domingo, 28 de junio de 2015

El mundo según la ciencia digna… @dealgunamanera...

El mundo según la ciencia digna…


En la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario se llevó a cabo la Semana de la Ciencia Digna, en homenaje al Doctor Andres CarrascoAllí se reunieron numerosas voces de distintos países latinoamericanos. Especialistas, médicos, periodistas, investigadores, asambleístas, activistas, estudiantes y vecinos para debatir y poner en cuestión el modelo extractivo.

El hombre de la vaca conversó con ellos y nos irá compartiendo semana a semana sus impresiones. Hoy conversa con Marie Robin, periodista francesa, autora de numerosos libros y documentales como “El mundo según Monsanto” y “Nuestro veneno cotidiano”.


© Publicado por El Hombre de la Vaca el jueves 25/06/2015 y publicado en  http://www.lavaca.org

Animados a no ceder… @dealgunamanera...

Animados a no ceder…
El kirchnerismo se envalentona por las encuestas y redobla su embestida. Los controles sobre la Justicia y Scioli.

La posible continuidad del kirchnerismo en el poder, respaldada por el crecimiento de Daniel Scioli en las encuestas, y la falta de pericia política de la oposición han estimulado al Gobierno a no ceder un centímetro en su pelea por el control del Poder Judicial. El oficialismo carga sobre sus espaldas con casos tan polémicos como emblemáticos en materia de presión sobre miembros de la Justicia, como los de los fiscales José María Campagnoli y Germán Moldes y el del ministro de la Corte Suprema Carlos Fayt. Ahora logró cambiar la conformación de la Sala I de Casación Penal que el martes decidirá sobre la constitucionalidad del pacto con Irán. Lo hizo al remover al juez Luis María Cabral, hecho que volvió a poner de manifiesto el desprecio del Gobierno por un Poder Judicial independiente. Es un hecho gravísimo que parecería –al fin– haber despertado a una oposición que no termina de comprender que si en algunos puntos esenciales no logra ponerse de acuerdo será arrollada, junto con la República, por el kirchnerismo.

El abogado Claudio Vázquez, cercano al viceministro de Justicia Julián Alvarez, ocupará el lugar de Cabral. La renovación de la Sala I se extenderá a las otras subrogancias. En lugar de Gustavo Hornos será designado Roberto Boico, profesor universitario cuya firma apareció en la primera solicitada de Justicia Legítima, y cercano a la línea de las Madres de Plaza de Mayo que encabeza Hebe de Bonafini. Por último, la plaza de Ana María Figueroa será ocupada por Norberto Frontini, señalado por fuentes de la Asociación de Magistrados como un hombre afín a la doctrina Zaffaroni y discípulo de Alejandro Slokar –ex secretario de Política Criminal–, también firmante de la solicitada “Hacia una Justicia legítima”.

La de Cabral se trata de una nueva remoción directa por parte del Consejo de la Magistratura desentendida en toda su extensión de una imputación de orden disciplinario, juicio o procedimiento previo, dice el comunicado de la Asociación de Magistrados. Técnicamente se puede nombrar un juez subrogante en un juzgado vacante; lo que no se puede es quitar de su lugar a un juez que ya estaba subrogando, como era el caso de Cabral desde hacía tres años. El objetivo perseguido es claro: quitar del medio a los magistrados que podrían votar en contra de la constitucionalidad del pacto con Irán.

Scioli tendría el manejo de la economía, no de las relaciones externas y con la Justicia
Alerta. En la Justicia la preocupación crece. Los motivos para estar alerta sobran. Lo que parecía un fin de ciclo ya no lo es, y el panorama en materia de independencia judicial está otra vez en juego. “No sabemos cómo empezó el proceso de destrucción de instituciones en Venezuela. Quizás haya sido similar a lo que ocurre aquí. Es importante prestarles atención a estos atropellos. Por ahora la gente está tranquila porque a diferencia de Venezuela nosotros tenemos 12 cuotas sin interés y papel higiénico. Debería haber mayor involucramiento político y social; las cosas deben cambiar”, sentenció una fuente del Poder Judicial que no deja de sorprenderse por la falta de agilidad y reacción de la oposición para poner en agenda estos temas.

