Mostrando las entradas con la etiqueta Juan José Gómez Centurión. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Juan José Gómez Centurión. Mostrar todas las entradas

domingo, 5 de febrero de 2017

Tóxico asedio de lenguaraces… @dealgunamanera...

Tóxico asedio de lenguaraces…


No habíamos terminado de reponernos de los exabruptos de Juan José Gómez Centurión -su insólita negación del plan sistemático de la dictadura para desaparecer personas-, cuando el ex juez de la Corte Suprema de Justicia Raúl Zaffaroni arremetió, durante dos días consecutivos, con que habría "ahorcado" al fiscal Alberto Nisman en represalia por lo que él considera una pésima denuncia contra Cristina Kirchner por su alocado acuerdo con Irán.

© Escrito por Pablo Sirvén el domingo 05/02/2017 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El primero es un alto funcionario del actual gobierno que discute sucesivas sentencias judiciales, desafía el más básico sentido común e ironiza respecto del siempre discutido número de desaparecidos; el segundo, que actualmente es miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, carece de la más elemental sensibilidad para darse cuenta de que tampoco está nada bueno juguetear con sorna en torno a otra muerte violenta aún no aclarada y de oscurísimas proyecciones sobre el gobierno que Zaffaroni defiende tan incondicionalmente.

Indigna que gente adulta, con altas responsabilidades institucionales a nivel nacional e internacional, se lance al ruedo con provocaciones absurdas y gratuitas. Inquieta estar en manos de individuos que deciden cuestiones trascendentales, y que pierden el equilibrio con tanta facilidad, sólo por la vanidad de trascender con vergonzosas incorrecciones.

La incontinencia de Gómez Centurión llegó justo cuando empezaba a amainar otra polémica, al volver el presidente Mauricio Macri sobre sus pasos y reponer la inamovilidad del feriado del 24 de marzo, que en una primera instancia el mandatario había dispuesto hacer móvil.

La agitación de aguas tan estancadas sirvió, al menos, para una incipiente ampliación de ese debate en la TV y en otros medios. Desde que los fundadores del kirchnerismo, en 2003, se abrazaron al tema como cruzados contra el terrorismo estatal, como jamás se habían interesado antes, las nuevas generaciones accedieron a un relato incompleto y sesgado. Aunque siempre será mucho peor un terrorismo desatado desde el Estado, detrás de esa excusa se escondió con premeditación el contexto de una feroz violencia política escalada en los años 70 por organizaciones armadas de izquierda que provocaron un sinnúmero de víctimas.

El énfasis sólo puesto en la represión y, peor todavía, su aviesa utilización para hacer política y "maquillar" pasados nada heroicos de la propia tropa -como el de Alicia Kirchner, funcionaria de la dictadura en Santa Cruz o el del mismísimo Zaffaroni, que juró como juez por el estatuto del Proceso de Reorganización Nacional y rechazó hábeas corpus en esos tiempos, sólo por mencionar dos casos- distorsionan hasta hoy la comprensión integral de la tragedia setentista. Con el argumento de no caer en la improcedente "teoría de los dos demonios", que intenta equiparar la violencia guerrillera con la represión castrense, se alimentaron odios indebidos y se manipularon procesos y detenciones que se extienden en el tiempo sin sentencia.

Pero nadie se hace cargo de los asesinados por las "formaciones especiales". Hasta en un reciente artículo en Clarín, Julio Bárbaro esquiva el bulto. "Los peronistas somos una historia -escribió-, los violentos fueron otra." Si Gómez Centurión es negacionista con la represión castrense, Bárbaro lo es con la grave responsabilidad que le cabe al peronismo por haber fogoneado la violencia, no sólo en dictadura, sino también en democracia, a izquierda (Montoneros, FAR, FAP) y derecha (Triple A, Comando de Organizaciones, tiroteos sindicales). Y sigue pendiente la autocrítica que el justicialismo debe a la sociedad por haber construido los monstruosos cimientos del terrorismo de Estado, entre 1974 y 1976, cuando estaba a cargo del poder.

