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domingo, 22 de enero de 2023

El reino del revés II… @dealgunamaneraok...

 El reino del revés II…

CELAC canto. Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

Falta de planificación, impericia, negligencia, cosas que condicionan la realidad de Argentina.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/01/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires República Argentina.

Como si la Argentina no tuviera suficientes frentes internos de conflicto –inflación galopante, dólar libre que sigue subiendo, escasas reservas en el Banco Central, un Congreso de la Nación paralizado y dividido por el intento de Juicio Político a los miembros de la Corte Suprema, más un año electoral que promete numerosos conflictos político partidarios– el martes nuestro país será la sede de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) la organización creada por Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva en 2010.

Alberto Fernández prestó conformidad como anfitrión, para el regreso a los escenarios internacionales del dictador venezolano Nicolás Maduro quien venía limitando sus movimientos entre naciones amigas como Nicaragua y el régimen cubano. Su presencia aún no ha sido confirmada, pero el Presidente ve allí una nueva oportunidad para enviar señales al kirchnerismo duro que, haga lo que haga, lo desprecia. La portavoz presidencial Gabriela Cerruti ya confirmó la reunión con el dictador cubano Díaz Canel el miércoles en la Casa Rosada, un día después de la cumbre. Vale recordar que Díaz Canel fue el primer presidente al que  Alberto Fernández recibió el día posterior a su asunción, el 11 de diciembre de 2019.

El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro y el chileno Gabriel Boric ya aseguraron su presencia. Para Fernández es imprescindible la foto con “su amigo” Lula para demostrar un supuesto aval a su candidatura presidencial que tanto irrita al kirchnerismo. No faltarán los gestos importados, los abrazos y la confianza excesiva a la que nos tiene acostumbrados el Presidente.

El Foro Argentino por la Democracia en la Región (Fader) presentó una denuncia ante la Justicia Federal contra los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; Cuba, Miguel Díaz Canel; y Nicaragua, Daniel Ortega por violaciones a los derechos humanos. Del otro lado, agrupaciones de izquierda y simpatizantes del kirchnerismo duro prometen su presencia en las calles para “asegurar” que todo se desarrolle de acuerdo a lo planeado. La grieta en su máxima expresión. “Va a estar lindo Buenos Aires” –dijeron con ironía cerca del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. Todos buscarán sacar provecho político de un evento que promete convertir la Ciudad en un infierno. Más allá de las chicanas y los pases de factura, se trata de una peligrosa muestra más del alineamiento geopolítico del Gobierno detrás del eje bolivariano y de espaldas a las democracias occidentales.

El primer papa emérito

La oposición aprovechará el río revuelto para disimular sus propias desavenencias internas. No tan Juntos por el Cambio mantiene conflictos latentes que ponen en riesgo la unidad en Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut. El caso más resonante se da en la provincia de Río Negro donde es casi un hecho que la UCR compartirá alianza electoral con La Cámpora. El partido oficialista Juntos Somos Río Negro y el frente “Nos Une Río Negro”, que cobija a buena parte del kirchnerismo, acordaron una alianza de cara a las elecciones que se realizarán el próximo 16 de abril para gobernador, legisladores provinciales e intendentes. El oficialismo de esa provincia ya ultimó detalles del acuerdo con una parte importante del radicalismo, que se prepara para abandonar Juntos por el Cambio y compartir frente con La Cámpora. Increíble, pero real. Todavía hay dirigentes que no entienden la gravedad de la crisis social e institucional que atraviesa la Argentina.

A río revuelto ganancia de pescador.

El Gobierno comenzó un plan de recompra de la deuda externa argentina. De acuerdo a la información que trascendió de fuentes del Ministerio de Economía que comanda Sergio Massa, el proceso se puso en marcha con la intención de mejorar el perfil de los vencimientos, reducir el riesgo país y facilitar las condiciones de financiamiento.

El martes –día previo al anuncio– algunos de los bonos registraron un volumen récord de operaciones, entre ellos el GD30, uno de los más utilizados para la compra de dólares financieros. El mercado no fue indiferente ante estos movimientos y la oposición señaló la posibilidad de que allegados al Gobierno aprovecharan el conocimiento de información privilegiada para beneficiarse de la suba de los bonos.

