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sábado, 26 de diciembre de 2020

Libertad de expresión… @dealgunamanera…

La Academia Nacional de Periodismo celebró el fallo de la Corte contra una demanda de Cecilia Pando… 


La tapa de la Revista Barcelona que derivó en la demanda de Cecilia Pando, luego rechazada por la Corte Suprema. Fotografía: CEDOC 

La entidad presidida por Joaquín Morales Solá resaltó además que se dejara firme el sobreseimiento de Roberto García, columnista del Diario Perfil, de Carlos Pagni y otros periodistas en una causa por presunto espionaje. 

© Publicado el viernes 25/12/2020 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

La Corte Suprema de Justicia revocó esta semana un fallo contra la revista Barcelona, ratificando el derecho a la libertad de expresión en una causa que había iniciado Cecilia Pando. y este viernes 25 de diciembre la que se pronunció sobre el tema fue la Academia Nacional de Periodismo, destacando la trascendencia del fallo en defensa de la libertad de expresión.

"La Academia Nacional de Periodismo celebra el fallo de la Corte Suprema de Justicia que revocó una condena por daños y perjuicios contra la revista Barcelona. La demanda databa de 2010 y había sido iniciada por Cecilia Pando, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina, luego de una contratapa en la que su imagen formaba parte de un fotomontaje", señaló la nota de la entidad que preside Joaquín Morales Solá.

 

"El fallo, que lleva la firma de cuatro de los cinco miembros de la Corte, sostiene que el fotomontaje satírico no resulta lesivo del derecho al honor de la demandante, dado que constituye una crítica política que no excede los límites de la protección que la Constitución Nacional otorga a la libertad de expresión", agregó la nota.

Link:


FALLO DE LA CORTE SUPERMA DE JUSTICA

 

Desde la Academia Nacional de Periodismo se destacó además que la Corte enfatizara que "debe tenerse presente, que al igual que los funcionarios públicos, las personas que tienen un alto reconocimiento por su participación en cuestiones de interés público, están especialmente expuestas a la crítica, incluso ríspida e irritante, respecto de su desempeño en ese ámbito, habilita un debate robusto que es indispensable para el desarrollo de la vida republicana y democrática”.


La contratapa de la revista Barcelona de agosto de 2010 mostraba a Pando en una supuesta tapa de revista ficticia llamada “S/M Soy Milico”, y se había agregado la cara de la activista política al cuerpo desnudo de una mujer, con la leyenda "Ceci Pando se encadena para vos":



Finalmente, la Academia resaltó que en otra resolución, la misma Corte Suprema dejará firme el sobreseimiento del columnista de Diario Perfil Roberto García, de Carlos Pagni y otros periodistas en una causa por presunto espionaje, señalando que se trata de una "decisión que también celebramos porque reafirma la libertad de expresión y protege el derecho de los periodistas a preservar sus fuentes de información".





sábado, 9 de junio de 2018

Argentinadas… @dealgunamanera...

Argentinadas…

Fondo, mentiras y fideos… Dibujo: Pablo Temes

Volvimos al FMI asustados por la corrida. Macri y CFK, siempre la ‘pelea de Fondo’.

© Escrito por Roberto García el sábado 09/06/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

De tanto insistir con la necesidad de un Plan B, finalmente apareció el Plan B. Se importó del exterior, una matriz que el FMI distribuye desde hace décadas, ahora con una leyenda políticamente correcta que la señora Lagarde repite cada vez que auxilia a un socio: el nuevo plan corresponde al país firmante, a su autoría intelectual, no proviene del organismo. Obvio: le importa el resultado, se prescinde de las medidas para alcanzarlo. Casi la filosofía del chino Deng Xiao Ping: “No me importa si el gato es rojo o negro, lo que me importa es que capture ratones”. De ahí que, en el compromiso del FMI, se permitan excepciones como el destino de una reserva para emergencias sociales, caballito sobre el que jineteará Macri para no mostrarse insensible ante la población. Nada nuevo: hasta al Plan Austral de Raúl Alfonsín se le admitió un desvío en apariencia intolerable para la ideología del dador del préstamo: el control de precios.

Traiciones.

Lo del Plan B es una traición a la ruta del abecedario: jamás hubo un Plan A. Y el nuevo acomodo a normas internacionales de la economía supone, además, una experiencia cercana al milagro si logra concluir con cierta decencia profesional: la apelación al FMI fue producto del susto cambiario, de la corrida o “turbulencia” –según la jerga oficial–, no de la reflexión concienzuda o del apartamiento minucioso de otras alternativas. Una argentinada más, de acuerdo con la traducción al inglés, disfrazada como si fuera el invento del dulce de leche o del colectivo, y que el Gobierno promueve como si hubiera ganado el Mundial de Fútbol.

