sábado, 20 de junio de 2015

1812 - 20 de Junio - 2015... Día de la Bandera... @dealgunamanera...

Día de la Bandera Argentina...

Tras la declaración de independencia el 9 de julio de 1816, la bandera azul celeste y blanca fue adoptada como símbolo por el Congreso el 20 de julio de 1816.

A 195 años de la muerte de Manuel Belgrano, su creador y uno de los artífices de la independencia, el 20 de junio se homenajea al padre de la Patria y al máximo símbolo de la Nación.

La bandera argentina fue creada por Manuel Belgrano y enarbolada por primera vez el 27 de febrero de 1812, en Rosario, provincia de Santa Fe, donde hoy reside el inmenso Monumento a la Bandera. En medio de las luchas por la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Belgrano decidió tomar los colores de la escarapela -celeste y blanco- que ya estaba en uso desde la revolución patriótica de mayo de 1810.

                        

El origen de la elección de estos colores no es uno solo y todavía es sujeto de controversias, aunque la versión más segura es que el blanco y el celeste identificaban a Borbones, casa dinástica de origen francés, partidaria de los principios de la monarquía constitucional, con la cual Belgrano también coincidía.

La primera vez que la bandera se izó en Buenos Aires fue el 23 de agosto de 1812, en la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, lugar actual del Obelisco. La Asamblea Constituyente de 1813 promovió en secreto su uso, pero no produjo normas escritas al respecto. El Gobierno no deseaba insistir en ese momento con símbolos independentistas.

Tras la declaración de independencia el 9 de julio de 1816, la bandera azul celeste y blanca fue adoptada como símbolo por el Congreso el 20 de julio de 1816. El Congreso le agregó el sol el 25 de febrero de 1818.

El 8 de junio de 1938, con aprobación del Congreso, el entonces presidente de la Nación, Roberto M. Ortiz, promulgó la ley 12361, que dispone al 20 de junio como el Día de la Bandera y feriado nacional en homenaje a Manuel Belgrano, quien falleció el 20 de junio de 1820.

Manuel Belgrano 

Fue un intelectual, militar, abogado, periodista y político sobresaliente. Participó en las luchas por la independencia y fue un férreo defensor de la educación libre, el sistema monárquico y un adelantado en la promoción de los derechos de la mujer y los indígenas, hasta tal punto de haber propuesto la creación de una Monarquía Inca para proteger a los americanos.

Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, estudió en el Colegio de San Carlos y luego en las universidades de Salamanca y Valladolid, en España. En 1793, se recibió de abogado y en 1794, ya en Buenos Aires, fue nombrado primer secretario del Consulado, con 23 años. Desde allí, fomentó la educación a través de la enseñanza de oficios. Además, fundó escuelas de dibujo, matemática y náutica.

Durante las invasiones inglesas de 1806, se sumó a las milicias criollas para defender la ciudad. Desde entonces, compartió su pasión por la política y la economía con una carrera militar que lo llevó a participar de luchas liberadoras en toda América Latina.

En la Revolución de Mayo, Belgrano desempeñó un rol protagónico y fue nombrado vocal de la Junta Revolucionaria y enviado de expedición al Paraguay. En su transcurso creó, el 27 de febrero de 1812, la bandera nacional.

Entre 1812 y 1813, en el norte del país, encabezó el heroico éxodo del pueblo jujeño y logró las grandes victorias de Tucumán –septiembre de 1812- y y Salta –febrero de 1813-. En 1816 participará activamente en el Congreso de Tucumán, que declaró la independencia de la Argentina.

Manuel Belgrano murió un 20 de junio de 1820, en medio de una cruenta guerra civil y muy pobre y enfermo.

© Publicado el sábado 20/06/2015 por http://argentina.ar


jueves, 18 de junio de 2015

Copa América... Argentina 1 vs. Uruguay 0... @dealgunamanera...

La Selección Argentina se sacó todas las ganas de ganar...