Massa ordenó que se investiguen posibles “maniobras especulativas” en las operaciones con bonos antes del anuncio e instruyó a la CNV para que indague sobre la existencia de “posibles beneficiarios”. La oposición permanece indiferente y con cierta razón: “Pusieron al lobo a cuidar las ovejas y nosotros nos tenemos que creer los resultados de una investigación llevada adelante por el propio Gobierno que pudo haber filtrado la información” –se quejó un diputado nacional. Más allá del incidente hay algunas preguntas de sentido común que no encuentran respuesta. La primera pregunta es obvia. En momentos en donde las importaciones se restringen por falta de dólares, desde productos terminados hasta insumos médicos ¿era necesaria esta operación de recompra?

En segundo lugar, el déficit fiscal sigue siendo un problema más allá de su reducción. El Gobierno adujo que se espera una mayor disposición de reservas por las menores compras de GNL en el invierno, pero la sequía podría pulverizar esta “ventaja”. Desde el agro estiman que la pérdida de ingresos podría llegar a ser mayor a los 15 mil millones de dólares.

¿Falta de planificación, impericia o negligencia? Todo puede pasar en esta Argentina del reino del revés.



    



sábado, 8 de octubre de 2022

Violaciones a los DDHH. Argentina se abstuvo de votar las investigaciones contra Venezuela en la ONU... @dealgunamanera...

Violaciones a los DDHH. Argentina se abstuvo de votar las investigaciones contra Venezuela en la ONU...


El Gobierno se abstuvo ayer de votar en las Naciones Unidas las investigaciones sobre la situación de los derechos humanos que se viven tanto en Venezuela como en China, en una postura que despertó críticas de la oposición y en lo que significa otra vuelta más de la política exterior de la administración de Alberto Fernández.

© Publicado el sábado 08/10/2022 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El que mayores críticas recibió en la Argentina fue el que indagó en las violaciones cometidas por el gobierno de Nicolás Maduro, proyecto de resolución que fue aprobado con el respaldo de 19 países contra 5 que votaron en contra y 23 que se abstuvieron. De esta manera, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, organismo que es presidido por el argentino Federico Villegas Beltrán, renovó por dos años la Misión para investigar y supervisar la situación en el país gobernado por el régimen chavista. 

Macri y la abstención de Argentina en la ONU: “Los argentinos de bien sentimos vergüenza por este gobierno”

“La Argentina ha decidido abstener en el presente proyecto de resolución por entender que el diagnóstico realizado por la FFM (Misión Internacional

Independiente) no responde a un trabajo producto de investigación en el terreno y al diálogo directo con todos los actores gubernamentales y no gubernamentales involucrados. Si bien coincidimos que es el propio gobierno de Venezuela quien debe permitir el acceso de la FFM al país para investigar adecuadamente las denuncias recibidas, la renovación de la FFM en las actuales condiciones solamente contribuye a continuar un mecanismo que en la práctica y el terreno no puede mejorar los DDHH del pueblo venezolano”, argumentó el ministro Sebastián Rosales durante su intervención.

En la misma línea, aclaró: “
La Argentina está preocupada por la situación de los derechos humanos en Venezuela. Resulta imprescindible que este Consejo acompañe el proceso que permita que el pueblo venezolano recupere la convivencia pacífica y democrática para lograr un desarrollo inclusivo y sostenible”. 

Durante el debate en Ginebra, América Latina se mostró dividida: tanto Brasil como Paraguay apoyaron la prórroga, y Bolivia, Cuba y Venezuela rechazaron su continuidad y la Argentina junto con México se abstuvieron. A su parte, Estados Unidos, el Reino Unido y Japón votaron en favor de la comisión investigadora, China y Eritrea denegaron su apoyo. 

El proyecto sobre China preveía abrir el debate sobre la situación de la minoría uigur en ese país, también basado en un informe del alto comisionado de la ONU. Lo impulsaba EEUU pero fue rechazado por 19 votos en contra del debate y 17 a favor, mientras 11 se abstuvieron, entre ellos la Argentina. 



   

domingo, 12 de junio de 2022

Malas noticias que no sorprenden... @dealgunamaneraok...

