Mostrando las entradas con la etiqueta Eduardo Duhalde. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Eduardo Duhalde. Mostrar todas las entradas

sábado, 30 de diciembre de 2023

De la ignorancia de Duhalde a la ignorancia de Milei... @dealgunamaneraok...

De la ignorancia de Duhalde a la ignorancia de Milei...


Milei BIS: en la imitación de Fátima Florez.
Fotografía: Télam  

Solo una persona que ignorara las complicaciones que significaba salir de la convertibilidad, que creyese que “quien depositó dólares recibirá dólares”, como dijo Duhalde en 2002 y después tuvo que ser corregido por su ministro de Economía, podía asumir la irresponsabilidad de poner patas para arriba aquel sistema económico. Solo un secretario de Finanzas provincial podía asumir el Ministerio de Economía en ese contexto y con esa fragilidad. Ambos pagaron los costos y los beneficios los cosecharon quienes luego continuaron la tarea, Roberto Lavagna y más tarde Néstor Kirchner. Con ingenua honestidad, a los pocos meses de asumir como presidente, Duhalde decía públicamente que “no sabía que el mundo estaba tan interconectado” y que “no imaginaba que todo era tan complejo”.   

© Escrito por Jorge Fontevecchia el viernes 29/11/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.  



No pocas veces en la historia de la humanidad la ignorancia fue la partera de cambios que luego pudieron encontrar su rumbo y que, sin la ignorancia del agente, no se hubieran podido producir. Un hegeliano pensaría que el ignorante es el cuerpo que eligió la historia para seguir su rumbo y salir del atolladero circular de un dilema donde los costos del remedio y de la enfermedad son tan similares, que la racionalidad inmoviliza. En casos extremos, el técnico experto se convierte en el maestro ignorante porque no puede aprender a desaprender, y hace falta un Alejandro Magno que, frente al nudo gordiano, en lugar de desatarlo, como creían que era el procedimiento correcto todos sus fallidos predecesores, lo corte con su espada de un golpe. 

En los dilemas, la historia apela a la brutalidad, entendida como carencia del refinamiento que genera el conocimiento. Ignorancia lisa y llana, la mayor de todas, que es la de quien ignora que ignora y por eso tiene tanta certeza. 

Hace 22 años, Duhalde fue el ignorante que Argentina precisó para decidir un rumbo; ahora, en diciembre de 2023, la sociedad argentina (el espíritu de la historia) eligió a otro ignorante, Javier Milei, en su caso políticamente, para volver a patear el tablero, esta vez en sentido opuesto al de Duhalde, buscando retroceder en el tiempo para restaurar y profundizar aquello que se descartó en el primer “que se vayan todos”. Lo mismo su ministro de Economía, Luis Caputo, un secretario de Finanzas que asume un papel que lo excede y al cual un técnico más completo quizá no se hubiera arriesgado a asumir acompañando a un presidente tan débil.

¿Tendrán valor las palabras o los periodistas, como hacemos de ellas nuestro oficio, exageramos al reclamar cierta adecuación del significante con el significado?

Para darle sentido a este tiempo distópico, excéntrico y por momentos absurdo, hay que apelar a la metafísica adhiriendo a la doctrina del progreso y atribuyendo un orden a los acontecimientos que solo el futuro demostrará. Quienes vivieron los primeros meses de la presidencia de Duhalde, a comienzos de 2002, recordarán la misma sensación de estar atravesando una distopía que luego el paso del tiempo explicó. Como en búsqueda del tiempo perdido, de Proust, “los acontecimientos del pasado fructifican bajo la mirada retroactiva del presente”.  

Duhalde y su ministro de Economía, Jorge Remes Lenikov, fueron el instrumento de la alianza entre un sector de poder y el humor de época de una parte numerosa de la sociedad. ¿Serán Javier Milei y Luis Caputo el instrumento de otro sector de poder en alianza con otro numeroso sector de la sociedad que en su asociación interpretan el humor de esta época? Y de ser así, ¿correrán el efímero destino de Duhalde y Remes Lenicov o el de otro agente de la historia que también vino a poner patas para arriba el sistema económico que lo precedía, pero tuvo la habilidad de perdurar lo suficiente como para ser él mismo quien cosechara los frutos, como hicieron Carlos Menem y, durante muchos años, su ministro de Economía, Domingo Cavallo? 

Ver a al cofundador del partido de Domingo Cavallo y actual ministro del Interior, Guillermo Francos, entregarle en una caja de regalos la Ley Ómnibus a otro Menem (Martín), que ahora preside Diputados no puede no hacer recordar la frase de Karl Marx en su 18 Brumario de Luis Bonaparte: “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y luego como farsa”, tomada de un texto de Hegel. 

Recuerdo en la época de Bolsonaro la vergüenza que sentían algunos brasileños al tener que explicar ciertas “excentricidades” de su presidente. Similar a la vergüenza de muchos norteamericanos al explicar a Trump cuando presidía su país. Explicar hoy a un extranjero la relación del Presidente con su pareja, que lo imita en el teatro, crea los mismos dilemas estéticos que una “revolución libertaria” producida a través de un decreto de necesidad y urgencia. 

