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domingo, 16 de febrero de 2020

Las coaliciones en el poder... @dealgunamanera...

 ¿Unidos por amor o por espanto?...

Lápiz rojo, Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes

Llama la atención que a medida que pasan los días, emergen las diferencias del Frente de Todos. La negociación por la deuda es un nuevo frente de conflictos.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 16/02/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Es curioso: según avanzan los días y las semanas el Gobierno va exhibiendo, cada vez con mayor claridad, las diferencias que constituyen la esencia de la duda que subyace en la génesis del Frente de Todos. Las coaliciones representan un verdadero desafío para las dirigencias que las integran. Son ámbitos de acuerdos en los que se debe trabajar en forma intensa para superar una gama de concepciones ideológicas en pos de un objetivo.

En la Argentina, las coaliciones han funcionado muy bien para ganar elecciones.

La Alianza para el Trabajo, la Educación y la Justicia de los 90, el Frente para la Victoria en 2003, Cambiemos en 2015 y el Frente de Todos así lo ejemplifican. Otra cosa es gobernar. A esa hora –la hora de verdad– es cuando se ve la consistencia de esa estructura política. Y ahí, aparecen las tensiones. Eso ya se vio en la historia reciente. Y, como la repetición de la historia es en nuestro país la norma, eso está ocurriendo ahora.

Lo llamativo de este presente es la prontitud y la forma con la que se viene manifestando. No es común que un ministro desautorice al Presidente en forma abierta y pública. Es lo que hicieron primero el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y luego la ministra de la Mujer, Género, y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.

La discrepancia giró en derredor del tema de la existencia o no de presos políticos. Tanto fue el estrépito que ello obligó a Alberto Fernández a ordenarles a sus ministros que no polemizaran más sobre el asunto y a hablar el lunes por la mañana con Diego Schurman por Radio Continental para negar la existencia de esa categoría de detenidos y explicar los problemas que esa polémica le está acarreando allende las fronteras.

Al hacer mención a esa circunstancia, el Presidente dio en el blanco. En verdad, lo que esta discusión pública genera es la duda acerca de la real autoridad del Dr. Fernández. Sobre esto se habló en el entorno de la canciller de Alemania, Ángela Merkel, y del presidente de Francia, Emmanuel Macron. Y no fueron solo los entornos: también se habló acerca de esto entre los empresarios con los cuales se entrevistó el Dr. Fernández.

“No quiero un gobierno de pensamiento único”, le dijo el Presidente a Oscar González Oro por Radio Rivadavia. Eso es algo ciertamente valorable. Pero, una cosa es la pluralidad de pensamiento dentro de un gobierno y otra cosa –muy distinta– que los ministros de su gabinete desautoricen públicamente al Presidente.

“Lo que nos pidió Cristina es que el Frente no se rompa, ese es el límite”, se le escuchó decir a un intendente con llegada al Instituto Patria, poniendo en palabras lo que piensa la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre esta discusión y las que vendrán.

En la provincia de Buenos Aires las diferencias entre los intendentes del peronismo y el gobernador Axel Kicillof suman capítulos. El malestar tiene varios frentes. El primero es la falta de espacio en el gabinete bonaerense, donde hay más técnicos que políticos. Sin lugar en las primeras y segundas líneas, se entusiasman con ocupar algún cargo de tercer escalón. El otro es la falta de contención. Los intendentes, tanto del interior como del Conurbano, están buscando vías alternativas al Poder Ejecutivo para canalizar sus reclamos. La vicegobernadora Verónica Magario les abrió las puertas y el paso de intendentes por ámbitos legislativos es una constante en la capital bonaerense. Desde el entorno del gobernador niegan esas diferencias y hablan del “estilo Kicillof” que, afirman, los intendentes conocen.

La impresión que produjo el ministro de Economía, Martín Guzmán, en su presentación en el Congreso fue pobre. En un hecho inusual, asistieron a escucharlo hombres de negocios de diversas extracciones. No hizo grandes anuncios ni prometió grandes cosas. Es más, lo único que quedó claro de su exposición fue que la perspectiva de la economía a lo largo de los cuatro años de este gobierno es poco auspiciosa. Habló de una postura dura frente al Fondo Monetario Internacional, algo casi de libro. Y le faltó exponer, aunque sea algún lineamiento, sobre el plan económico.