Fuentes judiciales de Santa Cruz aseguran que la elección de Carlos Zannini como compañero de fórmula de Scioli es más que un intento de control para conservar poder sobre el ex motonauta. Esas voces recuerdan que “Zannini fue quien diseñó junto a Néstor toda la ingeniería para el sometimiento del Poder Judicial en nuestra provincia. Como es sabido, pese a los múltiples fallos de la Corte Suprema, nunca reincorporaron al ex procurador Eduardo Sosa; una de las veces, ¡Zannini dijo que no tenían presupuesto! A los jueces y fiscales que no les eran afines les colocaban comisarios políticos y los mantenían vigilados con procesos de juicio político”.

Cualquier similitud con la realidad ya no es una coincidencia. Scioli tuvo que negociar o, mejor dicho, aceptar compulsivamente los términos e imposiciones impuestos por el kirchnerismo. Fuentes que están al tanto de lo conversado en las últimas reuniones aseguran que el gobernador pidió vía libre para tener el control en materia económica. A cambio, lo obligaron a aceptar que las relaciones con el Poder Judicial quedarán a cargo de Zannini y la procuradora Alejandra Gils Carbó. Tampoco tendrá injerencia en temas atinentes al manejo de la Cancillería y la política exterior. Un precio demasiado alto.

De ser electo, habrá que ver cómo Scioli se las arregla para sortear estos obstáculos que limitarían de manera irreversible su gestión. Desde el sciolismo alguien preguntó qué pasará con Amado Boudou. La respuesta fue fría y cortante: “Con ése podés hacer lo que quieras”. El vice tiene las horas contadas. Sin embargo, lo que podría usarse como un gesto para mostrar a la sociedad que ya no hay impunidad tiene su contrapartida en el blindaje judicial para la familia presidencial y los ministros. “Son intocables”, le hicieron saber al candidato del Frente para la Victoria.
Aló Presidenta

La utilización por parte de Cristina de la cadena nacional para hacer campaña electoral por el oficialismo representa más que una violación a la tan mentada Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual una alteración de las normas éticas de la vida republicana. Es algo que no se había visto en estos treinta y dos años de democracia reconquistada por los argentinos. Es lo mismo que hacía el ex presidente Hugo Chávez y ahora repite su sucesor, Nicolás Maduro, en la desgarrada Venezuela.

En el acto de marras, que tuvo lugar el jueves en la provincia de La Pampa, la jefa de Estado dedicó parte de su alocución a exaltar a Carlos Zannini, a ignorar a Scioli, y a criticar el debate del miércoles entre los candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a los opositores. Al hacerlo buscó desacreditar a Martín Lousteau, a quien responsabilizó por la 125. “Por un error de números, casi nos hacen volcar”, dijo Fernández de Kirchner, quien seguramente no advirtió que con esa afirmación derribó la falsedad sobre la que pivotó aquel conflicto innecesario e incomprensible, aportando así otro ejemplo de la mentira sobre la que se construye buena parte de la épica y el relato del kirchnerismo.

Producción periodística: Guido Baistrocchi, con la contribución de Santiago Serra.

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© Escrito por Nelson Castro el domingo 28/06/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

  

sábado, 27 de junio de 2015

Renunció Milani Ante Inminente Procesamiento… @dealgunamanera...

La política y la Justicia lo complican… 


Sorprendió que la renuncia del militar César Milani al cargo de teniente general del Ejército de la Nación. Lo hizo mediante un comunicado en el que alegó “motivos estrictamente personales” para confirmar su pase a retiro de las Fuerzas Armadas.


