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domingo, 4 de octubre de 2020

Escándalos. Del diputrucho al pornogate… @dealgunamanera…

 Escándalos. Del diputrucho al pornogate…

 

Diputado Esteban Bullrich y Presidente cámara diputados Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes.   


Lo que pasó en la sesión virtual expone el franco deterioro de la política local. ¿Cuántos otros Ameri hay? Muchos.
 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 26/09/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Se llamó diputrucho a Juan Kenan, un asesor del entonces diputado Juan Manuel Samid, hermano de Alberto Samid. En la sesión del 26 de marzo de 1992, Kennan ocupó una banca y le posibilitó al Partido Justicialista la obtención de quórum para una sesión clave en la que se aprobó el marco regulatorio para la privatización de la empresa Gas del Estado impulsada por el entonces presidente Carlos Menem.  

 

Desde aquel episodio hasta el protagonizado por el ahora ex diputado Juan Ameri han pasado –al día de hoy– 28 años, 6 meses y un día. Han sido 28 años, 6 meses y un día de un paulatino e imparable deterioro político de la Argentina acompañado por sus deletéreas consecuencias institucionales, sociales y económicas.

 

El caso del ex diputado Ameri deja al desnudo una vez más no solo la turbia trama de la confección de las listas de legisladores sino también –y fundamentalmente– la concepción de la actividad política como medio destinado al logro del enriquecimiento de quien la desarrolla. Salen a la luz hechos de la vida de Ameri que lo deberían haber dejado fuera de cualquier candidatura.

 

“Quiero hablar con mi referente político y ver cuáles son los pasos a seguir”,  fue su primera respuesta ante el pedido de renuncia que bajó inmediatamente desde la Cámara. ¿Quién es ese referente que, sin duda, fue clave para que Ameri ocupara una banca?

 

De no haber ocurrido este episodio seguramente nadie hubiese sabido nada de este individuo que además no tenía la más mínima idea de lo que se estaba tratando en la sesión del jueves.  

 

El caso tiene el valor de exponer una situación de franco deterioro de la política vernácula. ¿Cuántos otros Ameri hay? es la pregunta que tiene una respuesta simple: muchos. Hace tan solo tres semanas el vicepresidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, Luis Piquilman, fue demorado cuando llevaba gente a la toma ilegal de tierras en Villa Mascardi por parte de la comunidad Lafken Winkul Mapu.

 

En las elecciones del año pasado, un integrante de la lista de concejales del oficialismo en Tafí del Valle, Agustín Tolaba, tuvo que bajar su candidatura cuando, preguntado sobre sus propuestas electorales, dijo muy suelto de cuerpo “sigamos robando y que siga la droga”.

 

Hay que recordar que José Alperovich, sobre quien pesa una grave denuncia de abuso sexual por parte de su sobrina, sigue ocupando su banca sin que haya habido por parte del Frente de Todos el más mínimo atisbo para expulsarlo del cuerpo. ¿Habrían hecho lo mismo si el denunciado hubiese sido un legislador de Juntos por el Cambio?

 

Por si no queda claro: lo de Ameri fue un escándalo; lo de Alperovich, en cambio, un delito.

 

¿Habría permanecido el oficialismo silente si el tuit que con lenguaje vulgar le dedicó Aníbal Fernández a la diputada Paula Olivetto –“prefiero un diputado calentón a una diputada mala leche”– si hubiese provenido de un miembro de la oposición?

 

Con todo, el episodio del ex diputado Ameri no fue el único escándalo ocurrido en la bochornosa sesión de la Cámara baja del jueves pasado que duró hasta las cuatro de la mañana del viernes. Otro hecho grave ocurrió cuando se iba a votar el proyecto que deja fuera de las ayudas económicas provenientes del Estado a las empresas que tienen domicilio en paraísos fiscales. 


