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viernes, 1 de diciembre de 2023

Prueba de Fuego. Ni pizza ni champagne… @dealgunamaneraok...

Prueba de Fuego. Ni pizza ni champagne…


Mentiras, ¿verdaderas?, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

Las reales intenciones de Milei estarán en el paquete de leyes que enviará al Congreso.


© Escrito por Carlos Fara, Consultor Político, el viernes 01/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Todo es nuevo. Los protagonistas, su rutina laboral, la fuerza política en sí, el equipo de gobierno, la coalición social electoral, la profundidad de la crisis, el shock sobre el statu quo político, la fragmentación del sistema. Por lo tanto, no se podía esperar otra cosa que muchas idas y venidas que suenen a improvisación. Todos están en el aula aprendiendo un idioma nuevo. Van a tardar en aprenderlo, porque además no hay docentes que conozcan esa lengua. Paciencia. Esto recién empieza. 


Carlos Salvador Milei pasó de ser una persona con ciertas rutinas personales y aislamiento a no poder dar un paso sin la cápsula de seguridad de un presidente en funciones, sumado al vendaval de intereses que se desataron por influir en sus decisiones. Lógicamente, recién se está acostumbrando. También lo está su entorno preelectoral y muchos de los convocados al proyecto. Recién ahora vamos a ver de qué madera está hecho el Rey León.  

No es la primera vez que sucede, ni será la última. Alfonsín tenía un círculo íntimo y un partido centenario, pero era nuevo en las lides ejecutivas y además heredaba a la dictadura. Menem tuvo que improvisar mucho por el tamaño de la crisis. Macri porque estaban aprendiendo y eran un partido siglo XXI con aliados. Alberto porque se tenía que cuidar de Cristina. Milei tampoco tiene manual de instrucciones y la transición es muy corta. Pues, muchas de las cosas que hemos visto en estas dos semanas posbalotaje se explican por la dinámica de lo incógnito. Eso no debería llamar tanto la atención, sino el maravilloso laboratorio de ansiedades, torpezas y miserias que se está exponiendo en el marco de un show inédito, cuando la conducción política está en proceso de aprendizaje. 

Para entender cabalmente un proceso político hay que saber leer la matriz de origen. Alberto –que no era líder– fue ungido por Cristina, y ella debía ser la comisaria política. Él no fue hábil política y gerencialmente, y ella tampoco lo pudo conducir. El resultado es conocido. Acá se da un proyecto muy personalizado, sin una construcción partidaria acorde y con reglas de juego que se van escribiendo por el camino. Así, la contención y el ordenamiento se dificultan. 

Un líder no tiene por qué saber hacer todo: nadie hace todo bien. Los más lúcidos se especializan en un aspecto y delegan el resto. Menem era carisma, conducción y contención, la economía fue de sus sucesivos ministros. Néstor no tenía carisma, pero sin duda conducía, y era un auditor cotidiano y obsesivo de las cuentas. En ambos casos, el ordenamiento político estaba garantizado. Lo que no tenían de antemano lo construyeron y/o lo consiguieron. El Turco, la falta de equipos acordes; Lupín, los apoyos que tuvo el día de la elección. En este caso, se están constituyendo al mismo tiempo los equipos, el poder y la conducción política. Estamos viendo en tiempo real la génesis del proceso.  

Pero Milei no es el único que tiene problemas en esta obra de teatro. Un tanto inesperadamente, el Emir de Cumelén tiene más bronca con su propia interna que con algunas desatenciones por parte del nuevo presidente. Dicen que no hay peor astilla que la del propio palo, y esa astilla es Patricia (que ya no reina). ¿Por qué? Porque todos los actores se toman revancha cuando pueden. Ella debe estar pensando en las zancadillas que le hizo Macri a Horacio. Quizá tarde comprende que quien hace travesuras con otro también las puede sufrir en carne propia. Ahora tenemos tres PRO distintos: el macrista, el bullrichista y el horacista/vidalista. Por si el Rey León tenía pocos problemas, ahora además se dividen los aliados.  