Cuenta con algunas ventajas el ensayo: la devaluación ya fue hecha, la caída del PBI ya había empezado hace tres meses, también la reducción del déficit para este año, hasta se renueva el carry trade y el héroe de la administracion será Luis Caputo por conseguir el regreso a los mercados celebrando nuevos créditos de dos fondos privados (resta, inclusive, la materialización de un swap con China). Una cobertura digna de Houdini que imagina un rebote para el próximo año, sin fecha precisa, luego de atravesar un largo y agitado desierto de austeridad, o el invierno alsogarayano, dos meses con alta inflación (junio y julio) y gente clamando en las calles por las condiciones siniestras que impone el FMI. Otra argentinada, esta vez del bando contrario: nunca desde ese  sector se preguntaron por las condiciones que antes exigían los bancos y a tasas obscenamente superiores.

La crisis por la suba del dólar movilizó sueños en la oposición ante las elecciones de 2019, desató candidaturas dormidas y postulantes redivivos, enérgicos, que guiados por las encuestas favorables a la continuidad de Macri los obligaban a pactar con el oficialismo. Se diluyó esa supremacía, el Presidente se desplomó y hasta el menos relevante de los cuzquitos se animó a participar del asado

Ese vértigo repentino, sin embargo, ahora se oscurece: el acuerdo con el FMI modifica en parte el tránsito de esa ecuación y garantiza otro modelo de competencia más restrictiva, menos abierta: renueva la grieta, polariza de nuevo entre dos dirigentes, Macri y Cristina, tal vez excluya a la multitud de aspirantes que se habían hecho los rulos con un protagonismo inesperado. Pero la lista se constituyó en el interregno: De la Sota prometió lanzarse en un mes, a su vuelta de una temporada sanitaria en España, un Massa tímido se comprometió a anotarse, hace dos noches, si reúne los consensos. Aparece tan humilde y comprensivo que hasta provoca sospechas. Urtubey reconoce que se atrasó en plantear su voluntad de candidato, al menos frente a Pichetto, el primero que se atrevió a romper el cascarón.

El más reciente de los postulantes ha sido Lavagna padre, quien consintió el anuncio de Eduardo Duhalde propiciando esa aventura. Hasta le costaba decirlo por su cuenta.

Bailando.

La fórmula de Duhalde se completa con el animador Tinelli como postulante a la gobernación de Buenos Aires. No es lo que desea el conductor de “Bailando”: si decidió presentarse, si lo acompañan los hados de los sondeos, si toma clases sobre políticas de Estado y reitera consultas a especialistas, considera que su destino político debe ser superior, sin detenerse en el ámbito bonaerense. Todos, a pesar de discrepancias personales, dispuestos a inscribirse en una interna que determine al ganador. Casi ninguno acepta que en esa confrontación intervenga Cristina. El argumento: no pertenece al peronismo. Más: muchos consideran su proscripción, lo cual medido en antecedentes favorece a la dama, ya que el propio Perón se fortaleció en el apartheid. Al rol de víctima siempre le sacó jugo.

Sin embargo, esta explosión de postulantes tropieza ahora con una pinza, las derivaciones del acuerdo con el FMI. Por un lado, el bando que invita a sostener el Plan (Macri) y, por el otro, aquellos que pugnarán por derrumbarlo (Cristina). Dos núcleos sin espacios para los grises, derrengados unos con el orden y la estabilidad, los otros deshilachados en la carestía con movilizaciones, paros y piquetes. Dos mundos, dos personas, ajenos abstenerse. Inclusive, con la posibilidad de que cierta violencia urbana –epicentros previstos para la cita del G20 o un diciembre ardiente para las fiestas– se enmarañe, intransigente, entre ambas tendencias y desplace al resto que predica amor, paz y entendimiento.

Para el G20 y las fiestas de fin de año se sospechan acontecimientos graves, clave que anima al Gobierno para otorgarle prioridad a la seguridad (más gendarmes, por ejemplo, o compra de sofisticado material telefónico semejante al que le atribuían a Milani, aquel militar preferido de la viuda de Kirchner). A Cristina parece seguirla en la protesta social  una izquierda con utopías prerrevolucionarias y grupos vecinales al Papa que se quejan de que a Ella la persiguen tribunales condicionados por el Gobierno con el caso Nisman. Estiman que no hay fechas fijas para el reclamo social, que será un continuado en lo queda del año.