La dimisión del otrora hombre poderoso del kirchnerismo fue confirmada de manera oficial por el Ministerio de Defensa de la Nación.

¿El motivo? El inminente procesamiento que estaría por sufrir por parte de la Justicia en el marco del caso Ledo, donde se lo acusa por detención ilegal, torturas y desaparición de ese mismo conscripto.

También influyó en la decisión el hecho de que Cristina Kirchner, su madrina política, decidiera no continuar en cargos políticos a futuro, luego de que le toque dejar el poder.

No obstante, Tribuna de Periodistas pudo saber que Milani seguirá teniendo influencia en el área de la inteligencia, tanto militar como civil.

© Escrito por Carlos Forte el martes 23/06/2015 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hubris de Romay… @dealgunamanera...

Hubris de Romay…

El look Ted Turner caracterizó su ciclo final 1984-1997 en Canal 9. Foto: Cedoc

El "Zar de la Tv" hubiera entendido a Cristina Kirchner mejor que nadie. Romay hubiera entendido a Cristina Kirchner mejor que nadie. Él era otro monarca y su estilo de conducción, muy parecido. Por lo menos en su último ciclo televisivo, cuando recuperó Canal 9 con la llegada de Alfonsín hasta que lo vendió al final de la presidencia de Menem, entre 1984 y 1997.

Es que esa manera de conducir no sólo resulta de una forma de ser sino, además, de una relación de poder muy favorable para quien la ejerce. Entre 1984 y 1990, Romay tuvo prácticamente el monopolio de toda la televisión argentina porque al llegar la democracia se cancelaron los llamados a licitación para reprivatizar los canales que había estatizado el peronismo en la década anterior, pero la de Canal 9 se alcanzó a realizar antes de que asumiera Alfonsín, y no la anuló en parte porque ya se había producido y también porque Romay era filorradical. Quedó así Canal 9 como el único canal de televisión nacional privado en una época en que la televisión por cable era casi marginal, tampoco había internet, las incipientes radios FM sólo pasaban música y muchas de las radios AM eran del Estado. O sea, cuatro horas por día de la vida de la mayoría de los argentinos –el promedio que se dedica al consumo de medios audiovisuales– eran programadas por Alejandro Romay.
No tuvo la vocación política de Magnetto ni la empresarial de Telefónica, pero los superó en influencia