Fue entonces cuando el diputado por Consenso Federal Jorge Sarghini advirtió que su par por el oficialismo, Carlos Heller, había introducido una modificación inconsulta y no contemplada en el despacho de comisión: “Hoy que estamos obligados a demostrar más que nunca que los que trabajamos, trabajamos en serio, cómo podemos ser llevados por delante de esta manera. Por favor, reflexionen y actúen correctamente”.

 

Lo sucedido no fue un accidente: lo mismo pasó cuando se trató en el Senado el proyecto de la reforma judicial. A la hora de votarlo, aparecieron modificaciones que no figuraban en el texto sobre el que se había desarrollado el debate, hecho que advirtió y denunció el senador Martín Lousteau. Así es como actúa el Frente de Todos. ¿Dónde están los consensos acerca de los que habla Alberto Fernández?

 

Por los pasillos del poder. La ex presidenta en funciones no hace nada para ocultar su fastidio por la gestión del presidente formal. En la reunión que tuvieron el Día de la Primavera en la residencia de Olivos a la hora en que caía la tarde, el humor de CFK no era bueno. Esto no representa ninguna novedad, solo que el motivo de su enfado era incómodo para AF. 


Las críticas de la vicepresidenta hacia la gestión de gobierno vienen siendo duras y sostenidas. El centro de la discusión fueron los resultados negativos que produjeron las medidas económicas implementadas hace ya casi dos semanas. No es que no las comparta sino que adjudica sus resultados negativos a una mala implementación y a una mala comunicación.

 

Los blancos principales de sus diatribas fueron el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. A esta altura, la ex presidenta en funciones considera que es indispensable un cambio de elenco dentro del gabinete que eyecte de sus poltronas a esos tres funcionarios y a otros. En la categoría otros están el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y la ministra de Justicia, Marcela Losardo. Alberto Fernández trató como pudo de defenderlos a todos. No le fue bien.

 

Quien internamente tampoco se muestra elogioso en sus comentarios hacia la gestión presidencial es Máximo Kirchner.

 

Por todo esto es que la subordinación del presidente formal a la ex presidenta en funciones se hace cada vez más evidente. Solo así se entiende el nivel de las declaraciones que el Dr. Fernández realizó el viernes en la entrevista que le concedió a Radio 10 en la que atacó frontalmente a la Corte Suprema. Curiosa la crítica que le hizo al objetar el tratamiento que el cuerpo hará del caso de los jueces Pablo Bertuzzi,

 

Leopoldo Bruglia y Germán Castelli, desplazados de sus cargos por el Senado en un tratamiento exprés.  El tono amenazante del presidente formal distó de ser el esperable de un profesor de Derecho. Al Dr. Fernández le asiste la facultad de criticar el eventual fallo que emane de ese tribunal, pero no el de erigirse en el censor de sus tiempos y de sus decisiones. Parece que olvidó que el Poder Judicial es independiente del Poder Ejecutivo. ¿Habrá que recordarle lo que dice la Constitución a la que juró observar y hacer observar?






domingo, 14 de enero de 2018

Enero Caliente. Tiembla el Piso... @dealgunamanera...

Tiembla el Piso

Al Rojo Vivo. Hugo Moyano. Dibujo: Pablo Temes

La mira judicial sobre sindicalistas sacude todo. ¿El espanto une a Moyano y CFK?

© Escrito por Nelson Castro el domingo 14/01/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No es novedad: contra lo que muchos creen, enero es un mes intenso en la vida política de la Argentina. Parecería ser el fruto de una verdadera dinámica inercial que nunca se detiene. Y hay veces en que lo intenso deriva en algo trágico: esta semana se cumplirán tres años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, un magnicidio institucional.

El impacto del aumento de las tarifas de los servicios públicos pegó fuerte en el índice de inflación de diciembre. Se entiende por qué Mauricio Macri quiere terminar con este proceso de ajuste, a más tardar, en junio de este año. Es tan cierto que el 24,8% de inflación anual de 2017 quedó muy por debajo del 41% del año 2016, como también lo es que superó con holgura el 17% vociferado a los cuatro vientos durante muchos meses por varios funcionarios, entre ellos el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.