Hay un Plan A y otro B, insiste el Presidente. Uno pensado para el después de un acuerdo con el FMI en los términos que propone el Gobierno; otro, sin acuerdo.

Todo blanco sobre negro. El Presidente ha ordenado endurecer la negociación con el FMI. Esto ha ocurrido casi en sintonía con la declaración de Cristina Fernández de Kirchner desde La Habana, en la que criticó al Fondo por haber violado sus propias reglas al prestarle dinero al gobierno de Mauricio Macri para pagar deuda.

Con CFK en el medio, la negociación se complicará. No hay que olvidar lo que sucedió durante sus presidencias: se le terminó pagando al Club de París mucho más de lo que se habría pagado si hubiese habido una buena negociación. Y ni hablar de los fondos buitre, pesada herencia que debió afrontar la gestión de Macri.  

Lo que sucedió el viernes con la postergación de los anuncios de los aumentos y los medicamentos gratis para los jubilados ilustra acerca de los problemas de funcionamiento dentro del Gobierno. Insólitamente el último en ver las medidas fue el ministro de Hacienda. Fue él quien, al ver el volumen de las erogaciones que representaban, pidió aplazar la comunicación oficial. “Guzmán afirmó que esas propuestas no eran sostenibles en el tiempo”, señalan funcionarios de sus cercanías.

Ese será un asunto clave no solo de la negociación con el Fondo, sino también de la gestión de gobierno.

El 2,3% de inflación –que trajo alivio al oficialismo– deber ser tomado con pinzas. No porque haya sido manipulado por el Indec –el equipo técnico que lo elaboró es el mismo que estuvo con Jorge Todesca–, sino porque hay un componente que falta: la actualización de los aumentos de los combustibles y de los servicios públicos. “Sin ese congelamiento el índice de precios al consumidor habría estado alrededor del 4%”, señaló un analista económico afín al Gobierno.

A setenta días de comenzada la presidencia de Alberto Fernández, el principal problema que presenta la economía es la falta de certezas. Y mientras reine la incertidumbre, la reactivación será una quimera.






domingo, 2 de junio de 2019

Massa vuelve al mundo k. Adiós medio, adiós… @dealgunamanera...

Adiós medio, adiós…

El temor a la Kriptonita. Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes.

Massa vuelve al mundo k. El líder del Frente Renovador prepara su regreso tras la fórmula F-F. Vidal se preocupa y Macri-Peña se confían.

La volubilidad de la política vernácula ha alcanzado por estos días cumbres que serán difíciles de superar. El último capítulo de esta saga tiene nombre y apellido: Sergio Massa, quien le dijo adiós a la amplia avenida del medio por la cual intentó transitar desde que rompió con el kirchnerismo, hacia el cual está volviendo. La trastienda de lo que pasó el jueves 30 en la convención del Frente Renovador que llevó a esta voltereta del hombre de Tigre es producto del cimbronazo generado por la fórmula Fernández-Fernández, que desacomodó al peronismo todo.

Ante ese sacudón, intendentes, candidatos y diputados bonaerenses que aún le responden a Massa amenazaron con dejarlo solo si no se arrimaba a las orillas del universo K. “A Sergio se le movió el piso”, señala alguien que habla con él a menudo. Por eso el “mandato” de la convención del FR es lo suficientemente amplio para permitir –el verbo correcto sería estimular– la negociación con el kirchnerismo. Eso es lo que está ocurriendo por estas horas.

La posibilidad de una interna entre Massa y Alberto Fernández es de compleja instrumentación, sobre todo por el armado de las listas de legisladores y candidatos locales. Eso exige acuerdos para garantizar que el perdedor –que no sería otro que Massa– pueda dejar a resguardo su estructura.