Curiosamente, entonces, volverían al enfrentamiento una Cristina del 30% como piso y un Macri con proporciones semejantes. El FMI lo hizo y, en ese dilema electoral, ambos destacan un mismo temor, se inquietan por una Justicia que los aguarda detrás de la esquina, angustia perpetua de los que no están en el poder. En eso también están juntos.



(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a perfilcom@perfil.com

sábado, 22 de octubre de 2016

Doble estándar… @dealgunamanera...

Doble estándar…

Massa crítica, Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes

El Presidente le pone energía y brazos a la batalla electoral. Sombra económica.

© Escrito por Roberto García el sábado 22/10/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A veces cuesta entender a Mauricio Macri, al menos su método. Más de uno, por ejemplo, se pregunta: ¿cuál es la razón por la cual el ingeniero trata de utilizar todos los instrumentos musicales para la batalla electoral del año próximo, en la que objetivamente no tendría que tener problemas, mientras sostiene el combate contra la inflación con un solista, con una sola mano además, conservando la otra atada a la espalda? 

Para un boxeador sería letal esa práctica; para un economista, un desquicio a pagar el olvido del gasto público excesivo. Misterio bifronte y suspenso, entonces. En un área, la política, en la que no debería perder hasta por razones atávicas, un rostro de Macri consagra todo tipo de esfuerzos; y en la otra, la económica, el otro rostro hace sombra como en el boxeo, echa culpas, casi se distrae y exige a unos lo que no se demanda a sí mismo. 

En un rubro, es explícito y apela a recursos diferentes. Un modelo: en la provincia de Buenos Aires descuartiza adversarios o ex aliados para convertirlos en enemigos (Sergio Massa). Ni siquiera aguarda el apotegma de un ex ministro: “El mayor peligro de Massa es él mismo”. Lo necesita achicado. También alimenta, suma y agradece fracciones de otros partidos, sellos, intendentes, divisiones (Florencio Randazzo, Julián Domínguez), e intenta congelar los números de las encuestas como si fueran corazones a trasplantar dentro de un año. 


Tal el caso de Daniel Scioli: luego de la entrevista secreta que mantuvieron, el ex gobernador divulgó su vocación de postulante, justo cuando ya era un hombre descarnado y sin ambiciones; desde entonces, y manteniendo una obediencia inalterable, ha vuelto a confirmar su fe cristinista, superior a la que mostraba antes de la derrota. Para suspicaces: esa devoción, como se sabe, lo llevó al cadalso. Cristina, a su vez, se enorgullece por el lugar que encontró en la provincia –a la que seguramente no intentará representar, ya que Santa Cruz se presenta más facil–, el favor del auditorio (entre 20 y 30 por ciento superior al de otros centros del país) que, le satisfaga o no, quizá le traslade a Scioli el año próximo. 

Además, quienes creen que la Justicia posterga decisiones sobre la ex presidenta, que prefieren no encarcelarla antes de los comicios del año próximo, que el oficialismo la necesita viva, limitada pero coleando, le facilitan a Cristina la respiración –sobre todo, quien se cree el Ave Fénix– aunque sea humillante el ejercicio. Ese cuadro del PJ, su revoloteo, le permite al dúo Macri-María Eugenia Vidal imaginar a costa de otros la constitución de un aparato territorial del que carecen, expandir lo que no tienen e, incluso, agregar especies que desnaturalicen sin prejuicios la pureza étnica del PRO. Lo que era inconveniente para la elección nacional ahora puede justificarse en el orden provincial.

Distinto el modelo macrista en Capital. Consiste en atrapar otro público, no precisamente peronista, ampliar lo que sí tiene y dispone su aparato partidario –el dominio territorial del PRO–, insuficiente sin embargo para repetir una hegemonía en las elecciones. De ahí que, lejos de apartar socios contingentes, Macri los entusiasma, como a Martín Lousteau y Elisa Carrió , quienes presentarían lista propia en 2016 para disgusto y venganza de Horacio Rodríguez Larreta, quien ahora propone la interna que antes desechó. 


También provoca tempestad en la UCR: hay muchos que no comulgan con el actual embajador en EE.UU., tanto que se le atribuye a Ernesto Sanz haberle pedido a Lousteau que no regrese a la Argentina. Parece que no le hará caso y, además, desde su marca poco conocida (Eco) ofrece una alternativa interesante a la insaciabilidad de otros radicales: pueden ir unos correligionarios en la lista de Rodríguez Larreta y otros en la que Lousteau comparte con Carrió. 