A veces, que el drama regrese como farsa ayuda a digerir y desdramatizar las vivencias. Por ejemplo, el uso de la palabra “revolución”. Imaginemos qué hubiéramos dicho si Cristina Kirchner, al asumir en 2007, hubiera propuesto una “revolución socialista” en lugar de la “revolución libertaria” que propone Milei.

Siguiendo con lo absurdo, los jóvenes mileístas también podrían cantar en el Patio de la Palmeras de Casa Rosada: “Acá tenés los pibes para la revolución”. Vale recordarles que toda revolución e intento de ella utiliza armas que luego se vuelven contra el que las empuña. 

¿Tendrán valor las palabras o los periodistas, como hacemos de ellas nuestro oficio, exageramos al reclamar cierta adecuación del significante con el significado? Si finalmente todo es un show, como el de Fátima Florez, en un sentido ideológico o el opuesto, y lo que principalmente reclama el soberano sea no aburrirse, los verdaderos ignorantes somos aquellos que esperamos cierta coherencia entre las palabras y las cosas, como explicaba Foucault.  

Jürgen Habermas escribió en Conocimiento e interés sobre la falsa conciencia que para Hegel era toda ideología (irreflexiva), criticando la fe en el racionalismo porque “la ciencia solo puede ser comprendida epistemológicamente como una de las categorías del conocimiento posible (...) comparado con el conocimiento absoluto el conocimiento científico aparece necesariamente limitado (...) en un mundo cotidiano en el que nos encontramos siempre de forma inevitablemente contingente (...) el racionalismo es asunto de creencia, una opinión entre otras opiniones”. El ignorante viene a llenar el vacío insondable en esos momentos en que el conocimiento se devela irresoluto y “el futuro solo puede conocerse ambulando en el proceso de construirlo”, arrojados al destino como el dasein de Heidegger. 

La híper de 1989 y el estallido de la convertibilidad de 2001 fueron la causa mientras que Menem y Duhalde, la consecuencia. En 2024 la situación pareciera invertirse y ser Milei el implementador del cambio de régimen económico sin que hubiera llegado a estallar el régimen anterior. Y como no somos criaturas amnésicas, quizá no era necesario que se produjera el estallido ya que “el futuro solo puede hallarse incubándose tanto en el pasado como en el presente en la forma de una vaga premonición de lo que ha de venir, como una suerte de reminiscencia invertida”, (escribió Ernst Bloch en The principle of hope).   

Kant, en La religión dentro de los límites de la mera razón, la definió como “quien confía sin saber cómo sucederá lo que espera”. Milei, como toda aspiración de revolución, es una religión que –literalmente– apela a las fuerzas celestiales para cumplir su cometido. Quizá lo ayuden.



   

viernes, 21 de enero de 2022

José Luis Cabezas. A 25 años de su asesinato... @dealgunamenraok...

 A 25 años del asesinato de Cabezas, 25 periodistas mantienen su recuerdo presente… 

José Luis Cabezas (1961-1997) Fotografía: CEDOC

En el 25° aniversario de su crimen, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) invitó a 25 periodistas para que lo recuerden con anécdotas vividas junto a él y reflexiones sobre lo que su muerte representa para el periodismo argentino.

 

Publicado el jueves 20/01/2022 por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


 

1) Gabriel Michi, amigo y compañero de cobertura.

25 años de aquel 25. Un cuarto de siglo de ese siniestro día de enero de 1997 en que nuestra historia cambió para siempre. La de mi compañero y amigo José Luis Cabezas, mi cómplice en tantas "aventuras" periodísticas. La de su familia desgarrada. La de sus compañeros devastados. La de todo el periodismo shockeado. La de una sociedad conmovida. La de un país golpeado.

25 años en que en la Argentina ocurría el peor ataque a la Libertad de Expresión desde que regresó la democracia. Un ataque que pretendió silencio, pero que obtuvo todo lo contrario. Se transformó en un grito ensordecedor contra la barbarie, contra la injusticia, contra la corrupción, contra las mafias.

Esas mafias que buscaron seguir construyendo poder desde la impunidad. Pero no pudieron. Porque José Luis, el mismo al que pretendieron ausentar, estuvo más presente que nunca. En cada uno de sus colegas comprometidos, en cada ciudadano de bien, en la mirada dolorosa y demandante de justicia de su familia. Todos fuimos, somos y seremos José Luis Cabezas. Porque nos duele hasta el desgarro su ausencia. Pero a ellos, sus asesinos, les pesa su presencia. ¡Cabezas, presente! ¡Ahora y siempre! 

2) Alejandra Daiha, directora de la revista Noticias

Fue extraño para quienes compartimos redacción con él, aceptar que aquel José Luis divertido, cabrón, padrazo y empeñado en ser un gran fotógrafo, se convirtiera en una pancarta. Ese retrato suyo en blanco y negro que dio vueltas al mundo no debió ser más que una foto carnet, pero se hizo bandera y lo congeló en el tiempo. A los demás, que pudimos envejecer, su crimen nos plantó la tristeza de saber que  también en democracia el periodismo se puede pagar con la vida. Cabezas no era un kamikaze. Debió haber cumplido hace unos meses los 60. Me lo imagino igual. Subiéndose a mesas, sillas y escaleras para lograr esas fotos desde arriba que fueron su sello. No te olvidamos, “chabón”. 