 Malas noticias que no sorprenden... 

"While my guitar gently weeps..." - (Mientras mi guitarra llora suavemente) Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

Mientras el Gobierno defiende dictaduras en la Cumbre de las Américas, la economía argentina sigue exhibiendo las mismas penurias. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 11/06/2022 y publicado por el Diario Perfil e la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Alberto Fernández se dio uno de los pocos gustos de los que pueda jactarse en su desvaído y penoso peregrinaje por el poder: defender en la Cumbre de las Américas a los regímenes antidemocráticos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Notable contradicción de quien se dice un defensor de los Derechos Humanos de avalar a gobiernos que abiertamente los vienen violando desde hace años y sin ningún remordimiento. Su discurso, que no sorprendió al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden –quien estaba anoticiado del tenor de la alocución– y en el que no se privó de pedir la renuncia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, estuvo dirigido principalmente a satisfacer las demandas de la feroz interna que se vive dentro del Frente de Todos contra Todos. Fue como si se hubiese concretado la proyección de un sueño adolescente con arranques de rebeldía: cantarle las cuarenta al presidente de los Estados Unidos en su propia casa.

Por lo tanto no faltó la alusión a Macri a través de la mención crítica al presidente Donald Trump, en un guiño destinado a congraciarse con Biden. Con todo, lo más significativo del discurso fue su intrascendencia. La exposición claramente condenatoria hacia los regímenes antidemocráticos de La Habana, Caracas y Managua por parte del presidente de Chile, Gabriel Boric –un hombre de la izquierda– dejó al desnudo lo anacrónico de la postura de AF.

 

Lo curioso es que, horas después, el mismo gobierno se encargó de difundir con aparatosidad el saludo del presidente argentino con el de los Estados Unidos y en decir que no había recibido ningún reproche de su parte. Es otra de las contradicciones típicas del kirchnerismo. Despotrican contra Washington, pero luego se derriten buscando recibir la invitación para una visita de Estado por parte de la Casa Blanca. Lo mismo sucedió con Cristina Fernández de Kirchner quien, por un lado, hablaba pestes del gobierno de Barack Obama mientras que, por el otro, buscaba desesperadamente una reunión bilateral con él. 

 

En el Gobierno se entusiasman con la buena química que se generó entre AF y Biden. Creen que con eso se soluciona todo. ¡Cuán equivocados están! Deberían prestar atención a los mensajes que están circulando al interior del Departamento de Estado en donde de todo se toma nota. Al momento de escribir esta columna circulan por allí opiniones que se oponen abiertamente a que el presidente Biden asista a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (Celac) que lo obligue a encontrarse con Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Mario Díaz Canel. Por otra parte, la preocupación importante del gobierno de los Estados Unidos pasa por la creciente presencia de China en la región y, específicamente el tema del 5G.  

 

Durante el periplo de AF por Los Ángeles hubo también lugar para el colmo del cinismo, que llegó bien entrada la conferencia de prensa cuando se refirió a la salida del ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas: “Matías es un gran ministro que cometió un error y un error que yo no lo soporto, que en off se hable mal de otro. Es más, reniego de los que hablan en off, debo confesar. Es mejor hablar francamente”. Parece haber olvidado que construyó su carrera política en base a sus filtraciones de información en off the récord, práctica que se extiende con mucha intensidad hasta el presente. 


               ¿Quién se quiere llevar el Gobierno a la mesita de luz?

 


Kulfas negó en sede judicial que, en sus declaraciones en on y en off, se refiriera a un hecho ilícito y aseguró que se trataba de opiniones de índole política. 

 

Algunos líderes opositores celebraron las declaraciones del ex ministro. No se trató solamente de la voz del ex ministro Juan José Aranguren quien criticó las denuncias de los diputados opositores. Otras figuras de No Tan Juntos por el Cambio “prefieren no hacer olas” con una obra tan importante que los terminará beneficiando en el futuro. Como se ve, en todos lados se cuecen habas. 

