domingo, 8 de enero de 2017

Fin de la luna de miel… @dealgunamanera...

Fin de la luna de miel…

Brotes verdes… Y espinosos… Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

El oficialismo no termina de dar respuestas a los cargados interrogantes de 2017. Votos y economía.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 08/01/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con el nuevo año, la luna de miel –ese período de gracia que se les otorga a todos los gobiernos en sus inicios– tocó abruptamente su fin.

Ya superado diciembre, 2017 ha llegado cargado de interrogantes para un oficialismo que debe dar respuestas. Lo de diciembre no ha sido un detalle. En verdad fue una prueba de fuego que obligó al Gobierno a recurrir a la billetera para neutralizar los potenciales focos de conflictos que amenazaron alterar la paz social.

Recuperado del error que cometió con el proyecto de modificación del mínimo no imponible sobre los salarios que pretendió imponer, la concentración de expectativas más el año electoral obligó al oficialismo a modificar formas y dar algunos volantazos. Sobre estas cosas reflexionó el Presidente durante sus días de vacaciones en Villa La Angostura. Si bien la mayoría de los economistas en sus cálculos vaticinan un año mejor, todos coinciden en que ese crecimiento no superará el 3% o el 4%, y eso no producirá efectos significativos que sean perceptibles para la gente.

Desde la oposición vuelven a objetar el rumbo y lanzan una mirada crítica sobre los brotes verdes sectoriales: “No es casualidad que el auto más vendido del año haya sido la Toyota Hilux, un vehículo caro elegido por la gente del campo. Si hubiera algo de dinero circulante y bienestar en el resto de la población, la lógica indica que los modelos más económicos al alcance de la clase media deberían haber estado por encima de una camioneta que supera largamente los $ 500 mil. Así fue siempre, 2016 fue la excepción”, reflexiona un legislador opositor de buen vínculo con el Gobierno.

La necesidad tiene cara de hereje, reza el refrán. La urgencia en la visibilidad de obras, inversiones y reactivación ha echado por tierra las críticas a una vieja forma de hacer política. “Voy a gobernar menos para cortar cinta y más para cambiar los problemas de fondo”, había dicho en octubre María Eugenia Vidal. Otros funcionarios destacaron el cambio, cuando todavía el reloj no apremiaba.

Ahora es otra historia. 


El Gobierno trabaja en un shock de obras públicas para el primer trimestre (infraestructura, vivienda, cloacas). Es hora de hacer visible, o mejor dicho, de comenzar con lo postergado por las urgencias de la herencia. 

Paradójicamente, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, le dijo al diario La Nación que “habrá una inauguración por día” para un crecimiento del 50% en las obras de los rubros antes mencionados. Bienvenido sea, aunque algunos se lamentan de la necesidad de hacer política al estilo de la vieja escuela.


Las urgencias del año electoral no dan tregua. Hay, sí, un desafío: que esa obra pública sea hecha sin sobreprecios y con parámetros de calidad óptimos. La obra pública es un motor clave en la reactivación de la economía, y el año pasado estuvo prácticamente paralizada. La revisión de muchos de sus contratos y el abultado déficit fiscal fueron las causas de ese aletargamiento.


A lo político y económico, el Gobierno suma problemas con la seguridad.

Desafíos. Entre tanto, tres son los frentes que, en el corto y el mediano plazo, le esperan al flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne: reducir el déficit fiscal (aun aumentando el gasto público en infraestructura), el enfrentamiento con la CGT y los gremios a causa de su proyecto de reducción del costo laboral con el objetivo de combatir el trabajo en negro (meta loable, ya que la informalidad alcanza al 35% de la población económicamente activa), y la pelea con las provincias  la decisión de otorgarle a Buenos Aires un fondo compensatorio de $ 25 mil millones..

Como era de esperar, la mayoría de los gobernadores están que trinan. Un operador político del norte se encargó de marcar al menos dos errores políticos: “Por un lado, la clara intención electoralista, muy difícil de disimular; por el otro, el mal timing elegido –algo que curiosamente no deja de repetirse– ya que en breve comienza la discusión política con todos los mandatarios provinciales por la reforma fiscal. Le van a pasar factura”, aseguró.