“No hay ninguna posibilidad de modificar la fórmula Fernández-Fernández ni la fórmula Kicillof-Magario”, sentenció el jueves por radio Continental Alberto Fernández, lapidando así cualquier chance de un acuerdo que lo consagre a Massa como candidato a gobernador bonaerense por el kirchnerismo. La afirmación tiene el sustento de los números: en todas las encuestas, Axel Kicillof, a quien los intendentes K del Conurbano –incluida Magario– no quieren, mide muy bien y, en varias, le gana claramente a María Eugenia Vidal. Por lo tanto, habrá que ver qué queda para el líder del FR, quien, según como sean las cosas, puede llegar a pasar de aspirar a ser candidato presidencial a ser candidato a la nada. Así de incierta es su situación a esta altura de los acontecimientos. Bien le convendría recordar la famosa cita de Séneca: “Cuando no se sabe adónde se va, el viento a favor no lleva a ninguna parte”.

Es esta una muestra de los vericuetos laberínticos de la política argentina. Alguien que habló con Massa en estas horas no dejó de señalar que a este empinamiento de su rol de opositor no solamente lo alimenta la catastrófica situación de la economía, sino también una cierta cuota de encono personal hacia el Presidente.  “A Sergio lo fastidia mucho lo de ‘ventajita’ y otros adjetivos descalificativos que le suele dedicar Macri”, afirma un dirigente de su cercanía. Claro que hubo otros tiempos menos tormentosos en la relación del Presidente con el ex intendente de Tigre.

He aquí otra evidencia de la volubilidad de la política vernácula. Recordemos: no bien asumió, Macri lo llevó a Massa como su principal invitado al Foro Económico Mundial de Davos. Allí lo presentó como el futuro líder de un nuevo peronismo. No ha pasado tanto tiempo. Pero eso no es todo: la memoria trae al recuerdo otras evidencias de un tiempo venturoso en la relación Macri y Massa. Fue en 2013. En las elecciones legislativas de aquel año, el jefe PRO apoyó la candidatura a diputado nacional del líder del FR. Fue un respaldo clave que catapultó a Massa a una victoria decisiva, que sepultó el proyecto de reelección indefinida que acuñaba Cristina Fernández de Kirchner. Y un dato más para el recuerdo: el jefe de campaña del FR fue, en ese entonces, Alberto Fernández. Los archivos son implacables.

Reacciones oficiales. En la Casa Rosada miran y siguen con alegría y cierto gozo estos avatares de Massa y sus circunstancias.

No sucede lo mismo en la gobernación de la provincia de Buenos Aires. La unificación de los intendentes del massismo y del kirchnerismo apunta a darle al peronismo una cantidad de votos de suficiente magnitud como para ganar la elección.

En el primer estado argentino no hay segunda vuelta, y esto es una complicación para Vidal, a quien las cosas se le hacen día a día más difíciles. Sin Macri al lado, sus chances de ganar se conservan. Con Macri, lo que se yergue en el horizonte es la derrota. Una de las encuestas que tiene Vidal en su despacho la tiene dos puntos abajo de Kicillof cuando se la considera sola y baja 8 puntos más cuando comparte la boleta con Macri, hacia quien se evidencia un alto nivel de encono en el Conurbano. Por eso es que hay quienes piensan en la necesidad de algún acuerdo con Alternativa Federal que le permita incorporar la pata peronista de la cual hoy la gobernadora carece.

Ese peronismo remanente lucha hoy por sobrevivir. Las idas y vueltas con Massa y con Roberto Lavagna, los abrazos de Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti con Macri, más la voltereta de varios gobernadores que se realinearon con el kirchnerismo tras el anuncio de la fórmula Fernández-Fernández, lo han dejado sin destino.

En el Gobierno –que poco tiene para celebrar– se festejó la decisión de la convención de la UCR de aprobar la continuidad de su pertenencia a Cambiemos. Sin embargo, lo allí sucedido obliga a una lectura política más compleja porque, más allá de la continuidad, esa convención le marcó límites al Presidente y dejó entrever un augurio: si pierde, esa coalición volará por el aire.

