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sábado, 16 de abril de 2016

Cinismo… @dealgunamanera...

Cinismo…

Filósofo Antístenes. "El cinismo es una traición intelectual". Norman Cousins Político, escritor, periodista y activista americano

Esta no es una profesión para cínicos, nos enseñó ese maestro de periodistas, el polaco Ryszard Kapuscinski, para quien ser buena gente, conmoverse con el sufrimiento ajeno, es una condición esencial para ejercer el periodismo de manera correcta: “Una cosa es ser escépticos, realistas, prudentes, lo que es necesario, y otra ser cínicos, que es una actitud inhumana que nos aleja de nuestro oficio, al menos si se lo concibe de manera seria”. Y como de maestros se trata, en estos tiempos en los que hablamos más de personas que de temas, de periodistas con nombre y apellido que de la prensa como función inherente al sistema de las libertades, vale seguir el consejo de otro de los referentes éticos del periodismo, Javier Darío Restrepo, quien ante sus alumnos advierte: “Hablemos de los males, no de los malos”.

© Escrito por Norma Morandini, periodista y escritora, el domingo 07/02/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Para huir al cinismo y la personalización en la que ha caído el debate en torno al rol de los medios públicos y el periodismo en una sociedad democrática, tras la década del "periodismo militante" en la que se distorsionó la profesión de informar, cuyo destinatario es siempre el ciudadano. Nunca el poder. Vale, por eso, recordar los valores esenciales que sustentan el trabajo periodístico.

Las Constituciones democráticas protegen la función de la prensa, no como privilegio del periodista sino como garantía del trabajo que realiza, mediar entre la ciudadanía y el poder. ¿Por qué el periodista no está obligado a revelar sus fuentes, ni sus críticas pueden considerarse desacato ni calumnias? ¿Por qué las leyes lo protegen de los tribunales y de sus mismos editores? Precisamente para ofrecerle condiciones de libertad y seguridad  para cumplir con lo que lo trasciende personalmente, el derecho de la sociedad a ser informada con independencia y honestidad.

La tradición autoritaria de nuestro país distorsionó la función de la prensa, de la cual la política no es ajena. Ante los nuevos tiempos democráticos, debió rehabilitarse de sus viejas prácticas propagandistas. Sin embargo, sobrevivieron otros defectos. En Argentina, un anunciante y un micrófono hacen a un periodista. Sobre todo en la televisión por cable, donde los periodistas deben “alquilar espacios”, cual las Iglesias de los pastores electrónicos.

Una herencia de los 90, cuando los negocios vaciaron las pantallas de programas periodísticos en lugar de cumplir con la que es una obligación no escrita de las empresas periodísticas, los programas políticos de gran audiencia. Al final, es función de la prensa dinamizar el debate público, con el que se puede medir sin errar el desarrollo democrático de una sociedad. Mejores ciudadanos mejoran el sistema democrático.

Entre nosotros, todavía el debate televisivo carga con la marca de la espectacularidad y la dictadura del “minuto a minuto”; el que  no insulta está fuera de la única función que cuenta en la televisión: atraer a la audiencia. Sobrevive en las redacciones la vieja discusión entre lo que importa y lo que interesa. Hemos vivido situaciones esquizofrénicas en las que los encuestadores nos decían que la muerte del fiscal Nisman no interesaba a la sociedad, sin que gritáramos con fuerza que sí importa que maten en una democracia a un fiscal de la república.

No importa si en las encuestas se deduce que a la sociedad no le interesa la corrupción. Los buenos periodistas son los que se interesan por los temas que importan a una sociedad, por más desinteresada que esté sobre esos temas, como son la corrupción o la impunidad. Dos problemas de enorme importancia para la salud democrática y las arcas públicas de la Nación. El buen periodista es el que nunca pierde de vista lo que importa, que siempre tiene que ver con los valores, sin caer en la tentación de gritar para concitar el interés de la audiencia para así conseguir más auspicios.

Al llegar a Buenos Aires, en la mitad de los años 70, recibí un consejo que hasta hoy me resuena: “No le digas a nadie que saliste de una universidad”. El viejo prejuicio contra las escuelas de periodismo que por suerte ya no se reconoce. Es cierto que en la universidad no se aprende a escribir, ni se adquiere lo que es primordial a todo buen periodista, la curiosidad y el interés público. Pero en las buenas escuelas de periodismo se enseña y se debate lo que sustenta el trabajo periodístico, los derechos y la responsabilidad inherente a ese privilegio de informar y hablar por los otros. 