En la CGT no quieren oír hablar de recortes en sus derechos adquiridos: “Siempre primero les recortan a los trabajadores. En lugar de meterse con el costo laboral, por qué no se concentran en reactivar la economía y cumplir con la promesa de despidos cero. ¿Sabe por qué? Porque el que no genera crecimiento termina raspando la olla para encontrar beneficios donde no hay”, se quejó un allegado al triunvirato.

Son todos frentes de batalla complejos para un gobierno que claramente tiene un poder acotado.

A toda esta conjunción de temas económicos hay que agregar uno en el que el Gobierno tampoco ha reaccionado bien: la inseguridad. Los hechos ocurridos en estas últimas tres semanas, con alto protagonismo de motochorros y de menores, han devuelto al primer plano de la atención de la dirigencia política un asunto espinoso, difícil y sobre el que todos parecen naufragar. El proyecto de modificación del Código Penal para reducir la edad de imputabilidad a 14 años no es más que la reedición de cosas ya vistas. 

Desde el caso Blumberg hasta aquí, todo va por el mismo camino: creer que todo se resuelve con el Código Penal. Y no es que no haya necesidad de analizar qué hacer con los menores que delinquen de manera brutal y letal. El problema es que cuando se llega a ese punto es siempre tarde.


La dirigencia política argentina aún le debe a la sociedad una política de Estado para enfrentar este flagelo que tiene a la exclusión social como su causa principal. Algo anda mal cuando se ve a un menor cuya vida transcurre en el submundo del delito. Algo anda mal para que, en vez de estar en la escuela y contenido por su familia, ese adolescente fatigue una marginalidad en la que la droga y el delito son la norma. Algo anda mal para que un chico de 14, 15 o 16 años sienta que en su vida el robo y la muerte sean cosas de todos los días. En ese universo no existen valores y los códigos son los de la mafia.


El que tiene un arma se siente todopoderoso. Algo –mucho– es lo que hay que hacer con ellos. Recuperarlos es una tarea que ni la mayoría de las cárceles argentinas ni los institutos de menores están en condiciones de lograr. “Aquello no era una cárcel, era una universidad del delito. Entré con un bachillerato en marihuana y salí con un doctorado en cocaína” (Johnny Depp).

Producción periodística: Santiago Serra






Ricardo Piglia (1941 – 2017)… @dealgunamanera...

Ricardo Piglia (1941 – 2017)…


Tenía 75 años. Fue una de las grandes plumas de la literatura argentina. Plata quemada fue una de sus obras más conocidas.

© Publicado el viernes 06/01/2017 por el Diario Los Andes de la Ciudad de Mendoza.

Murió hoy el escritor Ricardo Piglia. Sus obras más reconocidas fueron Respiración artificial (1980), Plata quemada (1997) y Blanco nocturno (2010).

Nombre clave para comprender la literatura argentina contemporánea, Piglia (Adrogué, 1941) falleció hoy a causa de las complicaciones derivadas de la esclerosis lateral amiotrófica que sufría desde hace dos años.

Su muerte enluta al mundo de las letras a poco de haber sido publicada la segunda parte de esa obra total que conforman "Los Diarios de Emilio Renzi"; alter ego que atravesó con mayor o menor asiduidad su trabajo y que comenzó a delinear hace 57 años como por obra del azar, cuando tomó un cuaderno y en medio de una mudanza que lo obligaba a abandonar con sus padres su ciudad natal de Adrogué, anotó las primeras observaciones sobre su propia vida.

Esos diarios, tarea titánica que implicó un inmenso trabajo de relectura y edición que lo mantuvo ocupado hasta el fin de sus días, son el legado más cercano que deja Piglia a sus lectores: el presente constante de un narrador en estado puro, siempre interviniéndose a sí mismo. Caracterizada por los cambios de registros y estilos, la escritura profana de Piglia funcionó como radiografía de época y, mejor que nadie, encarnó ese borramiento de bordes con textos que destilaban pura literatura más allá del género en el que pudieran encuadrarse y de la insistencia con que los cruzara.

De esta manera, su huella trasciende la novela para alcanzar el cine -como guionista y a partir de su propia obra en el caso de la taquillera "Plata quemada"; pasa por la pantalla chica, donde ofreció una gimnasia similar a la del claustro y el ensayista, con programas como "Borges por Piglia"; y se inmisculle hasta en la ópera, para la que adaptó "La ciudad ausente".