A su vez, la dama de la Coalición Cívica, vencida hasta ahora por el cigarrillo y orgullosa de fijarle condiciones a Macri, además de fotografiarse con “Rulitos” y contrariar a Sanz (lo que vendría a ser un placentero hobby para ella, después de haberlo agraviado en una reunión con el Presidente), brindará otro servicio: habrá de blanquear a ciertos radicales que también desean fotografiarse con Lousteau. Y para Macri, de continua y lisonjera comunicación con esos dos partners, el juego de alianzas se torna redondo: pretende, copiando a los peronistas de antaño, que colectoras del tipo Lousteau-Carrió lo favorezcan en los cómputos finales, sin importar que ese rédito implique cierta jibarización del PRO y del jefe de Gobierno porteño. 

Finalmente, como ha manifestado Jaime Duran Barba –ausente tal vez del país hasta después de las elecciones para no despertar iras–, no se trata de conseguir más diputados o senadores propios en los futuros comicios, sino de consagrar la sensación del triunfo. Como si el objetivo fuera ratificar una línea, una tendencia, un gobierno bajo la binaria repetición de “Venezuela o nosotros”. La experiencia de diez meses demuestra, por otra parte, que se puede administrar el Congreso sin necesidad de tantos fieles. Será costoso, temporario, pero las contrataciones rinden.

La otra faz de Macri, la económica, no registra la misma amplitud. Por el contrario, se encierra, revela inconsistencias preocupantes (déficit, actividad, desocupación, pobreza) y la superficialidad de Federico Pinedo o del propio Macri, tildando a los empresarios de “langas” o de que tienen que poner el traste, vulgaridades antes reprochables en funcionarios de menor jerarquía como Guillermo Moreno. No lo dijeron en el Mini Davos, son expresiones típicas de quienes no se preguntan de dónde proviene su sueldo ni de las implicancias finales por cambiar un lema de Bill Clinton por otro propio: “Es la política, estúpido”. Tal vez no alcance. 


sábado, 18 de junio de 2016

Fieles e infieles K… @dealgunamanera...

Fieles e infieles K…

Sor Preso, José López. Dibujo: Pablo Temes

La oposición a Bergoglio y el anterior gobierno tejieron la conexión con el convento de los bolsos.

© Escrito por Roberto García el sábado 18/06/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Como se ha hecho moda el rol del Papa en los acontecimientos semanales, tampoco podía evadirse de la última obscenidad de José López, un ferviente católico, responsable de la obra pública en los gobiernos Kirchner, sorprendido in fraganti con 9 millones de dólares negros que intentaba ocultar desesperadamente en una casa de ejercicios.

Recorrió Francisco las páginas políticas por sus litigios con Mauricio Macri y sus idilios con Cristina, las deportivas con San Lorenzo, ni hablar de las sindicales (Omar “el Caballo” Suárez), artísticas (Wanda Nara) o religiosas. Sólo le faltaba la hoja policial. Y logró alcanzarla esta semana gracias al desorbitado López, hijo dilecto del matrimonio sureño y alumno de 
Julio De Vido, un devoto que en otros tiempos respondía al contubernio de los enemigos internos de Jorge Bergoglio. Hoy, el escándalo igual los enfanga a todos.

Pertenecía López, “Josecito”, a la segunda línea de una cáfila política que planificaba el desplazamiento de Bergoglio como jefe de la Iglesia local, esa molesta piedra en el zapato de los Kirchner. No fueron suficientes las imputaciones al prelado por su presunta indiferencia o complicidad con la desaparición y tortura de religiosos durante el gobierno militar, menos resultó el operativo para promover como alternativa a Juan Carlos Maccarone, obispo de Santiago del Estero, una figura progresista que en 2005 se convirtió en estrella cinematográfica porno merced a un video casero en el que requería asistencias sexuales a un joven.

Hubo también un proyecto de talla superior, encarado por la cúpula gubernamental de entonces (atribuido al cuarteto Néstor Kirchner, Cristina de Kirchner, Sergio Massa y Carlos Zannini), que consistía en el envío de una nota al Vaticano, al propio papa Benedicto XVI, reclamándole de Estado a Estado la cesantía de Bergoglio por sus repetidas controversias con el gobierno. Hasta graciosa e infantilmente, querían proponer su reemplazo por el obispo Oscar Sarlinga. Esta iniciativa le fue revelada, en la propia Casa Rosada, a un sindicalista, Oscar Mangone, quien se cruzó a la Catedral para advertirle a Bergoglio de la maniobra. El presunto afectado por el complot hizo un comentario ante la novedad: “Sarlinga es demasiado joven, no lo aceptaría ninguno de los que me pueden suceder”.