El pase de facturas y los reproches fueron explosivos. Y hoy, según la mayoría de las encuestas, está perdiendo. En la Ciudad de Buenos Aires, uno de los pocos bastiones de Cambiemos, cayó 10 puntos. Esto lo afecta por arrastre a Horacio Rodríguez Larreta. “Hace seis meses, ganábamos cómodos en primera vuelta. Hoy estamos en 42% de los votos. Tendremos que ir a segunda vuelta”, reconoce un alto funcionario del gobierno porteño.

Marcos Peña y compañía están convencidos de que esto se supera con una campaña comunicacional intensa y sistemática. ¿Alcanzará para contrarrestar una realidad que muestra que la crisis socioeconómica se ahonda día tras día? 

Producción periodística: Lucía Di Carlo.




domingo, 17 de marzo de 2019

¿Sale CFK... Entra AK?... @dealgunamanera...

Kicillof, el sustituto…

Kicillof... ¿correo de la zarina? Axel Kicillof. Dibujo: Pablo Temes

Después de CFK, aparece como ireemplazable del kirchnerismo, pero pone incómodo a Máximo.

© Escrito por Daniel Bilotta el domingo 17/03/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Eduardo Valdés hizo público algo que el kirchnerismo ya no podía mantener en secreto. Si es conveniente que Cristina Fernández de Kirchner sea candidata presidencial en octubre. Las circunstancias en las que confirmó ese debate podrían configurar un caso de traición en el círculo de incondicionales que rodea a la ex presidenta: lo hizo con ella en Cuba, donde su hija Florencia se trata de un linfedema. Y en apariencia, bajo un delicado estado emocional.

No deja de ser curioso que esa sea la razón invocada por el ex embajador en el Vaticano para hablar del asunto.

Tal vez  de manera injusta, se asocia  la actitud de Valdés con Alberto Fernández. Junto a Felipe Solá, los más convencidos de que “sin Cristina no se puede pero con ella sola no alcanza” para ganarle a Mauricio Macri. Traducido: la alianza con otros afines no mejora el caudal electoral. El ex jefe del Gabinete reclama una autocrítica “para ser mejores de lo que fuimos.” El éxito no acompaña por ahora la infatigable presencia que ocupa en el Instituto Patria.

Es probable que eso despierte viejos recelos en La Cámpora para endilgarle también el lanzamiento de Daniel Scioli. Su candidatura presidencial podría serle útil a Fernando Espinoza si deseara canalizar la disconformidad con un sector del kirchnerismo  que insiste en que suceda a Verónica Magario. Un destino sin encanto y muy por debajo de su expectativa que incluye, si fuese preciso, competir en una primaria por la candidatura a gobernador.  


No sería la primera vez  que combina esfuerzos con Scioli para  oponerse a la voluntad de Cristina, cuyo liderazgo electoral se asienta en el segundo y tercer cordón de ese distrito. En 2015,  Scioli amenazó con competir por fuera del Frente para la Victoria si no se lo consagraba candidato presidencial. Con Julián Domínguez y el respaldo del entonces gobernador forzó una PASO para desplazar a Aníbal Fernández y Martín Sabbatella: la fórmula oficial en la Provincia. Resultó un intento fallido.

Lo que tiene en común aquel episodio con los más recientes es el desafío a la autoridad de Cristina como síntoma de una incertidumbre electoral. Pero acicateada en este presente por otra inquietud indisimulable. La influencia de Axel Kicillof en el círculo más íntimo de la ex presidenta.

Dificultad. ¿Entorpecería el ex ministro de Economía la primaria  entre Solá y Agustín Rossi que imagina Fernández si ella declina su candidatura? 

Nadie lo sabe con certeza. Tampoco Kicillof, el único al que identifican con Cristina quienes aseguran que la elegirían. Es decir: a quien podrían votar en su lugar. Más que la sofisticación para la conjura que le atribuyen sus detractores, el ex jefe del Gabinete se destaca por una racionalidad de apariencia incompatible con la del kirchnerismo. Entre otras cosas, por aplicarla a la lectura de encuestas. Igual que a Solá, no le sorprendió la derrota de Ramón Rioseco en Neuquén.


