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domingo, 16 de octubre de 2016

Homenaje en carne viva… @dealgunamanera…

Hola, abuelo…

Portal Perfil.com Foto: Perfil.com

No tengo demasiada idea de cómo hacer esto, pero siento que tengo que hacerlo.

© Escrito por Gonzalo Bonadeo el domingo 16/10/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El mundo está lleno de gente que se muere y de personas que sufren esas muertes. Cosas casi vulgares, que pasan a cada minuto. Pero creo que ésa es una lógica que sólo se entiende cuando la muerte duele tanto como me pasa a mí. Entonces, el asunto deja de ser vulgar, claro. Además, no todos los días muere una persona de tu dimensión.

No lo digo por ese amor y esa admiración que te tengo desde que empecé a acompañarte por la vida. Lo digo por lo que está pasando desde que te fuiste.

No te das una idea de la cantidad de gente que nos mandó mensajes, que nos llamó. Gente que vos ni te imaginás se acercó al velorio que, asegura Lola, no hubieras querido tener. Tal como te conocemos, lo hicimos igual: si es verdad que el asunto no termina con la muerte, habrás visto que en tu supuesta despedida hubo tantos amigos, enemigos y ex amigos, como te encantaba que cantara Baglietto.

Hubo coronas, ¿viste? Hasta una de Boca y otra de River. Y un par de los muchachos de la mesa de los miércoles, colegas a los que marcaste a fuego, casi todos tus nietos y muchos amigos. Muchos. Contame. ¿Cómo se hace para tener tantos amigos?

No te asustes. Pronto vamos a cumplir con tu ritual y te vas a eternizar un poco más cuando te honremos en Atalaya. Finalmente, supe de qué equipo fuiste realmente hincha. Lógico. ¡Cómo no ser hincha del club en el que me juraste ser el pibe que asistía al Che Guevara con el Asmopul! Entonces, te tendré todos los días del otro lado de la medianera. Ni vos ni yo fuimos amantes de ciertos símbolos. Pero no puedo escapar de la extraña sensación de haber comprado la casa que tanto soñé, justo pegadita a Atalaya, a la pileta en la que mi vieja me tuvo en su panza mientras vos jugabas al rugby. En aquel momento pensé en lo loca que es la vida circular, que me lleva al punto de partida cincuenta años después. Hoy, sabiendo que elegiste que ése fuera tu lugar predilecto, el círculo se me hace más poderoso. Indestructible.

Ayer, apenas pude ordenar un poquito esa locura que provocó tu muerte, hablé con tus nietas. Nos reprochamos con una sonrisa tierna y húmeda algún “¡Hola, Abuelo!” cansino, a modo de respuesta a esos llamados diarios que, a veces, nos parecían inoportunos y que ya extrañamos ferozmente. Por esa omnipresencia de todos estos últimos años es que dejaste de ser “Pa” para ser “Abuelo”. Vos mismo me explicaste que casi nada se compara con el estado de abuelidad.

Por eso tus nietos te lloran tanto. Porque ni con tus rabietas conseguiste disimular cuánto los amás. ¿Te acordás de cuando me hablaste de tu abuelidad?

Mucha gente te lo hizo recordar ayer. Alguien, no sé quién pero se lo agradezco, colgó en las redes ese tramo de la charla que tuvimos cuando grabamos juntos ese programa en el canal de Claudio y Bernarda. En los tiempos en los que la viralización lo es todo, muchos creerán que la mejor forma de recordarte es escuchándote lapidar a Víctor Hugo o calificar a Grondona con la contundencia y la creatividad que jamás nadie tuvo.

Esa fue sólo una parte tuya. Que siempre existió pero que no fue la única. No, ya no hablo de ser abuelo, de lo humano. Me refiero estrictamente a lo profesional.

Porque, para qué negarlo, a esta altura nuestra relación ha tenido tanto de una cosa como de la otra. En momentos en los que el dolor no me deja lugar para nada que no seas vos, me adjudico la dudosa condición de haber sido el mejor testigo de tus mayores proezas profesionales.