Saldo final: abortó la conspiración, Bergoglio luego envió a Sarlinga a dar responsos en el Sur, más tarde al Litoral y, ya como papa, bajo la promesa de que había perdonado la traición, lo hizo poner en una fila de asistentes al Vaticano, pero ni reparó en él. Hace un año y medio le mandó la jubilación. Zannini, obvio, nunca pidió perdón y Néstor murió antes de cualquier aproximación. Otro castigado fue Massa, quien a pesar de epístolas personales de descargo –algunas hasta sugeridas por el propio Papa–, de emisarios e influyentes que buscaron una reparación espiritual, jamás logró que lo recibiera en Roma. Nadie aún entiende el tamaño de la aversión, sólo comparable a la de Elisa Carrió con el ex intendente de Tigre. Al menos frente a la ambivalencia que mantuvo con Cristina, que de culpable de aquella operación y manifiesta inquina con el Papa, luego fue reconvertida a la fe sin ninguna explicación.

Un vecino de Luján, Moneta, socio de Cristóbal López, acercó al cura a De Vido

Clave de aquel putsch contra Bergoglio fue Luján, jurisdicción de la basílica que en el padrón católico dispone de un privilegio: contacto directo con Roma sin pasar por el dominio del Arzobispado de Buenos Aires. Allí reinaba Rubén Di Monte, ex titular de Cáritas, ex obispo de Avellaneda, enfrentado colega de Bergoglio aunque ambos habían sido influidos por Emilio Ogñenovich, al que nadie podía incluir en las naderías de la izquierda. Di Monte confesaba entonces su disgusto con Bergoglio: “Es un dictador, no permite que nadie plantee reformas, objeciones. ¿Usted conoce a algún obispo que exprese lo contrario de Bergoglio, represente una opinión discordante?”. Luego de su aviesa pregunta, agregaba: “Es poderoso, terrible, yo soy un plazo fijo, me jubilan cuando llego a la edad reglamentaria, no puedo conseguir una extensión por más que hable directamente con el papa Benedicto”. No se equivocó: lo sacaron del servicio en tiempo y forma, él mismo se destinó a retirarse en el convento de General Rodríguez hasta su muerte hace tres meses, el lugar donde López trató de introducir una millonada de dólares en bolsos saltando los muros.

Protección. Di Monte se había convertido casi por azar en un protegido del gobierno K: por medio de un vecino de Luján, el banquero Raúl Moneta, entonces socio de Cristóbal López en la exportación de carnes exóticas, acercó al cura a Julio De Vido, a su segundo, López, y al propio matrimonio presidencial. Para el obispo, había un solo interés, que también era el de Roma: subsidios extraordinarios para refaccionar y recomponer una maltrecha basílica a la que se le había desmoronado hasta la cruz. Pudo cumplir el objetivo, a cambio entregó réplicas de la Virgen de Luna, artísticos yesos de 50 centímetros que hasta Cristina repartió según sus afectos (entre ellos, Hugo Chávez).

Fue Di Monte quien sin duda ofreció a Sarlinga a los Kirchner para reemplazar a Bergoglio y el que en el retiro abría las puertas del convento (cuyo acceso de asfalto fue aportado por un intendente al que luego echaron de la municipalidad a patadas) y cobijaba sociales encuentros de De Vido, y del consagrado López, quien en el despacho de Obras Públicas exhibía el mayor orgullo de su gestión: el proceso testimonial, con fotos y planos, que le llevó la reconstrucción de la basílica.

Este gran contribuyente también compartía reuniones con figuras de la política, la Justicia u otras prominencias, que la memoria se empeña en olvidar. Había ravioles, casi siempre preparados por la madre Alba, una monja hacendosa que oficiaba de sanadora en algunos casos (la hija de Alicia Kirchner, por ejemplo, ante fallidos intentos de maternidad, parece que logró esa bendición por la vía del rezo y ciertas imposiciones de la anciana, hoy de 94 años). Allí también se supo consolar a De Vido cuando su mujer perdió un hijo, demandaba albergue espiritual la abogada esposa de López, también Marta Cascalles, la mujer de Guillermo Moreno, que es una favorita ahora del Sumo Pontífice.