Esa versatilidad no fue su única constante, la otra acción irrenunciable de este escritor fueron sus diarios: páginas y páginas escritas pacientemente, en forma aleatoria, repetitivamente durante más de 50 años; las mismas que concibieron a Emilio Renzi, personaje, alter ego y seudónimo de quien reconoció en esta reiteración "la novela de una vida".

"Para mí es una novela aunque el material sea verdadero y personal", dijo sobre los diarios que comenzó a garabatear a los 16 años mientras dejaba Adrogué para migrar a Mar del Plata; que lo acompañaron en sus primeros días de escritor en Buenos Aires; y luego en los Estados Unidos, adonde impartió clases durante 15 años en universidades como Harvard y Princeton; hasta el reconocimiento a su regreso, en 2001, al país.

Ricardo Emilio Piglia Renzi nació el 24 de noviembre de 1941; este crítico y teórico que supo surfear la "desliteraturización" de la novelí¡stica actual, se formó en Historia de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); trabajó 10 años en distintas editoriales durante su estancia en Buenos Aires; y dirigió la emblemática Serie Negra que difundió autores como Dashiell Hammett y Raymond Chandler. En 1967 recibió una mención especial del VII Concurso Casa de las Américas de Cuba que derivó en "Jaulario", su primer libro de cuentos; en 1977 llevaba publicados "La invasión" y "Nombre falso", pero pasaron tres años más hasta su reconocimiento internacional, en 1980, con Renzi protagonizando su primera novela, "Respiración artificial".


De 1986 es "Crítica y ficción", libro que reúne ensayos de sus obsesiones: "La lectura de la ficción", "Sobre Roberto Arlt", "Narrar en el cine", "Una trama de relatos", "Sobre Cortázar", "El laboratorio de la escritura" y "Sobre el género policial". Su siguiente novela demoró seis años.

Era "La ciudad ausente", que en 1992 mostraba cuentos generados por una máquina inventada para sustituir a una amante muerta; subtextos similares entrecruzó en "Blanco Nocturno", la novela donde él mismo resumió: "Renzi tiene una pequeña crisis, se encierra en una casa de Adrogué y se produce una historia con una mina que vive enfrente".

A mediados de los 90 comenzó a guionar filmes como "Corazón iluminado" (1996), de Héctor Babenco; o "La sonámbula, recuerdos del futuro" (1988), de Fernando Spiner; mientras que "La ciudad ausente" fue transformada en ópera junto al músico Gerardo Gandini y estrenada en el Teatro Colón tres años más tarde.

De esa época, 1997, es el pequeño escándalo del Premio Planeta en torno a "Plata Quemada", en el que uno de los finalistas, Gustavo Nielsen, denunció "predeterminación en favor de la obra de Piglia". Con el nuevo milenio su reconocimiento se acrecentó, la cuestionada novela llegó al cine con un premio Goya; el mismo año guionó "El astillero", de David Lipszyc, sobre la novela homónima de Juan Carlos Onetti; y de 1999 es el ensayo "Formas breves".

Los premios arreciaron y llegó el Iberoamericano de Letras José Donoso, en coincidencia con el lanzamiento en 2005 de dos ensayos ineludibles, el "Diccionario de la novela de Macedonio Fernández" y "El último lector"; seguido por el premio de la Crítica de España en 2010; el Rómulo Gallegos en 2011 y el Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas en 2013, cuando Anagrama lanzó su última novela, "El camino de Ida".

Su incansable trabajo escribiendo y analizando literatura lo llevó al Konex de Brillante en 2014, mientras estaba al frente de la filmación para televisión de "Los siete locos" y "Los lanzallamas", sobre las novelas de Roberto Arlt. Experto en las obras de Jorge Luis Borges y Witold Gombrowicz, en 2015 compartió con esos escritores el Premio Formentor de las Letras, el mismo que habían recibido maestros como Samuel Beckett y Saul Bellow, en reconocimiento a una obra "que se desenvuelve armónicamente entre la originalidad, la cultura popular y la tradición más exigente".