3) Pablo Sirvén, actual secretario de redacción del diario La Nación; por entonces, editor general de la revista Noticia.

Bolsa de carbón encima de cajón de fruta vacío. Así me enseñó a hacer asados José Luis Cabezas en uno de los dos veranos que compartimos temporada en Pinamar haciendo notas para la revista Noticias. Cantaba fuerte «Dame un limón», de Divididos, que hacía sonar todo el tiempo en el auto en el que nos movíamos entre bosques y mares.

Divertido, protestón, hiperprofesional, buscaba la mejor luz en el primer y último sol del día para lograr sus fotos increíbles. Tenía conciencia de los peligros a los que se exponía, pero su dedo haciendo clic siempre pudo más. 

4) Jorge Fontevecchia, presidente y CEO del Grupo Perfil

En el resto de América Latina el asesinato de periodistas es una práctica aún no desterrada. La reacción de la sociedad argentina ante la muerte de José Luis Cabezas, enseñó a los bárbaros que asesinar a un periodista terminaba teniendo consecuencias peores para ellos mismos. La impunidad que en otros crímenes aún se mantiene, se convirtió en imposible en el asesinato a un periodista por la enorme visibilidad que el hecho tendría. José Luis Cabezas con su vida salvo la de muchos periodistas durante el último cuarto de siglo. Y lo seguirá haciendo. 

5) Paula Moreno Román, presidenta de FOPEA

A un año de la muerte de José Luis Cabezas, la ciudad de Esquel inauguró una de las primeras esculturas que tuvo el país homenajeando a nuestro querido colega y reclamando por la búsqueda de la verdad y la justicia.

Gabriel Michi, María Cristina Robledo y Daniel Das Neves (UTPBA) compartieron un conmovedor momento de unión alrededor de aquel monumento ubicado frente al edificio de los Tribunales de Esquel con los ojos de José Luis tallados en la piedra y la mirada profunda clavada en el símbolo de la justicia.

Cabezas no es, fue ni será “un caso”. Es la lucha constante contra el olvido y la impunidad que ha logrado unir a la comunidad periodística de la Argentina. Desde este rincón del país cada 25 de enero se vuelve a gritar “Cabezas, Presente”. 

6) Edi Zunino, condujo el equipo de la revista Noticias que investigó su homicidio

Siempre me resistí a convertir a José Luis Cabezas en bandera, primero porque fue una persona común y corriente; segundo, porque había sido un compañero de trabajo con el que valía la pena compartir horas y horas de creatividad (mis viajes laborales al exterior más inolvidables fueron "en pareja" con él); y tercero, tal vez, por suponer que pasarlo al terreno de lo simbólico le quitaria sustancia a mi propia vida. Claro que 25 años después de haber tenido 30 y pico, uno ha vivido el tiempo suficiente para ir tomando dimensión de la época histórica que le tocó vivir. La mía es la de la guerra de Malvinas, la recuperación democrática y el homicidio de Cabezas. No sé muy bien aún qué querrá decir todo eso junto, pero de tales materiales también estoy hecho y eso, en gran medida, soy. Cabezas está en mi modo de entender la Argentina y el periodismo. Todos los días. Sin falta. Es una marca de supervivencia. El efecto flash de un faro. Un tatuaje moral. 

7) Guillermo Cantón, amigo y compañero de trabajo

Querido José Luis: Parece que hay mucha gente que quiere saber de vos, te diría que todos me preguntan. Sé que no te va a molestar, porque nos tenemos confianza y, seamos sinceros, te encanta. Hoy, para que te sientas orgulloso, todos hablan de vos. Les digo que eras bueno con tus hijos, malo con los malos, irremplazable con Cristina, ingenuo con los ojos, franco con la risa, incansable con la cámara, transparente de corazón, curioso de oficio, amplísimo de amigo y fraternal conmigo. Para los desmemoriados llevamos una cinta negra en tu memoria. Yo no llevo un luto. Llevo prendida una carcajada tuya de repuesto. Gracias por todo y hasta la próxima. 

8) Norma Morandini, periodista y escritora. En la época era la corresponsal de la revista española Cambio 16 y el diario O'Globo de Brasil

El día que asesinaron a Jose Luis Cabezas, una amiga brasileña, Claudia Merian, casada con el entonces Agregado cultural de la Embajada de Francia, que fue quien introdujo a José Luis como fotógrafo de la embajada, me llamó para decirme que la fotografía en la que se nos ve juntas, la había tomado Cabezas. Fui a buscar la fotografía, y me impresioné porque el vidrio del portaretrato estaba partido a la mitad. Así la dejé. Tengo la foto en un lugar visible y cada vez que la miro, recuerdo a José Luis. 

