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miércoles, 31 de octubre de 2018

Los aportantes truchos de Cambiemos... @dealgunamanera...

Alconada Mon ratificó que Macri "pedía a empresarios 1% de su patrimonio" para la campaña.

Octubre registró una leve suba de confianza en el gobierno de Cambiemos, aunque sigue en los niveles más bajos. Fotografía: NA

El juez platense Ernesto Kreplak que investiga aportes truchos de Cambiemos tomó declaración al periodista, a raíz de lo publicado en su libro "La raíz de todos los males".

© Escrito por Ramón Indart el miércoles 31/10/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

"Lo que hacía Macri era reuniones con empresarios muy grosos, uno a uno, en encuentros individuales, y con el resto de los empresarios pero de a 25 personas. A todos Macri les pedía el 1 por ciento del patrimonio de ellos, y ante el asombro, les argumentaba que él exigía el 1% por ciento porque el 99 por ciento restante iba a valer mucho más con él como presidente de la Nación". La frase la dijo ante los medios y la escribió en su libro "La raíz de todos los males" el periodista Hugo Alconada Mon. Por esta afirmación, el juez platense Ernesto Kreplak, que investiga los aportantes truchos de las campañas de Cambiemos de 2015 y 2017, lo citó para obtener más detalles.

Según pudo saber Perfil, Alconada Mon declaró el martes 30 de octubre, ratificó sus dichos y resguardó en el secreto periodístico las fuentes de esa información. En el expediente que tramita en el juzgado federal de La Plata, el juez
 identificó 4.721 aportantes físico a esta campaña. Entre estas personas, unas 1.147 son beneficiarios de planes sociales (567) y monotributistas sociales (580). Estos hombres y mujeres conforman el universo de los contribuyentes más sensibles de Cambiemos y equivalen al 24,3 % del total de aportantes físicos.

La declaración testimonial de Alconada fue pedida por Noemí Viera, una de las querellantes en la causa que instruye Kreplak, cuya identidad fue utilizada para justificar aportes de campaña que ella asegura que nunca hizo, consignó Página/12. Viera vive en Villa Itatí, tiene cinco hijos y es beneficiaria de un plan social, por lo que supone que sus datos fueron tomados de esa base.

Financiamiento. 

El miércoles desde las 15.30 arrancará en el Senado el debate de una nueva ley de financiamiento de partidos políticos, un tema que quedó estancado en Diputados pese a que el Gobierno había mandado su proyecto en julio pasado, cuando estalló la denuncia por los aportantes truchos. Según informó el sitio especializado del Congreso, Parlamentario, hoy será el turno para que expongan los jueces de la Cámara Nacional Electoral, representantes de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) y otras organizaciones. 

Según se publicó, expondrán durante la reunión Alberto Dalla Via, juez presidente de la Cámara Nacional Electoral; Santiago Corcuera, juez vicepresidente de la Cámara Nacional Electoral; Alan Clutterbuck, presidente de Fundación Rap (Red de Acción Política); Julia Pomares, directora ejecutiva de CIPPEC; Pablo Secchi, director ejecutivo de la Fundación Poder Ciudadano; y María Inés Tula, investigadora del Instituto de Investigación de la UBA Gino Germani.


(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

sábado, 7 de noviembre de 2015

Pérez Esquivel: “Nosotros no luchamos para esta mediocridad”… @dealgunamanera...

Pérez Esquivel: “Nosotros no luchamos para esta mediocridad”…


El Nobel de la Paz de 1980, referente de la izquierda, es muy crítico con el Gobierno kirchnerista, al que ve entregado a las grandes corporaciones. Ve progresos en política social pero cree que se han utilizado para mantener cautivo el voto de los pobres.


Adolfo Pérez Esquivel (Buenos Aires, 1931) es un gran referente moral de la izquierda argentina, sobre todo desde que recibió el premio Nobel de la Paz en plena dictadura, en 1980, por su defensa de los derechos humanos con la “no violencia activa”. Pérez Esquivel, uno de los padres de la teología de la liberación, se ha mantenido activo, a través de la organización latinoamericana que fundó, Servicio Paz y Justicia, en proyectos de ayuda a los pobres y a los pueblos originarios de su país, que sufren las peores condiciones de vida. Muy crítico con el kirchnerismo, cree que detrás de la fachada izquierdista esconde pactos con grandes corporaciones como Monsanto, Barrick Gold o Chevron.

Pregunta. ¿Cómo ve usted la situación del país después de doce años de kirchnerismo?
Respuesta. Después de la crisis del 2001 se pudo más o menos equilibrar la situación socioeconómica y política. Esto fue un aporte importante para el país. Además se pudieron destrabar las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, hubo juicios a los represores que cometieron crímenes de lesa humanidad. Pero aún quedan muchos señores feudales en las provincias que responden sus propios intereses.