Sólo el presidente Raúl Alfonsín, corriendo grandes riesgos institucionales como los que debió soportar, y que lo obligaron a revisar el plan original de su cruzada justiciera, dispuso el juicio a las juntas y luego dictó órdenes de captura para los cabecillas de la guerrilla peronista, y también del ERP, e incluso para José López Rega, autor intelectual de la abominable Triple A. Su sucesor, Carlos Menem, deshizo todo de un plumazo con los indultos, y los Kirchner se dedicaron sólo al capítulo de la represión, más con sed de venganza que con ánimo verdaderamente reparatorio, que reactivaron divisiones en la opinión pública que habían empezado a quedar atrás.

Una pena que Macri al reponer la inamovilidad del feriado del 24 de marzo no haya dispuesto consagrar uno nuevo: el del 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos y del triunfo de la democracia sobre la dictadura. No costaba absolutamente nada ya que este año caerá en domingo. Ojalá que lo haga en algún momento y que el año que viene se anime a dar definitivamente de baja el absurdo feriado del 24 de marzo. Será un momento más que oportuno ya que caerá en sábado y quienes quieran seguir atando el Día de la Memoria al de la asunción de Videla podrán manifestarse sin ocasionar grandes trastornos ciudadanos (tampoco en 2019, ya que caerá en domingo).


martes, 31 de enero de 2017

Ricardo Gil Lavedra: "Negar lo ocurrido causa estupor"… @dealgunamanera...

Gil Lavedra: "Negar lo ocurrido causa estupor"…

Lavedra señaló que los dichos de Gómez Centurión "no contribuyen a unir a los argentinos".

El ex integrante del tribunal del Juicio a las Juntas dijo que las expresiones del titular de la Aduana le causaron dolor, porque fueron realizadas por "un funcionario de un gobierno democrático".

© Publicado el lunes 30/01/2017 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El referente del radicalismo y ex integrante del tribunal del Juicio a las Juntas Ricardo Gil Lavedra aseguró que le causaron "dolor" las declaraciones del titular de la Aduana y ex carapintada, Juan José Gómez Centurión, sobre la última dictadura cívico-militar, porque "a esta altura de la democracia es algo que ya no puede ser negado".

"Me provoca dolor porque viene de un funcionario de un gobierno democrático", agregó el abogado cercano a la alianza de gobierno.  

"Cuando se habla de negacionismo, cuando se alude a tratar de negar la realidad para evadir algo que resulta incómodo o doloroso, para tratar de no enfrentarlo. A esta altura de la Argentina negar lo ocurrido causa estupor, no es opinable", afirmó Gil Lavedra tras la afirmación de Gómez Centurión sobre que la cúpula militar de la dictadura no tuvo un plan sistemático de extermino sino que se trató de "un modelo caótico de dirigir una guerra".   

Consultado sobre la responsabilidad políticas de los dichos de Gómez Centurión y los pedidos de renuncia que surgieron desde los organismos de derechos humanos, el ex camarista federal indicó que "está bien la divergencia de opiniones", pero consideró que  "no se puede tener posiciones divergentes" respecto de lo ocurrido durante el proceso militar y las palabras del titular de la Aduana no pueden "tocar ningún núcleo de valor y principios básicos compartidos" hacia el interior del Ejecutivo.  

"No son declaraciones que ayuden o contribuyan a unir a los argentinos, que era uno de los objetivos básicos del gobierno", apuntó.



domingo, 13 de noviembre de 2016

Argentina, Donde Nadie Investiga Nada… @dealgunamanera…

Un mono escondido en la selva y un turco perdido en la neblina…


Enrique Santos Discépolo dijo alguna vez: “Este país tiene que salir de gira”. El creador de “Cambalache” quería que la Nación completa dejara estas tierras y montara una compañía de circo para mostrar su increíble realidad en teatros del mundo entero, ya que nadie podría dar crédito a lo que aquí ocurre de manera cotidiana.

© Escrito por Marcelo López Masia el viernes 11/11/2016 y publicada por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Desde hace un par de semanas, permanecen prófugos dos personajes claves de la llamada “mafia de los contenedores”.

Se trata de Néstor "turco" Frega, un colaborador  estrecho del detenido empresario Carlos Oldemar Barreiro Laborda, y Claudio “mono” Minnicelli, ex cuñado de Julio De Vido y “tercero” en la práctica en el manejo de la Aduana capitaneada por Juan José Gómez Centurión.

