo venciendo al clásico rival por una inolvidable goleada.

César Luis Menotti que coronó ese proceso iniciado en 1971 con el Campeonato Metropolitano de 1973 logrando el primer título del profesionalismo con el equipo que mejor jugó al fútbol en la historia de este deporte en nuestro país: Roganti, Chabay, Buglione, Basile, Carrascosa, Russo, Brindisi, Babington, Houseman, Avallay y Larrosa.

Ese mismo plantel que en el año 1974 despegó del suelo argentino disputando la Copa Libertadores de América.

Chocolate Baley y Ossie Ardiles que reforzaron el recordado equipo del gitano Juárez de 1976, que para muchos jugaba mejor que el de 1973, y quedó en las puertas de un nuevo título como el perfecto subcampeón.

Aquellos delirantes de campera de cuero que consiguieron un predio para que el Globo tuviera su propio campo deportivo y soñaron lo que hoy es “La Quemita”.

El Turco García y el Toti Iglesias que formaron parte del primer descenso, tras perder por penales en el desempate frente a Italiano.

Saturno, Quiroz, Delgado y Herrero, que en cancha de Los Andes, aquel 19 de mayo de 1990, nos tiraron de cabeza a la primera división tras aquel gol del Turco Mohamed.

Héctor Cúper que además de comandar el ascenso desde el fondo de la cancha, armó aquel subcampeón de 1994, que con Barrios, Pelletti y Hugo Morales devolvía a Huracán a los primeros planos del fútbol argentino.

Los once técnicos que pasaron en las siguientes cinco temporadas, el inevitable descenso y el regreso en un año con Gastón Casas como abanderado y ese gol del Tero Di Carlo en un Palacio Ducó repleto.
Antonio Barijho, Lucho González y Daniel Montenegro, surgidos en la Quemita que serían grandes figuras del fútbol local e internacional tuvieron sus primeros minutos en primera división vistiendo la camiseta de Huracán.

Aquellos pibes que en 2003  tuvieron que aguantar las consecuencias de las pésimas administraciones y ponerle el pecho a un nuevo descenso y a la B Nacional.

Antonio Mohamed, regresando al barrio como DT con Milano y Larrivey como emblemas de un nuevo retorno a primera, superando el robo del Sargento Giménez y ganando la promoción en Mendoza.

Ángel Cappa que llegó para afianzar al equipo en primera y armó el mejor equipo de Huracán que muchos hemos podido ver en vivo, con Goltz, Pastore, Bolatti y Defderico en un nivel superlativo, desplegando un juego vistoso y elegante, que no pudo ser campeón por el bochornoso desempeño de Brazenas, en la final frente a Vélez, pero trascendió a su tiempo.

Roberto Pompei haciéndose cargo de un equipo sin rumbo que por cuarta vez desembarcó en la segunda categoría del fútbol argentino.
Frank Darío Kudelka que llegó a Parque Patricios como un desconocido y cimentó las bases de un equipo que quedó en la puerta del ascenso tras perder una nueva final frente a Independiente en La Plata.

Néstor Apuzzo haciéndose cargo de un equipo en crisis y consiguiendo el regreso a primera y volviendo a gritar campeón tras 40 años con la obtención de la Copa Argentina con una heroica actuación de Marcos Díaz en los penales; y La Supercopa Argentina con aquel recordado gol del chileno Edson Puch, frente a River Plate.

Marcos Diaz, Martín Nervo, Federico Vismara, Patricio Toranzo y Cristian Espinoza, la columna vertebral de este Huracán comandado por Eduardo Domínguez que pisa fuerte en el continente y está en semifinales de la Copa Sudamericana.

Todos estos nombres propios, y muchos más, transitaron por la historia futbolística del Globo, pero Huracán no son solamente ellos. Huracán somos los socios, los que estamos y los que no. Huracán es el grito desaforado en la Bonavena, el puteador de la Alcorta o la familia en la Miravé. Huracán es amistad, familia, barrio y tradición. Huracán es La Quemita, La sede social y todas las disciplinas deportivas que se practican a diario.