Habrá que ver qué pasa a fin de este año con el presupuestado 15% del que hablaron tanto el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como su par de Finanzas, Luis Caputo, en la conferencia del jueves 28 de diciembre pasado. Al Gobierno le ha quedado claro que hasta que este proceso de reacomodamiento de tarifas y de reducción del déficit fiscal no termine, la posibilidad de disminuir la inflación a un dígito será un imposible.

Planes. 

El consiguiente impacto negativo sobre la imagen presidencial generó en ese ámbito dos reflexiones: la primera –dicha por el mismo Macri–, que el capital político que le dio el resultado electoral de octubre último hay que usarlo ahora para ir adelante con estas medidas claramente antipopulares; la otra, la constatación de que esto había que comenzarlo ya y terminarlo antes de junio, a los efectos de no tener más sobresaltos de cara a 2019, año de la elección presidencial en el que Macri buscará su segundo mandato.

Mientras tanto, una encuesta aparecida el jueves de la consultora Synopsis, que predijo con notable exactitud el resultado de la elección en la provincia de Buenos Aires –en un sondeo de mitad de septiembre anticipó que Esteban Bullrich le ganaría a CFK por 39,1 a 34,3– muestra que la imagen negativa del Gobierno es del 41,4% contra el 38% de imagen positiva. Más claro, agua.

Hablando de imágenes y percepciones: la llamativa y veloz ganancia obtenida por las empresas de la familia del Presidente en la venta del parque eólico que inauguró en Chubut pusieron otra vez en el centro de la escena las cuestiones grises que hacen a la relación del jefe de Estado con los negocios de su parentela. Ya hay denuncias.

Por esto y por otros casos notorios concernientes a las investigaciones por corrupción que involucran a varios altos ex funcionarios en los doce años del kirchnerato, el receso tampoco se ha sentido en el ámbito judicial. Lo novedoso de este enero es el avance de causas que complican a varios dirigentes sindicales. Ahí parece haber terminado una larga siesta de algunos magistrados.

¿Casualidad? 

Por lo que se ve y se escucha, la preocupación –que es grande– ha llegado a esas orillas. Las declaraciones siempre altisonantes de Luis Barrionuevo –“a los sindicatos los atacaron los militares, Alfonsín y De la Rúa, y terminaron mal”. (Se olvidó de Cristina Fernández de Kirchner, quien a los líderes de los sindicatos que no le gustaban los maltrató a más no poder). Lo que no dijo Barrionuevo fue que Saúl Ubaldini terminó pidiéndole disculpas a Alfonsín por los 13 paros generales que le hizo.

Más allá del impactante caso Balcedo –de poco peso político–, viene despuntando en el horizonte otro de envergadura: el de Hugo Moyano. En el medio de ellos están las idas y vueltas de la relación entre el Presidente y el líder de los camioneros y presidente de Independiente, que son parte de una trama que comenzó a tejerse cuando Macri asumió como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y que derivó en una relación que, a modo de auténtica sorpresa, estuvo lejos de los ámbitos de borrasca que muchos auguraban. De hecho, en uno de los últimos actos de la campaña electoral de 2015 –la inauguración de la poco reconocible estatua del general Perón–, ambos compartieron el escenario. En la semana, incluso, el Presidente le tendió a Moyano la hoja de olivo cuando autorizó la presencia del vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, y del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en el acto de inauguración del sanatorio de los camioneros –ex Antártida–. A pesar de eso, el piso tiembla: se suman allí acusaciones de lavado de dinero en el manejo de las cuentas de Independiente, más el caso OCA, más otras denuncias que piensa reflotar la diputada por Cambiemos Graciela Ocaña.

El kirchnerismo, que anda a la búsqueda de aliados con desesperación, ha visto en esto la posibilidad de intentar un acercamiento con Moyano en particular y la CGT en general.