No deja de ser paradójico que aquellos que descreen del periodismo porque son propagandistas de gobierno y confunden prensa con empresa, a la hora de la libertad de empresa reivindican la libertad de prensa. Una actitud cínica que no es propia de los verdaderos periodistas. Sólo por eso, aprovechemos el momento para contribuir a definir la función de la prensa para que sea la misma sociedad la que decida quién quiere que hable por ella, los que tienen vocación de servicio y sacrificio o los que tan sólo defienden intereses personales o grupales.

Cinismo
Actitud de la persona que miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta algo que merece general desaprobación.


sábado, 14 de marzo de 2015

Resiliencia K… De Alguna Manera...

Resiliencia K… (*)

La presidenta otra vez revierte la pérdida de aprobación. Foto: Cedoc Perfil

Cristina perdió 10 puntos de aprobación por Nisman pero los va recuperando desde su discurso del 1-M. 

La muerte de Nisman le hizo perder a Cristina Kirchner casi diez puntos de aprobación, pero a partir de su maratónico discurso de más de tres horas y media en la inauguración del año legislativo en el Congreso, el 1º de marzo pasado, comenzó a subir de nuevo y en algunas encuestas hasta un punto por día.

Los analistas no lo pueden comprender: cada vez que se precipita un evento muy negativo para su gobierno (Boudou, Báez, salto devaluatorio, holdouts, Hotesur, ahora Nisman), parece comenzar su irreversible declive, pero al poco tiempo ella logra regenerarse. Ante la repetición de cada crisis, se presume que “ahora sí” no se recupera más y se encamina inexorablemente hacia el rechazo generalizado, pero su resiliencia desafía una y otra vez los pronósticos.

Cristina perdió 10 puntos de aprobación por Nisman pero tras su discurso del 1-M sube un punto por día

Ella comparte con Scioli la capacidad de desorientar a los encuestadores, porque se ven poco afectados por situaciones que a otros políticos los pasarían a retiro. Y hay quienes piensan que si Cristina quisiera realmente ganarle a la oposición y estuviera dispuesta a comerse el sapo de disimular mientras el PJ elaborara un acuerdo amplio que incluyera a Massa como gobernador de la provincia de Buenos Aires y a Scioli como presidente, la oposición podría perder. Hay encuestas en el PRO que indican que, aun con un acuerdo institucional con el radicalismo, en un eventual ballottage contra un Scioli que tuviera a Massa en la provincia y a Cristina apoyando, Macri perdería por cinco puntos.

No parece una alternativa muy posible pero quienes no la descartan argumentan que si Massa se quedara sin aliados a nivel nacional y Macri absorbiera la mayoría del voto opositor, parte del voto peronista de Massa podría ir para Scioli sin grandes traumatismos.

Pero aun ganando la oposición, les queda el temor de una Cristina que se presente para diputada y desde el Congreso conduzca la oposición con una eventual primera minoría parlamentaria.

Hipótesis del futuro de Cristina hay para todos los gustos: en Santa Cruz también se rumorea que podría ser la próxima gobernadora e instalarse en Río Gallegos, pasando los fines de semana en su casa de El Calafate, contigua al más lujoso de sus hoteles, Los Sauces. Pero en El Calafate se imaginan más a Cristina viviendo en Nueva York que cerca de los glaciares.

Lo lógico sería que residiera en Buenos Aires y, si finalmente optara por ser sólo parlamentaria del Parlasur, fuera un día por mes a Montevideo, donde funcionará su sede. Pero resulta extraño que alguien que se esté por mudar dentro de poco más de nueve meses no haya comenzado la adecuación del lugar donde irá a vivir. Y sospechan que algo en secreto se pueda estar preparando.

En cualquier caso, sorprende que después de ocho años de presidencia y doce años en el poder siga contando con una fidelidad que oscila entre el 20% y el 30% de la población. El mismo fenómeno, ampliado, es Scioli, quien también acumula ocho años de gobernador y doce con sus cuatro de vicepresidencia. “Ser de teflón”, inalterable a las modificaciones del ambiente, es el carácter distintivo de Scioli. Pero en cierto sentido parece también –aunque más parcialmente– ser un atributo compartido con Cristina Kirchner.