Como todo es muy nuevo, como dijimos al principio, también es un interrogante la lealtad de los personajes. ¿En qué circunstancias alguien deja de ser leal?, ¿la culpa la tiene el desleal o el que no supo contenerlo/a? El Emir a veces se tienta con demasiadas travesuras. ¿Acaso habló con alguien muy cercano al flamante electo y esa persona no solo “se olvidó” de avisar sino que además esa conversación fue previa al encuentro de los líderes máximos? ¿Por qué esa premura? Milei será loco, pero no come vidrio. Un famoso tema de Litto Nebbia reza: “Siempre hay alguien que se olvida de avisar, cuando el tiempo del cariño terminó…”.  


El mandatario electo, aun con todas sus desprolijidades de procedimiento, parece más astuto de lo que lo imaginó el exalumno del Newman. No quiere depender de un solo socio, porque ¿qué pasa si el socio se manca y se manda a mudar? Y además, ¿el socio le garantiza el cielo? No, solo una escalera alta, pero que no alcanza: hoy lograr el quórum en Diputados es una quimera. Por eso, Schiaretti y compañía surgen como una minoría estratégica… aunque tampoco alcance.  

Milei está jugando a: 1) ganar tiempo, y 2) sacarse la presión de encima prometiendo desierto por cuarenta años (recuerden su admiración por Moisés). Por eso se arriesga a los peores pronósticos de corto plazo: estanflación. Tiene razón Cristina cuando dice que eso es una catástrofe social, pero la pregunta que se hizo la mayoría social es cómo llegamos a esta situación. El nuevo presidente acierta al bajar las expectativas casi a cero, abriendo el paraguas. Si las cosas salen muy mal, habrá sido “yo les avisé que la mano venía complicada”. Si mejoran antes de lo previsto, será “gracias a las medidas que implementamos, nos estamos recuperando antes”.   

Más allá del discurso que dé el 10 de diciembre y de algunos nombramientos que faltan, la verdadera prueba de fuego va a ser el paquete de leyes que envíe al Congreso. Un avezado hombre del medio calculaba que, si mañana asumen los nuevos diputados, habría 25 bloques. Un verdadero dolor de cabeza para cualquier futuro presidente de esa cámara. Por eso el nombre de Pichetto suena cada vez más fuerte. Varios de LLA quieren ungir a Martín Menem. ¿Vuelven los 90? Da la impresión de que la motosierra esta vez no dejará lugar para la pizza, ni para el champagne.



   

jueves, 2 de noviembre de 2023

Las cartas sobre la mesa… dealgunamaneraok...

Las cartas sobre la mesa…

En pantalla. Milei y Bullrich, en nombre de Macri, escenificaron el acuerdo en los estudios de una señal de noticias. Fotografía: Enrique García Medina.

El triunfo de la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi, de Unión por la Patria (UxP), por una diferencia importante en la primera vuelta de las elecciones presidenciales se ha transformado en el hecho más determinante del escenario político con vistas al momento decisivo del 19 de noviembre.

© Escrito por Juan Carlos Junio el lunes 30/10/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

El electorado derrotó a la variante de la derecha clásica representada por Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), aunque ella había incorporado elementos de odio y violencia de su circunstancial competidor, c.

Así es que se generó una situación de crisis de la alianza de JxC que desnudó el accionar dual del expresidente Mauricio Macri, quien desde el inicio actuó a favor de su fuerza preferida, La Libertad Avanza (LLA).

Los acontecimientos demostraron que Macri llevó a la derrota primero al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y luego a Bullrich, para terminar abrazado a la variante de ultraderecha.

A partir de ahora, los socios Macri y Milei se proponen llevar a la práctica la estrategia que viene de un fracaso: derrotar al kirchnerismo. Lo cierto es que la crisis de JxC está en pleno proceso y se esperan eventuales reacciones de diversos sectores, particularmente del núcleo radical y sus bases, teniendo en cuenta que fueron agredidos abiertamente, tanto por Milei como por Macri, sus actuales dirigentes así como sus símbolos históricos, particularmente Raúl Alfonsín.