Es que a la hora de la unción y la oración, todos se vuelven iguales. En cambio, se ignora si esa hermandad también se extiende al desembarco de bolsos de la corrupción subdesarrollada que el descontrol inaudito de López trató de depositar en la casa de auxilios como si ésta tuviera patente de banco. Con algún criterio, claro: en general, antes en esos lugares nunca se preguntaba de dónde provenía el dinero.

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sábado, 10 de octubre de 2015

Intolerancias… @dealgunamanera...

Intolerancias

En el bronce, Juan Perón. Dibujo: Pablo Temes

Gobierno, PJ, sciolistas y macristas se recelan. Festival de desautorizaciones.


La invitación parecía amplia y generosa, sin restricciones. Hasta convocaba a Cristina en una muestra de rara urbanidad. Ella, por supuesto, no respondió al convite, tampoco decidió asistir y, mucho menos, enviar un emisario o una delegación que la representara. 

Carece de tiempo para nimiedades formales, se ocupa de una insaciable vocación por hacer discursos y difundirlos en cadena, amontonar millas orales en busca de un premio posterior, como si se tratara de un oso que acumula alimentos para volver cuando pase el invierno. Cuesta saber, además, si tanta prescindencia obedeció al asco que le producen los organizadores (Momo Venegas, Mauricio Macri, Hugo Moyano) o al rechazo personal a quien más dividendos le extrajo en la vida sin pagar siquiera un mínimo canon a la propiedad intelectual: Juan Perón. 

No sólo la Presidenta se ausentó al estreno porteño de una estatua al general de su partido, también su identificada claque oficial desertó del homenaje y, por si fuera poco, objetó su realización. Hasta aquellos que juran ser los más peronistas de Perón, inclusive los que dicen haber matado por él o haber perdido compañeros por su causa. Intolerancia uno.

Si uno vuelve a la invitación de los organizadores, advertirá que citaban no sólo a Cristina. También a todos los ex mandatarios justicialistas vivos y elegidos en el último período democrático, uno de corta duración (Eduardo Duhalde) y otros de aparición y desaparición fulminantes en la Casa Rosada: Adolfo Rodríguez Saá, Ramón Puerta, Eduardo Camaño. Presidentes al fin, ninguno elegido directamente por el voto popular.

Al revés de otro, consagrado además dos veces, Carlos Menem, de quien se olvidaron de participar por el trasiego burocrático de cartas, mails, celulares u otro tipo de servicio para cursar llamados. O por determinación deliberada, lo más probable, ya que para Macri, Venegas y Moyano –más un séquito de colaboradores y funcionarios que también colaboraron con el riojano en los noventa– una fotografía con Menem se torna más dañina que una instantánea con Cristina.

Presuntamente en la escala de su billetera. 

Omisión discriminatoria de quienes promueven la institucionalización perdida y que, en el caso del porteño jefe de Gobierno candidato, se vuelve más ostensible: en su momento, además de admirarlo, no se atrevió a ser su candidato a presidente cuando él lo postulaba. Hasta hace poco, sin embargo, por conveniencia, abjuraba de la cercanía peronista, lo perjudicaba según expresiones de sus laderos (a uno, Jaime Duran Barba, lo internaron hace días y se recupera). 

A su vez, Hugo Moyano, sindicalista práctico como pocos, adhiere a Macri con el mismo entusiasmo económico que antes se asociaba con Néstor y Cristina: en este caso, actúan juntos de acuerdo con los entendidos que mantienen por la basura de la Ciudad (y otros distritos), y a pesar de que el camionero se reconoció más de una vez amigo de Menem. En cuanto a Venegas, se desconocía que dispusiera de un peronómetro para descalificar participantes. Intolerancia dos.

Insistente.

Exclusiones aparte, se distingue en este juego de vetos la clara insistencia de Cristina por acumular resortes de poder. Compite como candidata fantasma a las próximas elecciones desde el púlpito y la cadena, ofende con placer reiterado a quienes se agravian con su discurso, aunque más se concentra en fortalecer un anillo impenetrable a su denominado “proyecto” maniatando a cualquier sucesor en la Casa Rosada.

Habla por sí misma y se apoya en una multitud de seudónimos (Carlotto, Bonafini, Kunkel,  D’Elía, etc.), habilita más personal propio en diversas áreas del Estado y saca de una cocina industrial leyes hasta ahora dormidas: si ya estableció cláusulas desde el Congreso para limitar el ejercicio del futuro mandatario –amputación del presidencialismo actual a favor de un parlamentarismo con protagonismo de su sector–, conviene detenerse en su goteo de normas nuevas.  Las últimas: logró por unanimidad en el Senado (con los votos de la oposición, claro) el marco restrictivo para una negociación futura con los holdouts, al margen de lo que pueda expresar Mario Blejer, Juan Manuel Urtubey, el equipo económico de Macri o lo que piense Roberto Lavagna.