Fue Carlota Pedersen, nieta de Marta Eguía -su pareja-, quien recibió el galardón junto a su amigo y editor español Jorge Herralde, responsable de publicar "Los diarios de Emilio Renzi" que restan completarse, luego de la aparición en 2016 de "Los años felices", con el tercer volumen titulado "Un día en la vida", que aparecerá este año.

"Nunca he podido estar en el lugar indicado o en el momento justo. O no llego, como en este caso", escribió en la carta de agradecimiento. Es la literatura, esa "forma privada de la utopía" siempre "un poco incómoda" que había definido en "Prisión perpetua", la que definirá ahora, sin su mirada atenta pero con su legado a cuestas, hacia qué nuevas formas y lecturas se encamina su obra.





Ver para creer: Kirchner lo hizo… @dealgunamanera...

Ver para creer: Kirchner lo hizo…


La crisis de 2001 llevó a la gente a descreer de todos. Pero en su necesidad de creer en algo, Néstor Kirchner le armó un paquete convincente.

© Escrito por Luis Alberto Romero, Historiador, el sábado 07/01/2017 y publicado en el Diario Los Andes de la Ciudad de Mendoza.

Como en el caso del apóstol Tomás, que necesitó palpar las heridas de Jesús resucitado, tanto el común de los argentinos como la Justicia necesitaron ver los fajos de dólares para asumir la magnitud y centralidad que tuvo el saqueo del Estado en el régimen kirchnerista.

Durante los últimos años fuimos muchos quienes, uniendo indicios, imaginamos que detrás de la punta del iceberg había un sistema de corrupción organizado por el presidente y sus allegados. Para subrayar su carácter sistémico, propusimos llamarlo “cleptocracia”.

Desde el caso Boudou, los indicios se acumularon de manera exponencial. Pero faltaba ver los billetes; y eso ocurrió con los dólares de la Rosadita, la caja de seguridad de Florencia o las valijas de José López: las imágenes transformaron las inferencias en verdad contundente, salvo para quienes, siguiendo el Credo ut intelligam de San Agustín -creo para entender- continúan dando prioridad a la fe por sobre la experiencia y la razón.

A esto se acaba de agregar un nuevo elemento: el juez Ercolini reunió distintas investigaciones parciales y procesó a Cristina, De Vido, Báez y otros por constituir una asociación ilícita en relación con la obra pública. Agregó un elemento importante: esta asociación ilícita se constituyó un poco antes de que asumiera el poder Néstor Kirchner, su organizador.

Se trata de una verdad judicial inicial suficiente para iniciar un proceso, pero nos sirve para entender la historia del kirchnerismo. Es fácil advertir que el modus operandi se practicó sistemáticamente en Santa Cruz, donde De Vido integraba el equipo de gobierno de la provincia y Báez colaboraba desde el Banco de Santa Cruz y como asesor de la constructora Gotti. Pocos días antes de la transmisión del mando, Báez fundó Austral Construcciones, centro de sus operaciones, que fueron las de Kirchner.

¿Cuándo concibió Néstor Kirchner el proyecto de extender el “modelo Santa Cruz” a todo el país? ¿Habrá sido durante las reuniones del Grupo Calafate, que tuvo distinguidos integrantes, cuyo nombre convendría recordar? Muchos de los apóstoles se apartaron del kirchnerismo, pero no reniegan de sus orígenes, y cargan las culpas sobre Cristina, lo que es históricamente injusto. Lo cierto es que fue una decisión de una audacia enorme, tomada en momentos en que la ciudadanía estaba convencida de que Kirchner era apenas el “Chirolita” de Duhalde.

Por entonces los analistas se preguntaban cómo haría para afirmarse en el gobierno un provinciano que nunca había salido del país, con pocos amigos en el peronismo e ignorante de los usos y costumbres de la Capital. Se conocían sus antecedentes santacruceños, incluyendo su despiadado autoritarismo, pero costaba imaginar que ese sistema, adecuado para una provincia con una sociedad civil escuálida, funcionara en la Argentina. Otra vez, hubo que ver para creer.