 

Lo de Kulfas no fue la bronca de un día. Lo suyo tampoco fue un monumento a la dignidad. Durante dos años y medio aguantó en silencio el maltrato al que lo sometieron CFK y La Cámpora. Ido Kulfas, todas las miradas de CFK y sus secuaces están puestas en Martín Guzmán a quien el sector empresarial trata de apuntalar. “Si se va Guzmán, sabemos que el que venga será peor”, sentenció sin ambigüedad uno de los empresarios que acudió a la reunión organizada por  la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en donde habló el ministro de Economía.


La reaparición en el escenario político vernáculo de Daniel Scioli conmocionó al oficialismo. El más afectado es Sergio Massa. Scioli llega con un objetivo: la revancha en 2023. Su aspiración a la candidatura presidencial, reverdecida desde hace meses, tiene en este nombramiento un trampolín que le da vuelo a su sueño. “Daniel quiere la revancha. Siente que el único candidato de unidad del peronismo es él”, afirma, categórica, una voz de su entorno.   
 

La calma financiera parece haber llegado a su fin. El dólar Blue alcanzó los 210 pesos y el contado con liqui se fue a 277. 

 

Mientras el Gobierno se entretiene defendiendo a Maduro, Ortega y Díaz Canel, y con el proyecto de ampliación a 25 del número de miembros de la Corte Suprema, la crisis interna y las dificultades para cumplir los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional hacen que las alternativas adversas de economía argentina no sorprenden a nadie.

 

“A menudo hace falta más coraje para hacer lo correcto que lo incorrecto.” Abraham Lincoln.




domingo, 30 de mayo de 2021

La sumisión de Alberto… @dealgunamanaeraok...

 La sumisión de Alberto… 


Onda expansiva, Pato Bullrich. Dibujo: Pablo Temes

En una de las frases de más impacto de una entrevista reciente, el Presidente admitió que es sumiso, pero no tanto.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 30/05/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

No soy tan sumiso y ella no pega cuatro gritos”, fue una de las frases de más impacto que dejó la desangelada entrevista que le dio Alberto Fernández al youtuber Pedro Rosemblat. Parece increíble que el Presidente no aprecie el significado de sus palabras ni de lo que representan. A buen entendedor, pocas palabras: AF no dijo que no es sumiso sino que no lo es tanto. El reconocimiento de esta sumisión a Cristina Fernández de Kirchner es un paso más en la permanente actitud de desvalorización de su figura. Hay un componente psicológico de subordinación a la vicepresidenta que sorprende a muchos de los que componen el entorno cercano del jefe de Estado, cuya gestión es blanco de críticas sonoras dentro del oficialismo. 

Algunas de esas críticas se despliegan con bastante crudeza en la mesa de los lunes, encuentro que cada quince días reúne en La Plata a Axel Kicillof, Sergio Massa, Máximo Kirchner con otros dirigentes del oficialismo que pasan, entre otros, por el ministro de Vivienda, Jorge Ferraresi, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. 

Allí se evalúa la gestión de gobierno y se delinean la táctica y la estrategia con vistas a las elecciones de noviembre. En la apreciación que se hace del funcionamiento del Gobierno los reproches abundan y los elogios escasean. 

De lo que allí se conversa, surgen dos preocupaciones esenciales: la inflación y la falta de vacunas. La vacunación será uno de los instrumentos que el Gobierno utilizará en la campaña electoral. El gobernador te cuida, es una de las frases que se les escucha decir a distintos funcionarios bonaerenses cuando se acercan a los centros de vacunación con afán proselitista. 

En el contexto de escasez de vacunas sobre el pico de la segunda ola, la ausencia de los productos de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson continúa atormentando al Gobierno. Padecimiento alimentado por su propia falta de transparencia y claridad. El jueves por la noche, en el reportaje  que le concedió a Rosemblat, el Presidente sintió la necesidad de hablar de la fallida negociación con Pfizer. 

Es evidente que AF sabe que las explicaciones dadas hasta el momento no convencen y eligió un interlocutor pasivo para instalar su versión sin sufrir sobresaltos: “Las condiciones iniciales me ponían en una situación violenta de exigencias y comprometía al país en cosas que era muy difícil de comprometer”, dijo una vez más sin brindar especificaciones. ¿Cuáles son esas exigencias que a nuestros vecinos no les impidieron acceder a la vacuna? El misterio encuentra sustento en la vaguedad de los argumentos del propio presidente. 