Ambos “escapados” formaban parte de una verdadera asociación ilícita que intentaba liberar cientos de contenedores parados en los muelles argentinos por presentar serias irregularidades.

Lo increíble es que la organización fue denunciada en agosto de este año por la propia ministra de Seguridad quién con su presentación motivó el inmediato desplazamiento de su cargo en la DGA de Gómez Centurión.

Patricia Bullrich se había hecho eco de una acusación anónima que incluía a los citados Frega y Minnicelli.

La causa no quiso ser investigada por el Juez Federal Ariel Lijo, quién actualmente intenta girarla al fuero penal económico a pesar de una cerrada oposición del fiscal interviniente, Guillermo Marijuán, quién pide que continúen las medidas y no se detenga una pesquisa que involucra posibles coimas por cientos de millones de dólares.

Sin embargo, cuando se creían a salvo de todo, los integrantes de la banda tuvieron una muy mala noticia: una causa iniciada en el juzgado del doctor Marcelo Aguinsky, basada en escuchas legales ordenadas por la ex OJOTA, terminó con la orden de detención de una decena de los posibles delincuentes. A esta altura, la pregunta se cae de madura.

Si la Bullrich denunció a los  coimeros y sabía perfectamente quienes eran: ¿Por qué no se dispuso sobre ellos un seguimiento con el fin de que no se les escaparan?

Llama la atención que la ministra que pudo detener en menos de un año a los hermanos Lanatta, a Schillaci, a Monchi Cantero, del cartel de Los Monos, a Marcelo Salomón, lavador del mismo cartel, a Ibar Pérez Corradi, a Jorge Cuello, contador de Lázaro Báez y a Marcelo Mallo, el organizador de Hinchadas Unidas, repentinamente haya perdido toda expertise y se maneje de manera tan amateur.

¿Alguien está buscando al “mono” y al “turco” o prefieren que ambos no cuenten quienes son los verdaderos jefes del contrabando en la Argentina?

En estas tierras impera como ley tácita una “omertá” mafiosa por la cual todos los funcionarios kirchneristas se excusan a la hora de declarar y presentan escritos porque saben que en poco tiempo sus casos se habrán olvidado. Algo similar ocurre con el macrismo.

Desde “Cambiemos” suponen que la gilada no recordará nada y que sólo hay que "desensillar hasta que aclare".

“Cuando la temperatura baje, ya no pasará nada”, dicen con entusiasmo, cinismo y no poca razón.

Eso fue lo que hicieron con el ex militar carapintada, al que suspendieron tras haberlo denunciado. Ocho semanas más tarde, lo repusieron sin dramas aunque jamás la justicia lo haya sobreseído o dictado siquiera su falta de mérito.

“Este país tiene que salir de gira” nos recuerda Discepolín, quién intentó suicidarse varias veces agobiado por la realidad nacional.

Mono, quedate tranquilo. Esperá unos días más. Total, nadie te busca. Hacé la gran "Gómez Centurión". Vos, fumá.



domingo, 11 de septiembre de 2016

Internas que paralizan… @dealgunamanera...

Internas que paralizan…

Lo efímero de una llama. Juan Carlos Aranguren. Foto: Pablo Temes

Entre las dificultades con la economía y las tarifas, el Gobierno se sacude con una seguidilla de choques.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En medio de una recesión que no cede, el Gobierno clama por alguna buena noticia de la economía. Se la generará el freno al aumento de las tarifas, que le dará un respiro temporal al hacer que el índice de inflación se acerque al cero por ciento. Sin embargo, para tener una noción más ajustada a la realidad habrá que esperar a que se computen los nuevos aumentos tarifarios en las mediciones.

La reunión informativa que el vapuleado ministro de Energía, Juan José Aranguren, mantuvo con las asociaciones de consumidores el jueves no terminó bien. Las internas políticas y los intereses cruzados volvieron a agitar viejos fantasmas. Ese es el pensamiento de muchos de los participantes que salieron de ese encuentro convencidos de que el kirchnerismo había metido la cola.

El expediente de la audiencia pública se fue completando con la información necesaria para que en la audiencia que se celebrará la semana próxima todos los asistentes tengan los datos para poder tener en ella una participación activa. Las transportadoras y distribuidoras de gas ya respondieron al pedido y aportaron lo que tenían mientras que el Gobierno, por su parte, hizo pública la nueva propuesta tarifaria.