También  la puso al servicio de aceptar antes que otros el lugar de Kicilloff con Cristina. Quizás por eso este verano apeló a un lenguaje alambicado para describirlo: “Un fenómeno de la política a tener en cuenta.” Tal vez refleje la perplejidad  por alguien de trayectoria en el universo académico que irrumpió de forma casi inesperada en la política: un viaje sin escalas de la línea gerencial en Aerolíneas al Ministerio de Economía.

Acaso en  tributo a Tontos pero no Tanto (TNT),  la agrupación fundada en la UBA con Mariano Recalde, su mentor en la empresa de bandera estatal. 

En  la misión cumplida para Cristina en el Palacio de Hacienda está la clave de su confianza. Exagerados,  algunos justifican traspiés en su gestión por la ocupación que le demandó cumplir con la principal misión encargada: intervenir todas las áreas de gobierno ligadas a Néstor Kirchner hasta su muerte.

Lo que incluyó tensiones con el Ministerio de Planificación Federal. Y, por supuesto, con Julio De Vido: el más poderoso de todo el  gabinete. Es posible que allí haya adquirido  la experiencia para encarar una más reciente pero no menos complicada. Otra vez, a pedido de Cristina. Recomponer lazos con Fernández, Rossi y Solá. El protagonismo de Axel llega a provocar alguna incomodidad familiar entre los Kirchner. Máximo suele referirse a él como “el candidato de mi vieja”.

Aunque la fiabilidad del kirchnerismo para efectuar proyecciones a partir de sondeos es dudosa, los estudios de campo le dan sentido a tanta susceptibilidad.


Después de la ex presidenta, Kicillof es el otro actor imprescindible para esa corriente. Es lo que habilita a contemplarlo en cualquier escenario electoral. El más probable hasta ahora, el de candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires. Empezando por Martín Insaurralde en Lomas de Zamora, los intendentes ya desistieron de oponérsele.

Relevo. ¿Podría sustituir a  la ex presidenta si no es candidata?  Dependería de otro factor. “Que Felipe se anime” a ir por la gobernación, desliza el entorno del ex ministro. Serviría además para comprobar si Espinoza lo acepta de candidato de consenso, como asegura. Si no lo hiciese, existe un plan para disputarle la intendencia en La Matanza que excluye a Magario: Cristina la quiere en el segundo término de la fórmula.

No es una posibilidad que entusiasme a los asesores de Solá. Tampoco compartir el binomio presidencial con Cristina satisface a Fernando “El Chino” Navarro, Víctor Santa María ni Nicolás Trotta. Como Fernández, preferirían un candidato surgido de las PASO.  Solá desconfía de algunos de ellos. ¿Será el jefe del Movimiento Evita, al que Cristina no recibe?

Mientras tanto, Kicillof desarrolla una agenda en territorio bonaerense con Teresa García y Carlos “Cuto” Moreno, los legisladores de Unidad Ciudadana delegados por Cristina para esa tarea. Facilitada donde los intendentes simpatizan con el ex funcionario. 

Algo más habitual en el interior que en el Gran Buenos Aires, a excepción de Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada).

En cualquier hipótesis, podría contrariar la voluntad del peronismo no K y de algunos consejeros de Cristina. Decretar la desaparición del cuerpo que los contuvo 12 años para resucitar en otro nuevo.

Axel podría ser un obstáculo fuera de ese cálculo si, finalmente, encarna al sustituto.




lunes, 8 de mayo de 2017

Fin de hegemonías… @dealgunamanera...

Fin de hegemonías…

“CORTO SUPREMAS” Ricardo Lorenzetti. Foto: Pablo Temes.

Cristina y Lorenzetti parecen enfrentar nuevos vientos internos. De la sucesión política al 2x1. 

El peronismo de la provincia de Buenos Aires, caracterizado por la puja de intendentes que van y vienen negociando el armado para presentar la mejor opción electoral, implosionó. Las declaraciones de Cristina Fernández de Kirchner en las que habló de su posible no participación en las elecciones legislativas de octubre próximo –“me excluyo” dijo– generaron no sólo revuelo sino también dinamitaron el hormiguero y abrieron negociaciones, acercamientos y traiciones como las que en los momentos de crisis arrecian en el peronismo para el cual el llano significa ni más ni menos que un verdadero calvario.