Supongo que ahí contrajo el síndrome de Hubris, porque yo lo había visto antes de recuperar su Canal 9, en su carácter de dueño de una imprenta donde se imprimían algunas revistas de entonces de Editorial Perfil, y no me pareció que tuviera la misma autosuficiencia.
Hasta su apariencia física cambió al reasumir en Canal 9, como si los vestuaristas y maquilladores teatrales de Alta comedia lo hubieran producido para ser un actor más de su ciclo de clásicos popularizados. Pasó de una profunda calvicie al look Ted Turner, adecuadísimo a fines de los 80 y comienzos de los 90 para el papel que desempeñaría como magnate de la televisión. Romay diría que son necesidades del oficio, porque para ser un buen monarca también contribuye ser un buen actor, como Cristina Kirchner lo demuestra día a día.
Era mucho poder para un solo hombre. En términos de producción de contenidos era Magnetto más Telefónica más Twitter. Pero nunca tuvo la vocación política de Magnetto ni la empresarial de Telefónica; a Romay le gustaba ser famoso, como se dice en la jerga: “pintarse la cara”, por el maquillaje de quienes aparecen frente a cámara. Fue representante de una época superada donde los dueños de los medios, como Hearst, Pulitzer, Disney o Turner como último eslabón de esa cadena, eran más celebridades que sus figuras. A diferencia de su contemporáneo Ted Turner, Romay mantuvo su estilo familiar tradicional, pero al creador de la CNN –más la televisión por satélite continua y la televisión por cable– casarse con Jane Fonda en 1991, hacer una vida más moderna y tener 12 años menos que Romay tampoco le alcanzó para salvarse de su obsolescencia. Hace pocos años entrevisté a Ted Turner, quien me dijo que “ya no entiendo los medios de hoy porque hasta los 90 las cosas cambiaban cada cuatro años, y ahora cambian cada cuatro semanas”.
Romay, probablemente bien aconsejado por su hijo Omar, que estudió Comunicación en Estados Unidos, conocía las tendencias de la industria y hoy es dueño de un canal de televisión local en Miami, vendió su Canal 9 a fines de los 90 cuando los ya privatizados Canal 13 y Telefe lo habían superado en audiencia, y hasta la televisión por cable le enviaba una señal que supo decodificar: “Ni siquiera puedo ver mi canal en el 9 del dial, me lo ponen en el 8”.
Tanto poder previo afectó el sentido de la realidad de Romay, demostrando que el síndrome de Hubris no ataca sólo a los presidentes de países que perduran sino también a los conductores de organizaciones que dominan su área de actuación hasta chocar.
En lo personal, mi relación con Romay no se diferencia de los comentarios que tras su muerte recogieron los medios de quienes tuvieron relación con él, que a pesar de reconocerlo como un patriarca terminaron distanciados. Creo que en gran parte era producto de su síndrome de Hubris.
Lo exasperaban las columnas críticas que escribía Pablo Sirvén en la sección Televisión de la revista Noticias durante los años 90. Y no podía entender que nada de lo que ofrecía pudiera modificarlas. Esto comienza el día que Romay recupera su Canal 9 con la llegada de la democracia, en 1984, y durante la transmisión de su programa Feliz domingo muere el padre de un alumno. La revista predecesora de Noticias (La Semana) hace su tapa sobre la fallida reinauguración de la televisión privada y Romay ofrece un convenio por varios miles de segundos mensuales de publicidad en TV para la revista a cambio de que no se diera el tema en tapa. Ante el rechazo, durante años cada vez que me veía burlonamente me preguntaba: “¿Y, seguís siendo periodista o ya te recibiste de empresario?”.
Monarca y actor como Cristina, el exceso de poder perturbó su sentido de la realidad

En 1991, en un largo reportaje que le hice (de los que por entonces se publicaban en la revista Noticias), Romay, como siempre sin filtro, dijo: “No quise darle un porcentaje a Nosiglia” de un negocio y “Neustadt es un mercenario”. Neustadt le ganó 50.000 dólares en un juicio por calumnias a Romay. Y Alfonsín, en defensa de su ex ministro, salió a decir que Romay estaba loco.
En ese reportaje terminaba preguntándole a Romay qué le hubiera gustado que constara en su epitafio, y hace 23 años contestó: “Acá descansa un señor que pasó toda su vida haciendo lo que quería”.
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© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 27/06/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Copa América 2015... Argentina 0 (5) vs. Colombia 0 (4)... @dealgunamanera...

 Lo ganó con sufrimiento en los penales…


Con muy buenas actuaciones de Pastore y Messi, borró a Colombia de la cancha, pero le faltó puntería para vencer el arco de Ospina. El héroe terminó siendo Tevez, quien convirtió el penal para el pase a semifinales. El martes va contra el ganador entre Brasil y Paraguay.

El Tata Martino no quiso practicar penales en los días previos. Se sabía que era una posibilidad, pero prefirió mandarles un mensaje clarito a sus dirigidos: “Qué penales ni penales, somos mucho más que ellos, lo tenemos que ganar en los noventa minutos”. Lo que no imaginaba el entrenador era que se iban a encadenar tantos factores para impedir que se concretara la victoria al cabo del tiempo reglamentario.