Harto de todo esto, el ex ministro de Salud Ginés González García salió a hablar. “Les ofrecimos algo hasta indigno, una firma de responsabilidad individual, de cada uno de los vacunados, diciendo que no iban a hacer ningún reclamo. Y siempre nos dijeron que no”, dijo en el reportaje por radio Rivadavia el viernes, agregando que “Pfizer consideraba que con la ley vigente no estaba protegido. Se hizo una ley especial, se le agregaron algunas cuestiones, y esto lo tengo por nota, contestado por Pfizer”. 

A la luz de esta declaración, resulta inentendible la decisión de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, de no responder a pedidos de acceso a la información pública para aclarar todas las dudas sobre esta controvertida negociación. ¿Qué oculta? 

Cuando Patricia Bullrich pateó el tablero denunciando el pedido de una supuesta coima por parte del Gobierno al laboratorio, la onda expansiva sacudió tanto al oficialismo como a la oposición. Mientras AF y González García se preparan para querellarla y ganar terreno político en la batalla judicial de alto voltaje que se avecina. Desde Juntos por el Cambio también se escuchan críticas hacia la ex ministra de Seguridad. “Patricia se equivocó. No puede demostrar lo que dijo. Es difícil salir a respaldarla. Estamos haciendo equilibrio en una línea muy delgada. 

Para peor, todos saben que la negociación no prosperó porque el Gobierno quería asegurarse una especie de filial local con transferencia de tecnología y un socio amigo que, en los papeles, era imposible de cumplir. Nunca tuvo la intención real de acordar con Pfizer. En eso estamos de acuerdo con Patricia pero lo dijo con demasiada vehemencia”, resaltó una voz autorizada de JXC. Halcones y palomas piensan lo mismo en este punto. Los últimos empiezan a creer que pudo haber una “intención electoralista” en semejante declaración y que se le dio al Gobierno la “oportunidad de victimizarse”. 

Alineados con Venezuela. Luego de la salida del Grupo de Lima en marzo de este año, el Gobierno retiró su apoyo a la demanda que el bloque había presentado contra el régimen de Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional de La Haya por presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno chavista. Fuentes oficiales se preocuparon en aclarar lo que es obvio: “Que la decisión de Argentina no tiene consecuencias en las acciones judiciales que se vienen realizando”. Por supuesto, hay otros países que siguen adelante sosteniendo la investigación. “Hay una intención directa de desandar el camino recorrido por Macri en el tema Venezuela y que tiene a su máximo representante en Donald Trump”, deslizaron desde el Gobierno. El presidente argentino dijo el pasado martes que “el problema de los derechos humanos en Venezuela fue desapareciendo”. Curiosa declaración para explicar una decisión a todas luces equivocada. 

Quien esto escribe estuvo en Venezuela en dos ocasiones en 2019. La persecución política a quien critica al Gobierno, la falta de libertad, el miedo, la falta de justicia y la represión brutal son datos de una realidad que se palpa a cada paso y a cada momento. Son las violaciones a los Derechos Humanos cometidos por el régimen cívico-militar de Nicolás Maduro –una dictadura– lo que Alberto Fernández ha decidido apoyar y defender.






domingo, 27 de diciembre de 2020

Seré de derecha entonces… @dealgunamaneraok...

Seré de derecha entonces…


Es ridículo. Pero bien vale que alguna vez hagamos una reflexión sobre el asunto. No para clasificarnos y ponernos una cinta en el pecho, sino para aportar algo a un debate absurdo, arcaico y especialmente inútil. Los orgullos vacíos, los relatos desconectados de la realidad, y los números que explican todo.

© Escrito por Coni Cherep el domingo 27/12/2020 y publicado en https://www.conicherep.com de la Ciudad de Santa Fe, de la Provincia homónima de la República de los Argentinos. 

«Vos sos la derecha» me dice un lector, a raíz de una nota que escribo sobre los debates que deben darse en la oposición santafesina. Eludo la respuesta, obvio. Del mismo modo en que eludo cualquier debate que no me interesa. No respondo agresiones, no leo a colegas agresivos y desenfocados, y elijo- como todos hacemos- leer, escuchar y ver lo que me interesa. Lo que merece mi respeto intelectual. Lo que me agrega algo al infernal debate del destino de la humanidad, en estos tiempos de pandemia y crisis global. 