Un golazo a la Manchester City –centro de Zabaleta, cabezazo de Agüero– le dio el primer triunfo en la Copa América al equipo nacional, que sufrió como en su debut ante Paraguay, pero se aseguró los tres puntos. Messi, Pastore, destacados.

La Selección ganó ayer un partido chivo, que dominó ampliamente en la primera parte, frente a un Uruguay que apenas se animaba a pasar el medio campo, y que lo sufrió como loco en el final cuando, tras el gol de cabeza de Agüero, los dirigidos por el Maestro Tabárez se le fueron encima con inesperado ímpetu. El arquero Romero, que no había intervenido tanto en la noche chilena, terminó siendo clave en el final para aguantar el resultado y salvar el cero en el descuento tras un remate de gol de Hernández. 

Pastore, Messi y Agüero fueron los destacados del equipo nacional, que en los últimos sufrió horrores el hecho de haber perdido el control del trámite. La victoria dejó al equipo de Martino como puntero del Grupo B, junto a Paraguay, que en la previa venció 1-0 a Jamaica, y prácticamente clasificado a la siguiente ronda.

Ni bien comenzó el encuentro, la Selección fue inclinando la cancha hacia el arco rival aplicando su fórmula predilecta: tener la pelota y jugarla segura a un compañero. Pastore era el eje del equipo en esos primeros minutos, y gracias a él, Di María tuvo una muy buena chance a los 8 minutos que no prosperó porque Muslera le tapó el remate abajo sobre el primer palo. Uruguay, en cambio, buscaba su crecimiento con contraataques rápidos y pases profundos, que no siempre llegaban a destino.

Uno de los méritos del equipo de Martino fue la paciencia para mover la pelota para intentar abrir espacios en ataque, mientras esperaba que Messi terminara de aparecer y se asociara más frecuentemente con Pastore, quien a los 20, en combinación con el crack del Barcelona, intentó sorprender al arquero uruguayo con un remate desde afuera del área.

Argentina necesitaba cambiar un poco el ritmo en el ataque, y cuando eso ocurrió el equipo contó con la situación más clara de gol en la primera parte. Pastore habilitó a Messi, éste sacó un centro perfecto para Agüero, cuyo cabezazo no entró en el arco de milagro. Casi inmediatamente fue Messi el que probó con un frentazo desde el corazón del área, que se desvió en un defensor uruguayo. La Selección había encontrado una puerta a espaldas de Arévalo Ríos y se acercaba cada vez más al dominio de Muslera.

Los uruguayos, por su parte, siguieron ensayando su libreto: aguantar todos juntos en su campo y contragolpear, con envíos profundos para que tanto Cavani –bastante peleado con la pelota– como Rolan se inspiraran solitos en los últimos metros, y a las jugadas de tiro libre que la Argentina le entregaba ocasionalmente sobre la mitad de la cancha.

El equipo nacional necesitaba un poco más de Agüero y de Di María, que se desmarcaran e incluso que se retrasaran un poco en la cancha para entrar con mayor frecuencia en el circuito de juego. Al cabo de la primera parte, Argentina consiguió una posesión del 71 por ciento, pero este dominio no se reflejó en los tiros al arco, donde la relación fue de 5 contra 3.

Apenas arrancó la segunda parte, Maxi Pereira le ganó la posición a Pastore y sacó un violento remate que Romero, obligado, despejó con ambas manos. Una señal de alarma para el equipo argentino.

Pero rápidamente la Selección volvió al registro de la primera parte. Dominio de la pelota con buenas combinaciones entre Messi y Pastore, a los que de a ratos se les sumaba Biglia y las apariciones esporádicas de Di María y más frecuentemente de Agüero. En eso estaba cuando, a los 54, tras una buena intervención del volante de PSG, Zabaleta recibió el pase y metió un centro perfecto para que Agüero, ingresando por sorpresa por el primer palo y ganándole la carrera a Giménez, metiera la cabeza para abrir el marcador.