9) Santo Biasatti, periodista de NET Tv

No se olvide de José Luis Cabezas. Contra la impunidad siempre. El mejor homenaje que podemos hacerle es mantener con firmeza el principio de exigir justicia. No olvidamos a sus asesinos. Algunos conviven con nosotros. No olvidamos a los que callaron ni tampoco a los que renunciaron a brindarle todo su apoyo a la familia. Recordar no es un delito. Ocultarlo fue y es de miserables. 

10) Ítalo Pisani, editor general del Diario Río Negro

Los anticuerpos que nos dejó a todos la contundente reacción social por el crimen brutal de José Luis Cabezas 25 años atrás, no pueden -no deben- tener caducidad. Esta tragedia dio un giro en nuestra historia: desenmascaró a las mafias del poder, a la deleznable policía, a la impunidad. También cerró grietas entre trabajadores de prensa y puso en valor al periodismo profesional que busca la verdad cueste lo que costare. Jamás arriemos la bandera inspirada en el clamor de los papás de José Luis: “No se olviden de Cabezas”. 

11) Fanny Mandelbaum, periodista de Radio Conexión Abierta

Era enero de 1997. Yo estaba veraneando en Punta del Este y me entero del asesinato de Jose Luis. Me llaman del canal para avisarme que me mandaban una cámara porque venía el por entonces presidente Carlos Menem a presentar un libro de Emilio Perina y dar una conferencia de prensa. En el ínterin, Osvaldo Menendez, un colega de Radio Mitre que estaba cubriendo la temporada, me comenta que sería bueno que todos los periodistas fuéramos con una cinta negra para expresar nuestro dolor. Le dije que era una idea maravillosa. Compramos cinta, alfileres. Las corté y armé los lazos negros.

Uno de los jefes de noticias de Telefe me dijo que no hiciera preguntas inconvenientes. Yo le contesté que no había preguntas inconvenientes. Si no podía preguntar lo que yo quería, no iba a preguntar nada y así fue. Les conté esto a mis colegas, les dije que preguntaran ellos. Sólo puse el micrófono, pero fuimos todos con la cinta negra. 

12) Fernando J. Ruiz. Profesor de Periodismo y Democracia de la Universidad Austral. Expresidente de FOPEA (2019 - 2021)

Los ojos de Cabezas interpelan al periodismo, y no se sostiene la mirada. Los periodistas que en 1997 marcharon juntos, están desunidos. La discusión sobre dónde está el poder al cual hay que enfrentar y dónde está la verdad, confundió las brújulas. Aquel bloque profesional uniforme es hoy una comunidad quebrada y débil, casi sin referentes. No es distinto a lo que ha pasado otras veces en la historia y en muchos otros países, pero este ciclo de ruptura se alargó demasiado. José Luis y Gabriel Michi hacían periodismo, no política partidaria. A eso hay que volver. Sabemos los riesgos, pero la democracia lo exige. 

13) Diego Pietrafesa, Telefe Noticias, Secretario de Derechos Humanos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, SIPREBA

Mirar y contar.

Vos, con tus ojos en ofrenda.

Vos, contra lo conveniente y lo cómodo.

Vos, contra los dueños de todo.

Vos, con la más humana de las épicas: hacer lo que se pueda, cómo y dónde se pueda, pero nunca menos.

Vos, a golpes de cámara contra el falso glamour y otras vanidades de oropel.

Vos, oficio de lo cotidiano, relámpago de dignidad en la precariedad profesional, salarial, laboral y moral.

Vos, compañero.

Los trabajadores de prensa caminamos por tus huellas.

¡José Luis Cabezas, Presente! 

14) Lorena Maciel, periodista de Todo Noticias

El crimen de Jose Luis Cabezas marcó un antes y un después en mi vida y, sin duda, en mi carrera profesional. Apenas había pasado los 20 años y Radio Mitre confíó en mí a la hora de ponerme al frente de la cobertura del caso. Yo me ofrecí, obvio, no quería perderme nada.

No me entraba en mi cabeza semejante crimen, no paraban de aparecer en mi mente la carita de Candela de 6 meses, de su mujer Cristina, sus otros dos hijos también chicos. El auto blanco, Gabriel Michi desconsolado, la fiesta en lo de Andreani, la cava, la bota quemada, la tapa de Noticias, y Yabrán, si claro, Yabrán caminando en traje de baño e inmortalizado por una foto de Cabezas.

No fue un año, fueron más de 3 años donde mi vida estuvo íntimamente ligada a la investigación. Pedí en la radio especializarme en judiciales y estar yo a cargo del caso.

Gracias a la insistencia del periodismo y de la sociedad en general se llegó a la verdad o casi toda la verdad, estoy convencida que hay muchas cosas que nunca llegaremos a saber. Cabezas fue y es un emblema de hasta dónde puede llegar el periodismo independiente. Ese que no responde a ningún otro interés que el de informar con pruebas. 