Más explicable es en el caso de Scioli, porque la adaptabilidad es un recurso fundamental para quien se dedica a deportes extremos, como en esos realities de supervivencia en lugares inhóspitos. Pero más raro en el caso de una abogada, como la Presidenta.

Analistas del discurso explican que durante las más de tres horas y media que habló en el Congreso la Presidenta cometió varios errores, con las cifras, con las formas y hasta con algunos conceptos, pero que la mayoría de los votantes tiene escaso interés por la política y una aun menor formación, por lo que la ponderación de la actuación de la Presidenta está más influida por “el cómo” que por “el qué”. En términos de Paul Watzlawick, autor de Teoría pragmática de la comunicación humana, la enorme mayoría de las personas coloca en los mensajes mucho más importancia al aspecto relacional que al del contenido.

Cristina Kirchner, al hablar durante más de tres horas y media, manteniendo una sintaxis encadenada y prácticamente sin leer, transmitió la energía y la pasión de lo que llaman “un cuerpo sincero”. Por el contrario, cuando Macri aparece abrazando a una persona carenciada a quien su gestión le solucionó algún problema, no luce como “un cuerpo sincero”, transmitiendo cierta incomodidad con la situación, mientras que a muchos peronistas se los nota a gusto en esas circunstancias.

Abusando de la simplificación de la pragmática Escuela de Palo Alto, Cristina Kirchner produce empatía a nivel metacomunicacional y no a nivel del contenido. Lo mismo sucede con Scioli, escaso siempre en la espesura de sus contenidos pero desbordante a nivel relacional.

Esa capacidad de reversión, de dar vuelta lo negativo y resurgir, es compartida por Cristina y Scioli a pesar de provenir de escuelas políticas casi opuestas.

Ella y Scioli comparten la misma capacidad regenerativa frente a la adversidad: siempre lucen como víctimas

La técnica que utiliza la Presidenta para volver a crecer después de la muerte de Nisman es repetida: colocarse en papel de víctima que tiene el aguante suficiente para reponerse y salir airosa una y otra vez de cada crisis. La palabra crisis comparte con la palabra Cristina cinco de sus seis letras. Scioli, al poner una y otra vez la otra mejilla, también asume el papel de víctima que supera la adversidad. Aunque todo el mundo los vea muy distintos en las apariencias, quizás hay elementos en común en la construcción metacomunicacional de ambos.

(*) Resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo.

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© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 14/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



jueves, 5 de marzo de 2015

Magnicidio y agonía... De Alguna Manera...

Magnicidio y agonía: las frases más fuertes de Arroyo Salgado sobre el caso Nisman...


La expareja de Nisman y parte querellante en la causa por su muerte fustigó la investigación oficial.


La jueza federal y exesposa de Alberto Nisman, Sandra Arroyo Salgado, brindó una impactante conferencia de prensa donde descartó la hipótesis de un suicidio: a Nisman "lo mataron".Se basó, para tal afirmación en los resultados de los peritajes de la querella en la causa que investiga la muerte del fiscal del caso AMIA.

"El informe en cuestión descarta la hipótesis del suicidio y accidente. A Alberto Nisman lo mataron. A la conclusión se arribó mediante el análisis de fotos y videos tomados el día del hallazgo sin vida de Nisman por parte de la Policía Federal y Prefectura. Y durante el desarrollo de la autopsia", denunció Salgado, acompañada de los peritos convocados por la querella, encabezada por la propia magistrada.

La jueza leyó conclusiones de su equipo de trabajo y detalló: "No hubo espasmo cadavérico, hubo agonía. Nisman tuvo agonía que está objetivamente demostrada por la hemorragia externa que se aprecia en la posición en que fue encontrado el cuerpo. Nisman no sufrió un accidente. No se suicidó. Lo mataron. Su muerte es un magnicidio".

Salgado fue a contramano de la investigación oficial que lleva a cabo la fiscal Viviana Fein quien estaría más cercana a la hipótesis del suicidio. Salgado afirmó que todas las pruebas fueron puesta a consideración de la fiscalía para que se utilicen dentro de la causa, derecho que tiene por ser parte querellante. 

© Publicado el jueves 05/03/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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sábado, 21 de febrero de 2015

"Lo único que hizo Nisman en 10 años fue acusar a la Presidenta"… De Alguna Manera...