De lo que se anunció se desprende que esa propuesta implica reducir los subsidios, elevando así el precio que pagan los consumidores del gas en boca de pozo, que pasará de 1,30 a 3,42 dólares el millón de BTU, para luego actualizar esa cifra hasta llegar a 6,78 dólares en 2019.

¿Cuál fue el problema, entonces? Al menos tres de las asociaciones de consumidores presentes se quejaron porque consideraban que –de acuerdo con su interpretación del fallo de la Corte– debía quedar explicado en el expediente cómo se llegaba a esos valores de gas en boca de pozo. Esta interpretación no fue compartida por el ministro, quien arguyó que eso no era necesario. Pedro Busetti (titular de Deuco) insistió con el tema y agitó el ya de por sí duro temperamento de Aranguren, quien entonces le preguntó: “¿Usted, qué es lo que quiere?”. La respuesta resultó obvia: “Queremos un tiempo razonable para juntar y analizar toda la información”.

En medio de un clima de tensión creciente, el ministro retrucó: “Los tiempos son razonables; si usted quiere impugnar la audiencia, hágalo”. Luego de este cruce, Aranguren se levantó y abandonó la sala. “Le están buscando el pelo al huevo –dijo uno de los representantes de los consumidores–; la información está y la audiencia se tiene que hacer; lo que ocurre es que están operando sectores afines al kirchnerismo que buscan volver a judicializar la cuestión para complicar al Gobierno”. Otros vieron en esta actitud la mano de Patricia Vaca Narvaja, ex subsecretaria de Defensa de la Competencia y ex embajadora en México en la era K.

En cambio, el oficialismo respiró con alivio en el asunto de la tarifa de electricidad. El fallo de la Corte, que no convalidó las cautelares que pusieron freno a los aumentos, no sólo le terminó dando al Gobierno aire político sino que también le va a permitir ahorrar unos 4 mil millones de dólares. El déficit está en la base de la problemática situación económica.

Este es un factor que complica al Gobierno, como también lo complica la dinámica de los hechos que no concuerdan con sus pronósticos ni con sus expectativas. El segundo semestre avanza y todo marcha más lentamente de lo previsto. Un ejemplo de ello es lo que está pasando con el blanqueo de capitales. Ante los 20 mil millones de dólares previstos por alguno de los economistas del oficialismo, lo que se ha blanqueado hasta ahora representa la nada misma. Por eso aflora la necesidad imperiosa de destinar fondos para reactivar la obra pública.

La consecuencia del parate económico es el aumento de la conflictividad social. En el horizonte está ya el anuncio de un paro general convocado por todas las centrales sindicales para octubre. El Gobierno no debería subestimar este hecho.   

Sin respiro.

Donde tampoco parece no haber resuello es en el affaire que tiene como uno de sus protagonistas a Juan José Gómez Centurión. Nadie en el Gobierno sabe bien por qué el ex titular de la Aduana salió a denunciar, ante la jueza María Servini de Cubría, la existencia de barriles que contenían 250 kilos de pseudoefedrina en uno de los galpones de almacenamiento ubicados en el aeropuerto de Ezeiza. 

La jugada tuvo un golpe de efecto tan fuerte como efímero ya que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió a desmentir a Gómez Centurión, asegurando que ésa era una información que ya estaba en su poder desde hacía tiempo. La reacción de Bullrich fue cantada. La denuncia de Gómez Centurión la había dejado en una posición desairada.  

Lo peor para Mauricio Macri fue que quien quedó en el medio de esta disputa fue él, que había salido a respaldar al ex militar con varios gestos claros. En verdad, el jefe de Estado le hizo saber a su entorno que se sentía arrepentido por haberlo removido de su cargo. En ese sentido, María Eugenia Vidal tuvo una conducta distinta: ante la grave denuncia contra el jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, realizada por Elisa Carrió, quien lo vinculó con el narcotráfico, la gobernadora pidió las pruebas que servirían de respaldo y anunció que, si éstas se hacían patentes, procedería a la remoción del funcionario. 