15) Oscar E. Balmaceda, periodista y escritor

Estuve en Dolores y aledaños 21 meses - desde febrero de 1997 hasta noviembre de 1998 - cubriendo para La Nación la investigación por el asesinato de José Luis Cabezas. Durante ese lapso, conocí hasta el último de los personajes del capítulo que cerró la saga criminal que incluye los homicidios de María Soledad Morales, en 1990, y del soldado Omar Carrasco, en 1994.

Y lo que sigue repicando en mi memoria son algunas de sus sentencias: “Yo soy delincuente, pero yo no maté a este muchacho” (Margarita Di Tullio, alias “Pepita la Pistolera); “Me tiraron un muerto” (Eduardo Duhalde, gobernador de Buenos Aires); “A Cabezas lo mataron por el trabajo que estaba haciendo” (José Luis Macchi, juez de la causa). 

16) Fabio Ariel Ladetto, periodista de La Gaceta de Tucumán. Expresidente de FOPEA (2011 - 2015)

¿Dónde hubiese estado el 21 de diciembre de 2001, qué mirada hubiese captado de los nueve presidentes que ocuparon la Casa Rosada en este siglo, desde qué ángulo hubiera inmortalizado la pandemia?.

Una ausencia se puede medir por los vacíos que deja, los momentos que no se comparten, las preguntas sin respuestas...

Por eso, cada vez que se dice "José Luis Cabezas, presente" se trata de desafiar su muerte, de repudiar su crimen y de eludir el olvido. 

17) Gabriela Carchak, periodista de C5N

No fue un asesinato. Fue el intento de amordazar a un periodista, a un medio, a un pueblo, a un país. Pero los argentinos gritaron y gritaron fuerte. Tanto, que ese fotógrafo asesinado por hacer su trabajo se convirtió en un símbolo de la libertad de expresión y la lucha colectiva por mantenerla. El crimen de José Luis Cabezas marcó un antes y un después no sólo en la toma de conciencia de lo que el periodismo significa, sino también, en la confianza en el  castigo, que aunque tarde, llega a quienes  se creen impunes y dueños de la vida de los demás. 

18) Emilia Delfino, periodista de CNN en Español y elDiarioAR

La fotografía que José Luis Cabezas tomó al empresario Alfredo Yabrán en febrero de 1996, un año antes de ser asesinado, la imagen por la que fue asesinado, fue y es una acción perfecta de periodismo de investigación: la exposición del poder real, del poderoso oculto, retratado, iluminado por el ojo de un fotoreportero, en base a un trabajo de investigación previo que Cabezas realizó con el equipo que integraba. Como su acción, Cabezas estará siempre presente, como el reclamo de justicia de su familia y amigos. 

19) Gustavo Carabajal, periodista de La Nación

Nada fue igual en mi vida después del asesinato de José Luis Cabezas. Durante más de un año realicé la cobertura informativa del caso para el diario La Nación y recuerdo una imagen de su hija menor, Candela. Tenía poco más de un año y escuchaba por la televisión el grito de "Cabezas, presente" que retumbaba en una de las marchas. Ella en su inocencia miraba y escuchaba atónita, cómo desde la pantalla surgía con energía, el reclamo de Justicia por su padre. 

20) Liliana Caruso, periodista de Policiales y Judiciales en América Noticias y A24

El asesinato de José Luis sacudió sin distinciones. Fue la muerte brutal de un laburante, fotógrafo sencillo que desenmascaró el poder. Y el caso movilizó a una sociedad que se enteraba de la manera más brutal de las operatorias de las bandas mixtas formada por delincuentes comunes y policías. Su muerte sigue doliendo porque queda la sensación de que los asesinos la sacaron barata. Una justicia a medias. Pero por suerte queda la memoria: como en una plaza de V. Domínico que lleva su nombre y sus ojos eternos, esos que tienen la capacidad de hablar. 

21) Hipólito Sanzone, cubrió el caso para EL DIA de La Plata

El martirio de José Luis Cabezas trascendió su propio horror, por todo lo que le permitió a la sociedad ver que no había visto o no quería ver. Antes de ese final hubo una trama de aprietes, condicionamientos y mensajes pesados a otros periodistas de otros medios y en diferentes circunstancias y no siempre a cargo de los mismos actores. La muerte de Cabezas permitió ver que no todo en esa Argentina era la "alegría" de la pizza y el champagne.

Personalmente, me involucré por la cobertura que me asignó el diario El Día de La Plata en un trabajo de largos meses, en el que me quedó la impresión de que todavía no se llegó a la verdad revelada. Que hay personajes todavía impunes y circunstancias nunca debidamente aclaradas. Puede pensarse que todo eso poco importa ante el recuerdo de la única víctima y su sufrimiento, pero también es posible que su memoria merezca esa verdad revelada que, en lo personal, sigo considerando esquiva.
 

22) Liliana Franco, periodista en Ámbito Financiero

El asesinato de José Luis Cabezas fue un antes y un después para el periodismo local. Fue tomar conciencia de que investigar, denunciar, podía costar la vida. Una foto, la prueba del buen trabajo periodístico, fue la causa de que hoy tengamos que recordar a José Luis.