La libertad del ex vicepresidente Amado Boudou y su ex socio, José María Núñez Carmona, representa una diferencia de criterio importante entre la Sala I y la Sala II de la Cámara Federal Porteña en lo penal. Lo que es fundamental es lo que pase con las causas que incriminan a Boudou, porque lo importante es que haya un juicio y un veredicto en tiempo y forma.

Hay que recordar que en el caso del auto con documentación adulterada fue sobreseído porque la causa había prescripto. Este es el desafío para la Justicia: avanzar con las causas, llevar adelante los juicios y dictar sentencias en tiempo y forma. El caso del ex presidente Carlos Menem muestra lo inútiles que son las condenas cuando se producen veinte años después de los hechos: el impacto en la opinión pública es prácticamente nulo y eso permite que ninguna de ellas se cumpla. Ya se ha dicho: la justicia lenta no es justicia.

Producción periodística: Santiago Serra.






lunes, 16 de octubre de 2017

Festejos y alivio… @dealgunamanera...

Festejos y alivio…

PRO-CESADA Alejandra Gils Carbó. Dibujo: Pablo Temes

Las encuestas y Messi, dos alegrías oficiales pensando en 2018. El turno de Gils Carbó.

El oficialismo vivió estas últimas semanas con gran angustia y preocupación. ¿Por el resultado de las encuestas? ¿Por el intercambio con empresarios en el Coloquio de IDEA? ¿Por el déficit fiscal? No. Nada de lo que muchos imaginan. Todo fue por el fútbol. Lo que vivimos con la Selección tuvo un significado muy importante, primero desde el punto de vista social, pero sobre todo desde el punto de vista político.

Existía una gran preocupación por parte del presidente Mauricio Macri del posible malhumor social si la Argentina quedaba eliminada del Mundial de Rusia. ¿Cómo iba a atravesar la sociedad un 2018 con aumento de tarifas y viendo el evento de fútbol más importante del mundo sin la participación de Lionel Messi y quienes eventualmente sean sus compañeros de equipo? Pero para alegría de todos –y como increíblemente dijo Claudio “Chiqui” Tapia por el aporte de Messi y del brujo Manuel– la Selección ganó. Por lo tanto, Cambiemos tuvo festejo por partida doble: uno, por la clasificación para el Mundial y otro por las encuestas, que le están dando el triunfo en la provincia de Buenos Aires por al menos 4 puntos.

Números. 

Según datos de Opinaia, una de las pocas encuestadoras que acertó los números en las PASO, la tendencia posiciona a Esteban Bullrich con 41,2% y a Cristina Fernández de Kirchner con un 36,7%.

“La ex presidenta está en su techo. Podríamos decir que la imagen positiva de un dirigente es el techo, y la de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires lo es. Diferente es el caso de los candidatos a senadores que disputan el tercer y cuarto puesto, en el bastión más importante del país en cuanto a su representatividad de votos, la provincia de Buenos Aires. Datos de la misma encuesta ubican a Sergio Massa, de 1País, con 12% de los votos. Si bien representa una baja comparativamente con las PASO –donde sacaron el 15,5%–, desde el espacio se muestran confiados: “esperamos crecer. Buscamos alejarnos de la disputa pasado o presente para presentar una alternativa, la alternativa del peronismo. Somos lo que Cambiemos no representa. Y venimos a proponer un nuevo peronismo, renovado y sin corrupción. Vamos a caminar la Provincia con esa bandera”, sostiene un referente del riñón del massismo.

Lo cierto es que en el Conurbano ya hay una lista de intendentes del PJ que hoy responden a Cristina, que está armando un peronismo bonaerense con Sergio Massa a la cabeza.

Sorpresivamente, los últimos datos de la consultora Opinaia ubican a la Izquierda, de Néstor Pitrola, con el 4º puesto con un 5,5% de los votos, superando a Florencio Randazzo en el 5º lugar con el 4,6% de los votos. “Randazzo debería haber aceptado un frente único con Sergio”, agrega un asesor cercano a Massa. Y así lo demostró el mismo líder político este jueves cuando fueron invitados a El juego limpio en TN. En los pasillos, los dos ex referentes de gobierno intercambiaron risas y chicanas: “¡Gato! ¡Gato! Me deberías haber aceptado las PASO”, le gritó Sergio a un sonrojado y sonriente Florencio Randazzo, quien se retiró del estudio sin respuestas. Cristina le dijo que no a Randazzo; Randazzo le dijo que no a Massa.