“Al Presidente no le gustó lo que pasó porque lo hizo quedar muy expuesto”, aseguró una fuente que conoce los detalles de lo ocurrido. Tan fuerte fue el contrapunto entre Bullrich y Gómez Centurión que hizo que lo que debió haber sido un logro resonante para el Gobierno terminara siendo un verdadero papelón.

Fuentes cercanas al Ministerio de Seguridad y a la AFIP señalaron que no terminaron de comprender la jugada, pero unos y otros coincidieron en aseverar: “La verdad, no estamos acostumbrados a trabajar con estos muchachos. La Aduana era un nido de víboras entre corruptos espías y algunos oportunistas; ahora estamos tratando de que no nos piquen”.

El servicio de inteligencia representa un dolor de cabeza para este y para cualquier otro gobierno. La desvirtuación de sus objetivos y el uso de sus estructuras para llevar adelante tareas de espionaje político de la más baja estofa lo han transformado en una fuente de corrupción y de negociados. 

Primigeniamente, el Presidente había evaluado la posibilidad de disolver la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Lo cierto es que, así como funciona, la AFI no brinda ningún servicio útil ni para el Gobierno ni para el país.

El episodio entre Bullrich y Gómez Centurión es uno más de la seguidilla de internas que viene complicando la gestión de Macri. Una cosa son los matices; otra, muy distinta, las internas. Los matices enriquecen una gestión. Las internas, la paralizan. El Presidente debería advertirlo cuanto antes.

Producción periodística: Santiago Serra.



sábado, 10 de septiembre de 2016

¿De héroe a villano?... “Centurión encubrió lo de Iron Mountain”… @dealgunamanera...

“Centurión encubrió lo de Iron Mountain”…

Padre e hijo. Matías (der.) fue una de las diez víctimas del incendio. Rolando pide Justicia. Foto: Cedoc Perfil

Lo asegura una víctima del trágico incendio de Barracas.

© Escrito por Andrés Fidanza el sábado 10/08/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Antes de ser suspendido como jefe de la Aduana, de denunciar una cama por parte de la ex SIDE, de recibir el apoyo de Elisa Carrió y hacerse fama de incorruptible, Juan José Gómez Centurión protagonizó un pequeño escándalo en el gobierno porteño. Fue en 2014, cuando era director de la Agencia de Control Gubernamental y se incendió la empresa Iron Mountain, en Barracas. Su rol era controlar la habilitación y el cumplimiento de las reglas de seguridad de ese depósito, que no tenía aprobado un plan de evacuación. 

Mientras intentaban apagar el fuego, ocho bomberos y dos rescatistas murieron.


El incendio fue intencional, según determinó un peritaje, y arrasó con archivos del HSBC, banco investigado por lavado de dinero. Gómez Centurión quedó bajo la lupa de la oposición porteña y de los familiares de las víctimas: en mayo de 2015, fue interpelado en la Legislatura. Ahí le echó la culpa a la gestión anterior de Aníbal Ibarra y al jefe de los bomberos (uno de los fallecidos) por haber dado la orden de entrar al depósito.

A dos años y medio del incendio, el papá del bombero de la policía Juan Matías Monticelli (muerto a los 26 años en Iron Mountain) contradice la versión de que Gómez Centurión es un funcionario eficiente y cruzado contra las mafias. Veterano de Malvinas al igual que Gómez Centurión, Rolando Monticelli lo acusa de patotero y lo responsabiliza por la muerte de su hijo.

—¿Gómez Centurión lo amenazó?
—Sí, en octubre del año pasado. Me mandó un mensaje privado desde su cuenta de Facebook Juanjo Malvinas.

—¿Qué decía?
—Decía textual: “Seguí calumniándome pluma barata y me voy a encargar de vos. Sabés que no tengo nada que ver con esto, y en la Legislatura hablé de los putos mandos coimeros que defendés. No de los bomberos, pelotudo. Te aconsejo que no te ganes un enemigo gratis, estoy atento a lo que decís”.

—¿Hizo la denuncia?
—Sí, apenas recibí el mensaje lo hablé con nuestro abogado Javier Moral. Imprimí la pantalla y presenté la denuncia en el juzgado de Instrucción 37. Ahí me dijeron que el IP coincidía con el de la computadora de Gómez Centurión.