Creo que la mejor manera para que la muerte de José Luis no haya sido en vano, es que, nosotros los periodistas, apoyemos los trabajos de investigación de nuestros colegas, que reaccionemos colectivamente cuando desde el poder se intente menoscabarlos o ningunearlos. Que recordemos que José Luis fue mandado a matar por sacar una foto, es decir cumplir con su trabajo. 

23)  César Sánchez Bonifato, periodista

El asesinato de José Luis Cabezas ocurrió cuando Carlos Menem era Presidente y nuestro país fue vendido a espúreos intereses internacionales. Se liquidaron YPF, Fabricaciones Militares, cerraron puertos, paralizaron los ferrocarriles, se mantuvieron "relaciones carnales" con los EE.UU., barcos argentinos fueron enviados a participar de la invasión extranjera a Kuwait, se negoció con el libanés Kadhaffi, explotó la ciudad cordobesa Río Tercero dejando a muchos compatriotas muertos.

En dicho marco, hubo asimismo empresas argentinas involucradas en turbios acuerdos. Un consorcio manejado por el empresario entrerriano Alfredo Yabrán fue uno de los beneficiados. El colega Cabezas lo descubrió en la costa atlántica y su imagen se hizo pública. Al poco tiempo, fue asesinado.

Además, se informó que Yabrán "se suicidó", pero su cuerpo nunca fue mostrado.

El caudillo riojano Menem terminó aliándose a los Kirchner y mantuvo una banca en el Senado, hasta su muerte. "El Caso Cabezas" conmocionó al periodismo argentino. Se trató de un emblemático episodio, jamás aclarado completamente por la Justicia. 

24) Oscar Ángel Flores, periodista de Radio Universidad de San Luis

En San Luis, el suceso del asesinato de José Luis Cabezas generó conmoción entre el plantel periodístico general de la provincia. Aunque no conocí personalmente al compañero reportero gráfico, las publicaciones periodísticas originadas ese año me permitieron descubrir el perfil de José Luis. La figura más conocida de nuestro colega Gabriel Michi nos acercó a la historia completa de aquel suceso que conmovió al país y dejó al descubierto el entramado mafioso existente en el poder mismo de la Argentina.             

Así, los periodistas Puntanos se organizaron y dejaron instaurado en un pequeño monumento nuestro reconocimiento a José Luis Cabezas en pleno centro de la ciudad Capital. También se impulsaron actos cada año bajo la consigna "No nos olvidemos de Cabezas" para seguir procurando Justicia en contra de aquellos que persigan y pongan en peligro a las y los comunicadores que se exponen en la búsqueda de la verdad. 

25) Alicia Miller, periodista e integrante de la Comisión Directiva de FOPEA

“Un hachazo invisible y homicida”. Miguel Hernández describía así el estupor ante una muerte de gigante significado. Sentí igual el asesinato de José Luis Cabezas, que pudo ser uno de mis colegas cercanos o yo misma. Del peor modo, supe que el coraje no es opción sino obligación. Y que la protección constitucional al periodismo en resguardo de los derechos ciudadanos no servirá de nada sin una democracia basada en el respeto hacia quien piensa distinto, sin un consenso de especial tolerancia hacia aquello que nos contraría, contradice o señala.

Este texto colaborativo generado desde el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) está a disposición para su libre publicación con el correspondiente crédito.


lunes, 24 de mayo de 2021

Reportaje a Jorge Remes Lenicov. “El desencuentro entre política y economía”... @dealgunamaneraok...

Jorge Remes Lenicov: “Para algunos sectores, la generación de riqueza es una mala palabra”… 


Jorge Remes Lenicov: "Es muy difícil hacer política económica cuando la conducción está dividida". Fotografía: Matías Adhemar.

Estudió economía en la Universidad Nacional de La Plata. Fue director del Observatorio de la Economía Mundial de la Universidad de San Martín (UNSAM), director de la filial Provincia de Buenos Aires de la ASAP, ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires y de la Nación, diputado y embajador ante la Unión Europea 

© Escrito el domingo 23/05/2021 por Sonia Diamante y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Un documento del economista Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la provincia de Buenos Aires y de la Nación, titulado “El desencuentro entre política y economía”, hizo reflexionar a todo el espectro político y económico, ya que allí se mostraba cómo había empeorado la economía desde el retorno a la democracia.


–El documento es bastante pesimista sobre lo que pasó en los últimos años. ¿Se puede mirar con optimismo el futuro?

–No es que uno sea pesimista, solo mostré los datos en términos de crecimiento, inflación, pobreza, competitividad, productividad y funcionamiento del Estado y de los servicios. Lamentablemente nos ha ido mal. Ningún país se suicida o se inmola, en algún momento siempre hay posibilidades de cambio. En 1989 y en 2001 tuvimos crisis muy severas y salimos adelante. Eso depende en gran medida de la dirigencia política. Uno tiene que ser optimista pensando que, en algún momento, la dirigencia tomará conciencia de que hay que sentarse a conversar y charlar entre todos. 

¿No cree que, con la pandemia, con 42% de la población en la pobreza y con una caída de 10% del producto estamos en una situación crítica?