Seguramente desde la impotencia, estoy como empecinado en gritarle al mundo que Diego Bonadeo no es sólo un hábil declarante, esa pieza de colección que todo aspirante a periodista necesita para tener una declaración explosiva que le permita cierta trascendencia.

Diego Bonadeo es no sólo único en su especie, sino un exponente de un periodismo superlativo, que ya no existe. Yo te vi trascender desde la intrascendencia de los estudios centrales de los partidos de tercera división que se transmitían los domingos al mediodía. Y te vi trascender cuando entrevistaste a los pilotos del podio del Gran Premio de Fórmula 1 en el Autódromo: a Mario Andretti, norteamericano, en inglés. A Patrick Depailler, en francés. A Niki Lauda, en alemán. Un crack total.

Fue en 1978, ese año en el que te echaron de tu viejo Canal 7 –mi viejo canal 7, claro– porque los milicos no te dejaron llegar a ATC. Fue en enero. El mismo enero en el que se sorteó el Mundial de Fútbol en el San Martín. Me acuerdo de tu calentura cuando, en lugar de poner tus notas a Helmut Schön, en alemán, y a Michel Hidalgo, en francés, pusieron entrevistas a los mismos tipos, hechas por compañeros tuyos, pero traductor de por medio. Vos estabas justamente indignado. A mí me pareciste más grande que nunca: los que se creían dueños de la pelota, esos que conocí como amigos tuyos, le tenían a tu talento y tu intelectualidad casi más pánico que envidia.

Imaginate si después de haberte acompañado en tantas de éstas me voy a tragar el cuento de que tal es un cerdo o el otro es una lacra. Ni dudo que lo son. Pero, ya te dije, estoy obsesionado en que sos infinitamente más que eso.

Sé que sabés que no puedo parar de llorar mientras escribo. Me duele que no me puedas decir, como casi todos los lunes o martes, que te había parecido una maravilla lo que había escrito en el diario. Justo hoy, que no puedo evitar hacerlo en carne viva. Me cruza el pecho casi tanto como haber conocido ayer tanta gente que te quiere y que me quiso gratificar hablando de cuánto orgullo sentías por mí. “Cada vez que hablaba con Diego no paraba de putear contra medio mundo.

Pero cuando hablaba sobre vos, le brillaban los ojos mal”, me dijo una persona que se autotitula como el único con el que hablabas de los de Página/12. Sabé que también de Página te mandaron una corona. Hasta en algún momento entró en la sala una persona que me vino a saludar y tan rápido como llegó, se fue. Como si temiese que le pegaras alguna carajeada cabrona. 

Tanto te admiran y te quieren que no pueden evitar seguir cerca de vos. Aunque sigas enojado. Como Juan Pablo (¿qué Juan Pablo va a ser, Abuelo? ¡¡Varsky!!), que vino a acompañarnos con los ojos húmedos aún por Adela y que no paró de reírse contando cuando en mi casamiento te prepeó y te dijo que, aunque lo trataras mal, él no podía dejar de abrazarte.

En fin, Abuelo. En tus legendarias columnas de Mercado me enseñaste que lo que se escribe comienza y termina según el espacio de que se disponga. Y detesto que eso me pase ahora.

Es que hay tanto más para contarte. Tanto más para recordar y que me digas: “Pero Gon, ¿cómo podés acordarte de eso?”. Pasó con el libro, ¿no? Ese que decís haber leído dos veces ya. ¿Te das cuenta de que lo que te estoy contando ahora no supe hablarlo con vos, almuerzo de por medio?

A mi tristeza no puedo sumarle demasiados reproches. No en este momento. Entonces, me creo que no lo hice porque estaba enojado. No con el Abuelo. Sino con mi viejo, que ni siquiera tentándolo con venir a disfrutar de la radio con Ariel, Ezequiel, Guido y su hijo (¡¡¡la radio de Eduardo, Abuelo!!!) consiguió que salieras a caminar. Alguna vez, con pánico por hablarte de la muerte, te quise convencer de que lo hicieras para regalarte más tiempo con tus nietos. Hoy me di cuenta de que quería que te regalaras más tiempo para estar conmigo.

Finalmente, un reproche. El único que me animo a hacerte.
¿Quién cuernos va a decirme que está orgulloso de mí y eso sea lo que más me importe en el mundo?