P. Usted ha visitado siempre en las villas. ¿Ha logrado Argentina reducir la pobreza?
R. Ha aumentado la pobreza, si bien este Gobierno ha tenido algunas medidas que fueron buenas como la asignación universal por hijo. Se les ayudó para superar la desnutrición, pero con eso no alcanza. Lo que se necesita es una producción y un trabajo estable. Hay votos cautivos por el miedo de que se les saquen los subsidios. Además el Gobierno les abrió las puertas a las grandes empresas transnacionales mineras, sojeras, petroleras, siguen con el mismo modelo neoliberal. Hay empresas como la Chevron que se escapó del Ecuador después de los daños ambientales que causó pero viene a la Argentina.

P. Pero el discurso del Gobierno es muy duro contra esas corporaciones.
R. Son todas mentiras. Los hechos lo confirman. Nosotros somos críticos con el Gobierno. Apoyamos aquello que vemos positivo pero criticamos cosas como la minería, los agrotóxicos, los daños ambientales y las grandes violaciones de los derechos humanos. El Gobierno adoptó la política de derechos humanos pero de la época de la dictadura. De los actuales no habla absolutamente nada. En la 9 de Julio, en Buenos Aires, están acampados los pueblos indígenas, Qom, wichis, guaraníes, pilagá, reclamando sus derechos. Llevan nueve meses y ni siquiera les reciben.

P. ¿Se imaginó en los 70 que hoy Argentina estaría así?
R. Después de tantos años de lucha, no solo en Argentina, en América Latina, le digo que no hemos luchado para esto. Luchamos por una sociedad libre, más justa, una democracia participativa. No para gobiernos autoritarios donde aumente la pobreza, la marginalidad y la falta de respeto al derecho de las personas y de los pueblos. Hemos arriesgado nuestras vidas, nuestras familias, hemos pasado por las cárceles y las torturas y no fue para llegar a una situación de mediocridad como la que tenemos. Seguimos la lucha. Cuando uno ve la situación de los pueblos fumigados, la situación que viven los pueblos indígenas y la falta de perspectiva… Hoy un joven no sabe qué va a hacer mañana. Tenemos que comenzar a repensar las sociedades que tenemos. Y una de las cosas que creo que es urgente es comenzar a pensar en un nuevo contrato social como el de Rousseau. Hemos avanzando en algunos pasos en el continente latinoamericano y yo veo todas las cosas positivas pero sí quiero separar la paja del trigo para poder construir otra sociedad.

P. ¿Le preocupa el riesgo de mexicanización del que habla el Papa?
R. Claro que hay una preocupación sobre eso. Mientras que no existan políticas para combatir el narcotráfico en serio esto no tiene salida. Hay grupos muy organizados. Y después está el terrible paco que son todos los residuos de la droga que está destruyendo a sectores sociales.

P. Se ha hecho mucha política de redistribución. ¿Ha fracasado?
R. Creo que estuvo mal orientada. Se especuló políticamente. La gente recibe subsidios pero no hay capacitación laboral. Aquí hay dos o tres generaciones que no saben lo que es el trabajo. Si esto es simplemente para sostener el clientelismo político no es una solución del problema sino que es agravar el problema. Si todo eso tiene un fin político únicamente, lo que nosotros llamamos el voto cautivo, esto no es una solución para el país. Vemos lo que está ocurriendo en Córdoba, en grandes empresas que entran como Monsanto con las semillas transgénicas, ¿qué pasa con el pequeño y mediano productor rural? No vemos un desarrollo sostenible.

P. ¿Cómo ve a Argentina comparado con Bolivia, Brasil, con otros proyectos de la izquierda latinoamericana?
R. Hemos retrocedido en muchas cosas. En la calidad de vida también. La Argentina lo que tiene, y todavía lo sostiene, es una gran clase media. Pero cuando hablamos de los sectores más carenciados el problema es grave.

P. ¿Qué queda de aquella Argentina que usted vivió, de una clase media muy fuerte, de la educación líder en el mundo?
R. Creo que quedan elementos. La Argentina tiene un potencial cultural y de pensadores, filósofos, artistas significativos, eso no se perdió. Creo que eso se conservó a través de la resistencia cultural que se mantuvo durante la época de la dictadura hasta el día de hoy.

P. ¿Cree que el Papa, que ha hablado del narcotráfico y la pobreza en Argentina, puede influir en la política?
R. No tiene la posibilidad de cambio pero puede generar conciencia. Es lo mismo que la encíclica Laudato Si. Yo vengo de Bolivia, lo hemos trabajado pero después van a ir a la cumbre del cambio climático en París y yo no creo que ahí las grandes empresas transnacionales y los gobiernos que manejan el poder económico en el mundo vayan a cambiar su posición sobre esto.

P. ¿En qué estado de ánimo ve a su país?
R. Está preocupado, muy tenso. Y una de las cosas sobre esta tensión es porque este Gobierno como otros que le precedieron no son de diálogo, son de confrontación. Aquí votamos y después entramos en un estado de indefensión por cuatro años. A mí por ejemplo nunca me recibieron en la Casa de Gobierno. Podemos no estar de acuerdo pero por lo menos dialoguemos.