—¿Por qué lo habría amenazado a usted?
—Porque yo soy uno de los familiares que más activa. Además estuve en Malvinas y participo de muchos foros de veteranos. Ahí discuto su supuesta heroicidad, y se ve que eso le molesta. Pudo haber sido valiente, pero no es un héroe.

—¿Qué le reprocha en el incendio de Iron Mountain?
—Es un corrupto, no me caben dudas. Dirigía la agencia de control y le mandaron 15 informes, no uno, y todos decían lo mismo. Tuvo las advertencias necesarias para clausurar. Los aspersores de agua no funcionaban y las columnas no eran ignífugas, lo que fue señalado en 2008. Iron Mountain pidió prórroga y no hizo nada durante seis años.

—¿No pudo haber sido solamente negligente?
—La negligencia también está. Pero él lo encubrió. Los familiares estamos seguros. El tenía el poder para hacer una llamada y parar esta bomba de tiempo. Esto fue un plan. 

—¿Qué tipo de plan?
—Las grandes empresas investigadas por lavado, como HSBC, mandaron a quemar papeles para tener excusas cuando vinieran auditorías.

—¿Se cruzó con Gómez Centurión? 
—No, sólo cuando fue a la Legislatura. Tenía una actitud soberbia y no respondía. Y en un momento se atrevió a decir que la culpa fue de los bomberos, de mi hijo. Nunca llamó a los familiares, no pidió disculpas, ni dio las condolencias. ¿Ese es un héroe? Encima me amenazó. Me da repulsión.

—¿Piensa que Gómez Centurión es responsable de la muerte de su hijo? 
—Sí, con una sola llamada de él se podría haber evitado su muerte. Cerraba la empresa por dos meses y ponía las cosas en condiciones. Y, si querían, podían tirar las cajas al Riachuelo. Personas como Gómez Centurión son un peligro. Son asesinos encubiertos. 





domingo, 21 de agosto de 2016

Caras largas… @dealgunamanera...

Caras largas…

No tiene recreo, Marcos Peña. Foto: Pablo Temes

El fallo de la Corte Suprema golpeó políticamente al Gobierno y agitó las aguas dentro de Cambiemos. Mauricio Macri se reunió con parte de su mesa chica para replantear la estrategia.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 21/08/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El fallo de la Corte Suprema golpeó políticamente al Gobierno y agitó las aguas dentro de Cambiemos. Mauricio Macri se reunió con parte de su mesa chica para replantear la estrategia futura con la mira en las audiencias. En el encuentro participaron la vicepresidenta Gabriela Michetti; el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el secretario de Coordinación Administrativa y Evaluación Presupuestaria, Mario Quintana, y el secretario de Gabinete, Gustavo Lopetegui. Macri, a quien la decisión judicial malhumoró, les solicitó no perder de vista ningún detalle, y en el entorno de los presentes aseguraron que el Presidente “dio vuelta la página” sin rencores. Pero ¿qué sucedió realmente y cómo quedaron los ánimos dentro del Gobierno?

Lo primero que hay que resaltar es que, dentro del Gobierno, el fallo de la Corte significó un triunfo del ala política sobre el ala técnica. En el primer grupo se inscriben Rogelio FrigerioAlfonso Prat-GayEmilio Monzó y algunos rescatan a Quintana, de quien aseguran: “Tiene más sentido común que su par Lopetegui”. Del otro lado, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y sus asesores, Lopetegui y la Secretaría Legal y Técnica cometieron un grueso error de apreciación y manifestaron una increíble negativa a reconocer la validez de la información que provenía de fuentes de la Corte que alertaban sobre el contenido de su fallo. Marcos Peña jugó como un engranaje conciliador entre ambos grupos, intentó hacer equilibrio, pero con una tendencia a llevar agua para el molino del ala técnica. En tanto, la vicepresidenta Gabriela Michetti buscó algo similar haciendo lo propio a favor del ala política.

“La Corte interpreta realidades políticas y el ala técnica del Gobierno tenía una visión distorsionada de la realidad. No comprendieron en ningún momento que, tal como se estaban haciendo las cosas, tenían todo para perder y nada por rescatar”, aseguró una fuente de Cambiemos de peso en el Congreso. Una vez conocido el fallo, bastó con mirar algunas caras para darse cuenta del reparto entre ganadores y marginados.