Pérez Esquivel: "Lo único que hizo Nisman en 10 años fue acusar a la Presidenta"…

Adolfo Pérez Esquivel. El premio novel reclamó "ética" a la oposición. Foto: Juan Obregón

El Premio Nobel de la Paz reclamó “ética” a la oposición y afirmó que “hay que gente que va a la marcha que jamás defendió los Derechos Humanos”.

Adolfo Pérez Esquivelel Premio Novel de la Paz, declaró que "hay gente que dijo que va a participar" de la marcha de hoy, que "jamás defendió los derechos humanos" y pidió "defender la continuidad institucional".

En declaraciones a Radio Del Plata, Pérez Esquivel pidió "defender la continuidad institucional”, porque “hay muchos casos de desestabilización", aseguró. Al mismo tiempo, criticó a quienes “jamás” defendieron los “Derechos Humanos" y participarán de la marcha prevista para hoy a las 18, a un mes de haberse encontrado el cuerpo sin vida de Alberto Nisman.

"Hay una mediocridad política extremada”

En la misma dirección, apuntó con sus críticas a la oposición. "Hay que reclamarle ética política", fustigó. "Hay una mediocridad política extremada. El pueblo tiene que tener conciencia crítica", agregó sobre las derivaciones políticas que tuvo la muerte de Alberto Nisman.

Y, al referirse al trabajo del fiscal Nisman frente a la investigación de la causa AMIA, concluyó: “Lo único que hizo Nisman en 10 años fue acusar a la Presidenta".

© Publicado el miércoles 18/02/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




lunes, 9 de febrero de 2015

Entrevista a Julio César Strassera... De Alguna Manera...

Strassera: “La muerte de Nisman es responsabilidad del Poder Ejecutivo”

En contra de la division de poderes. “La Presidenta jamás ha respetado la independencia del Poder Judicial, y la prueba está en que las medidas que envió para democratizar la Justicia trató de imponerlas”. Foto: Nestor Grassi

El histórico protagonista del juicio a las juntas asegura que el Gobierno debía haber protegido al fiscal. Críticas a Cristina Kirchner por victimizarse.

Miles de argentinos hemos seguido con enorme angustia los acontecimientos que culminan con la muerte del fiscal Nisman. En democracia no tenemos antecedentes de un hecho al que tanto los ciudadanos como sus familiares cercanos no dudan en calificar de asesinato.

En una tarde de esta semana de calores agobiantes no queríamos dejar de consultar a un hombre como el fiscal Julio César Strassera, que pronunció aquel “señores jueces, ¡nunca más!” que ha quedado en nuestros corazones.

Y mientras los diarios del día titulan a toda página “Se quedó sin juez la denuncia de Nisman contra la Presidenta”, nuestra pregunta a Strassera es si hay antecedentes de que esto haya ocurrido en otra oportunidad.
—Bueno, éstas son las así llamadas cuestiones de competencia, pero esto sólo debe ocurrir por un breve tiempo. Será la Cámara la que resolverá a quién le toca, en definitiva, es decir al juez Lijo o al juez Rafecas.

—En su larga experiencia, ¿usted había vivido circunstancias como ésta?
—No, no. Jamás –asegura con firmeza Strassera–. Y le digo también que ni en plena dictadura militar tuve problemas de este tipo. Hice varios dictámenes en contra. Incluso, un día me llamó el brigadier Alvarez Estrada, que era secretario de Justicia, y me dio una orden, a lo cual le contesté que no la iba a cumplir. Pensé que iban a echarme pero no fue así. Yo estaba acostumbrado a trabajar con más libertad, y lo que sucede en este momento es algo que hay que tener bien en claro: hay un fiscal que acusó a la Presidenta de la Nación y… ¡termina muerto! Este es un episodio más que grave…

—En un reportaje reciente usted señaló que la Presidenta nunca ha respetado la independencia del Poder Judicial…
¡Jamás! Y le diré también que la prueba está en que las medidas que envió para democratizar la Justicia trató de imponerlas. Pero, aparte de eso, me refiero a críticas abiertas de las que debería abstenerse. Por ejemplo, no acatar las decisiones de los jueces, ni oponerse a la división de poderes interviniendo en cosas en las que sólo debe intervenir la Justicia. Este es un hecho muy grave.