Los militantes kirchneristas enfervorizados ya piensan en un operativo clamor, pero también en la redacción de un nuevo relato triunfador que justifique “el reposo del guerrero o la heroína” –asegura un disidente que hoy mira desde el otro lado del peronismo.

De todos modos hubo muchos a quienes lo que sorprendió no fue la determinación de CFK sino la antelación con la que comunicó la novedad. Por eso, esto cayó como una bomba que generó disgregación en los intendentes del Conurbano tanto en los que juegan a dos puntas como en los que no. En ese universo variopinto muchos se han acercado en estos días a 
Florencio Randazzo. Entre los que juegan a dos puntas hay figuras como Julio Pereyra, el eternizado intendente de Florencio Varela, quien llegó a decirle al equipo del ex ministro del Interior que para apoyarlo debía tener la potestad de diseñar el armado de la lista. “No. La lista es de unidad. Si no es así armamos una que les compita a ustedes y te aseguro que ganamos” –fue la tajante respuesta de Randazzo al barón del conurbano bonaerense.

Entre los que van y vienen, a los que en la jungla de la interna del PJ se los denomina infieles –si es que en política en general y en la interna peronista en particular la fidelidad sigue siendo un valor– Martín Insaurralde está generando cierto malestar. Aunque es entendible que ambicione lo mejor para su futuro, se junta con los principales referentes del ex ministro pero mantiene contactos fluidos con 
Daniel Osvaldo Scioli, hoy más que nunca envalentonado con la decisión de su ex jefa política.

Desde el randazzismo aseguran que el intendente de Lomas de Zamora sigue con un pie adentro de su espacio pero le achacan su incorregible vedetismo, puesto a relucir por las promesas del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires que le ofrece mejor cartel. Como se ve, en la vida de Insaurralde los tiempos del Bailando por un sueño no quedaron atrás. Claro que las cosas son un poco más complejas aún, ya que si la candidata bendecida por el Frente para la Victoria –denominación en vías de una posible extinción– fuese la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, el futuro político de Insaurralde quedaría en abierta disputa con la mujer fuerte del Gran Buenos Aires.

Hay quienes creen que, en verdad, CFK espera –y anhela–un operativo clamor, un ruego de los fieles que le permita volver con la épica kirchnerista. Lo cierto es que, mientras tanto, Scioli y Randazzo brindan con champagne, cada uno por su lado: Scioli porque tendría algo más de libertad para el armado de su lista, aunque no son pocos los que están convencidos de que no faltará mucho para que “la jefa” le haga sentir el peso del poder que aún conserva. Randazzo porque se tiene más fe compitiendo contra el ex motonauta que contra la ex presidenta a los fines de obtener que, si las cosas salen como se espera, el kirchnerismo quedará atrás.

Ante este panorama que ofrece la interna del peronismo, en el oficialismo están recalculando. Si finalmente CFK no se presenta, deberán esperar a saber quién será el nuevo candidato que asome para decidir si sostiene la polarización o se tendrá que cambiar de estrategia. Ante la sorpresa por lo que pareció un anuncio, se escucha en los ámbitos del Gobierno un análisis que claramente tiene más que ver con la psicología del poder alumbrada por las encuestas.

“Al día de hoy, y muy a pesar del retardo en el repunte de la economía, es más probable que Cristina pierda ante un candidato oficialista –Esteban Bullrich o cualquier otro– a que gane”–asegura un operador político del oficialismo. Allí se evalúa que no se trata de la figura personal del candidato sino de la tracción que ejerce sobre la elección la imagen personal de 
María Eugenia Vidal y del propio Mauricio Macri (éste último no por empatía o simpatías personales que el votante del Conurbano profundo pueda sentir por él, sino por asociación como líder del cambio). “CFK nacionalizaría la elección y hoy, después de la película de Santa Cruz, nadie está seguro de que eso sea bueno para ella”–asegura la antedicha fuente.