En desventaja, Uruguay soltó amarras y se animó a adelantarse en el campo de juego. La Selección, de pronto, encontró los espacios que hasta el gol se le habían negado, pero en el intercambio del golpe por golpe terminó perdiendo el control, y sufriendo por ello más de lo necesario. Pudo haber ampliado Messi cuando, luego de acelerar sobre un costado de área, dejó desairado a Alvaro Pereira, se metió en la zona de peligro y metió un centro picante que Godín terminó despejando con lo justo. Unos minutos más tarde, con el partido calentito y las revoluciones arriba, Pereira le devolvió gentilezas al argentino con una patada en la rodilla que le dolió más a Mascherano que al propio Messi.

En medio de la desprolijidad y el nerviosismo, Uruguay se volvió más agresivo y peligroso. El ingresado Sánchez sacó un violento remate desde afuera que Romero despejó y que luego tomó Rolan para, a tiro del empate, definir por arriba del travesaño. La Argentina respondió con un zurdazo de Messi desde afuera, que Muslera atrapó sin problemas. Y, luego de una buena combinación con el ingresado Tevez, el capitán argentino tuvo otra muy buena chance, pero volvió a encontrar respuesta en el arquero uruguayo.

A puro vértigo terminó el partido, con Uruguay lanzado en ataque y Argentina aguantando las embestidas.

Argentina 1

Romero; Zabaleta, Garay, Otamendi, Rojo; Biglia, Mascherano, Pastore; Messi, Agüero, Di María. DT: Gerardo Martino.

Uruguay 0

Muslera; M. Pereira, Giménez, Godín, A. Pereira; A. González, Arévalo Ríos, Lodeiro, C. Rodríguez; Rolan, Cavani. DT: Oscar Tabárez.

Estadio: La Portada (La Serena).

Arbitro: Sandro Ricci (Brasil).

Goles: 54m Agüero (A).

Cambios: 63m C. Sánchez por C. Rodríguez (U), 69m Hernández por Lodeiro (U), 77m Banega por Pastore (A), 80m Tévez por Agüero (A), 87m Pereyra por Di María (A).


© Escrito por Facundo Martínez el miércoles 17/06/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




martes, 16 de junio de 2015

Nigeriano de 24 Años Construye Helicóptero Casero… @dealgunamanera...

Nigeriano de 24 Años Construye Helicóptero Casero…


Mubarak Muhammed Abdullahi, estudiante de 24 años de Nigeria construye un helicóptero con partes de un coche viejo y partes de una bicicleta. El estudiante de física, pasó ocho meses construyendo el modelo amarillo de la foto, usando el dinero que él gana arreglando teléfonos móviles y ordenadores. Mientras algunas partes han sido sacados de los 747 estrellados en su país.

El Helicóptero de 12 metros de largo, que nunca ha volado por encima de los 2 metros de altitud, es impulsado por un motor de 133 caballos de potencia indirecta de un Honda Cívic. 

En la carlinga básica hay dos asientos de un Toyota, con dos más detrás. Los mandos son simples, con un botón de ignición, una palanca de acelerador para controlar el empuje vertical y una palanca de mando que proporciona el equilibrio y el porte. Una cámara bajo el interruptor conectado a una pequeña pantalla que el piloto ve a tierra, y él se comunica mediante un pequeño transmisor.

Mubarak dice que él aprendió lo básico de un helicóptero al ver a uno volar por el Internet, después de que él se decidió pensó sería más fácil construirlo con un interruptor de un coche. El vuelo de su helicóptero es fácil, él dice: “Usted comienza, permitite correr durante un minuto o dos y luego usted va hacia adelante y las hélices comienza a girar. En el Joystick, usted puede ir acelerando y una vez que alcanza 300 revoluciones por minuto se presiona la palanca del Joystick y esto sale volando. ”

Sin inmutarse de su helicóptero casero, que está en un hangar sobre el campus, carece de los instrumentos para medir la presión atmosférica, la altitud y la humedad, Mubarak trabaja sobre un helicóptero nuevo, que tendrá unas grandes mejoras sobre este helicóptero, en términos de complejidad y estética.