La obra pública estuvo en el centro de un sistema que fácilmente se extendió a otros campos por los que circulaban los fondos del Estado, como el Transporte. De Vido y Jaime fueron los ejecutores del plan de Kirchner, y Báez y Cirigliano los cómplices, como después lo fue Eskenazi en el caso de YPF, cuando la voracidad cleptocrática avanzó sobre empresas privadas. Fue un núcleo muy reducido; a su alrededor surgieron esquemas menores en los que muchos empresarios fueron partícipes obligados. ¿Cuál fue el monto total del botín?

Solo tenemos sospechas de una cifra que cada mes se incrementa en un dígito.

Estoy convencido de que el sistema kirchnerista se constituyó en torno de este núcleo cleptocrático -gobierno de, para y por la corrupción- y que los otros elementos fueron complementos, piezas funcionales de un proyecto que combinaba la acumulación de dinero y de poder.

En la cabeza de Néstor, ambas cosas eran una sola; así lo recuerda Cristina cuando, a mediados de 1976, le propuso irse a Río Gallegos “para juntar plata y poder hacer política”.

No habría habido ni régimen cleptocrático ni impunidad sin la eliminación de todos los controles institucionales. Kirchner no necesitó a Carl Schmitt para transformar, a la criolla, la democracia en autocracia. El “esquema Kirchner” era sencillo pero requirió de mucha destreza en la ejecución. La cooptación de distintos sectores, así como el enfrentamiento con otros, no fue el fruto de un designio ideológico sino un complemento práctico del aparato cleptocrático. Sus aliados eran desechables, por decirlo de manera elegante, y sus enemigos podían cambiar según las circunstancias. Pero la forma era inmutable.

Lo más notable fue el discurso, el relato. ¿En qué momento este político de provincia, sin experiencia en ese terreno, descubrió sus potencialidades? Creo que fue una construcción admirable, tanto o más meritoria que la máquina cleptocrática. ¡Chapeau!

No creer en nada -esa es mi impresión- lo ayudó en esta tarea artesanal consistente en descubrir las potencialidades de un imaginario político exacerbado y fragmentado por la crisis de 2001. Mucha gente no creía en nada pero quería creer en algo, y lo cierto es que Kirchner les armó un paquete convincente, combinando una pizca de la tradición peronista, mucho de setentismo, otro tanto de “derechos humanos” -básicamente un ánimo vindicativo y retaliativo- y todos los llamados “nuevos derechos”, desde los homosexuales a los “pueblos originarios”.

No es poco el talento necesario para armar este conjunto, aunque sobre el núcleo originario han de haberse sumando los aportes espontáneos de todos quienes tenían alguna acreencia con el pasado. A partir del conflicto con “el campo” -o “la oligarquía terrateniente”- este conjunto se ordenó definitivamente en el esquema clásico del enfrentamiento entre el pueblo y su líder contra “los poderes concentrados”: se hizo comprensivo y gelatinoso y alcanzó su máxima eficacia evangelizadora, una tarea en la que, luego de la muerte de Néstor, Cristina cumplió una función importante.

Nos queda una pregunta: ¿Cómo una sociedad relativamente organizada, culta y con tradiciones políticas pudo “comprar” este paquete?

Queda para otra ocasión desarrollar la idea de Agustín. Aquí me quedo con lo más importante: el núcleo está en la asociación ilícita que Ercolini ha procesado. Y si bien hoy Cristina encabeza la carátula judicial, Kirchner lo hizo.



sábado, 7 de enero de 2017

Mi Noche Triste… Carlos Gardel… @dealgunamanera…

Cien años atrás, Gardel estrenaba el primer tango canción de la historia…

Carlitos. El Morocho del Abasto lo estrenó en el entonces teatro Esmeralda, hoy Maipo, el 3 de enero de 1917. Rápidamente se volvió un éxito. Foto: Cedoc Perfil

Hasta entonces, el tango era un revoltijo de ritmos y voces llegados de todos los rincones, que no terminaban de cristalizar en un todo armónico. Con este éxito nació un género universal.

© Escrito por Rubén Tizziani, Escrito y Periodista, el sábado 07/01/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


El 3 de enero de 1917, en el teatro Esmeralda (hoy Maipo) de Buenos Aires, Carlos Gardel estrenó Mi noche triste, una canción con música de Samuel Castriota y letra de Pascual Contursi. Tres minutos bastaron en aquella función para que un músico y un poeta, que no se conocían entre sí, y un cantante nacido Charles Romualdo Gardes en la ciudad francesa de Toulouse, dieran forma definitiva a un género musical que aún recorre el mundo.