Te amo.

PD: Si es verdad que hay algo después de tanta tristeza, por favor decile a María que tenía razón cuando dijo que ella me conoció cuando la sonrisa era lo que más sobresalía de mí. Y que la extraño horrores. 


sábado, 16 de mayo de 2015

Peor que irse a la B... @dealgunamanera...

Peor que irse a la B...


Soy hincha de Boca. Hace dos semanas fui con mis hijos a la Bombonera y disfruté del superclásico del torneo. 

La contraseña de mi adolescencia es: GattiAbramovichHiguaínMusladiniHrabinaMelgarCarrizoTapiaGracianiRinaldiComas. 

El modelo 87 de Menotti, que seguí a todas partes. Hoy se sabrá la decisión de la Conmebol. Ojalá sea ejemplar, con derrota, eliminación, suspensión de la cancha e inhabilitación para competir en el plano internacional durante un año como mínimo.

La serie nos quedó enorme. Desde aquella primera queja de Arruabarrena por las fechas de los partidos (un escándalo por un día de diferencia) hasta el ignominioso jueves 14. 

En el juego fuimos superados durante los dos partidos. Boca nunca impuso las condiciones. No pateó al arco en el primer tiempo del Monumental. Anteanoche, no mostró ni un fundamento para revertir la desventaja. Gallardo siempre estuvo un paso adelante. 

En la ida, Ponzio de falso enganche para bloquear y raspar a Gago. En la vuelta, el 4-1-4-1 con Kranevitter libre delante de los defensores, el equipo bien corto y la presión muy alta. Mora molestó a Gago en la salida como tercer central. Martínez y Driussi marcaron a los laterales. Como interiores, Sánchez y Ponzio taparon a Meli y a Pérez. Sin juego, sin liderazgo, tibio y nervioso, Boca tiró quinientos pelotazos en el primer tiempo.

La investigación deberá determinar quién tiró el líquido, por qué estaba la bengala en la manga, quién la prendió, cómo la llevaron hasta allí y quiénes idearon la operación del entretiempo. Un acto criminal que pudo haber terminado aún peor por el cóctel de manga, bengala y líquido. 

El acto de cobardía más vergonzante de la historia de nuestro club, principal responsable como organizador del espectáculo. Como no les podemos ganar en la cancha porque juegan mejor, entonces vamos a asustarlos. Ése fue el mensaje del autor. ¿Habría ocurrido si Boca hubiera jugado un primer tiempo correcto?

Las caras incendiadas de Ponzio, Kranevitter, Funes Mori y Vangioni demandaban suspensión inmediata y atención médica urgente. El árbitro Herrera y el veedor de la Conmebol quisieron continuar a toda costa. Desesperados, estiraron la decisión una hora. Los jugadores y el entrenador de Boca lucieron más preocupados por la reanudación del juego que por la salud de sus colegas, con quienes apenas una hora antes habían compartido un minuto de silencio por la muerte del futbolista Emanuel Ortega. 

Se despidieron saludando a la barra. Apenas llegaron al vestuario, registraron el penoso papel que habían asumido en la cancha y se mostraron solidarios pero en declaraciones, no en hechos. El presidente Angelici se limitó a decir que el club había hecho todo bien en materia de seguridad cuando en la previa había muchas versiones de que algo se estaba cocinando. Muchos hinchas han elegido victimizarse y apelar a la teoría de la conspiración: "Somos Boca, papá, nos quieren cagar". El grito del final "River sos cagón" cierra ese círculo.

Otros aceptan la responsabilidad pero se hacen trampa al solitario con el recurso de "por diez inadaptados no pueden perjudicar al club". Siempre puntual como gran excusa para rechazar sanciones duras a clubes grandes, esa frase le ha hecho tanto daño al fútbol argentino como las balas, los cuchillos y las bengalas. 

¿Qué dirían estos mismos hinchas si la situación fuera exactamente a la inversa? Le tocó a Boca, pero podría haber sido otro. Como River ante Belgrano en 2011. Volvió del descenso pero no de la vergüenza de pegarle a un futbolista o de apretar al árbitro Pezzotta. Más allá de la resolución de la Conmebol, esto es peor que irse a la B. De eso se vuelve, de esto no. Como hincha de Boca, lamento la mancha que nunca se borrará.  