Un biplaza con capacidad para volar a 5 metros de altitud durante tres horas, la creación nueva de Mubarak será impulsada por un nuevo motor traido directamente de Taiwán, usada normalmente en motos.

Visto en TheRawFeed

© Publicado el martes 20/11/2007  por el http://airvoila.com 

Virginia Ungar... Una argentina en lo más alto del psicoanálisis internacional… @dealgunamanera...

Una argentina en lo más alto del psicoanálisis internacional…


Fue electa presidenta de la asociación psicoanalítica que fundó Sigmund Freud en 1910. Es la primera mujer que accede a este cargo en 105 años.

En 1910, bajo el influjo de Sigmund Freud y un puñado de colegas, en Núremberg, Alemania, se fundó la Asociación Psicoanalítica Internacional (API), cuyo primer presidente electo fue otra figura clave del psicoanálisis: Carl Gustav Jung. Ciento cinco años más tarde, la misma organización –que hoy reúne a 12 mil profesionales de todo el mundo abocados a la “madre” de las psicoterapias– acaba de elegir a su primera presidenta mujer de la historia: la médica psicoanalista argentina Virginia Ungar.

La especialista en niñez y adolescencia fue propuesta como candidata por la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires. A pocas horas de ganar la votación, Perfil la entrevistó en su consultorio.

—¿Cómo interpreta ser la primera mujer que llega a ese puesto en 105 años?
—No es sencillo encontrar una respuesta porque en la historia del psicoanálisis las mujeres analistas tuvieron una presencia muy destacada. Basta nombrar a Anna Freud y a Melanie Klein. Pero también es cierto que en la cultura en que nació el psicoanálisis era el hombre el que tenía el lugar central en la familia. Y era raro hasta que una mujer estudiara en la universidad. Es difícil mirar y explicar una época como la victoriana desde la óptica actual, en una cultura en que la mujer ha ganado su espacio, aunque todavía falta mucho por hacer. La reciente y multitudinaria concurrencia al “Ni una menos” habla por sí sola.

—¿Por qué en su plataforma electoral propuso enfrentar el envejecimiento profesional?
—Se trata de un fenómeno que está pasando en todo el mundo: a nuestra especialidad ingresan menos miembros de lo que sería deseable para poder sostenerla y hacerla crecer.

—¿Cómo se llegó a esto?
—Por varias razones, pero creo que –al menos en Argentina– este fenómeno es un poco la consecuencia del gran éxito que la especialidad tuvo entre los años 60 y 70, cuando muchos colegas dejaron la “trinchera” de la salud pública y las universidades, los espacios donde se trataban patologías graves y los lugares económicamente más comprometidos. Muchos psicoanalistas se quedaron en sus consultorios, porque tenían una importante demanda de pacientes. Además, formarse en psicoanálisis es una opción que implica muchísimos años de estudio. Finalmente, es una especialidad que se contrapone con la actual cultura mediática que premia exhibir aspectos personales. Nosotros proponemos un espacio más íntimo.

—¿Cómo explica la gran diversidad de tratamientos psi disponibles?
—Hoy se pueden elegir terapias sistémicas, neurocognitivas o conductismos, entre otras. Mi interpretación es que cambiaron las condiciones de nuestra cultura. Ahora estamos en un espacio de la inmediatez, y se buscan resultados rápidos. Esto se ve hasta en los más chicos. Yo soy especialista en niños y muchos padres nos piden que los ayudemos a adaptarse a esa cultura veloz para que tengan éxito en una especie de carrera que creo mucho no se entiende.

—¿El psicoanálisis tiene respuestas para ese cambio cultural?
—Estamos pensando nuevas herramientas para esta época: desde el tiempo que toma hacer una terapia a cómo se lleva adelante el tratamiento o el uso de la tecnología para el análisis remoto. Mi hipótesis es que no podemos cerrar los ojos a los cambios. Cuando nació el psicoanálisis el modelo familiar era otro; nuestra sexualidad no es la misma que en la época de Freud, los modelos de crianza son diferentes, existen las familias ensambladas, hay madres adolescentes, etc. Son variables muy diferentes de lo que pasaba cien años atrás.

