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sábado, 27 de mayo de 2017

Alarman las cifras por provincia de las pruebas Aprender… @dealgunamanera...

Alarman las cifras por provincia de las pruebas Aprender…

Las pruebas fueron tomadas el 18 de octubre del año pasado. Foto: Archivo / Mauro V. Rizzi.

La Pampa es el distrito con mejor desempeño en matemática del país, pero sólo el 28 por ciento es satisfactorio.

© Escrito por Luciana Vázquez el sábado 27/05/2017 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Casi el 30% de los alumnos de quinto y sexto año de las escuelas públicas de La Pampa alcanzó los niveles satisfactorio y alto en matemática. La cifra exacta es de 28,83 por ciento.

Esa provincia resulta así la jurisdicción con más chicos a punto de graduarse de la escuela pública con los niveles más altos de matemática, junto a Santa Fe, donde el 27,21% alcanzó esos resultados y Córdoba, Río Negro, Mendoza, donde los porcentajes de alumnos en esos niveles llegó al 26,06%, al 25,55% y al 24,94% respectivamente.

La precisión estadística deja en claro una contracara alarmante, inclusive en los distritos de mejor rendimiento: el porcentaje de chicos que terminan el secundario con escaso conocimiento de matemática es abrumador: el 71,17% en La Pampa o más del 72%, en Córdoba.

No hay datos confiables en las escuelas porteñas

Así surge de los resultados más actualizados y confiables de las pruebas Aprender 2016, disponibles desde ayer en la plataforma online que dio a conocer el ministerio de Educación nacional, el "Sistema abierto de consulta Aprender 2016", en lo que significa el lanzamiento de una política pública de transparencia de la información educativa inédita en el país.

La realidad de la escuela pública es más acuciante en el mayor distrito educativo, la provincia de Buenos Aires, donde apenas el 19,88% alcanza niveles avanzado o satisfactorio. Después de 12 años de escolaridad, como mínimo, el 80% de los alumnos bonaerenses está en los niveles más bajos de matemática.

Catamarca es la provincia con mayores desafíos: apenas el 9,53% de los alumnos del último año del secundario están en los niveles avanzado o satisfactorio. El 90,47% restante llegó a quinto año con poco conocimiento de matemática en su haber.

Transparencia

A partir de ahora, cualquier ciudadano podrá conocer directamente, a través del procesamiento en línea de las bases de datos habilitadas, los resultados surgidos de las pruebas Aprender 2016 que evaluó los niveles de conocimientos de las escuelas de gestión estatal y privada en primaria y secundaria. La información está accesible ingresando directamente al sitio aprenderdatos.educacion.gob.ar

"Es un paso adelante hacia el compromiso con la transparencia y con una cultura que genere mayor toma de decisiones basadas en la evidencia", explicó la secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro, en la presentación de la plataforma ayer en el Palacio Sarmiento.

"Un sistema abierto de consulta va a tener impacto en mejorar también la demanda social por educación. Las familias van a poder acceder a los datos educativos", sostuvo además la ex especialista en educación de Unicef.

La publicación oficial de los resultados desagregados por provincia era una de las deudas pendiente del estado en cuanto a estadística educativa desde hace más de una década. Hasta el momento se publicaban oficialmente sólo por regiones, cinco en total, lo que opacaba la radiografía educativa.

Ahora es posible conocer el resultado de los 24 distritos provinciales, entre ellos los que presentan una panorama más crítico como Chaco, con apenas un porcentaje de 9,63 chicos en niveles satisfactorio o avanzado de matemática en quinto año, o como La Rioja, Misiones, Tucumán, Formosa y Santiago del Estero, que tienen entre el 10 y cerca del 13 por ciento de los alumnos en ese nivel.

Los especialistas coinciden en la importancia del dato educativo distrito por distrito provincial. "Cuando se produce información, tiene que estar desagregada al máximo nivel posible porque permite comprender mejor una realidad e intervenir sobre ella", explicó el director del Programa de Educación de Cippec, Axel Rivas

La secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas de La Matanza, Silvina Gvirtz, coincidió en ese sentido: "Me parece importantísimo publicar por provincia", dijo a La Nación y agregó: "Conocer los resultados provinciales permite atribuir responsabilidades políticas en la mejora del sistema".




domingo, 2 de marzo de 2014

Hipogresía…De Alguna Manera...