© Escrito por Juan Pablo Varsky el sábado 16/05/2015 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

jueves, 9 de agosto de 2012

Los Sicarios de 6,7,8, por Mario Pergolini... De Alguna Manera...

Mario Pergolini contra 6,7,8: "Son sicarios"…

Lo único que pido es independencia administrativa y editorial. En el caso de que yo vea que se me violan algunos de estos arreglos tengo salidas contraactuales para hacerlo?, contestó sobre sus socios en FM Vorterix. Foto: Cedoc
  
"No tenían las mismas convicciones para discutir que tienen ahora", dijo y habló sobre sus socios Szpolski y Garfunkel.

El conductor Mario Pergolini tildó de "sicarios" a los miembros del programa 678, de Canal 7: "Son un especie de sicarios, son gente que no tenía las mismas convicciones para discutir que tienen ahora", aseguró.

Entrevistado por Juan Pablo Varsky en El péndulo, por Canal (á), Pergolini también consideró hoy que “el poder real ha cambiado de manos” en alusión a los medios de comunicación en Argentina:  "Todos los grupos de medios en Argentina pertenecen a grupos que, de alguna forma u otra, juegan a un juego de coqueteo de oposición al poder”, analizó.

“Lo único que pido es independencia administrativa y editorial. En el caso de que yo vea que se me violan algunos de estos arreglos tengo salidas contraactuales para hacerlo”, contestó sobre sus socios en FM Vorterix, Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, dueños del Grupo Veintitrés. 

“Creo que una corrida bancaria es más fácil generarla desde los medios que de los bancos”, agregó. A su vez, dijo haber tenido tres ofertas cuando decidió abandonar Rock and Pop: “Una fue de un grupo que ahora pertenece a otra persona”, contó sin dar nombres.

Pergolini explicó que a partir de las nuevas tecnologías “cambió la forma de hacer periodismo porque el diario hoy día está viejo. Cuando murió Néstor (Kirchner) el consumo de internet en Argentina se triplicó en 45 segundos”, ilustró.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 9 de Agosto de 2012.


domingo, 1 de julio de 2012

San Lorenzo de Almagro... De Alguna Manera...

La revelación de Varsky…

Audio del programa No somos Nadie de Juan Pablo Varsky.

En los últimos días de mayo, el periodista Juan Pablo Varsky reveló una charla con un importante dirigente de San Lorenzo.

El comentario lo hizo desde su programa radial "No somos Nadie", por FM Metro. Varsky dijo lo siguiente:

"Me contaron que un encumbrado dirigente de San Lorenzo habló en un vuelo con hinchas de River, sin saber que había hinchas de San Lorenzo. Y este dirigente dice: lo de la vuelta a Boedo sabemos que es humo, sabemos que no hay manera. Y además, nosotros tenemos arreglada la Promoción con San Lorenzo.

Este amigo que me lo contó, me dijo que era capaz de salir en un juicio a demostrarlo". Luego, desde su cuenta de Twitter, escribió que "el apellido del dirigente empieza con las dos primeras letras del abecedario". Ahí, todas las miradas apuntaron al presidente Carlos Abdo.

Este jueves, el Ciclón jugará ante Instituto el partido de ida de la Promoción, tras salvarse del descenso directo con un 3-1 ante San Martín de San Juan.

© Publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 25 de Junio de 2012. 


El aviso de Abdo a última hora…


El presidente Carlos Abdo destacó en la última semana que le "dijeron que desde hace rato están especulando contra San Lorenzo". 

"A mí me dijeron que desde hace tiempo están especulando contra San Lorenzo. Pero eso, como el tema de la incentivación, no puede probarse. Lo que sí puedo decir es que si cuando hablamos de AFA lo hacemos puntualmente de su su presidente, Julio Grondona, él no manda al descenso a nadie", disparó Abdo. Después, el día previo a la definición, disparó, en diálogo con el diario Olé, que "en la AFA me dicen que vamos a zafar". 

© Publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 25 de Junio de 2012.