—¿Por eso la gente opta por otros tratamientos?
—La verdad es que no podemos decir que hoy el público esté eligiendo, en forma masiva, la opción psicoanalítica. En parte, porque el psicoanálisis no ofrece cambios rápidos. Es cierto que pasar por una experiencia de este tipo no tiene por qué implicar veinte años de análisis. Pero sí se entra en un tiempo diferente al que marcan las necesidades de hoy. Pero estoy convencida de que el psicoanálisis es la terapia que puede generar cambios más profundos en la personalidad. Y permite llegar a superar los problemas resolviendo el conflicto de fondo, sin derivarlo a otra patología.

—¿Cómo ve el psicoanálisis el avance de las neurociencias?
—Ante todo tenemos que reconocerlas y dialogar más con los neurocientíficos, para poder enfatizar lo interdisciplinario: aportarles lo nuestro y también recibir lo suyo.

“Acá el terapeuta es una figura cotidiana”

—Doctora Ungar, suele decirse que Argentina es el país con más psicoanalistas por habitante. ¿Por qué?
—Este es un fenómeno que asombra y sigue interesando a las ciencias sociales. Pienso que pueden haber influido varios factores: promediando los años 40 llegaron a la Argentina analistas que habían recibido formación en una Europa que estaba diezmada por el nazismo. Fueron pioneros como Ángel Garma, Marie Langer, Heinrich Racker, que se encontraron con colegas del campo de la salud mental muy interesados en el psicoanálisis. Por otra parte, Buenos Aires era una capital cultural en la posguerra y se dio ese encuentro entre una excelente tradición médica, los pioneros y la sociedad que supo recurrir a pedir ayuda para el sufrimiento mental. Esto no ocurrió sólo en Buenos Aires, mi maestro Horacio Etchegoyen pasó unos años en Mendoza. Allí hay una Sociedad Psicoanalítica, como también en Rosario y en Córdoba.

—¿Cuál es su percepción sobre la sociedad argentina?
—No me resulta cómodo generalizar pero vemos las mismas patologías que en otras latitudes: a las clásicas neurosis se han sumado los trastornos de personalidad, adicciones, patologías borderline, trastornos de alimentación y otras. Lo que caracteriza al argentino es que el terapeuta es una figura cotidiana, más allá de cualquier diferencia social. Así leemos reportajes de personalidades públicas que no tiene ningún reparo en decir que se analizan y también vemos personajes en la ficción que los representan. A diferencia de lo que se puede ver en otros países, no genera tanto pudor contar que se ha recurrido a la ayuda terapéutica. Eso es positivo, alienta a las personas que sufren a pedir ser escuchados con la expectativa de aliviar sus síntomas.

El legado de Anna F.

Hacia 1902, Sigmund Freud invitó a cuatro colegas a reunirse y discutir su trabajo. Así se formó la Sociedad Psicológica de los Miércoles ya que se reunían ese día. En 1908 ya eran 14 miembros, y el nombre cambió a Sociedad Psicoanalítica de Viena.

En 1907 Ernest Jones, neurólogo inglés, le sugirió a Carl Jung, colega de Freud, organizar una reunión internacional con colegas para discutir sobre psicoanálisis. Esa reunión se concretó en Salzburgo en 1908 y allí se decidió formar una asociación internacional, intención que se formalizó en 1910. Por su parte, Anna Freud –sexta hija de Sigmund– fue secretaria de la API entre 1925 y 1934, y luego presidenta honoraria.

© Escrito por Enrique Garabetyan el martes 16/06/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 14 de junio de 2015

Copa América 2015... Argentina 2 vs. Paraguay 2... @dealgunamanera

Imagen preocupante de la Selección…


El equipo de Gerardo Martino hizo un muy buen primer tiempo, en el que controló como quiso la pelota y sacó ventajas de los errores de los rivales, pero no supo cómo frenar la embestida de los dirigidos por Ramón Díaz, que se lo empataron de guapos.