Una vez más Elisa Carrió escribió un párrafo aparte y fue blanco de las críticas internas. “Ultimamente se monta sobre los resultados. Marcó posición cuando ya llovían los amparos, y encima salió a hacer alarde de ello públicamente”, se quejaron cerca del Gobierno.

En la UCR se dibujaron varias sonrisas. Pero existe dentro del partido un malestar por su actuación institucional, como conjunto: “Más allá de cuatro o cinco individualidades que marcaron la necesidad de las audiencias públicas, hubo un silencio generalizado puertas afuera”, puntualizó un legislador que conoce lo que allí está pasando. El otro ganador es, sin dudas, Ernesto Sanz. “Cuando en los comienzos planteó un gran acuerdo partidario y parlamentario junto con el PRO, lo sacaron carpiendo. Ahora desde el Gobierno están hablando de acuerdos políticos y de un pacto federal energético”, dice entre lamentos y sonrisas una fuente de la UCR que se había anticipado a los hechos.

Dentro del ala política de Cambiemos creen sin embargo que, a pesar del revés judicial, la Corte terminó salvando la ropa del Gobierno al indicarle el camino a seguir no sólo en el tema del gas sino también de los servicios de agua y electricidad. De no ser así, esto se volvería a judicializar.

Casos K

Los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques consideran a los Kirchner responsables de los delitos de defraudación contra el Estado y negociaciones incompatibles con la función pública. Pidieron al juez federal Julián Ercolini que cite a indagatoria a la ex presidenta y a otras 33 personas, entre las que están Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas José López, el empresario Lázaro Báez, Martín Báez, uno de sus hijos, y Carlos Santiago Kirchner, primo del ex presidente fallecido, quien fue subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal de la Nación.

“Hubo una matriz sistemática de corrupción que beneficiaba a empresarios amigos con la adjudicación de obra pública”, aseguraron en Comodoro Py. En este caso los fiscales pusieron la lupa en Lázaro Báez y su entorno, y en la provincia de Santa Cruz como escenario. Pero hay más. Austral Construcciones realizó obras en otros puntos del país. Pero el feudo del kirchnerato bastó para probar los casos más escandalosos. A Báez se le adjudicaron contratos con fondos públicos por más de 16 mil millones de pesos, lo que significó el 80% de las obras adjudicadas en esa provincia. Recibió 11,2% del presupuesto total, lo mismo que otras ocho provincias juntas.

Para los fiscales, los alquileres de los hoteles podrían haber sido “un retorno” pagado por Báez. Pero saben que el supuesto “retorno” es materia del caso Hotesur. Según Pollicita y Mahiques, entre 2008 y 2013 Báez aportó mediante la explotación y el alquiler del hotel Alto Calafate una cifra cercana a los cuatro millones de dólares y 12 millones de pesos a las arcas de los Kirchner.

Sin dudas, Hotesur es lo que viene y hay suficientes elementos para probar que los hoteles eran parte del circuito para blanquear dinero de la corrupción. Pero es posible ir más allá. En el entorno de la fiscalía aseguran que se está trabajando en una hipótesis que sostiene que “Lázaro es Cristina, que el empresario por sí mismo no es nadie, pero que prestó su nombre voluntariamente para generar un escudo entre la propia Cristina y las maniobras con los hoteles que le permitiría a la ex presidenta y su familia blanquear mucha más plata”. Viendo cómo se formaron las empresas y los vínculos, es probable llegar a la conclusión de que Lázaro es la pantalla.

Un detalle no menor, hasta ahora desconocido, de la mecánica empleada: la cúpula eran Néstor y Cristina, De Vido y López eran ejecutores, pero los Kirchner eran tan desconfiados y tan básicos que ponían familiares a fiscalizar que todo se cumpliera. Ese era el rol de Carlos Santiago Kirchner para que no se cortaran solos De Vido y López. El primo de Néstor era subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal de la Nación y actuaba como un veedor que controlaba que todo negocio con la obra pública terminara en Báez.

La semana terminó con el impacto del caso de corrupción que involucra a quien se venía desempeñando como director de la Aduana, Juan José Gómez Centurión. Nombrarlo fue un craso error. Echarlo, un rotundo acierto que produjo alivio dentro y fuera del Gobierno.

Producción periodística: Santiago Serra.