Negacionismo y confusiones

Luego del abrazo en un set de televisión entre Bullrich y Milei, perdonándose los gravísimos agravios en que habían incurrido, ahora se proponen transformar al candidato libertario en presidenciable. Es esta una suerte de misión imposible teniendo en cuenta el conjunto de erráticas declaraciones formuladas por Milei, su candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel, y otros referentes del espacio sobre los temas más diversos: privatización de jubilaciones y pensiones, dinamitar el Banco Central, eliminación de todo tipo de subsidios, arancelamiento de la educación pública, compra y venta libre de órganos humanos y entrega de los recursos naturales, incluyendo mares y ríos. Pero esto no es todo, Milei también afirmó que el cambio climático no existe, propuso la libre portación de armas y la eliminación de las leyes de protección al trabajo. Corona este conjunto de planteamientos el desprecio de nuestra democracia a partir de la reivindicación de la dictadura videlista y de la negación de los 30.000 desaparecidos. Queda claro entonces que Milei es Macri y que la propuesta se sustenta más allá de lo confuso en el modo de formular la línea ideológica esencial, que es la de un ultraneoliberalismo presentado con un lenguaje primitivo con el cual aspira a mostrarse como un antisistema que destruirá todo lo perimido de la «casta política» y sus fracasos económicos.

Todo indica que el poder económico concentrado privilegiará el apoyo a la fórmula Milei-Villarruel ya que sus tradicionales posturas antiperonistas y antipopulares son las que siempre terminan primando. Además de su temor a que un gobierno de signo popular comprometa su predominio en el manejo de la economía y pueda alterar sus elevados márgenes de ganancias.

Por su parte, UxP y sus candidatos afirman la unidad del conglomerado que los apoya y ahora se proponen ampliar su base de sustentación y de alianzas.

De lo que no cabe duda es que el escenario no está definido y que más allá de la crisis de identidad de la alternativa conservadora, una gran parte del resultado lo definirá la militancia en la medida que se comprometa masivamente por convencer a la ciudadanía acerca del sentido de su voto. A 40 años de una crucial elección, aquella que el 30 de octubre de 1983 marcó el inicio de la recuperación de las instituciones constitucionales, los argentinos y las argentinas nos jugamos una vez más los derechos conquistados y por conquistar en una elección. La democracia, su vigencia plena, requiere del compromiso militante cotidiano de los ciudadanos y las ciudadanas.




domingo, 22 de octubre de 2023

Elecciones en Argentina. Argentina al borde de un ataque de nervios… @dealgunamaneraok...

Argentina al borde de un ataque de nervios…


Cuando el 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asumía la presidencia, los cientos de miles de argentinos aglutinados en la mítica Plaza de Mayo canalizaban los años de espanto a través del unánime abrazo a la recién conquistada democracia.

“Si alguien nos pregunta por qué marchamos, por qué luchamos, tenemos que contestarle que marchamos y luchamos para construir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar en el suelo argentino”, exclamaba desde el balcón de la Casa Rosada el primer presidente de la democracia recuperada.           

© Escrito por Walter C. Medina sábado 21/10/2023 y publicado por el Periódico Digital nuevatribuna.es de la Ciudad de Madrid, España.   

A cuarenta años de aquella multitudinaria celebración popular que ponía fin a siete años de terror, Argentina vota sumida en la incertidumbre. Como si se tratara de un mal sueño, de una horrenda pesadilla (para ser más exactos), la posibilidad de un fenomenal retroceso mantiene en vilo a la facción de la sociedad que aún conserva la cordura frente al desquicio de ese enorme porcentaje que con su voto colocó a 
Javier Milei en el lugar en el que jamás debió estar. 

Construido y financiado por lo que en Argentina se denomina “Círculo Rojo”, aplaudido por la misma casta a la que supuestamente viene a combatir, este trasnochado de la anti política tiene enormes chances de vencer en las presidenciales de este domingo.  

La incertidumbre es extrema, puesto que lo que está en juego es, nada más ni nada menos, la mismísima democracia, un sistema en el cual La Libertad Avanza no cree. Se trata, sin lugar a dudas, de una anomalía en la política argentina.
Su identidad libertaria, su catarata de insultos e improperios, sus desvaríos, el odio manifiesto contra todo aquel que ponga en duda su palabra, la motosierra y un largo etcétera, confirman que por primera vez en su historia Argentina está al borde de convertir a un auténtico psicópata en presidente. Tal como lo afirmó ayer su ex profesor de economía, Guy Sorman, en una entrevista concedida al diario español ABC, “En primer lugar, Milei es un loco. Y en segundo lugar, un liberal”.   