Y aún falta la reglamentación que Ella le aplicará a la norma una vez que la apruebe Diputados. También, para los días venideros, promoverá una ley en materia de tierras que escandaliza a los devotos defensores de la propiedad privada.

Suma y sigue Cristina, ni atiende las encuestas ya que básicamente sólo aspira a que Aníbal Fernández triunfe en la provincia de Buenos Aires, sede de la concentración kirchnerista futura, y que su hijo Máximo logre una diputación nacional que lo obligue a una mudanza del Sur (aunque puede seguir el modelo de su padre, quien asistió como legislador a dos sesiones de la Cámara, una cuando juró y otra cuando se aprobó el matrimonio igualitario). Con esos logros, por ahora, le alcanza.

CFK aspira a que Aníbal gane en Buenos Aires, sede de la concentración kirchnerista futura

Este avance indisimulado que fija nuevos territorios de poder hoy parece enturbiar más a Daniel Scioli que a los otros dos contendientes opositores. Es que unos saben dónde se ubican en el terreno los escuadrones verdes y azules, enfrentados, mientras el postulante oficialista –si gana–dispondría en su propio seno, confundidos, a los soldados de ambos colores.

Y, como son guerreros, habrá batahola. Se podía sospechar de este explosivo contubernio, pero pocos imaginaron que habría de exponerse antes de los comicios del 25. Ya está sin embargo en la superficie, manifiesto, unos especulan gobernadores peronistas versus la herencia cristinista, el remedo de los años 70 en que se vivieron conflictividades semejantes y violentas. Un dilema de hierro para Scioli que ha hecho de la concordia una forma de vida, quien siempre puso una silla más para sentar al disidente (de ahí tantos ministerios prometidos). Pero ni así le alcanza, como ya lo prueba la controversia subterránea por el tema de la seguridad y su tratamiento o el debate en alza por la situación económica, las negociaciones externas y una eventual toma de préstamos.

Mientras incursionan en esos tópicos Bein, Blejer, Bossio, Marangoni o Urtubey –de quien el candidato dijo, dice lo que yo digo–, la respuesta crítica y disconforme proviene del ministro Kicillof. Y Kicillof, como se sabe, también es un seudónimo.

© Escrito por Roberto García el sábado 10/10/2015 y publicado por el diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





sábado, 13 de junio de 2015

Durán Barba… El nuevo influyente… @dealgunamanera...

Durán Barba… El nuevo influyente…

Porteñidad, Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

Secretos e intrigas en torno al principal asesor de Macri. Su reunión con Massa, acompañado por el ‘Coti’ Nosiglia.

El hombre tiene su estilo, quizás de algunas décadas atrás, como si acabara de salir de la peluquería de Harrod’s cuando era una gran tienda, recién afeitado, impecable y perfumado con  lavanda inglesa y el cabello de un brillante tono caoba, artificial, que no hubiera atravesado sin sonrisas algún barrio porteño. Tiempos en que no era mixto el vecino bar del Plaza Hotel y seguramente Franco, el padre de quien es hoy su principal contratista, debía pasar una vez por semana ante los famosos fígaros de Plaza San Martín..