Argentina fue más que Colombia, mucho más y mereció ganar por una diferencia de por lo menos dos goles. Tuvo la pelota casi todo el tiempo (62 por ciento en el promedio final) y la usó diez veces mejor que su rival, especialmente en el primer período; tuvo individualidades que superaron en brillo a las de sus adversarios; mostró más ideas, generó diez situaciones de gol clarísimas contra apenas una de Colombia y sin embargo debió esperar hasta los penales para sellar su pasaje a las semifinales.

Una de las imágenes que mejor grafica las razones del cero a cero final se la puede encontrar en un tiro de Otamendi, a la salida de un corner que tapó magistralmente el gigantesco Ospina y que hizo que la pelota diera después en el palo. Un remate que debió ser un poco más esquinado, una volada magistral y el palo por las dudas.

La otra es una jugada en el primer tiempo que arrancó con el Flaco Pastore bajando la pelota con una técnica notable y siguió con el centro, el toque de Agüero debajo del arco, la buena atajada de Ospina con el pie y el cabezazo de Messi que era gol en la cabeza de todos, pero fue milagro en las manos del arquero que se levantó del piso y se estiró para salvar lo que era gol cantado. No la canchereó Messi ni nada que se le parezca; la cabeceó tranquilo, seguro de que entraba; no contaba (ni él ni nadie) con la fantástica reacción de Ospina.

En el equipo de José Pekerman el único realmente destacado fue el arquero. Teo Gutiérrez no había tocado el balón cuando el DT decidió su salida sobre la mitad del primer tiempo; James apareció poco; el Cuco Jackson Martínez no ganó una; Falcao entró tarde y tampoco intervino y los del medio hacia atrás, metieron mucho, pegaron –el árbitro fue el mexicano Roberto García– se escalonaron para castigarlo a Messi, nunca encontraron a Pastore y jamas tuvieron salida limpia.

Al compás de Pastore que fue vital en los primeros 45 minutos Argentina borró literalmente de la cancha a los de amarillo. Tuvo orden en la salida, aun en los momentos (primeros diez minutos) en que intentaban presionar en tres cuartos de cancha; manejó mejor los espacios, impuso presencia en el medio con Mascherano y Biglia, y entusiasmó con algunos encuentros de Pastore y Messi en los que en menor medida se engancharon Agüero y Di María.

En el segundo período, las distancias no fueron tan grandes, Colombia dio algunas (pocas) señales de vida y los argentinos mantuvieron la insistencia pero no el brillo. Aun así hubo un remate de Banega que rozó el travesaño y una corrida de Tevez que milagrosamente no terminó en gol. Las dificultades de definición del equipo argentino se estiraron en la definición por penales y los dos match point desperdiciados antes del tercero que aprovechó Tevez así lo certifican. Hay cuatro palabras, una frase repetida, que resumen cómo se vivió este partido en cada casa de los argentinos: ¡Qué manera de sufrir!


© Escrito por Juan José Panno el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pastore fue el alma y Messi, el corazón…