     

martes, 20 de junio de 2023

Esteban Schmidt. La muerte de un héroe del 83... @dealgunamaneraok...

La muerte de un héroe del 83...

En el año que se cumple el 40 aniversario de la restauración democrática muere uno de sus más destacados artífices.

© Escrito por Esteban Schmidt el viernes 10/03/2023 y publicado en su Newsletter en Substack, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.  
 


Esteban Schmidt

Ayer fui al entierro de Enrique Vázquez, quien murió el martes a los setenta años por las secuelas de una ACV que sufrió el sábado en su casa de Ingeniero Maschwitz. Hasta el viernes pasado sostenía un programa de radio de una hora, pequeño, artesanal, desde su living, y con una audiencia naturalmente ínfima dado el alcance del medio. Fue internado primero en el hospital de Garín, próximo a su hogar, luego en el sanatorio Nuestra Señora del Pilar, que está en la cartilla de la obra social de los trabajadores de prensa, a ver si mejoraba su suerte.

Su ataúd llegó desde la cochería en un Volkswagen Vento blanco adaptado para estos traslados. En el vidrio de uno de los lados se leía, sí, Enrique Vázquez, esas letras intercambiables, de acrílico en el mejor de los casos, con nombres propios, que son tan irresistibles a la vista como el cajón. Gente grande, arriba de los cincuenta la inmensa mayoría, en su despedida, que se reunió a la entrada de la primera de las capillas donde la iglesia certifica, en el cementerio de la Chacarita, la partida de un cristiano. 

El hijo de Enrique, Rodrigo, un joven robusto y calvo, de camisa blanca, pantalón negro del que sobresalía en su bolsillo trasero un paquete de tabaco para armar, y cuando ya éramos muchos, anunció que el cura le había pedido que liberara la vereda inmediata a la capilla porque impedía el normal funcionamiento, lo cual era cierto, e implicó para muchos de los convocados la confirmación de que la capilla era el punto de encuentro señalizado por la cochería y nada más. 

“Yo a mi viejo no lo voy a meter acá adentro” dijo Rodrigo, y nos trasladamos a una plazoleta que se encuentra frente a esa capilla y que de mis anteriores visitas al cementerio, una hace muy poco a despedir a mi vecino Oscar, uruguayo, hincha de Peñarol, y remisero, no habría podido recordar. Pero ahí está esa plazoleta, para despedidas laicas y contreras, lo cual me parece práctico recordar de aquí en más, y que sirvió para detenerse otro buen rato, y charlar con sus hijos, compañeros de trabajo, viejos amigos y conocidos.

El hijo de Enrique llevaba un parlante subwoofer en su mano, como un valijín, de aquí para allá, lo cual alimentó la expectativa de que intervendría el ambiente en algún momento, con alguna canción o quién sabe. A Enrique, que no le faltaron palabras, quien fue un orador elocuente, como lo describieron sus hijos en su propio Facebook, fue despedido como si fuéramos todos muditos, como si nada importante pudiera ser dicho, o como si hablar y decir cosas con peso fuera algo completamente al pedo en la Argentina. Sí había pena verdadera, nadie estaba ahí para impresionar a alguien, sino para despedir una vida. Quien no estaba acongojado, estaba donde interpretaba que correspondía estar, más allá de comodidades personales.

Así como los diarios brindaron la noticia para cumplir, o por las dudas, y se abastecieron de Twitter o de un mismo cable de Telam que se abasteció de Twitter, exhibiendo profunda ignorancia y ausencia de criterio, sorprendieron también la falta de señales institucionales, como Radio Nacional, de la que fue subdirector, de la Universidad de Buenos Aires, de cuya carrera de Comunicación fue director, o de la Unión Cívica Radical, partido al cual Vázquez unió su biografía. (Acotación de la Redacción: Estuvo presente Gustavo López)

Lo que brinda protección también te achica la cancha, lo sabe cualquier héroe, pero atención: eso no es lo mismo que elegir no ser libre de ninguna manera o no tener ideas propias jamás.