Al final del primer tiempo Argentina ganaba 2 a 0; la mar estaba serena; Martino estaba sereno; Argentina ganaba serenamente en La Serena y se escuchaba el canto de las sirenas que anunciaban la goleada para el complemento. Pero en la segunda parte Argentina siguió creando situaciones de gol y los paraguayos embocaron dos goles, uno de ellos sobre la hora. Empataron un partido que parecía perdido y lo festejaron como correspondía mientras que los argentinos se quedaron con el gustito amargo de un empate que, naturalmente, se tomó –al menos en caliente– como una derrota.

La pregunta del millón, a la que Martino dio sólo respuestas a medias, es qué pasó con la Selección Argentina, por qué cambió tanto, por qué bajó tanto su nivel. Hay respuestas que van de lo técnico a lo táctico y que también atraviesan lo psicológico y lo azaroso y los vaivenes naturales que tiene todo partido de fútbol.

Una de las claves de la caída en el rendimiento se puede encontrar en la salida de Pastore, que podía haber sostenido mejor la pelota en los momentos en los que Paraguay jugaba a otra cosa distinta a la de la primera parte. El técnico argentino, por otra parte, podía haber reforzado mejor el medio juego y ponerlo a Biglia en lugar de Agüero, por ejemplo, pero prefirió hacer dos variantes que hablan de su idea de apuntar más al desequilibrio que pueden lograr los delanteros (los titulares o los suplentes, si los titulares se cansan) más que al equilibrio que se puede alcanzar con los volantes de contención. De hecho el equipo que puso en la cancha y que deslumbró en el primer tiempo, fue un festín de jugadores de excelente técnica.

Ramón Díaz, que había mandado a sus jugadores a la retaguardia en el primer período, tratando de aguantar el asedio con dos líneas de cuatro tuvo que cambiar con la chapa puesta. Y a riesgo de comerse una goleada (que bien pudo haber ocurrido si Argentina metía el tercero en ocasiones que no le faltaron antes del descuento) mandó a sus jugadores al frente. 

Con eso sólo no le hubiese alcanzado para dar vuelta la historia. Necesitaba la complicidad del equipo argentino y la tuvo. Los de Martino, primero desaprovecharon las ocasiones que tuvieron en el contraataque y a medida que pasaban los minutos empezaron a perder el control de la pelota, la repartieron demasiado con sus rivales y eso generó dudas e incertidumbre de la mitad e la cancha hacia atrás. Poner el foco solo en las grietas defensivas (que las hubo, claro) y en la falta de solidez de los cuatro del fondo sería un error; el equipo quedó cortado en dos y en esto las responsabilidades son compartidas.

En el segundo tiempo los paraguayos generaron cinco situaciones de gol y en casi todas –hay que reconocerles ese mérito– resolvieron muy bien; dos fueron goles; dos salvó Romero con espectaculares atajadas y la otra fue una pelota que cruzó todo el arco y no fue gol de milagro. Los goles fueron muy lindos los dos: el primero un zapatazo de afuera del área de Haedo Valdez y el segundo un buen remate de Barrios, después de un cabezazo hacia atrás.

Los goles de Argentina no fueron tan limpios. El primero llegó después de un error medio grosero de Samudio y el segundo en un penal medio dudoso de Samudio, a Di María, después de una apilada con el sello de Messi. Y eso también opaca la actuación del equipo nacional.

De todas maneras ni los goles medio raros ni el bajón del segundo tiempo deben borrar íntegramente todo lo que fue capaz de producir el equipo en una parte importante del encuentro. Muy bien Banega como salida, inteligente Pastore para meter tres o cuatro estiletazos excelentes, enchufado Messi, activos Di María y Agüero, pusieron contra la pared a sus rivales y convirtieron en figura al arquero paraguayo. 

Como síntesis de todo esto, este dato que no es menor: ¡Romero casi no tocó la pelota en los primeros 45 minutos!

En fin, para la Selección pudo haber sido una noche serenísima, pero no: mala leche.



© Escrito por Juan José Panno el domingo 14/06/201 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.