Link:


© Escrito por Carlos E. Cué y Alejandro Rebossio el viernes 23/10/2015 y publicado por el Diario El País de la Ciudad de Madrid, España.


sábado, 18 de mayo de 2013

Elecciones e indecisos… De Alguna Manera...

Clima enrarecido, pronóstico reservado...

Corrida del dólar, protestas masivas, denuncias de corrupción, reforma de la Justicia sin debate y con ajustadísima mayoría parlamentaria… ¿cómo sigue la película de la política argentina? Al oficialismo se lo ve a la defensiva, a la oposición, bajo el estímulo de un clima convocante, pero siempre desorientada. Y las tendencias electorales continúan inciertas. 
Detrás de esos temas no menores, y bajo las humaredas que ellos levantan, hay una ciudadanía expectante cuya agenda no es la misma que la de los políticos y los ciudadanos políticamente alineados. Aquí, como en casi todas partes, los votantes indefinidos terminan decidiendo el resultado electoral. La diferencia es que en otras partes las campañas electorales ponen el foco en esos votantes volátiles, mientras en la Argentina la comunicación política –tanto la del oficialismo como la de los opositores– parece encandilada con los votantes ya alineados y no se ocupa de los indefinidos. Obviamente, hay una masa no menor de ciudadanos que saben que votarán las listas oficialistas, y otra masa no menor de ciudadanos que saben que las listas del oficialismo no las votarán. ¿Quién habla para los que están indefinidos? 
Hay dos indicios muy significativos acerca de estos últimos, y algunos datos ciertos. Lo cierto es que en octubre de 2011 aproximadamente la mitad de ellos votó para presidente a Cristina de Kirchner; la otra mitad, a falta de un candidato con fuerza polarizadora, dispersó su voto. Con esos votos, la Presidenta pudo superar el cincuenta por ciento; ellos fueron decisivos para su triunfo; y no son votos regalados, hay que conquistarlos cada vez. Los indicios: primero, son votantes poco ideológicos, poco generalistas; demandan respuestas específicas a problemas específicos, valoran en alto grado la gobernabilidad. Frente a esas demandas, la Presidenta hasta ahora corrió con ventaja. 
El segundo indicio lo ofrecen las preferencias de esos votantes por los dirigentes políticos. Son esos votantes “swing”, sin preferencias definidas de antemano, quienes hoy entronizan a Daniel Scioli y a Sergio Massa en la tabla de posiciones de la imagen positiva en las encuestas. No están buscando más oficialismo ni más oposición, sino precisamente lo que esos dirigentes encarnan con sus aparentes ambigüedades. Recuerdan al memorable “no positivo” de Julio Cobos en 2008, que a esa gente le cayó muy bien. 
Esos votantes que terminan inclinando la balanza electoral tienden a no reaccionar ante promesas, diagnósticos o pronósticos. Más bien reaccionan ante los hechos y ante las respuestas de los gobernantes a los hechos. Cuando el desempleo era muy alto y la pobreza muy extendida, plantear ayuda familiar, impulsar jubilaciones y subsidiar servicios públicos fue una respuesta muy bien valorada; eran soluciones, no promesas. Ahora los problemas más acuciantes son la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos –esto es, la inflación–, la mala calidad de los servicios públicos –sumada a la falta de respuesta de los gobiernos a las incidencias trágicas que se derivan de ellos–, la declinante calidad de la educación –donde convergen la falta de horas de clase por paros y ausencias docentes con la incapacidad del sistema para cumplir la función de enseñar–. Pero ahora, de todo eso no se habla desde la política. 
Los mensajes del Gobierno a veces rondan lo insólito por el desajuste con las expectativas de sus propios votantes. Pero lo que más resalta es la enorme concentración de la atención del oficialismo en asuntos como la Ley de Medios, la reforma judicial o la re-reelección, que en el mejor de los casos a mucha gente no le interesan y, cuando le interesan, tienden a decir que no. El argumento de que así mal no les ha ido no se sostiene: no fue así como al actual oficialismo le fue bien, no fue hablando de lo que a la gente no le interesa o no le gusta, sino de lo que a la gente le resolvía problemas.
Los mensajes de la oposición también se mueven entre la irrelevancia y lo insólito. De lo que más hablan los dirigentes opositores es de lo poco que se entienden –o lo mal que se llevan– con otros dirigentes opositores. Ni siquiera pueden mantener en bajo perfil sus negociaciones tentativas. Luego, hablan de generalidades que al electorado no definido no le dicen nada. Y cuando, inesperadamente, tocan un tema de preocupación general, no se les ocurre nada más extraordinario que pedir una devaluación. Desde hace treinta años, si en algo la sociedad argentina se mantuvo igual a sí misma fue en su persistente adhesión a la estabilidad de precios y a la estabilidad del tipo de cambio. Recuerdan a Duhalde propiciando en su campaña de 1999 la devaluación… así le fue. 
No se sabe cómo sigue la película, pero sería deseable que sus guionistas consideren seriamente rodarla con varios finales distintos. 
© Escrito por Manuel Mora Y Araujo, sociólogo, el sábado 11/05/201 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.