Pensé, entonces, que el estilo Gatica, de Vázquez, “monito las pelotas” se había cobrado vidas en su carrera y que muchos podían no encontrar el incentivo necesario para despedirlo más allá de que pudieran reconocer, si sacaran los ojos del celular o del espejo, que Enrique fue uno de los héroes del ‘83, como muchos de los que faltaron. 

Como dijo Facundo Suarez Lastra, a mi lado, bajo un sol tremendo, cuando los enterradores soltaron las sogas, “en estos momentos uno tiene que concentrarse en lo más importante de una vida”.

Aun en la plazoleta, con el Vento estacionado, los asistentes, unos cincuenta, hicieron su pasada personal, como quien no quiere la cosa, por al lado del auto, para otorgar un pensamiento último al amigo muerto. En nombre de la cochería, había un jovencito de traje que trataba de manejar los tiempos de cada estación. Rodrigo interpretó, por el merodeo insistente del chico, que era la hora de partir y caminamos unos 300 metros a una zona de tumbas abiertas, y bastante frescas, cavadas esa mañana por un bobcat detenido y sin maquinista que, a pocos metros, con su aspecto de dinosaurio metálico, revelaba el carácter industrial del cementerio y rompía la ilusión de una ceremonia sin tiempo.

Para Rodrigo, encontrar la que sería la tumba de su padre no fue fácil. Dijo que había hecho todo el recorrido previamente, pero al llegar ya había demasiados rectángulos abiertos. Los números tallados en el suelo estaban cubiertos de polvo así que le pasamos los zapatos para despejarlos, pero los enterradores no tenían dudas de dónde debían cumplir su siguiente misión, de hecho llevaban un tiempo esperando. Debieron esperar aún más, Rodrigo les dijo: “me van a matar pero me olvidé algo” y empezó a correr esos 300 metros de regreso sorteando tumbas hacia la zona de las capillas donde había estacionado su auto y donde había quedado aquello que no quería dejar pasar en la ceremonia. 

Así fue, minutos después, llegó muy agitado, pero en cierto modo feliz de poder cumplir con su padre y acomodó un cigarro Cohíba en la tapa del cajón, lo cual naturalmente fue visto como un acto que justificaba cualquier demora; luego sí, los municipales soltaron amarras, y el ataúd, que nunca cae recto, aportó una desprolijidad más al acto de volver a la tierra después de una vida jugando a los indios y los vaqueros.

Vázquez escribía la columna de política en la Revista Humor desde el año 81, y eso quedará de él, como Francisco de Laprida declaró la independencia con su voz; e hizo un programa de radio llamado El árbol y el Bosque que fue todo lo que se podía esperar de la radiodifusión democrática acompañado de periodistas de gran nivel entonces, e ideas propias como Hugo Paredero, Diego Bonadeo, y Sandra Russo. Suena ridículo que haya terminado sus días dirigiéndose solo a un centenar de oyentes o pidiendo que le den click a unas notas en Infobae para que del medio le soliciten nuevas colaboraciones. 

Era muy activo en su perfil en Facebook donde mantenía viva sus micro militancias en contra del maltrato animal, en contra de la sociedad de la UCR con el PRO y en contra de los diarios nacionales cuyos papelones editoriales, problemas gramaticales, errores ortográficos y de congruencia, describía con gracia y sin ninguna piedad. Como cualquier persona de bien, Enrique estaba perfectamente hinchado las pelotas de la justificación de cualquier cosa en nombre de una causa superior, por lo tanto, si es que alguna vez lo fue, ya no era un hombre de Estado, no era el hombre de las explicaciones sino el de las quejas.

Diego Barovero, un buen amigo de Enrique y mío, historiador que historia en vivo, antes de que las cosas amarilleen, y que rescata siempre lo mejor de una vida, liberando los hechos y las personas de las pasiones para ver a qué sirvieron, y que acompañó ayer sus restos, dijo de él: “su compromiso con la libertad, la verdad y la justicia siempre serán un norte”.

