Mostrando las entradas con la etiqueta Educación. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Educación. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de enero de 2022

Negociación con el FMI. Acuerdo sin ajuste… @dealgunamanera...

 Negociación con el  FMI. Acuerdo sin ajuste… 

El ministro de Economía, Martín Guzmán, junto a la directora del FMI, Kristalina Georgieva.

Las negociaciones de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional están trabadas en un punto: el gobierno nacional no está dispuesto a hacer el ajuste que le pide el organismo multilateral de crédito. La Argentina quiere un acuerdo, pero no el que la obligaría a la aplicación de las recetas económicas tradicionales del Fondo. Éstas ya se pusieron en práctica muchas veces, siempre con pésimos resultados.

© Escrito por Carlos Heller (*) 23/01/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

 

¿Qué quiere decir ajuste fiscal? Recortar lo que el Estado invierte en Salud, Educación, Ciencia y Tecnología, Obras Públicas, Medio Ambiente, entre otras áreas. Es decir, en todo lo que tiene que ver con el bienestar de la ciudadanía. 

El FMI lo ha expresado claramente: “las economías emergentes deben prepararse para el endurecimiento de la política de la Reserva Federal (…) Ante las condiciones de financiamiento más restrictivas, los mercados emergentes deben adaptar su respuesta en función de sus circunstancias y vulnerabilidades (…) En cualquier caso, parte de la respuesta debe consistir en dejar que las monedas se deprecien y en elevar las tasas de interés de referencia. Si surgen condiciones desordenadas en los mercados cambiarios, los bancos centrales que cuenten con suficientes reservas pueden intervenir, siempre que tal intervención no suplante el debido ajuste macroeconómico”. 

Es el manual histórico de las políticas regresivas. 

En ese escenario, en el plano internacional el gobierno nacional despliega una serie de acciones. Por ejemplo, trata de influir en distintos países, entre ellos Estados Unidos, quien fue clave para la autorización del crédito que el FMI le concedió a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri. Un préstamo de esas características, por fuera de lo estipulado en los estatutos del Fondo, no pudo ser aprobado sin la intervención activa de los Estados Unidos, que por su participación accionaria tiene poder de veto sobre las decisiones que se toman en ese organismo multilateral. 

La posición del gobierno argentino tiene apoyos diversos. Legisladores norteamericanos demócratas, entre otros, le demandan a la Reserva Federal que escuche los planteos de los países endeudados. En paralelo, un equipo de abogados del Centro de Investigación Social dependiente de la London School of Economics presentó un análisis jurídico en el que describe las condiciones absolutamente irregulares en las que se le dio el crédito a nuestro país. En síntesis: si el FMI hubiera actuado de acuerdo a su estatuto, la Argentina no tendría el actual endeudamiento. 

En los últimos días apareció un informe de OXFAM, la organización internacional que, entre otros temas, estudia la fuga de capitales hacia las guaridas fiscales. El mismo sostiene: 

Desde el inicio de la pandemia ha surgido un nuevo milmillonario en el mundo cada 26 horas. 

Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas en este periodo mientras que, se estima, más de 160 millones de personas cayeron en la pobreza.

Solo con las ganancias que Jeff Bezos ha amasado desde que comenzó la pandemia se podría vacunar a toda la población mundial. 

Las riquezas de una pequeña elite de 2755 milmillonarios han crecido más desde los inicios de la pandemia que en los últimos 14 años. 

Los gobiernos de todo el mundo pierden más de 200 mil millones de dólares anuales a causa de la evasión y elusión fiscal de las empresas. 

En ese marco, el planteo del gobierno nacional es muy sencillo: en lugar de ajuste, propone aplicar políticas de progresividad impositiva y de distribución del ingreso como las que recomiendan hasta los organismos multilaterales. No está promoviendo políticas extrañas: son iniciativas expansivas similares a las que muchos países centrales llevan adelante. La Argentina afirma: “nosotros queremos acordar, nosotros queremos pagar, pero para eso primero tenemos que crecer para tener más recursos”. En definitiva, el país impulsa un modelo de crecimiento con la gente adentro.  

* Diputado nacional por el Frente de Todos y Presidente del Partido Solidario.



 

viernes, 1 de enero de 2021

"Es necesario reaccionar"... @dealgunamaneraok...

 Es necesario reaccionar@dealgunamaneraok…

 

Lavagna: "Basta de excusas, populismo y ajustes que dejaron una realidad insostenible". El exministro habló en una carta de "fracasos de uno y otro lado", instó a "bajar los costos de la política", y reclamó cambios jubilatorios y laborales. Los detalles. 