En definitiva, Huracán es todo aquello que lleva dibujado un globo aerostático rojo, con una “H” en su centro y para nosotros es la perfecta excusa que encontramos para ser felices.

Hace 107 años nacía esta excusa y era organizada como un club de fútbol, pero Huracán es mucho más que eso: Huracán somos todos y cada uno de los quemeros que lo hacemos gigante.

¡Felices 107 años glorioso Club Atlético Huracán!

© Publicado el sábado 31/10/2015 por http://www.patriaquemera.com.ar

miércoles, 14 de enero de 2015

Socios para Huracán... De Alguna Manera...

Trato hecho…

Juan Pelotari y el Grosso Cial se conocieron hace más de un lustro caminando por Luna hacia el Palacio. Se reconocieron a un cordón de distancia entre el empedrado y la vereda. Un cordón que no separa, sino que junta nuestro lugar con el enfrente. Y no hay quien enfrente la realidad exitosamente si no contempla otras opciones a las ya conocidas. Y se pierden en dos colas distintas para entrar a ver al Globo: la de socios y la de simpatizantes.
Son millares de gargantas las que nombran HURACÁN, cuando ese gol faltando un minuto para terminar en 1o tiempo, nos funde en el abrazo con el otro. Y con otros, otras y otritos que aspiran al pitazo salvador para gozar de un entretiempo tranquilos porque vamos arriba en el clásico. Y esa incómoda manera de sentarse que generan las multitudes los vuelve a juntar a Juan y al Grosso. El intercambio de opiniones es desordenado y generoso, altisonante y risueño; no solo para ellos sino también para los compañeros de escalones. Así es la Bonavena.
Una tribuna política y tribunera. Donde siempre se forman dos bandos: uno, eternamente mayoritario que quiere dar la vuelta. Otra vuelta pero en 1era. El otro, menos nutrido pero por eso no menos tenaz, que asegura que el campeonato del Globo es alcanzar 25 o 30.000 socios. Y no hay acuerdo, sobre todo con el reinicio y ese rebote tan fortuito para ellos, los de enfrente, que sin merecerlo llegan al empate.


Juan Pelotari entonces, sintiéndose con más autoridad que nadie, grita a los cuatro vientos aquello de “hay que poner más, hay que poner a los pibes del Club”. Pobre Juan, en su indignación no hace otra cosa que dejarle picando la pelota al Grosso Cial, que sin aprovecharse de la situación le dice: “Dale cantemos más fuerte que a estos se lo damos vuelta “ y así agarrados gritan junto a estas 30.000 personas que de ser socios, lo que darían vuelta seria la historia.
¿Y ese chiquilín desgarbado? ¿Es el mismo que le brillaban los ojos mirando la tienda de la sede social cuando salía de taekwondo y alguien convenció de probarse al baby en la canchita de Urquiza? Esta imparable… y olé,olé,olé …que le pasa hoy a este chico? Parece que está en los genes, es bisnieto de Quemeros, acotan desde el paravalanchas de arriba. Ahí abajo ese golazo, que mañana es la tapa de los diarios, nació de la pared que empezamos a construir en la Quemita, asegura el Grosso. Y el carnaval de abrazos rojos y blancos es interminable. Tan así, que no termina ni desandando Luna hasta la pizza y la cerveza por Caseros. Donde se comprueba que la esperanza nunca se pierde. Menos aún el Verde Esperanza. El Grosso Cial le dice entonces a Juan Pelotari antes de pedir la cuenta, si se dio cuenta. ¿De qué? – respondió Juan. De la cantidad de gente que espera a la gente que sale da la cancha. Esos también son hinchas. ¿Te imaginas si los del Centenario, los del Ojotazo al Obelisco, y tus amigos que salen de la cancha de ver el partido, se hicieran socios? Seríamos imbatibles en el Ducó.