Con Enrique Vázquez fuimos colegas de una profesión extraña donde se parasita a los hombres públicos y sus acciones pero en la que si se tiene suerte, y huevos, puede uno darse el lujo de transparentar la vida pública presente y ayudar a abrirle paso a una vida pública futura mucho mejor. Así fue como se lució en sus columnas contra la dictadura militar sin dejar de alentar la expectativa con la candidatura de Raúl Alfonsín. Tuvo la oportunidad de lucirse y hacer historia. Y lo hizo. No mariconeó, ni se paró en el medio a ver qué decían por un lado el general Trimarco y por otro el doctor Tróccoli y trazar una bisectriz.

En oportunidad de un artículo que escribí para la revista Seúl en 2021 sobre la salida de Marcelo Longobardi de Radio Mitre, Enrique me dijo:

A medida que pasan los años, no encuentro mejor momento de la cultura, de la política, que aquel que se abrió con Serú Girán y la Revista Humor en el 78, Tiempo de Revancha en el 80 y Teatro Abierto en el 81. La guerra de Malvinas vino a echarle un balde de lava a una sociedad civil que quería salir de la mugre de la violencia armada y del terrorismo estatal. Y la Argentina, aunque no había conocido la libertad plena aún, ya era una fiesta de libertad en los teatros, en las casas. Algo muy bueno estaba por empezar, y Enrique Vázquez, entre muchos otros (y de pie para mencionar a Andrés Cascioli y Tomás Sanz, también) con gran osadía y manejo escénico pudo infundir coraje a la clase media que leía Humor, revista que quincena a quincena reducía a los milicos del proceso a la cagada moral y cultural que fueron.

Ah, antes de que el cajón quede cubierto de tierra, Rodrigo conectó el parlante a su celular y todos escuchamos Owner of a lonely heart, de Yes, una canción lanzada en 1983, y que se ve, se siente, lo definió un montón.

Que brille, entonces, para Enrique Vázquez la luz que no tiene fin.

 



   

martes, 21 de marzo de 2023

Voten a Otro… @dealgunamaneraok...

 Voten a Otro… 


Ellos. Alfonsín constituyó la Conadep que el peronismo se negó a integrar, Luder no era líder. CEDOC


“Si me das a elegir”, canto a viva voz con Rosalía la letra de Los Chunguitos. Mi versión electoral del tema termina así: “Si me das a elegir/ entre tú y mis ideas/ que yo sin ellas/ soy un hombre perdido, ay, amor/ me quedo conmigo”. Suena a desafinado desprecio, pero no. El “ay, amor” revela el dolor que causa negar, por ahora, el favor de un voto. No soy más que un ciudadano, es todo lo que tengo.

© Escrito por el Carlos Ares, Periodista, el  jueves 23/02/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Se agradece la foto, la sonrisa, las caminatas, los besos a los niños, los autógrafos, las selfies, las palmadas, los abrazos, la fe, la confianza, la promesa de que ahora sí, que esta vez sí. Conmueve el esfuerzo, el tiempo que dedican a ensayar las respuestas para todo. Da ternura verlos lanzarse a las calles de barrios, de pueblos, como niños a los que les abren las rejas del patio a la hora del recreo. Gracias por eso.  

Que sería de la democracia si nadie se ofreciera a participar del sistema dentro de las reglas del juego. Quedaríamos a merced del que impusiera su voluntad por la razón de una fuerza capaz de producir terror, o codicia. Personajes oscuros, millonarios, siempre amenazantes, rodeados de grupos de apriete, o de lobby, que, desde sus empresas, o sus gremios, son capaces de ubicar siervos leales, bien pagados, en puestos claves: ministros, jueces, hasta presidentes si fuera necesario.


Treinta temporadas de la misma serie, con los mismos actores. Gana el 
peronísmo, los sindicatos que controlan el Estado riegan la planta permanente. Los empresarios cómplices negocian. Moyano recoge la basura que desparrama. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos olvidan quién fue Gerardo Martínez, el secretario general de la Uocra. Baradel no hace paros, Biró no habla, la CGT apoya. Nadie deja de robar, como pedía Barrionuevo. El episodio donde los giles que ganan la elección se creen que tienen el poder, también lo vi. Termina mal.  