Hasta entonces, el tango había sido un género amorfo, inacabado, revoltijo de ritmos y voces llegadas de todos los rincones, que no terminaban de cristalizar en un todo armónico. Como alquimistas que consiguen al fin penetrar los misterios del Opus Nigrun, Castriota y Contursi, cada uno por su lado, tomaron esos materiales híbridos e hicieron con ellos algo que antes no existía: el tango canción. 

En 1916, el pianista Samuel Castriota, que solía actuar en el café El Protegido, del barrio de Boedo, estrenó un tango de su autoría que tituló Lita. Entretanto, el poeta y cantor Pascual Contursi, argentino radicado en Montevideo, se ganaba la vida cantando “a la gorra” en los cabarets. Cuando descubría una composición que le agradaba y no tenía letra, le adosaba textos suyos y la incorporaba a su repertorio. Así hizo con Lita, que bautizó con el primer verso del tango que lo haría inmortal: “Percanta que me amuraste”.

Mi noche triste condensa la totalidad de los elementos que caracterizan el tango: ese aire grave, cadencioso y dramático que todavía lo distingue y una línea argumental que alimentó el género durante más de treinta años: el triste monólogo del hombre que lamenta el abandono de la mujer amada. 

Además, inauguró un “lenguaje tanguero” al introducir voces lunfardas –percanta, amurar, encurdelarse, cotorro, catrera– en un contexto de respetable nivel poético. 

Esa inclusión suma fuerza y expresividad a un sentimiento del mundo que durante décadas irían a compartir varias generaciones de rioplatenses: la invencible nostalgia del paraíso perdido.

El mundo donde nació el tango. ¿En qué contexto histórico, social y económico se produjo la aparición y el desarrollo del tango? 

El período 1880-1914 fue la etapa de mayor crecimiento económico del país. Entre 1880 y 1913, el producto bruto per cápita creció a más del doble, mientras que la población se multiplicó por cuatro como resultado de la inmigración masiva: de menos de 2 millones de habitantes a comienzos de la década de 1870 a más de 8 millones en 1914. En 1869, la Argentina tenía 1.737.000 habitantes, 211 mil de los cuales eran extranjeros (12,2%); en 1914, con un total de 7.900.000 habitantes, los extranjeros sumaban 2.391.171 (30,5%). Ese fenómeno fue más acentuado en la ciudad de Buenos Aires. En 1910, un 58% de los habitantes de la Capital eran extranjeros. 

Con este telón de fondo, el tango dio sus primeros pasos hacia 1880, según la mayoría de los historiadores. Creció en los barrios bajos de la ciudad y los suburbios: en los conventillos de La Boca, los cafetines y postas de carreta, los corrales, pulperías y prostíbulos. En esos tugurios y barracas, tríos de guitarra, flauta y violín interpretaban ritmos primitivos y vulgares, con letrillas casi siempre procaces: Afeitate el 7 que el 8 es fiesta (en lenguaje vulgar, siete es el nombre del ano); ¡Al palo! (significa que el hombre tiene una erección); Date vuelta; Dejalo morir adentro o Dos sin sacarla (dos eyaculaciones consecutivas); Dame la lata alude a las fichas de latón con que se daba turno en los burdeles.

Amores contrariados.

Los parroquianos de esos peringundines, como se llamarían en lunfardo, eran gauchos, orilleros, algunos negros e inmigrantes recién llegados. La mayoría se ocupaba en trabajos rudos y modestos, aunque no faltaban desocupados y vagabundos. Ni las prostitutas. 

Los amores contrariados en los cuales el hombre es siempre víctima de una mujer veleidosa y sin corazón es un asunto que tiene en el tango un peso insoslayable. Mi noche triste –que funda literalmente el género y traza todas las coordenadas dentro de las cuales se moverá de ahí en adelante– trata, precisamente, el tema del abandono. 

Tanto fatalismo impregna las mejores páginas del tango. ¿De dónde sacaron aquellos poetas la idea de que las mujeres –a excepción de las madres– eran engañadoras, desleales, y que el amor estaba, inevitablemente, destinado al fracaso? De la realidad. 