Pastore y Messi. Foto de archivo.
- Sergio Romero (7): Durante la primera parte no tuvo trabajo. En la más brava que tuvo en la segunda parte, un cabezazo de Ibarbo, controló con seguridad.
- Pablo Zabaleta (6): Se proyectó poco en ataque, pero cuando lo hizo le aportó al equipo profundidad. Bien en la marca y seguro en la entrega cuando el juego pasó por su sector. Ganó bien sus duelos por la pelota frente a Ibarbo.
- Ezequiel Garay (5): Ante la prácticamente nula actividad ofensiva de Colombia en la primera parte, se adelantó unos metros en la cancha para tratar de conectar la pelota por encima de la línea de volantes, pero le faltó precisión en los pases.
- Nicolás Otamendi (5): Otro que entró poco en juego. Los colombianos casi no lo exigieron. En ataque fue bien de arriba. A los 80 minutos, en jugada de tiro de esquina, sacó un tremendo remate que Ospina desvió de un manotazo: la pelota dio contra el palo izquierdo y salió.
- Marcos Rojo (5): No estuvo bien con la pelota y por momentos parece una mala copia del jugador que deslumbró en el Mundial. Si bien en el arranque tuvo una buena chance de cabeza, su remate se fue por arriba del travesaño.
- Lucas Biglia (6): Se entendió bien con Messi en ataque y cuando tuvo que marcar a James Rodríguez lo hizo con mucho criterio. Tuvo una inmejorable chance para definir desde la medialuna y no la agarró bien y se le fue apenas desviado.
- Javier Mascherano (6): Atento en la marca y el anticipo, perdió cuando entró en las provocaciones de los colombianos hasta que vio la amarilla que lo condicionó.
- Javier Pastore (7): Fue soltando su talento con el correr de los minutos, y marcó realmente diferencias. Con sus toques rápidos y sutiles generó muy buenas oportunidades para el resto de sus compañeros. Se adueñó del medio y repartió sin dificultades la pelota en todas direcciones. Sus pases en cortada fueron incisivos. En la segunda parte bajó un poco su producción.
- Lionel Messi (7): Arrancó a los diez minutos, picó y generó una contra tremenda, que Di María no se animó a definir de primera. Tuvo la apertura del marcador con un cabezazo solo frente a Ospina, que le tapó el remate.
- Sergio Agüero (5): Se despertó después de recibir una amarilla por protestarle al árbitro García, que no sancionó penal en una jugada polémica, donde él y Messi fueron bajados en el área. Estuvo cerca del gol, tras un gran pase de Pastore, pero Ospina le tapó con los pies el remate.
- Angel Di María (5): Fue el más flojito del ataque argentino. Le faltó lucidez para resolver las jugadas que lo tuvieron como protagonista y se demoró en la zona de definición.
- Carlos Tevez (-): Ingresó por Agüero a los 72 minutos. Tuvo una chance para liquidar el trámite sobre el final. Marcó el último penal (ver aparte) para darle el triunfo a la Argentina.
- Ever Banega (-): Reemplazó a un cansado Pastore para jugar los últimos 15 minutos. Estrelló un remate contra el travesaño, justo sobre el ángulo.
- Ezequiel Lavezzi (-): Entró por Di María para jugar los últimos tres minutos.
© Escrito por Facundo Martínez el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La más dulce venganza de todas…


Esto es fútbol. Todo el que anda alrededor de la pelota escuchó ese justificativo casi mágico para justificar las situaciones que escapan a la explicación racional y coherente. El fútbol es el menos lógico de todos los deportes. Pero todavía se debate si es o no justo.

Qué se habría dicho si la Argentina, que pateó 14 veces al arco, hubiera quedado fuera de la Copa América a manos de Colombia, que no pateó nunca, que acertó apenas un cabezazo y que se habría clasificado semifinalista en los penales con apenas un gol en cuatro partidos. Tal resultado habría carecido por completo de justicia. “Era muy injusto si nos teníamos que ir mañana”, tiró anoche el técnico Martino.

Pero tres días atrás el hincha argentino conmemoró el cuarto de siglo de una clasificación tan festejada como injusta, cuando la Argentina sacó a Brasil de los octavos de final de la Copa del Mundo de 1990, con aquel aplaudido gol de Claudio Caniggia, cuando indudablemente los brasileños merecieron ganar el encuentro.

Puede concluirse que el pasaje a semifinales goza de estricta justicia. La Selección Argentina jugó –largamente– su más lúcido partido de la Copa América, frente a un rival acomplejado, que cometió el peor de los pecados: renunció a jugar desde el arranque. Para los que esperaban deleitarse con el duelo entre Lionel Messi y James Rodríguez, y lamentan que tal competencia no haya existido, que baste con repasar los guarismos finales, 5-0 en tiros al arco, 26-19 en pases correctos, 90-70 en eficacia en los pases, todos a favor del rosarino.