Un líder es aquél que hace lo que no se espera de él. Apunté para mí esa impresión a comienzos de los años ochenta, durante la campaña electoral de Felipe González a la presidencia del gobierno español. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se definía como “un partido de clase, de masas, marxista y democrático”. Sevillano, abogado, a los 32 años Felipe fue elegido secretario general en 1974, durante un Congreso realizado en Francia.  

Muerto Franco, el rival político era la Unión de Centro Democrático (UCeDe), de Adolfo Suárez. En 1979, Felipe propone al Congreso abandonar el marxismo. La mayoría de los mil delegados vota en contra, Felipe renuncia. Sus declaradas intenciones de convertir al PSOE en un partido moderno, democrático, interclasista, europeísta, que inclusive debía debatir el ingreso de España a la OTAN, le dio un reconocimiento general. La renuncia al cargo aumentó su popularidad en las encuestas. 


Cuatro meses más tarde, en un Congreso extraordinario, Felipe habla como un delegado más: “No he sido un junco que mueve el viento en la dirección que sopla” (…) Insiste con su propuesta: “No se puede tomar a Marx como un todo absoluto, no se puede, compañeros. Hay que hacerlo críticamente, hay que ser socialistas antes que marxistas. Es aclamado, de pie, y elegido nuevamente secretario general con el 86% de los votos. ¿A qué viene ahora este recuerdo? 

De regreso, seguí la campaña a las elecciones de 1983. El candidato Italo Luder estaba de acuerdo con la posición del peronismo: aprobar la amnistía que se habían dictado los comandantes de la dictadura. Alfonsín, contra el temor de una parte del radicalismo, constituyó la Conadep que el peronismo se negó a integrar, promovió el Juicio que finalmente se hizo. Argentina, 1985. Luder no era un líder, Alfonsín sí.        

Un candidato honesto debe dejar en claro los términos del contrato antes de la elección. No alcanza con el “qué”, hay que explicar el “cómo” para que no haya equívocos después, cuando la mayoría de la sociedad tenga que bancar las medidas anunciadas. De otro modo, no hay gobierno que pueda contra los que retienen el poder desde siempre. Al terminar el discurso, se tendría que oír la frase de cierre del líder, aunque no la diga: “Esto es lo que hay que hacer, si no quieren, voten a otro”.




   

domingo, 12 de marzo de 2023

En el medio, la gente… @dealgunamaneraok...

 En el medio, la gente…

Honoris Causa. Cristina Kirchner. Dibujo: Pablo Temes.


La agenda del oficialismo va por un carril absolutamente diferente de la realidad en la que vive la población.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 11/03/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

 

Cristina Fernández de Kirchner se sintió a sus anchas el viernes por la tarde al recibir el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad nacional de Río Negro. La ceremonia, transformada en un mero acto partidario del cual participaron sus acólitos, sirvió de excusa para la reaparición pública de la expresidenta en funciones. "¿Hegemonía o consenso? Ruptura del pacto democrático en una economía bimonetaria: inflación y FMI; crisis de deuda y fragmentación política” fue el largo título con aires de novela caribeña de la alocución de CFK. Fue una extensa perorata en la que ella se explayó sobre una larga variedad de temas como si no fuera parte de este gobierno. Si no fuera por el drama diario que se vive en nuestro país, sus intentos de despegarse de la gestión de la cual forma parte bien podrían ser parte de un show de magia que termina mal.

No fue difícil adivinar los temas que eligió para deleitar a los suyos. En primer lugar, el ataque a la Justicia, que se encargó de dejar en claro en los fundamentos del fallo de la causa Vialidad que el lawfare no existe y que se trata más bien de una construcción ideada para eludir responsabilidades. Luego la construcción –falsa y remanida– de la proscripción. “Una condena a las puertas de un año electoral es una proscripción encubierta”, se apuraron a aclarar desde el Instituto Patria a sabiendas de que formalmente no existe ningún impedimento para que pueda postularse. “La mentira de la proscripción es una de las últimas herramientas que tienen a mano para mantener la cohesión interna y disfrazar de épica el desastre que han engendrado. Cristina sabe que si se presenta tiene altas chances de perder”, aseguró un analista político del peronismo.