Hace mucho tiempo que me ofenden las divisiones bipolares. No comprendo cómo, algunos todavía creen que el mundo se divide entre buenos y malos, entre progresistas y conservadores, entre héroes y villanos. 

Tampoco reconozco las clasificaciones ideológicas de la ciencia política decimonónica, ni me planteo al mundo desde los mismos lugares que se los podía plantear un tipo como yo en los años 60, en los 70, en los 80 o en los 90. 

El mundo ha sufrido tal transformación que suponerse en condiciones de analizarlo desde los pobres postulados de izquierdas o derechas, me parece tan pobre, tan insuficiente, tan errado, que me escapo.

Claro que conservo algunos prejuicios y algunas convicciones sobre los idearios sociales. Soy, si alguien pretende definirme por mera curiosidad, un tipo que no encontró todavía ningún sustituto que la democracia como mejor sistema de representación y gobierno. No hay, al menos no está consagrada en ninguna constitución, un sistema que la supere en cuanto a representatividad de la voluntad de las mayorías y las minorías; y tampoco en términos de garantías para los derechos colectivos e individuales. Valoro como supremo el derecho de los hombres y las mujeres a ser libres. No reconozco ningún límite en el ejercicio de la libertad que no sea el delito. Y soy un convencido, de que los delitos que no atentan contra la vida, la libertad, la integridad, la seguridad pública y la propiedad legal de las personas, deben ser regulados con el cuidado de no limitar indebidamente a las libertades.

Soy partidario de la presencia del Estado en la economía. Como regulador de las asimetrías entre ricos y pobres. Soy un ferviente defensor de la Educación pública, de la salud pública y de la necesidad de que el Estado garantice derechos que el mercado por sí mismo no puede garantizar. Hablo del acceso a la vivienda digna, hablo de la cultura, hablo de la calidad del ambiente y de la igualdad en cuanto al acceso a la infraestructura pública. 

Detesto el discurso del mercado puro, tanto como detesto a quienes en el nombre de los intereses del pueblo, arrasan con las libertades elementales de mercado. 

Me considero partidario del capitalismo humanista. No hay otros sistemas económicos que pujen por el desarrollo. Con todos sus excesos y sus deformaciones, que profundizan la ganancia por encima de la vida humana y el hábitat, sigue siendo- hasta ahora- el único sistema que ha garantizado mejores sociedades. Mejores indicadores de distribución, de acceso a lo elemental, y de posibilidades de crecimiento individual y colectivo. 

Lo otro que se probó, supuso y supone, pisotear a la humanidad. Tanto lo que se experimenta en China, en Corea del Norte, en Cuba, en Venezuela, o lo que significó la URSS, implican un nivel de aniquilamiento humano y una eliminación de las expectativas de superación individual, que no admito como precio. Ni siquiera la admito como excusa de una presunta redistribución de la riqueza, que en ninguno de los casos mencionados, se llevó a cabo. En esos países la pobreza crece de manera inversamente proporcional a la concentración del poder en manos de una burocracia repleta de relatos y mística autoritaria. 

Menos aún, me acerco a los modelos monoteístas y a los gobiernos que se definen a partir de leyes sagradas, como el islamismo. Es increíble, pero veo a mujeres reclamando con furia la ley del aborto en nuestro país, pero que defienden a los iraníes en los asuntos internacionales. 

¿Cómo es posible, entonces, que sigamos discutiendo si somos de derecha o de izquierda, en un mundo que no ha obtenido ninguna solución desde ese debate falso? 

¿Maduro y Kim-Jong-un son de izquierda? ¿Angela Merkel es la derecha? ¿En qué categoría ponen a Putin o a Trump? ¿Tengo que preferir liderazgos personalistas, carentes de programas y basados en la promesa de que el líder quiere un mundo mejor? 

Vaya locura. Si tengo que elegir entre Merkel y Maduro, elijo a Merkel. Y en ese caso, claro, seré de derecha.