—Sin duda. Y la muerte de Nisman (sea suicidio o asesinato) tiene un responsable. Usted señaló al Poder Ejecutivo…
—Sí, creo que es el Poder Ejecutivo. Un hecho gravísimo se trate tanto de un suicidio como de un homicidio. No puedo dejar de tener mis sospechas… Soy partidario de la teoría del homicidio porque ¡alguien que deja una nota a su empleada para las compras del mercado del lunes siguiente es sorprendente que se mate el domingo! Todo esto me parece bastante… sin olvidar las expresiones de Nisman por televisión unos pocos días antes, ¿no? Pero de todas maneras la muerte de Nisman es responsabilidad del Poder Ejecutivo Nacional.
Algo increíble, y no solamente no la asumen ¡sino que la Presidenta no tuvo la decencia de enviar por lo menos una nota de pésame a la familia! Montó una escena vestida de blanco y en silla de ruedas para mostrar su debilidad. Una forma de victimizarse. No sé cómo puede haber gente que lo justifique.
Fíjese que comienza echándole las culpas a Stiuso y todo es un plan contra ella. ¡Pero hay una sola víctima que es Nisman! ¡Y de él, ni una palabra! Vamos a suponer que Nisman no hubiera dicho nada, que no hubiera pasado nada; ¡el encubrimiento es ya de tiempo atrás porque la sola firma de ese pacto nefasto con Irán (cosa que firman ella y Timerman) ya es encubrimiento! Como decía Patricia Bullrich el otro día: ¡es como si Obama hubiera llamado a Bin Laden para resolver el problema de las Torres Gemelas!

—Usted cree (como, por otra parte, creemos muchos) que el fiscal Nisman estuvo desprotegido?
—Pienso que sí, que estuvo desprotegido, y la vez pasada conté una anécdota porque sé lo que son estas custodias. Le explico que jamás tuve custodia personal, pero tuve a un policía en la puerta de mi casa durante toda la época del Proceso. ¡Y para ejemplo le explico que la última amenaza que recibí fue a través del portero eléctrico! Así es que yo sé para lo que sirven estas custodias. Hay que organizarlas de otro modo. ¡Lo que hemos visto es una prueba de desprotección!

—Se podría pensar en una siniestra combinación entre el Gobierno, la custodia e incluso el edificio que carecía de suficientes cámaras…
—Hay mucha confusión: cámaras que no funcionan, custodios que se contradicen unos con otros no sólo con respecto a la hora sino a los lugares en los que se encontraban: ¡unos en la planta baja y otro en el subsuelo! Creo que hay que tomar las cosas de otro modo. Si yo soy un custodio y me han citado a una hora determinada (por ejemplo, a las 11), veo los diarios apilados en el piso y nadie me contesta el timbre… pues ¡hago romper la puerta! Esto es lo menos que se puede hacer…

—Yo recuerdo que cuando usted y el doctor Moreno Ocampo fueron fiscales en el juicio a los comandantes de la dictadura recibieron muchas amenazas…
—Sí, por carta, por teléfono. En la Fiscalía. Pero no les dábamos mayor importancia. No tuvimos grandes aprietes, y mucho menos desde el Poder Ejecutivo que se interesaba en el juicio. Mucho menos… Se nos dejó hacer lo que quisimos.

—Por eso aquel juicio ha quedado como un emblema del primer gobierno democrático…
—Juicio que, luego, fue lamentablemente ignorado por el presidente Néstor Kirchner en un discurso en la ESMA en el que dijo que como argentino se avergonzaba de que el país hubiera estado veinte años en deuda con los derechos humanos. Pero luego llamó a Raúl Alfonsín para pedirle disculpas. Lo que ocurre es que, en estos casos, las disculpas se piden públicamente y no en privado. En fin… a ellos nunca les interesaron los derechos humanos. Jamás. Pero, bueno, vieron que era negocio. El otro día me criticaron mucho porque yo dije, de acuerdo con Macri, que “el Gobierno está en el curro” ¡de los derechos humanos! Y de esto hace rato…

—Incluso yo recuerdo que usted subrayó que en el registro de hábeas corpus no había ninguno firmado ni por Néstor ni por Cristina, ¿es así?
—Es así. Nosotros pedíamos los hábeas corpus a los juzgados para anotar precisamente cuál era el trámite de cada hábeas corpus. Y, repito, no he visto ni uno solo firmado por Kirchner ni, porque se autotitula abogada, por Cristina Fernández de Kirchner. Le repito: ¡no vi ninguno! Ni siquiera del gobernador Cepernik, que era amigo de ellos.