Entre 1880-1930, llegaron 264 hombres por cada 100 mujeres. La única compañía femenina disponible para ese “excedente” masculino eran bailarinas, prostitutas, “alternadoras”, como decía el eufemismo de la época. Era lógico que eso originara sólo vínculos precarios, pasajeros.

Así y todo, en esa fragua se irían amalgamando los elementos que en el escaso lapso de 35 años terminarían por modelar uno de los géneros musicales más difundidos del siglo XX: el tango canción, que tiene un argumento e incorpora un universo temático digno de la tragedia griega y que, más allá de los amores fugaces y del abandono, habla del viaje, el desarraigo, la madre, el barrio, los amigos y la casa natal, el coraje, el paraíso perdido y el olvido. 

Como si Buenos Aires, una ciudad que nació y creció con los ojos puestos en otra orilla, a miles de kilómetros de distancia, hubiera sido desde su creación un territorio destinado a fusionar historias, fantasías, emociones y sueños de millones de mujeres y hombres que el destino unió a orillas del río ancho como el mar. 



lunes, 2 de enero de 2017

Islas Malvinas. Otra omisión y van... @dealgunamanera...

Desarrollo Social excluyó "por error de diseño" a las Islas Malvinas del mapa argentino…

Desarrollo excluyó "por error" a Malvinas del mapa argentino. Foto: Cedoc

La cartera de Stanley creó una tarjeta de salutación para Año Nuevo y generó el repudio del kirchnerismo y de los veteranos. El pedido de disculpas.


© Publicado el lunes 02/01/2017 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Ministerio de Desarrollo Social excluyó del mapa argentino a las Islas Malvinas en una tarjeta de salutación por el Año Nuevo, y generó el repudio de veteranos de la guerra de 1982 y de dirigentes del kirchnerismo, que acusaron al Gobierno de "ponerse del lado del usurpador".

"Que el 2017 nos encuentre unidos y en paz. Feliz año nuevo", indicó una tarjeta que la cartera a cargo de Carolina Stanley difundió en las redes sociales el sábado pasado, con una imagen de la Argentina pero sin las Islas Malvinas en el Atlántico Sur.

Gustavo Pirich, de la Asociación de Combatientes de Malvinas, criticó al Gobierno en diálogo con radio 10: "Me parece terrible, pero no es el único tema que nos preocupa con respecto a la soberanía", sostuvo. 

"El martes a las 17.30 hacemos una movilización a la Plaza de Mayo, porque nos parece que están avanzando muy fuertemente para remover todos los obstáculos que dificultan el desarrollo de los kelpers", criticó el veterano de la guerra de 1982.

La polémica por el afiche de Desarrollo Social se conoce un día antes de cumplirse 184 años de la ocupación británica del territorio insular. Desde la cartera conducida por Carolina Stanley señalaron: "Nuestras disculpas por el error del departamento de diseño en el saludo de fin de año". 

Por su parte, la ex embajadora ante el Reino Unido de la administración kirchnerista Alicia Castro sostuvo ante radio 10 que quedó "consternada por ver un mapa mutilado, podado. Normalmente lo hacen los británicos, pero nunca he visto que un Gobierno publique un mapa sin las Malvinas".

"Tiene que ver con la política de desmalvinización del Gobierno y la política de entrega. El acuerdo que firmaron en septiembre del año pasado (la canciller Susana Malcorra y su para británico para la región, Alan Duncan) plasma la voluntad y la pretensión británica de remover todos los obstáculos para el desarrollo económico de las Islas en lo que hace a exploración y explotación de petróleo, pesca y navegación", denunció.

Según Castro, el Gobierno argentino "concedió en ese acuerdo" lo que le pedían "los británicos cuando iba al Foreign Office. Ese era su deseo y es lo que ha concedido el Gobierno en un acuerdo", insistió.


En las redes sociales, usuarios que respondieron a la publicación de la cartera de Desarrollo Social hicieron hincapié en el hecho de que Puerto Argentino se llama, para los británicos, Port Stanley, el apellido de la titular de la cartera, Carolina Stanley.

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domingo, 1 de enero de 2017

Procesan a Cristina Fernández de Kirchner por supuesta asociación ilícita… @dealgunamanera...