El estropicio del mundo, ahora interconectado a velocidades lumínicas, no se puede resolver con agendas viejas y calcomanías. No lo resuelve la mística, ni un conjunto de frases armadas sacadas de libros de literatura. Adoro a Galeano, pero era un escritor, no un politólogo. Amo profundamente la obra de Saramago, pero le creo más a Bunge. Lloré a Diego Maradona, pero debimos valorar de la misma manera a Favaloro. 

No se trata de clasificaciones, no. Se trata de entender que al mundo lo van a resolver estadistas, no chantas. Que al mundo lo van a resolver seres responsables que estén pensando en el futuro del mundo, no de sus causas judiciales. Que la ciencia, la cultura, la educación, la inversión en investigaciones que provean soluciones nuevas, son las únicas herramientas fuertes sobre las que debe pararse la política para ofrecer un destino menos oscuro, menos apocalíptico. 

¿Cómo entonces, todavía, hay quienes en el protagonismo de la misma política, se plantean el abordaje a semejante complejidad desde la estupidez de «vos sos la derecha»? ¿De qué me hablan? ¿Cuál fue el último libro de ciencia política o cual fue el último ensayo filosófico que leyeron? ¿En qué etapa del proceso de aprendizaje de la realidad están los militantes que insisten con definir a los ciudadanos que pensamos por nuestra propia cuenta y bajo paradigmas que pensamos todos los días, para arrojar como verdades sagradas, calificativos medievales como «apátridas», «Cipayos», o palabrejas de ese tipo? 

Yo sigo creyendo en la política como única solución para los problemas colectivos. Pero me desentiendo de la tilinguearía de los procesos que sólo quieren llegar al estado, para después no hacer otra cosa que culpar al anterior, y agravar toda la situación. 

Cuando hablamos de «modelos», nos empeñamos en discutir la pintura del auto, y nunca, pensamos en las necesidades de mejorar el motor, de ahorrar combustible, de cambiar los neumáticos, de hacerles los services adecuados, de cuidar el funcionamiento de los frenos. No, nosotros discutimos la pintura del auto, y perdemos nuestro precioso tiempo en levantar banderas con rostros de personas que no transformaron nunca nada. Salvo sus patrimonios personales. 

No se trata de ser de derecha o de izquierda. No se trata de ser o no peronista- una discusión agotada, por la inclasificable naturaleza de Perón y las mil caras del peronismo- no se trata de ser buenos o malos, de estar a favor o en contra de nada ni de nadie, ni de marcar surcos que nos dejan en paz con nuestras «convicciones» nacidas de documentos redactados en reuniones de militancia de facultad, o en unidades básicas o comités… 

La ligereza, la pobreza, la insuficiencia de nuestros debates nos define. No somos ni de derecha, ni de izquierda. Somos una sociedad en crisis sumergida en un mundo en crisis, que cambió mucho más rápido que la capacidad de nuestros dirigentes. 

No es por allá o por acá. No hay destino predeterminado, y el «hombre nuevo» se murió de viejo. 

No pido que no me clasifiquen, claro. Ese es un asunto del que lo hace, no mío. Y yo por suerte, manejo los silenciamientos de la manera más efectiva que puedo, para no intoxicarme aún más. 

Lo que pido, si, es que hagamos un esfuerzo por comprender que somos una sociedad que fracasó en el intento de ser mejores. Que en 1984, cuando asumió Alfonsín, distribuía 800 mil cajas PAN, y que 36 años después, tiene 14 millones de Planes sociales, con más de la mitad de su pueblo bajo la línea de pobreza. Un tercio de este tiempo, fue bajo gobiernos de la supuesta «izquierda peronista, populista», el otro tercio bajo «la derecha peronista», seis bajo coaliciones de «derecha liberal» y sólo seis, bajo un gobierno socialdemócrata. ¿Y la socialdemocracia es la que fracasó? 

Eso no es responsabilidad de la dictadura, sino de las políticas públicas que se llevaron adelante. Y que son adjudicables proporcionalmente a todas las gestiones públicas. Por «derecha» o por «izquierda». 

Si no entendemos eso, si seguimos buscando soluciones en la mística y no en la formación, no tengo dudas de que el futuro será peor. 

Por cómo va el mundo, claro. Pero nuestro país, aún peor.