Hipogresía…


Convierten lo malo en inevitable y lo antes denostado, en parte de una etapa promisoria. Por eso acuñaron la quimera de que la devaluación de enero le fue impuesta al Gobierno desde “afuera”. Arquetípica mueca peronista, siempre hay complots enderezados a despedazarnos. Ya en mayo de 1973, con Cámpora en la Casa Rosada, a punto de volver al país para morir aquí, Perón denunciaba la doble pinza de los “centros trotskistas” y de los “centros gorilas” conjurados contra él y contra la Argentina (portada de La Opinión, el diario de Jacobo Timerman, 31 de mayo de 1973). Esa característica indoblegable que permite usar las posiciones de principios dándolas vuelta como un guante, es una visceral hipocresía.
No debo robarle la palabra a Jorge Fernández Díaz, que cada noche se hace cargo del micrófono de Radio Mitre cuando yo concluyo mi “Esto que Pasa”. Él propone hablar de hipogresía para describir la hipocresía de quienes se llaman “progresistas”. Otra colega, Luciana Vázquez, inventó la semana pasada en La Nación un adverbio ríspido pero válido, “progremente”, que adjetiva en términos de prolijidad ideológica lo que se hace en nombre de la causa, aunque haya que devorarse densos guisos de sapo.
Es lo que hizo el académico Alfredo Zaiat esta semana en Página/12. Zaiat, a quien Cristina Kirchner elogia en público, aseguró que la deuda contraída por la Argentina para indemnizar a Repsol por la expropiación de su 51% en YPF, era “buena” porque tuvo “un resultado muy favorable al Estado argentino”, algo que “culmina en saldo positivo para la Argentina”.
Es cierto que Axel Kicillof, exuberantemente elogiado por Zaiat, dijo que “no les vamos a pagar lo que ellos dicen, sino el costo real de la empresa. Dicen que son 10.000 millones de dólares. ¿Y eso dónde está? Los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según el estatuto de YPF”. También es cierto que Kicillof y Julio de Vido habían calificado de saqueadora a Repsol y habían sugerido que debería ser la empresa española la que debería pagarle a la Argentina, no al revés.
Si bien la progresía local admite que el motivo oficial al decidir la expropiación es que el Gobierno se desayunó en 2012 con la calamidad de que la Argentina había perdido su autoabastecimiento energético, Zaiat es enternecedor en este punto. Barrunta que eso sucedió porque el Gobierno “confió (sic) en demasía en el comportamiento de las petroleras privadas, en especial de Repsol con sus socios argentinos Eskenazi”. O sea que Néstor Kirchner, uno de los dos padres de la patria, al lado de Jose de San Martín, como dictaminó estos días el gobierno argentino, fue una víctima de su buena fe. Pobre Néstor, dice la academia progresista, Repsol y los Esquenazi le hicieron el cuento del tío y luego se la llevaron con pala, hasta que llegó Cristina y “mando a parar”.
Las agachadas son movimientos tácticos geniales, los giros a cualquier extremo son artilugios monumentales que revelan la sapiencia profunda de la conducción. Todo obedece a la arcaica pero vigente doctrina nacional: así-como-te-digo-una-cosa-te-digo-la-otra. El muy presidenciable Daniel Scioli se maneja con una consigna astuta: propone alejarse del populismo y del neoliberalismo, o sea de Menem y de los Kirchner, gobiernos que han sido producidos por el peronismo. Juegos de palabras, muecas retóricas, impunidades semánticas, en todos los casos habrá siempre voluntariosos explicadores, listos para argumentar que el cambio de ruta es un imperativo táctico que no modifica el destino ideológico.
Sucedió en 1921 en la Rusia bolchevique, cuando tras los primeros años de revolución socialista, Lenin adoptó la Nueva Política Económica (NPE), una estratagema para lograr inversiones capitalistas en la derruida economía soviética. Eso incluiría libre mercado y un capitalismo de Estado que numerosos comunistas rusos aborrecían. Sin embargo, Lenin solo quería ganar tiempo y la NPE le permitiría fortalecerse para, ahí sí, lanzar a la URSS rumbo al socialismo. Lenin murió en 1924 y fue reemplazado por Stalin, que instauró un reinado del terror, en el totalitarismo mas desaforado. Así y todo, al georgiano no le tembló el pulso para pegar un volantazo en 1941 al firmar un tratado de no agresión con la Alemania de Hitler.
La feligresía intelectual del comunismo siempre justificaría las razones “del partido” para zigzaguear sin sonrojarse. Cuando la URSS se desplomó en 1990/1991, Cuba, que era a esa altura poco menos que un satélite dócil de los soviéticos, proclamó el “período especial”. Tres lustros más tarde, y ahora bajo la conducción de Raúl Castro, ha iniciado un tembloroso pero ostensible retorno a una especie de socialismo pequeño burgués o capitalismo barrial. Para todo siempre hay una explicación y una tolerancia inauditas. ¿Cómo no existirían, en esta estólida mirada, deudas “buenas”, mientras que otras serían malas?
La semana pasada este diario dedicó 12.500 palabras a reproducir una entrevista de Jorge Fontevecchia a Beatriz Sarlo y Horacio González. El director de la Biblioteca Nacional fue capaz de decir en esa ocasión que “el acto de la ESMA con (Néstor) Kirchner (en marzo de 2004) solo en la tarima, fue una injusticia hacia Alfonsín, reconocida de inmediato. Y por otro lado, el Gobierno es alfonsinista por todos los lados que lo quieras ver”. Dos patrañas en muy pocas palabras: Kirchner nunca reconoció en público el juicio a las juntas, ni jamás se rectificó de esa insolente desvirtuación de veinte años de luchas democráticas previas a 20113. Calificar de “alfonsinista” al gobierno de 2003 a la fecha es, por otra parte, una gruesa demasía, indigna de los pergaminos literarios de González, para quien el kirchnerismo es “como un intento de transformación de la trama íntima del peronismo”.
Deudas buenas y un Kirchner “alfonsinista”; para la ardorosa y florida prosa explicatoria de los sacerdotes de la hipogresía oficial no hay límites imposibles. Esas rodillas siempre se pueden flexionar un poco más.
© Escrito por Pepe Eliaschev el Sábado 01/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.