Si el resultado de unas posibles PASO con un frente compartido del PJ hubiese dado mejores números, nunca lo sabremos.

Si los resultados de las encuestas se corroboran en las urnas –lo que significaría para el peronismo su tercera derrota consecutiva en la provincia de Buenos Aires– viene para el peronismo el gran desafío de su renovación, algo que la presencia y la influencia de Cristina Fernández de Kirchner ha impedido.   

Dura ley. 

Esta semana el juez federal Julián Ercolini procesó a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, por administración fraudulenta, debido a la compra del edificio de la Procuración ubicado sobre la calle Perón.

¿Por qué la procesó el juez Ercolini? Por sobreprecios evidentes en la compra del inmueble de marras. Gils Carbó sostiene que no tuvo nada que ver y que cuando se enteró de esto produjo sanciones a los que tomaron la decisión de comprar el edificio. Evidentemente el juez Ercolini no le creyó y, por el contrario, sostiene que ella sí tuvo responsabilidad en la operación.

Es necesario que veamos dónde está Argentina. 

En otros países del mundo –no en todos lamentablemente– en los que existe otra calidad institucional, si el procurador de la Nación es procesado renuncia o, por lo menos, pide licencia.

Sin embargo, el problema institucional más importante que representa Gils Carbó no es la compra del edificio. El tema más grave es que durante el kirchnerismo actuó como un apéndice del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, impidiendo el desarrollo independiente de la Justicia. Ahí está –a manera de ejemplo– el intento de desplazamiento al fiscal José María Campagnoli quien, por haber investigado a Lázaro Báez, fue suspendido y sometido a un jury de enjuiciamiento.

Esa es la falta más grave de Alejandra Gils Carbó, una persona que ha deshonrado la jerarquía institucional de un cargo que nunca debió haber ocupado.

Producción periodística: Lucia Lopreiato.


jueves, 12 de octubre de 2017

Carlos Heller: "Este proceso termina en el 2001"… @dealgunamanera...

Carlos Heller: "Este proceso termina en el 2001"…

Entrevista a Carlos Heller. Foto: Cedoc

El presidente del Credicoop, diputado nacional y candidato a renovar su banca por el peronismo porteño, analizó la política económica de Mauricio Macri. "Lousteau es una colectora de Cambiemos", afirmó.

© Escrito por Ramón Indart el jueves 12/10/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

-Perfil.com: Cavallo dijo que "están haciendo las recetas que yo proponía y es muy similar a lo que se realizó en la década del '90".

-Carlos Heller: Dice más y señala "todos los que están en el gobierno, salvo los muy jóvenes, trabajaron conmigo.

-¿Estamos viendo las medidas de los '90?
-En el libro yo digo eso que ahora dice Cavallo y también dice Pablo Gerchunoff en una nota que le hace el diario El Paísdonde -desde una postura de defensa de Cambiemos- dice que este es el 'tercer intento de modernización', como lo llama él. Los dos anteriores fueron el de la dictadura y el de Menem. Los otros dos fracasaron, esperemos que este no fracase. Entonces les aconseja ir despacio y no hacerla caso a los ortodoxos que le piden apurar el paso y ajustar más enérgicamente. Él dice "así le fue bien y tiene posibilidades de que le vaya bien en las elecciones porque fue gradualista estos dos años, por qué no seguir de esta manera". Es lo que dice Cavallo.