Una herradura repleta de asociados. La Miravé, la Popular y la Alcorta, las tres juntas alentando al equipo y a la vez ayudando al Club, argumenta el Grosso Cial. ¿Cómo hacemos? replica Juan. Escuchando a todos, sumando mucho y peleándonos poco, la fórmula perfecta para reconstruir la identidad, explica didácticamente el Grosso.
Juan embriagado por el triunfo y algún brindis de más, le pide que sea más claro. Dice entonces el Grosso: Nos miramos a la cara y estrechamos las manos, luego nos sentamos en CIRCULO, les ponemos un poco MAX de onda y para demostrar que GRANDE SE NACE, gritamos bien fuerte DALE GLOBO y nos vamos PUHM para arriba a bordo del globo de JORGE NEWBERY en busca de la estrella número 13. Hay que aprovechar la energía que produce la unión y proponer un trato. El buen trato. En el que pueda confiar el Pueblo Quemero. Ese que establece que el socio es mucho más hincha de HURACAN que el simpatizante. ¿Por qué? Porque nunca abandona y así sostiene la identidad de su gran amor… ¿Me entendés Juan? ¡Claro Grosso!, ¡TRATO HECHO! ¡¡¡El lunes paso por la sede!!!
Se van juntos del boliche al son del “SOY QUEMERO” imaginando el hijo de quién tendrá el CARNET 30.001. QUE NO ES POCO.
3.000.000 DE LATIDOS... 300.000 VOCES... 30.000 SOCIOS
HACÉ UN TRATO URGENTE CON TU IDENTIDAD QUEMERA

© Publicado el 05/01/2015 por Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


lunes, 3 de noviembre de 2014

¡¡¡Arriba Globo, dale Huracán!!!... De Alguna Manera...


¡¡¡Arriba Globo, dale Huracán!!!
 

Arrancaré mi nota diciendo que ésta va a ser una de las pocas en las que no me importa cómo se interprete lo que quiero decir, ni mucho menos cómo se lo tomen los protagonistas. Simplemente no sé cómo expresar tanto, no estudié Letras y esto sale todo del corazón. Un corazón que ya no puede más. Un corazón debilitado. Un corazón que siente entre vergüenza, dolor, tristeza y mucha bronca. Siempre dije que el hincha de Huracán definitivamente puede soportar todo… ¿Sabés qué? No sé cuán cierta es esa frase. Yo ya no puedo más. La situación se tornó de inestable a insostenible. La gente me saluda como dando un pésame, como si algún ser querido haya fallecido. Por favor, Globo querido, decime que todavía se puede…

Ayer leí una frase: “Tienen que ganar. Esto es Huracán”. ¿Qué es Huracán? No hablo para nosotros, para lo que quisiéramos, porque nosotros, que estamos enamorados de estos colores, idealizamos al club con lo que nos gustaría que fuera, con un club enorme, futbolística y socialmente (¡Qué lejos estamos!)… Huracán, hoy, es un club que está escribiendo la parte más oscura de su historia. Huracán es hoy un club mediocre con dirigentes que nunca pararon de robar desde hace décadas. Me viene a la mente la bandera "YA ESTAMOS EN PELOTAS". Huracán es hoy un equipo que no gana nada. 

Huracán es hoy un equipo al que ya nadie respeta, ni por su historia ni por su actualidad. 

Huracán es hoy un equipo al que nadie “le tiene miedo”. Huracán es un equipo entregado. 

Huracán se está convirtiendo, aunque a todos nos pese, en un club chico: porque nadie valora la historia, porque la mayoría de la gente que va a la cancha de Huracán no vivió las épocas de grandeza de la que tanto nos hablan nuestros abuelos, porque no le ganamos a nadie, porque andamos boyando de Primera al Nacional, del Nacional a Primera, porque no jugamos ninguna Copa, porque tenemos menos socios que los clubes al que nosotros mismos tildamos de “equipos chicos”. 