En el Gobierno ya se convencieron de que la economía no tendrá el tan esperado y tantas veces anunciado despegue. Hay un déficit fiscal fenomenal que no se ha reducido ni se reducirá en un año electoral como éste.

Fallos. 

La Corte Suprema de Justicia impactó a todos con su inesperado fallo que reinstaló el beneficio del 2x1 nada menos que para los delitos de lesa humanidad. Sorprendió que dos de los tres ministros que lo firmaron hayan sido Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco. Rosatti fue ministro de Justicia y Derechos Humanos de Néstor Kirchner entre 2004 y 2005 y Highton de Nolasco, a su vez, fue nombrada por el entonces presidente en 2004. El 2x1, artilugio legal que buscaba beneficiar a quienes sin tener una condena pasaban largo tiempo en prisión, fue derogado en 2001.


El muy criticado fallo hace una interpretación literal del artículo 2 del Código Penal. “Si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito fuere distinta de la que exista al pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará siempre la más benigna” y no una lectura constitucional. Este último aspecto es clave, porque de este enfoque constitucional se desprende que, por el reconocimiento que hace la Constitución Nacional reformada en 1994 de los pactos internacionales, los delitos de lesa humanidad están fuera de esos eventuales beneficios. Pero, además de estos aspectos legales, el fallo representa una novedad en la vida interna de la Corte de alto impacto judicial y político: el fin de la hegemonía de su presidente, Ricardo Lorenzetti.

Producción periodística: Santiago Serra. 


domingo, 29 de mayo de 2016

La Matanza. “No podemos dejar que la gente se muera de hambre”… @dealgunamanera...

“No podemos dejar que la gente se muera de hambre”…


La intendenta del distrito más poblado del conurbano contó que la demanda en los comedores creció un 150 por ciento en los barrios más vulnerables. Dijo que si el Gobierno no da respuestas, destinará recursos del municipio a comprar comida.

© Escrito por Nicolás Lantos el domingo 29/05/2016 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En La Matanza, el distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires, a media hora del Obelisco, hay al menos 150 mil personas que no llegan a cubrir las necesidades alimentarias más básicas. La demanda de alimentos en comedores de colegios, iglesias y centros de jubilados aumentó un 50 por ciento en promedio, llegando al 150 por ciento en los barrios más comprometidos socialmente y la respuesta del Estado nacional y provincial son insuficientes. Ese es el panorama que pinta la intendenta Verónica Magario, en diálogo con Página/12.

“El hambre no admite espera. Hay que darle respuesta ahora mismo”, dice la jefa comunal, que pide al gobierno provincial que declare “la emergencia social y laboral” para “destinar partidas” extraordinarias a los comedores de los sectores que quedaron a la intemperie por el aumento de precios y tarifas y la pérdida de empleo. Y advierte que si en los próximos días no tiene una respuesta satisfactoria de la gobernadora María Eugenia Vidal, tomará la decisión de “sacarle recursos al funcionamiento normal del municipio” para utilizarlos en la compra de alimentos.

“En las escuelas públicas de La Matanza los comedores crecieron un 50 por ciento promedio, pero llegaron al 150 por ciento en los sectores más vulnerables. La demanda también llega por las iglesias y los centros de jubilados. Hoy, los abuelos, después del aumento de tarifas, están pagando más de un tercio de una jubilación mínima en servicios. Sumale los medicamentos que dejó de cubrir PAMI. Hay un sector de abuelos que dejó de cenar para tomar un mate cocido o un té. Todo esto se suma a la baja de consumo y a las pérdidas de puestos de trabajo en el sector privado y en el sector informal, que es el primero que se pierde. Tenemos un registro de 150 mil personas por afuera del sistema en lo que respecta a cubrir las necesidades alimentarias más básicas”, plantea Magario.