-Pero si esas dos experiencias terminaron mal, es porque se aplicó una receta demasiado ortodoxa o cuál es tu visión al respecto. 
-Cuando las cosas se hacen de manera similar, es muy difícil que el final sea demasiado diferente. En el libro yo digo, con cuidado, pero digo que este proceso termina en el 2001. No tiene otra posibilidad. Un proceso que está sustentado en el endeudamiento tiene un momento en el que el peso de ese endeudamiento entra en crisis. Lo que Cavallo no dice en el reportaje es que a él lo fueron a buscar pensando que con todo su prestigio personal iba a seguir consiguiendo financiamiento para el enorme agujero que tenía la economía del país. Y él vuelve con los brazos vacíos desde Estados Unidos. Le dicen que no había más. Y cuando pasa eso comienza esa etapa de la crisis. Viene la corrida, el corralito, el corralón. 

-Vos decís que termina en 2001 con este nivel de endeudamiento. 
-Con este no, con el que viene. Porque este gobierno actual se inicia hace dos años con un nivel de endeudamiento muy bajo. Como bien dice el gobierno, todavía el nivel de deuda comparado con el de otros países sigue siendo bajo, lo que muestra que arrancó en nivel cómodo para endeudarse. ¿Cuál es el problema? Tiene un déficit fiscal abultado, y tiene déficit de balanza comercial abultado. El proyectado es creciente de acá al 2021. Lo dice el proyecto de presupuesto plurianual que el gobierno mandó al Congreso. Eso hay que financiarlo con deuda, porque la Argentina no va a emitir dólares. Por lo tanto, si va a importar más de lo que va a exportar, ¿de dónde puede sacar dólares si no son del proceso de endeudamiento? Entonces, si tiene déficit fiscal que le genera deuda y tiene déficit de balanza comercial que también genera deuda, parece difícil que no tenga que ir en un proceso de rápido endeudamiento. Ese proceso hace que suba el peso de los intereses en el total del gasto y por lo tanto si se tiene que achicar el déficit fiscal hay que meterle mucha mano a las otras cosas. El gasto argentino tomado en grandes rubros es 60% todo lo que podríamos llamar la seguridad social, 16% salarios y el resto es transferencias a provincias y subsidios a las tarifas. Por lo tanto, seriamente no se puede achicar el déficit si vos al mismo tiempo estás queriendo bajar impuestos. Porque van a seguir bajando retenciones, anuncian que están en revisión otros impuestos a la baja, las corporaciones le piden disminuir el impuesto a las Ganancias entre las condiciones, junto a la flexibilidad laboral para que las famosas inversiones lleguen; no cierra sin un fuerte ajuste de esos cuatro rubros que dijimos antes. Y mirá lo que ya pasa. En el 2015 los intereses equivalían a la suma de Salud + Educación. En el presupuesto del 2018, los intereses son un 42% más que Salud y Educación. Eso te marca la tendencia. Entonces este modelo no cierra sin ajuste. Lo que está en discusión entre ellos es si ajustan rápido o lo van haciendo de a poco y van cubriendo mientras tanto con deuda. Lo que le dice Gerchunoff es "háganlo despacio". Lo que les dice Cavallo es "háganlo rápido".

-Recuerdo épocas de campaña cuando el Gobierno lo que planteaba era dejar de emitir, tomar deuda para bajar la inflación. 
-La inflación está igual que en 2015. Cuando uno mira los números de la economía, tenemos un PBI similar al del 2015, una inflación igual, con un país que se endeudó, aumentó el déficit en su balanza comercial, aumentó el déficit fiscal.

-Este modelo que observás, ¿Crées que el Presidente es consciente o erran en las decisiones? 
-En el libro tomo esa frase, que está instalado cada vez más que Macri gobierna para un sector, para los ricos. Yo creo que este gobierno, cuando Gerchunoff habla de modernización y Cavallo de globalización están diciendo lo mismo. En el mundo actual mandan las cadenas de valor. Esas cadenas están por encima de los Estados y deciden donde invierten en función de la rentabilidad del negocio. Y van a donde tienen menor costo laboral y menor costo impositivo. Por eso son las dos cosas que le piden al gobierno que haga. Si vas al trabajo temporal, como por ejemplo en España. Allí en el último año solo el 7,7% del trabajo fue por tiempo indefinido. Y un 25% fue de 7 días o menos, entonces sabes cómo baja el costo laboral. No hay vacaciones, ni indemnizaciones. Están pidiendo bajar el Impuesto a las Ganancias para las corporaciones del 35 al 20 como propone Trump.