—De acuerdo con su larga experiencia, ¿qué es lo más grave de lo que hemos vivido en estos días?
—Mire, Nisman era un fiscal que acusó a la Presidenta de la Nación, a su canciller, a otros personajes, ¡y a los pocos días aparece muerto! Esto no había ocurrido nunca en el país…

—Entonces, nuevamente de acuerdo con su experiencia, ¿cuál debería ser entonces la actitud de la Justicia en estos momentos?
—En primer término hay que tratar de investigar a fondo la muerte de Nisman, y creo que, dentro de lo normal, se está investigando. Es bastante difícil encontrar autores, ¡pero sobre todo hay que tratar la denuncia de Nisman! ¡Hay que tratarla!

—Entre otras cosas la Presidenta dijo que la Justicia debía reformarse…
—Bueno, esto ya lo ha dicho hace tiempo cuando envió esas famosas seis leyes para democratización de la Justicia y la reforma que pretende la Presidenta es precisamente poner a la Justicia como un apéndice del Poder Ejecutivo…
Lentamente, terminamos un café en el balcón de la casa del fiscal en el barrio de Palermo.

Y, pensativo, Strassera agrega: “Cualquiera sea el valor que se le asigne a la denuncia de Nisman, el encubrimiento del atentado a la AMIA está probado con la sola firma del memorándum de entendimiento con Irán. Recordemos que se firmó en Aleppo, en secreto, en un país entonces gobernado por Ahmadinejad, un hombre antisemita furioso y negador del Holocausto. La prueba de que el objetivo era hacer caer las alertas rojas es que ambos países debían notificar a Interpol del acuerdo, cosa que no se hizo nunca.

—El doctor Rusconi, abogado defensor de Lagomarsino, dijo que la Presidenta debería declarar en la causa de la muerte de Nisman. ¿Usted concuerda con esta opinión?
—La Presidenta le retuvo el pasaporte a este hombre porque se le dio la gana, porque es ella. Hace lo que no debe y lo que no puede hacer. El respeto a la Justicia para ella es algo que está de más. Tendría que aportar datos a la Justicia sobre sus dichos sobre la muerte de Nisman pero no lo va a hacer ni creo que haya juez que se anime a llamarla.
En la famosa conferencia de prensa, la Presidenta (muy suelta de cuerpo) dijo que Nisman había dejado abandonada en el aeropuerto de Barajas a su hija de 13 años. Esto es rigurosamente cierto porque esperaba que llegara la madre que venía de Barcelona pero, ¿cómo lo sabía la Presidenta? Estaban espiando a Nisman. ¡Cuando bajó del avión en Ezeiza lo siguió una cámara continuamente! ¡Qué curioso, y todo a través de esos servicios que ella quiere reformar!

—Justamente, a propósito de servicios, ¿qué opina acerca de que las escuchas telefónicas sean supervisadas por la Corte?
—Yo creo que es lo que corresponde porque esta supervisión que se pretende sería a través de Gils Carbó, ¡que es el ariete del Poder Ejecutivo en la Justicia…! Esto, en cambio, a través de la Corte, es razonable.

—Y a propósito de la Corte, ¿qué piensa de la presunta candidatura del doctor Carlés como miembro de la Corte en reemplazo del doctor Fayt?
—¡Esa es, evidentemente, una cortina de humo! Están pretendiendo hacer algo parecido a lo que se hizo con Gils Carbó. Es decir: presentaron primero a Reposo, que es impresentable. A punto tal que los propios oficialistas tuvieron que retirar el pliego.

Encontraron finalmente apoyo en la oposición (para mí equivocado) para nombrar a otra persona: Gils Carbó. La única que se opuso (pero no podía influir por ser diputada y no senadora) fue Lilita Carrió, que reclamó que no había que darle acuerdo. La Corte puede seguir funcionando con sus tres miembros actuales. Es razonable la opinión de la oposición cuando dice que debe ser el próximo presidente constitucional quien nombre al nuevo miembro de la Corte Suprema. Hoy la embestida es contra Fayt. Al oficialismo le interesa que quede el menor número posible de integrantes de la Corte, y la respuesta del doctor Fayt esta mañana es clarísima.

© Escrito por Magdalena Ruíz Guinazú el domingo 08/02/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.