Procesan a Cristina Fernández de Kirchner por supuesta asociación ilícita…


El magistrado ha dictado un embargo sobre los bienes de Fernández de Kirchner por 10.000 millones de pesos (unos 616 millones de euros)

© Escrito por César G. Galero y publicado el martes 27/12/2016 por el Diario El Mundo de la Ciudad de Madrid, España.

Argentina acabará el año tal como lo comenzó. Con malas noticias económicas, por un lado, y con la inagotable sucesión de escándalos de corrupción del kirchnerismo, por otro. Un año después de dejar el poder, la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner es cada día más complicada.

El juez Julián Ercolini ha decidido procesar a la ex mandataria por un presunto delito de asociación ilícita y administración fraudulenta en la adjudicación de obra pública durante su mandato (2007-2015), una medida que deja a Kirchner a un paso del juicio oral. El magistrado ha ordenado además el embargo a la líder peronista por un valor de 10.000 millones de pesos (unos 616 millones de euros).

En su resolución, el juez Ercolini dictó también el procesamiento del ex ministro de Planificación kirchnerista Julio de Vido; su "número dos", José López (el ex funcionario que trató de esconder nueve millones de dólares en un convento); el empresario Lázaro Báez (principal receptor de las concesiones de obra pública) y otros ex funcionarios.

Con su acusación de "asociación ilícita", el juez Ercolini ha avalado la investigación realizada por los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, para quienes hubo durante la etapa kirchnerista un "plan criminal" orquestado desde el poder para favorecer principalmente a Báez, el empresario convertido en emblema de la corrupción y recluido en prisión preventiva desde hace ocho meses.


Según la justicia, Austral Construcciones, la compañía de Báez (un estrecho colaborador en su día del fallecido ex presidente Néstor Kirchner) habría recibido el 78% de las licencias de obra pública otorgadas en la sureña provincia de Santa Cruz durante los doce años de gobiernos kirchneristas. 

Los contratos (por un valor total de unos 3.300 millones de dólares) se habrían sobrepreciado sistemáticamente y la mitad de las obras nunca se llegaron a realizar. Para los fiscales y el juez, una parte del dinero retornaba al entorno presidencial.

Arropada por la fiel militancia kirchnerista, la ex mandataria pidió la nulidad de la causa cuando acudió a declarar el pasado 31 de octubre. "Es un disparate que se acuse de asociación ilícita a un poder ejecutivo. Se trata de una clara maniobra política, un hostigamiento mediático y una persecución judicial de aquellos dirigentes que pueden ser candidatos", dijo entonces, en referencia a la posibilidad de presentar su candidatura a las elecciones legislativas que se celebrarán en 2017.


Para Kirchner, la ofensiva judicial en su contra sólo sería una estrategia política para "tapar el desastre económico y social" causado, a su juicio, por el Gobierno del conservador Mauricio Macri.

Con la resolución dictada por el juez Ercolini, Kirchner cuenta ya con dos procesamientos abiertos. La ex presidenta ya fue procesada por el juez Claudio Bonadio por una causa de menos enjundia: la venta de dólares a futuro aprobada en los últimos meses de su gobierno, una polémica decisión que provocó millonarias pérdidas al Fisco.


En esta ocasión, la medida adoptada por el juez Ercolini es mucho más grave. Se trata de la primera causa de corrupción que podría llevar a Kirchner ante un juicio oral en un año crucial para su futuro político.


El calvario judicial de Kirchner comenzó en abril. Desde entonces ha declarado varias veces en los tribunales. Además de las dos causas en las que ya hay un procesamiento, la ex presidenta está involucrada en otros casos ("Hotesur", "Los Sauces") en los que la justicia la investiga por un presunto desvío de fondos y blanqueo de capitales, con Báez y otros empresarios afines al kirchnerismo como supuestos socios de un entramado de corrupción institucional.


El anuncio del procesamiento se produce un día después de que Macri sufriera su primera crisis de Gobierno al relevar a su influyente ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. El primer año de Macri en el poder se ha caracterizado precisamente por ese ping-pong mediático. Cada vez que la economía arrojaba una mala noticia, afloraba un nuevo caso de corrupción kirchnerista.


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