Esa estricta justicia no la consiguió Argentina en los 90 minutos, ni en la tanda de cinco penales, ni siquiera en el arranque del uno por uno, pese a que en cada una de esas instancias el panorama lo favorecía. La justicia, en todo caso, que no habla ni oye ni ve, se tomó su tiempo para dictar sentencia. Y la escribió sobre el botín derecho de Carlos Tevez, que cuatro años después se tomó la revancha más dulce de todas.

© Escrito por Pablo Vignone el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Este fue el mejor partido de la Copa”…


El capitán del equipo nacional no ocultó su alegría por el pase a la siguiente ronda, donde el martes jugará con el vencedor del duelo entre Brasil y Paraguay. Tevez, el héroe del final, repartió honores con sus compañeros.

“Fue increíble, la verdad que fue el mejor partido de la Copa que hicimos. Creamos situaciones por todos lados, ellos no querían saber nada. En los penales tuvimos la suerte que no habíamos tenido en el partido”, dijo Lionel Messi, con una sonrisa que evidenciaba satisfacción. “Es terrible lo que me cuesta hacer un gol en la Selección. Hoy tuve clarísimas y no las pude meter. Lo importante es que el equipo hizo un partidazo y salimos adelante. 

Fuimos merecedores de ganar este partido”, agregó el crack rosarino. De cara al encuentro de semifinales, la Pulga no se inclinó por ningún rival: “En estos partidos puede pasar cualquier cosa. Si bien Brasil es lo que es, nosotros jugamos con Paraguay y no le pudimos ganar. Sea quien sea va a ser difícil. Lo importante es que nosotros ya estamos ahí y hay que tener tranquilidad”.

Carlos Tevez asumió la responsabilidad y convirtió el penal definitivo. En el recuerdo estaba latente la ejecución fallida ante Uruguay, en la Copa América disputada en Argentina hace cuatro años. “Es de mis compañeros, no sólo mío. El fútbol da revancha y lo que pasó ya pasó.” “La victoria es de mis compañeros, que tuvieron un partido fantástico. 

Estoy orgulloso de pertenecer a este equipo”, agregó. El ahora ex atacante de Juventus tiene ganas de sumar más minutos, pero no pierde la humildad. “Es imposible jugar en este equipo (con compañeros) jugando así. Uno lo disfruta estando afuera porque el equipo juega muy bien. Entonces cuando a uno le toca entrar trata de hacer lo posible para el equipo.”

En conferencia de prensa, luego del festejo en el campo de juego, Gerardo Martino consideró que en el partido de ayer “se mantuvo el nivel durante los 90 minutos. Los neutralizamos cuando los fuimos a presionar arriba, que fue la mayor cantidad de minutos. Lo hicimos bien, también, cuando tuvimos que retroceder. Contabilizo un cabezazo en un corner como la jugada de más riesgo y, por el contrario, creo que Ospina fue probablemente la figura de la cancha”.

“No me puedo imaginar después de este partido que ahora estuviera hablando después de haber perdido. Hubiera sido una injusticia. Si nosotros tuvimos alguna responsabilidad fue por no haber convertido”, añadió uno de los tres técnicos argentinos que ya están entre los cuatro mejores del torneo, junto a Jorge Sampaoli, en Chile, y Ricardo Gareca, en Perú. 

También destacó que fue el mejor partido del torneo, que los jugadores no estaban cansados como había dicho anteriormente y que quisieron preservar a Tevez en los penales. Por su parte, José Pekerman, entrenador de Colombia, reconoció que tuvieron dificultades en el primer tiempo, que perdieron muchas pelotas, justificó la salida de Teófilo Gutiérrez como una búsqueda de más equilibrio y destacó que en el segundo levantaron el nivel. “Argentina es un equipo de jerarquía, de categoría”, elogió quien dirigió al conjunto albiceleste en el Mundial 2006.

© Escrito por Leonel Lenga el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.