La situación crítica en nuestro país se da cuando hay algún tipo de estallido. En 1989 fue la hiperinflación y en 2001, la híper recesión y la conflictividad social a fin de año. Es un shock que golpea. El problema es que, cuando uno va cayendo de a poco en una tendencia decadente, se va acostumbrando a esto. Es terrible que la pobreza sea de 42%; pensemos que en 1974, en una medición anterior, era 4% y los militares la dejaron en 16%. De todas maneras, mi experiencia con el documento me alienta, porque me han llamado para hablar desde sindicatos a empresarios, pero también muchos políticos de todo el arco partidario. En algún momento la dirigencia tiene que tomar conciencia de que hay que ir por una avenida del centro, no hay que inventar muchas cosas en esto, nadie va por los extremos. 

"Ningún país se suicida o se inmola, en algún momento siempre hay posibilidades de cambio" 

Estando la economía en una situación frágil, ¿cree que el oficialismo está jugando con fuego con sus internas y los puntos de vistas distintos en la política económica?

Es muy difícil hacer política económica cuando la conducción política está dividida. Veo en el Gobierno que hay dos orientaciones, y así no funciona. Por el lado de la oposición pareciera lo mismo. En estos 37 años han pasado todos los partidos políticos, PJ, UCR, Macrismo y Alianza, y es difícil decir que encontramos la salida. Hay una obligación de intentar generar debate y de tomar conciencia de los problemas. 

¿Por qué no están dadas las condiciones para que los partidos políticos se junten y traten de fijar algún proyecto que se mantenga en el tiempo?

Las dos veces que crecimos fue a través de alianzas. Entre 1991 y 1998 estuvo primero la alianza de Carlos Menem con Antonio Cafiero, dentro del PJ y a partir de ahí Menem hizo una alianza con la Ucedé y con otros partidos chicos. Luego hubo otra etapa de 2002 a 2009, que empezó con la alianza entre Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín. Pero para poder hablar, no se tienen que agredir. Estuve en su momento en las negociaciones de Cafiero con Menem y en las de Duhalde con Alfonsín, y recuerdo que cuando hablaba cada uno en público durante su campaña no decían las horrendas cosas que se dicen hoy. No se perdía la capacidad de diálogo, era gente civilizada. En 2001, yo estaba como diputado del PJ con Oscar Lamberto, y por la UCR estaban Raúl Baglini y Jesús Rodríguez. Nos hicimos amigos, conversábamos siempre, y los últimos detalles de las leyes que mandábamos al Congreso, sobre todo la de emergencia, las terminábamos por teléfono, porque había confianza mutua. 

¿Por qué se perdió eso?

Creo que se ha ido ideologizando la política, de ambos lados. La política es la antinomia de la ideología. La política, por definición, es el consenso, el acuerdo. La ideología es tratar de que la realidad se acomode a lo que uno a priori está pensando, y sentir que se tiene el monopolio de la verdad. Entre unos y otros hemos generado la grieta, porque de un lado y del otro no se quieren ni saludar.

Lenicov: "Hacer una proyección para después de las elecciones es muy difícil, pero creo que habrá que hacer algunos cambios para que haya un poco de sustentabilidad en temas de déficit fiscal. Fotografía: Matías Adhemar

¿Cómo se puede sacar a la ideología de la política? ¿O la única forma es que haya un nuevo shock? 

Es muy difícil de resolver. Probablemente, los golpes que se han dado unos y otros los lleven a reflexionar y pensar. Las dos veces que hubo grandes crisis en la Argentina desde la vuelta de la democracia no se previeron. El 6 de febrero 1989, cuando el presidente del Banco Central libera el tipo de cambio y empieza el proceso de hiperinflación, no tanto por la emisión monetaria sino por el aumento de la velocidad de dinero, nadie se imaginaba un mes antes que iba a pasar lo que ocurrió. Y a principios de diciembre de 2001 estábamos en el Congreso y nadie decía que habría un estallido. Es lamentable, porque el estallido tiene costos muy grandes. Pero no se puede salir de tantos años en los que venimos creciendo muy poco, si no hay un tipo de acuerdo sobre algunas cuestiones. Lo primero que hay que hacer es acordar cuáles son los problemas argentinos, porque acá no estamos tan de acuerdo. 

¿Cuáles son para usted?

La inflación y el empleo. No se puede discutir una estrategia de crecimiento, con todo lo que ello implica en factores de producción, capital, trabajo, tecnología, recursos naturales, si no se tiene más o menos una macro ordenada, porque quién sabe qué pasará el año que viene, con una inflación de 40 o 50%. Para hacer inversiones y aumentar la producción, hay que tener alguna idea de cómo viene la situación. Obviamente que la pobreza es un problema, pero existe porque no hay empleo, y no hay empleo porque no hay inversión, y no hay inversión porque no hay ahorro. Discutamos no la foto, sino la película, la causalidad del problema. En las campañas electorales, todos hablan de los grandes objetivos: hay que bajar la pobreza, hay que crecer, hay que exportar valor agregado. Yo creo que hay que discutir los instrumentos, que son tan importantes como los objetivos. Si uno no tiene los instrumentos, no se puede poner objetivos que no puede cumplir. 