¿A quién queremos cargar con nuestro presente? ¿A San Lorenzo? ¿Porque le robamos las banderas?… ¿DE VERDAD?  Asumamos nuestro presente, dejemos de echar culpas a personajes, queridos o no,  que ya no están, y todos los que están ahora que se pongan los pantalones y reviertan esta situación, porque PARA ESO ESTÁN. Porque Huracán, aunque ya no exista para muchos, es la razón de vivir de tantos otros. Entre ellos, yo. Y yo no voy a permitir que un par de mercenarios sin amor por mi hermosa camiseta me lleven a lo peor que pueda llegar a vivir por el fútbol. No puedo permitirlo, porque siempre lo dije, Huracán es más que los nombres que hoy están dando vueltas por el club. Y si querés atribuirle un nombre a Huracán, atribuíselo a Jorge Newbery, a Tomás Adolfo Ducó, a Ringo Bonavena, a Herminio Masantonio, a César Luis Menotti. No a estos tipos que, desde el campo, se comen técnicos; y desde la conducción, no entienden nada de cómo manejar un club. Yo no puedo permitírmelo. Huracán, socialmente hablando, ya perdió el campeonato, hace mucho. 

Con 7 mil socios es difícil hacer peso en AFA, aunque nuestro actual presidente sea el presidente de la mesa de la B Nacional. Ni hablar, socialmente hablando de nuevo, de los incidentes del sábado en la cancha; ni hablar del pibe que no supera los 15 años tirando piedras a los jugadores, tapandose un poco la cara como si fuera un delincuente; ni hablar de los 100 boludos que se pelearon en la víspera de nuestro 106 aniversario en la sede mientras todos esperábamos para brindar porque aún estamos vivos… De eso ni hablemos, porque damos vergüenza… Porque ese “torneo”, el social, lo perdimos hace rato. Ojalá podamos sacar a todos esos tipos que no quieren al club, y que lo lastiman, lo destrozan. ¿Vos romperías tu cancha por más enojado que estés con el presente del club? Yo no. Porque es mi casa.

Ya no hay margen de error, y esta vez es de verdad. El miércoles hay que ganar en Tucumán sin Kudelka al mando, como sea, contra quién sea, con el técnico que sea, y con los jugadores que sea. A la gente ya no le importa jugar bien en este momento tan crítico, con el perdón de todos los menottistas como yo: hay que ganar todos los partidos si queremos el ascenso. No se puede perder tiempo. YA NO HAY MARGEN. Si es cierto que, aunque yo no quiera ni escucharlo ni entenderlo,el fútbol se arregla en los escritorios, entonces que lo arreglen. Y si el fútbol, como yo quiero, se arregla en la cancha, ENTONCES GANEN. Por la historia, para no pasar vergüenza como jugadores ni dirigentes, y sobre todo, por la gente. Porque mi corazón, como el tuyo, y como el de tantos otros, ya no aguanta más.

Pero una vez que uno llora por un cuadro, la cosa está terminada. Ya no hay vuelta. No hay caso. De la alegría se puede volver, tal vez. Pero no de las lágrimas. Porque cuando uno sufre por su cuadro, tiene un agujero inentendible en las entrañas. Y no se lo llena nada. O mejor dicho, sólo se le llena con una cosa: con ganar el domingo que viene. De manera que asunto concluido. La suerte está echada.Del Libro "El cuadro del Raulito" de Eduardo Sacheri.

¡¡¡Arriba Globo, dale Huracán!!!

© Escrito por Victoria Stenves el Lunes 03/11/2014 y publicado En Patria Quemera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



¿Qué le pasó?...

Huracán pasó de ser un candidato a ascender fácilmente a esperar un milagro para volver a Primera. Radiografía de un club que se desangra. Una nueva edición de En Foco.

© Escrito por Ariel Senosiain el Miércoles 05/11/2014 y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.