-Pero también es cierto que necesitan crear trabajo. 
-Sí, pero sobre la base de un mercado interno solvente. Ahí aparecen los dos modelos. México creó trabajo, sin embargo fijate que Trump quiere hacer un muro porque los mexicanos siguen prefiriendo ir a Estados Unidos porque ese trabajo es tan mal pago, tan malas las condiciones de vida que no lo quieren. Si vos vas a darles a los argentinos un trabajo de mala calidad sin seguridad social y que significa que va a vivir peor, no es la solución. Hay que desarrollar mercado solvente, protegiendo desarrollo industrial para trabajo bien remunerado y así fomentar un círculo virtuoso. Ese trabajo de calidad es demandante. Argentina tiene hoy 36% de capacidad instalada ociosa.

-Cuando hablaste de terminar en una crisis como en 2001, ¿prevés cuándo puede pasar algo así? 
-No soy adivino.

-En los '90 duró diez años. 
-Sí, pero también tenías las joyas de la abuela, fueron vendiendo las empresas y tapando agujeros. Ahora puede ser el proceso de endeudamiento. Por eso no se puede saber cuánto durará. Pero es diferente que por más que se hable de la herencia, hasta el 2015, la gente podía consumir. Esto que ahora dice González Fraga con que el consumo era sustentable, etc. después vende el mensaje de esperanza, esto de "estamos cambiando, el cambio es progreso, el futuro es mejor". Pero cuando esa misma gente perciba que en vez de mejorar empeora, creo que las cosas van a cambiar.

-Existe un aire de esperanza. 
-Si, por eso va a sacar los votos que va a sacar Cambiemos. Porque la instalación de la idea de que había un desajuste y que este es un proceso de ordenamiento, el sinceramiento, la gente le da un crédito.

-¿Por qué crees que se perdió la elección? 
-Primero quiero decir que se perdió una elección 51 a 49. Es decir, dos mitades. Las elecciones normalmente se ganan así. En Ecuador Lenín Moreno ganó igual. En Estados Unidos fue similar. Hay un mundo dividido por mitades. La pelea es por ese fluctuante que determina cual es la mitad más grande. Y eso está incidido por las cosas que van pasando. Porque hay un núcleo de 40 y 40 que no se modifica pero en el medio hay un 20 que si se mueve según las circunstancias. El macrismo vendió muy bien una imagen de cambio, de orden, de resolver los problemas, que nadie más pagaría Impuesto a las Ganancias, que afectó el resultado. Ahora hay más gente pagando que antes. Vamos a pobreza cero y hay más pobres que antes. Ahora el eslogan cambió. Para terminar con la pobreza necesitamos 20 años. No dijo en 2015 eso. No voy a devaluar dijo.

-Esas medidas se tomaron y sin embargo tengo a una Lilita Carrió en su mejor momento político, Esteban Bullrich con María Eugenia Vidal. 
-Hoy están circulando en las redes un video de (Diego) Santilli con (Sergio) Massa en lo de Andy Kusnetzoff y donde muestran pasajes de las cosas de Carrió y lo que ha dicho con documentos sobre Mauricio Macri.

-Ahora, si vamos al archivo, nos quedamos sin política. 
-No. Mi primer campaña a diputado era "resiste los archivos". Te desafío a que resisto los archivos y a que todo lo que dije a lo largo de mi trayectoria tiene una coherencia que no se ha modificado. Por eso no es así.

-Pero a la gente parece no importarle a veces el archivo. -Es probable, pero yo contesto a tu pregunta anterior. Yo actúo de una manera porque me importa a , no tanto a la gente. Para  es un valor muy grande.