–¿Cuándo comienza a advertirse esta situación?
–Esto empieza a verse en febrero, marzo, fundamentalmente, cuando abren las escuelas y empezamos a tener indicios por el aumento en los pedidos de leche y de alimento, y se empezó a ver no solo en las escuelas, sino también en los barrios y en los centros de jubilados. Esto es producto de que crecieron muchísimo los precios de los alimentos y de los servicios y así aparecen las primeras demandas puntuales de asalariados que llegaban justo a fin de mes y ya no les alcanza. A eso se suma la gente que se quedó sin trabajo.

–¿Cómo se puede solucionar este problema?
–Cuando tenés despidos, falta de trabajo y hambre hay que declarar la emergencia y dedicar fondos a eso. En la provincia se declaró la emergencia hidráulica y en seguridad. Ese endeudamiento que se votó sirvió para destinar partidas extraordinarias y para agilizar los trámites de las inversión y de compra de equipamiento en seguridad y en las obras contra las inundaciones. Ahora, frente a este escenario, hay que declarar una crisis social y laboral y destinar partidas para lo más urgente, que es el hambre.

–¿Hubo respuestas del gobierno provincial a estas demandas?
–Yo el problema se lo llevé a la gobernadora Vidal en febrero y no tuve respuesta. Recién a fines de marzo empezaron a prestar atención y a darse cuenta de que estaba pasando algo grave. Hace un mes y medio estuve con los ministros de Desarrollo Social, (Carolina) Stanley y (Santiago) López Medrano, y pedimos asistencia alimentaria para estos sectores. Ni siquiera les pedimos que nos den los recursos a nosotros, sino que los hagan llegar a través de las escuelas, de las iglesias. las sociedades de fomento, los centros de jubilados. Producto de eso se empezaron a implementar operativos de la nación en los barrios, con el camioncito, pero lo que hacen ahí es el trámite para obtener el DNI y la inscripción a la Asignación Universal, no dan alimentos. Los que nos mandan a nosotros alcanzan apenas para dos mil personas, y son alimentos secos. Nada de carne, nada de leche, nada de fruta o de verdura. Por eso la decisión de este municipio es empezar a generar partidas para alimentos, para comedores, porque no podemos dejar que la gente se muera de hambre.

–¿De dónde saldrían esas partidas?
–Habrá que sacar de otros presupuestos del municipio. Del alumbrado, de las obras... El municipio pagaba un millón setecientos mil pesos por bimestre de luz y ahora tengo que pagar ocho millones por mes. Con eso se podría dar de comer a veinticinco mil chicos y podría sostener veinticinco mil becas en diversos programas de educación y recuperación para niños y adolescentes. Los municipios no podemos sostener esto. Lo que estamos haciendo es tomar una decisión de sacarle recursos al funcionamiento normal del municipio para comprar comida. En vez de asfalto, en vez de luminaria, yo voy a comprar alimentos. ¿Cuánto puede durar esto? Un par de meses, no más. Además los municipios tenemos nuestra recaudación atada a la caída del consumo, a través del IVA y de la tasa de Seguridad e Higiene, que se aplica sobre las ventas empresas y comercios, que también cayeron.

–Hace algunos días el asesor presidencial Jaime Durán Barba dijo que no hay hambre en el país y que si hay, es por culpa del gobierno anterior...

–En febrero intentaban decirnos que era la herencia. Desde marzo para acá los funcionarios con los que tratamos se empezaron a dar cuenta de que la crisis es real y más allá de lo que intenten mostrar, ya no tienen cómo justificar lo que está pasando y se sabe que es producto de las medidas económicas y el plan económico del Presidente. Ellos en privado reconocen esto, pero dicen que no tienen plata para dar soluciones. Si el municipio puede cambiar partidas, yo creo que el gobierno provincial también tiene herramientas para hacerlo. Estoy esperando en estas horas una respuesta para ver si la provincia aumenta los cupos a comedores. Si no, esta semana comenzaré a mover las partidas para dar comida a nuestra gente. Le pedí a los maestros que abran las puertas de todos los comedores, a las sociedades de fomento, a los clubes, a los centros de jubilados, que abran sus puertas para recibir a los vecinos que no tienen un plato y que nosotros nos encargaremos de llevar comida.