¿A medida que pasa el tiempo y se desperdician oportunidades, no cree que se van perdiendo los instrumentos?

Sí, absolutamente, y hay que pensar cómo crearlos. Si uno llega a un acuerdo, puede crear instrumentos, porque a partir de ahí hay más credibilidad que si sigue haciendo las cosas que viene haciendo. El tema del contexto para mí es clave, porque uno puede diseñar el mejor programa del mundo, pero su éxito dependerá de la credibilidad que tenga el gobierno que lo quiera implementar. Esto no es neutral y no es inocuo. Si uno pudiera hacer un acuerdo de dos o tres temas, gana instrumentos, porque gana credibilidad, que es un instrumento de política. 

"En algún momento la dirigencia tiene que tomar conciencia de que hay que ir por una avenida del centro, no hay que inventar muchas cosas en esto, nadie va por los extremos."

¿Qué partido político cree que estaría mejor posicionado para implementar este programa: un peronismo, que tiene el apoyo popular, o el macrismo, que se supone que tendría más apoyo de los mercados?

No estoy muy de acuerdo con el punto de partida, porque Macri no tuvo el apoyo de los mercados cuando fue presidente. Él decía que iban a llover las inversiones y no lo hicieron. El Gobierno tampoco tiene el apoyo de todos y necesita dialogar para tener mayoría en el Parlamento. Estamos en un punto donde ambos se necesitan, pero no para aprobar una ley; se necesita un planteo más general, donde haya un programa de cuatro o cinco años. 

Pero si en una pandemia, con este nivel de pobreza y de inflación, no logró unirlos y generar un acuerdo, entonces ¿Qué tiene que pasar en la Argentina?

Deseo que en algún momento se pongan a charlar, porque la pobreza y el desempleo, por más voluntad que tenga este gobierno o el anterior, no se resuelve por voluntad o por magia, es todo un proceso. Es muy común escuchar a dirigentes nuestros que dicen que quieren ser Portugal o como el resto de los europeos, pero ellos hicieron un esfuerzo largo e intenso para lograr la sociedad que tienen, porque nadie regala nada. Hay que organizar la economía de una manera tal que genere riqueza. Hay sectores en nuestra vida política para los cuales la generación de riqueza es una mala palabra, pero no se puede distribuir si no hay riqueza. Para crecer se necesita capital o financiamiento, y no lo tengo porque el riesgo país es muy alto y los capitales locales se van. La Argentina es el país en el mundo que más plata en el exterior o en los colchones tiene, es casi el equivalente a un producto. El asunto no es decir ‘vamos a hacer más controles’, porque igual encuentran la manera de escaparse. El asunto es preguntarse por qué se van, y es porque acá no tienen un ámbito de inversión. Discutamos eso, porque sin capital no se crea empleo. Me parece que en los dos grandes aglomerados políticos hay una negación a este tipo de discusiones, y eso que hay economistas con los cuales uno individualmente puede charlar, pero se sienten tapados por la presión de la política. Así, la cosa no funciona. 

¿Cree que puede haber un nuevo estallido?

No puedo avizorar nada. Creo que con el precio de la soja en estos niveles y, partiendo de que el FMI y el Club de París harán un waiver, da la sensación de que es manejable la economía hasta las elecciones. 

Y después de las elecciones, ¿se viene una devaluación?

No sé, depende del resultado electoral. Hacer una proyección para después de las elecciones es muy difícil, aunque sí creo que habrá que hacer algunos cambios, para que haya un poco de sustentabilidad en temas de déficit fiscal. Para mí es un misterio cómo lo harán, como también lo es cómo quedará el poder interno del Gobierno. 

¿Martín Guzmán puede volver a recuperar la credibilidad, después de quedar golpeado con el tema de las tarifas?

Para recuperar credibilidad es necesario que haya unicidad del mando político en el Gobierno, porque siempre la política económica depende de la decisión política. Sino, no hay ningún programa que funcione. Si entre quienes gobiernan hay tironeos o posiciones disímiles, la cosa es complicada. 

Volvemos a lo que decía al principio: si se quiere que haya acuerdos entre los dos principales partidos políticos, primero tiene que haber acuerdo dentro de esos espacios. Tendría que haber un paso previo, que por ahora no se ve...

Absolutamente, en ambos grupos, porque son los mayoritarios. Después están los menores, pero todavía no tienen el peso como para darse una estrategia de poder. El poder se construye. Históricamente ha habido partidos testimoniales, que están muy bien en una democracia, porque son otras voces y se aprende, pero hoy día, sacando la foto, hay dos partidos que tienen aspiraciones de poder y en los dos no hay, a mi modo de ver, un liderazgo y una unicidad de pensamiento. 

¿Cuáles son sus tres libros preferidos?

La guerra y la paz, de León Tolstoi.

Una tierra prometida, de Barack Obama.

El ciclo de la ilusión y el desencanto, de Pablo Gerchunoff y Lucas Llach.