A medida que pasan los días y los meses, se va haciendo más evidente el fracaso rotundo de la gestión de Sergio Massa. La inflación –imparable– es la consecuencia de la falta de un plan serio y del problema más importante que afecta a este gobierno: la falta de credibilidad. Hoy nadie sabe a ciencia cierta cuál es el valor real de las cosas. Una misma mercadería puede costar uno, diez, cien, mil o más pesos. Cuando se observa el valor de los artículos de primera necesidad y de los alimentos, la penuria se hace mayor para los que menos tienen. En esta última semana, los cronistas de exteriores de radio y televisión han dado cuenta de un fenómeno que no se vivía en el país desde finales del mandato del expresidente Raúl Alfonsín: varios comerciantes prestaron su testimonio asegurando que recibían listas de precios que podían variar –más de una vez– en un mismo día. Verdulerías y almacenes de barrio fueron los protagonistas de esta verdadera locura. La gente, en especial aquellos que se las deben arreglar comprando lo justo para sobrellevar el día a día, son los verdaderos damnificados de este gobierno nacional y popular. Puertas adentro saben que la inflación de febrero podría superar el 6%.

Nadie cree que el narcotráfico y la desidia política sean exclusivas de una ciudad


La agenda del oficialismo va por un carril absolutamente diferente del que impone la realidad. Y eso no se observa solo en el ámbito de la economía. Lo sucedido en estos días en Rosario también es parte de esa disociación que exhibe no solo la gestión de Alberto Fernández sino la de todo el oficialismo. El delito y el crimen organizado que asolan a esa ciudad se han visto potenciados por el internismo feroz y por el pseudoideologismo con el que el kirchnerismo se quiere vestir de progresismo. Los capos narcos manejan todo desde sus celdas a través de los celulares. Son celulares cuyo uso el mismísimo Gobierno estimula.

En un hecho insólito, el 1° de febrero pasado se publicó en el Boletín Oficial un decreto por medio del cual se establece la instalación de fibra óptica para la mejora de la conectividad del penal de Marcos Paz. Ante las críticas, en el Gobierno salieron a decir que el objetivo de la medida es mejorar la calidad del servicio de Justicia para tomar declaraciones directamente desde los penales.

Sin embargo, en los argumentos de la medida se sostiene que el Estado nacional “garantiza el Servicio Universal entendido como el conjunto de servicios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) que debe prestarse a todos los habitantes de la Nación, asegurando su acceso en condiciones de calidad, asequibilidad y a precios justos y razonables, con independencia de su localización geográfica, ingreso o capacidades”.

Como se ve, esto nada tiene que ver con asegurar una mejor prestación del servicio de Justicia. Está muy claro en la letra de la resolución que el objetivo incluye la mejor conectividad de los reclusos. Tan claro como el agua clara.

Curiosamente, la vicepresidenta no habla de este tema. Lo vive con un desinterés absoluto. Quizá también prefiere despegarse de este último gran papelón que significa la reacción espasmódica del envío de fuerzas federales a Santa Fe sin ninguna planificación previa. “Enviaron gendarmes y los dejaron a la buena de Dios. Deambulan por las calles sin conocer el barrio. Les asignan recorridas por cuadrícula geográfica de lugares donde nunca antes han estado. Ante un ilícito o una emergencia, acuden a sus teléfonos celulares para orientarse o les preguntan a los propios vecinos cómo llegar a una zona determinada”, reconoció un legislador provincial que tiene trato diario con los habitantes de esos barrios desolados.

La presencia del Ejército –aun en el limbo– fue el último capítulo de una disputa ideológica vergonzosa entre un Presidente débil que quiso demostrar que no le temblaba el pulso a la hora de tomar medidas y un pseudoprogresismo que se desgarró las vestiduras para las cámaras.

En cambio, no se ha dicho ni una sola palabra de la ruta de la droga, que atraviesa medio país para llegar hasta Rosario. Tampoco sobre ese agujero negro de aguas turbias que es la hidrovía.

En el medio está la gente. Toda la gente. Nadie puede creer que el narcotráfico y la desidia de la clase política argentina son exclusividad de una ciudad o una provincia.