Flash de presentación para Jaime Duran Barba, influyente y fundamentalista asesor de Mauricio Macri, a quien se responsabiliza por la negativa del candidato presidencial a cualquier asociación con Sergio Massa. Aun en situación de ventaja. Como si este asesor ecuatoriano fuera el dueño del pensamiento y los actos del ingeniero boquense, lo dominase o guiara al igual que el peruano  Sergio Bendixen hace trabajosamente con Massa, o James Carville –otro consultor norteamericano de nota– ejerce control sobre la cabeza de Daniel Scioli, sobre todo a la hora de mantener sumisión a la Presidenta, recomendando casi vestirse como Ella. Ventrílocuos de los aspirantes a la Casa Rosada.
Junto al “Coti”. Volviendo a Duran Barba y su peso sobre el alcalde y la cúpula del PRO, convendría repasar algunas de sus impresiones en la charla que mantuvo con Francisco de Narváez y Massa –acompañado también por Enrique Nosiglia– en la que bloqueó cualquier negociación “por arriba” (las “de abajo” ya son explícitas y en varias provincias) fulminando como embajador de su jefe un acercamiento mínimo entre las partes, hablando como si fuera Macri, casi más presumido que él.
Para el consultor ecuatoriano, la futura elección presidencial es complicada por la participación activa de Cristina de Kirchner, a quien respeta y admira políticamente, casi un enamorado –y no de ahora– por el animal político que habita en Ella. Le parece imparable y casi única en su actividad, una Ave Fenix perpetua. Menos consideración le cede a Scioli.
También supone que el clima electoral será más favorable al oficialismo cuando se aproxime la definición en las urnas. Cree, como afirman varios economistas, que los presupuestos familiares serán más holgados por gentilezas del Gobierno, habrá una primavera económica para seducir votantes.
Considera que su pupilo Macri logró una imagen personal ajena a la política y a la tradición peronista. Le concede un valor superlativo a esa condición y, en consecuencia,  pegarse a un dirigente como Massa –teñido de justicialismo por su origen bonaerense–   “desperfilaría” a su ingeniero candidato ante una presunta mayoría dispuesta a remover la franquicia gubernamental. Esa es la razón por la cual Macri insiste con una frase: “En política no siempre uno más uno es dos”, además de reverenciar y sobrevaluar un concepto o palabra: cambio.
O sea que para Duran Barba ahora Massa resta más de lo que le suma a Macri si se formalizara un acuerdo.  Entiende, además, que esa caracterización diferencial de Macri en las costumbres políticas le otorga fuertes posibilidades para triunfar en un comicio polarizado, aún en tierras sin dominio partidario ni estructuras como la provincia de Buenos Aires, debido a que parte de la población se manifiesta harta con las castas políticas. Es su palabra, seguida a pie juntillas por el alcalde.
Por último, aunque esto sea apenas una parte de su digesto,  en la reunión reveló una frase sospechosa y casi resignada: “Ganamos perdiendo”. Algo así como esa justificacion argentina, bastante habitual, en torno al campeón moral  que esta vez no le tocó el título pero seguramente tendrá otra oportunidad dentro de cuatro años.
Habían llegado Duran Barba junto a Nosiglia –extrañamente casi no fue mencionado en las crónicas periodísticas de la reunión, tampoco se explicó si asistió como gestor de ententes o representante de la UCR– luego que a Massa lo habían llamado telefónicamente un par de emisarios (uno de ellos, el intendente Jesús Cariglino) sugiriendo que se comunicara con Macri por celular. Como tardó, vino luego la iniciativa telefónica de los dos visitantes, en forma casual a diez minutos de la casa.
Preguntados. Massa conserva varios interrogantes luego de la tertulia:

¿Cuál es la razón por la cual tanto el Gobierno como Macri se interesan por polarizar la elección entre ellos, como si ambos fueran beneficiados con su proscripción?

Si Macri ha ganado con todas las virtudes y los vicios la totalidad de las comunas porteñas, ¿por qué se niega a disponer de una estructura como la de los intendentes massistas para fiscalizar el territorio bonaerense en el momento de contar los votos, cuando es público que ese ejercicio mal instrumentado le costó la derrota a más de un opositor al peronismo en anteriores comicios?

¿Supone tal vez que el sindicalismo y Hugo Moyano podrán realizar esa tarea, cuando ya manifestaron fallas al respecto en otras oportunidades?

¿De dónde saca Duran Barba la seguridad de que la ola amarilla de Macri se convertirá en un tsunami poco tiempo antes de las elecciones, cuando al mismo tiempo revela que vencer a Cristina parece una tarea imposible?

Con ese mar de dudas se retiró. Igual, más tarde, se negó a cualquier rendición incondicional como propuso Duran Barba. Llamó a sus propios consultores para elaborar una nueva estrategia, observando que mientras más lejos del peronismo se ubica Macri, más cerca de esa fracción política empieza a pegotearse Cristina.
Como siempre, cuando llegan las convocatorias electorales, el cristinismo lo saca a pasear a Perón, lo cita Ella en sus discursos (en la última cadena lo hizo en dos oportunidades) luego de olvidarlo y quizás detestarlo en buena parte de su vida. Pero, como Duran Barba le reconoce talento, no hay que desconocer la respuesta que le dio al gobernador Juan Manuel Urtubey, luego que este fuera reelegido abrumadoramente. “¿Qué querés que le diga a la prensa”, planteó Urtubey al concluir la entrevista triunfal en la Casa Rosada. “Sólo quiero que digas que ganó el peronismo. Nada más. Es todo lo que necesito”, le espetó.
© Escrito por Roberto García y publicado el sábado 13 de Junio de 2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.