-Dentro del frente electoral, ¿cómo ves la elección, lo que pasó en la Ciudad? 
-En la Ciudad al espacio de Unidad Porteña le fue relativamente bien porque reconquistó el lugar de primera fuerza opositora que había perdido en la elección anterior con la coalición Carrió-Lousteau, porque fue esa coalición la que ocupó el segundo lugar. Obtuvimos un 21/22 por ciento y vamos a la elección con la expectativa de crecer un poco más. Si crecemos un poco más, yo voy a reelegir; y si no, no. Acá aparece una cosa que digo con franqueza. ¿Con quién competimos? Con Lousteau. ¿Cómo lo calificamos? Fue nombrado embajador de este gobierno en Estados Unidos. Y hoy la relación más importante de Argentina es Estados Unidos. Tiene que ser alguien de confianza absoluta, es más que muchos ministros. Él decide volver y pide participar en la interna de Cambiemos. Le dicen que no y entonces se convierte en un opositor curioso, porque se presenta como diputado nacional pero solo habla de la Ciudad. De segundo por detrás de Lousteau va Carla Carrizo, diputada radical, de Cambiemos. Ahora se aleja para la campaña. Es una colectora de Cambiemos.

-¿Se apuró Lousteau al volver?
-Uno piensa que es un joven que tiene mucho recorrido por delante. Pero fue ministro de Cristina, presidente del BAPRO con Solá, asesor de Prat Gay en el Banco Central, socio de Lilita Carrió, uno debería decir que ahí si la coherencia o el archivo es bastante difícil de sostener.

-¿Crees que Cristina puede terminar presa?
-En la Argentina uno puede creer cualquier cosa porque la Justicia actúa de manera discrecional. Cuando miro como rápidamente se resuelven las denuncias contra Arribas, Panamá Papers, queda claro. Leo el tema de Irán y me cuesta encontrar, más allá de la operación político mediático, como puede avanzar un proceso en esa dirección. Que la citen a Cristina 10 días antes de las elecciones para ir a declarar cuatro días después y que inmediatamente salga Carrió a decir que puede perder los fueros. Y me acuerdo de Stolbizer diciendo hace dos meses que habría que hacer una acción para que no asuma.

-¿Pueden hacer que no asuma? 
-A mí me parece un disparate. Pero la discrecionalidad no tiene límites. ¿Razonablemente puede pasar? No.

-Después del 22 de octubre, ¿un triunfo o derrota del Gobierno cambia algo? 
-Si. El gobierno gestionó estos dos años y lo hará los que vienen sin mayoría propia. Para eso necesita el voto de los opo-oficialistas. Esos son gente que mide la situación. Si el gobierno va para atrás, es probable que crezca el componente opositor. Si le va bien, crece el componente de gobernabilidad, razonabilidad, etc. Ejemplo, si el Frente Renovador no hubiera votado como votó, ninguna de estas leyes que se votaron se hubieran aprobado. Si Massa es coherente con lo que dice en campaña, esto de "el Gobierno tiene una reforma laboral, una previsional y una fiscal en carpeta para después de las elecciones. Deben ser malas porque si fueran buenas las hubiera mostrado antes. Nos comprometemos a que no vamos a votar ninguna ley en ese sentido". Si cumplen con esa palabra, el gobierno de Macri está en problemas porque no saca una sola ley.

-¿Le crées?
-No. Porque no lo hizo.

-En eso están de acuerdo con el gobierno, ninguno le cree a Massa.
-No es que no le crea a Massa. Los diputados del massismo con él incluido votaron todas las leyes. Los vi intervenir diciendo que las leyes eran malas. Por ejemplo con el pago a los buitres hubo un montón de intervenciones del FR que dijeron que la ley era una porquería pero luego dijeron que en nombre de la gobernabilidad había que darle el apoyo y votar a favor. Entonces lo que vale es el momento de apretar el botón porque el discurso muchas veces puede ir para cualquier lado.