© Publicado el sábado 26/12/2020 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El excandidato presidencial y exministro de Economía, Roberto Lavagna, difundió este sábado 26 de diciembre una carta en la que cuestionó "los fracasos de las políticas populistas por un lado, o de ajuste por el otro, que han llevado a una realidad socioeconómica insostenible", al tiempo que reclamó "bajar los costos del sistema político", además de modificaciones en el sistema jubilatorio y en materia laboral. Lo hizo a través de una carta que publicó en las redes sociales, en la que solicitó "cambios de comportamiento" y sostuvo que "no hay más excusas" para implementarlos.

 

En la carta, titulada "Llegó la hora. No hay más excusas", Lavagna hace un balance de "un muy difícil 2020" y sostiene que "la acumulación de 10 años de estancamiento, incluso retroceso económico y la pandemia, han puesto a los argentinos todos en una difícil encrucijada".

 

"El fracaso de las políticas populistas por un lado, o de ajuste por el otro, más la parálisis derivada de la pandemia, han llevado la realidad socioeconómica a niveles insostenibles", añadió la misiva del ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner,

 

Luego de resaltar que "es necesario reaccionar ya con algunos cambios de comportamiento", Lavagna desarrolla seis ejes.

 

 

En principio, propone "la creación del trabajo privado como objetivo central, protegiendo derechos adquiridos pero incorporando a la mayoría que hoy está excluida, sin derecho alguno, a formas modernas de empleo" y reclamó "darle a la inversión y a la búsqueda de productividad un papel central".

 

Luego, instó también a "dar equidad al sistema jubilatorio de quienes menos ganan haciendo ajustes diferentes a las jubilaciones y pensiones más altas, de modo de reducir las abismales diferencias que hoy existen entre la mínima y los sistemas de privilegio".

 

Lavagna habló en su carta de "empezar ya con un proceso "que abarque bajar los costos de funcionamiento del sistema político" y pone como ejemplos: "Cámaras más reducidas, legislativos provinciales unicamerales, concejos deliberantes marcadamente más reducidos, límites estrictos al número de asesores etc.".

 

También pide "modificar conductas y valores", y "evitar que el empleo público siga creciendo" y, en ese sentido, propone "reeducar, redistribuir, penalizar el intervencionismo inútil y burocrático" con el fin de "darle más poder a los ciudadanos y menos a las estructuras, gerenciales, sindicales y a las alianzas espurias entre el Estado y pseudo empresarios".

 

 

Del mismo modo, propone "desarmar progresivamente el sistema de subsidios que privilegia la concentración en Capital y el Gran Buenos Aires, porque vacía el interior del país" y destaca que "es imperioso re-federalizar la Nación.

 

Según el excandidato de Consenso Federal, habrá "resistencias" a sus propuestas desde los distintos sectores pero también otros "capaces de ver lo que será la sociedad argentina dentro de 20 años si no hacemos cambios de fondo".

 

"Cuanto más reglas menos inversiones; cuanto más intervenciones menos productividad. Cuanta más creatividad fiscal más desvíos grandes (subsidios eólicos, monopolios renovables sin límites); o desvíos chicos (VTVs, registros automotores, parquímetros, impuestos al viento, etc.)", enumera.

 

Para Lavagna, "los argentinos necesitamos una bocanada de aire fresco, de mayor libertad para movernos con creatividad; para ser productivos, no para buscar mañosamente rentas que se le extraen al Estado que debe ocuparse. SÍ de educación, salud, de crear igualdad de oportunidades, seguridad, ciencia y tecnología". sostuvo el excandidato de 78 años.

 

La propuesta de Lavagna no es nueva: ya en agosto presentó un documento titulado “Pilares de un programa de crecimiento con inclusión”, que incluía una reforma laboral entre sus ejes principales, que genera debates y resistencias en diversos sectores, sobre todo en el sindicalismo y en diversos espacios del conglomerado del PJ. 

 

J.D. / H.B.






viernes, 4 de septiembre de 2020

Malditos prejuicios... @dealgunamanera...

Una reflexión en torno a la agresión que recibió Ofelia Fernández en una universidad de elite…

Ofelia Fernández. Fotografía: Marcelo Escayola.

La conducta de varios estudiantes de la Universidad Di Tella merece una reflexión. En cualquier civilización, agredir al invitado, es un acto de enorme bajeza.

© Escrito por Juan Grabois el miércoles 26/08/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La conducta de varios estudiantes de la Universidad Di Tella merece una reflexión. Como docente universitario y padre, quisiera compartirla con ustedes, en particular, con los padres de estos jóvenes, conciudadanos y compatriotas nuestros.

Ustedes seguramente quieren lo mejor para su hijo o hija, quiere una educación de calidad para que aprenda y sea un hombre o mujer de bien. Quiere que tenga valores democráticos y humanistas, esos mismos que Di Tella defendía. Por ello, tal vez muchos hagan un esfuerzo para pagar la cuota, acompañarlos en su proceso formativo, apoyarlos en todo sentido.

La Universidad Di Tella es una institución para las clases altas dónde predominan determinadas ideas políticas, tan respetables como cualquier otra en el marco de la democracia.

Evidentemente, no era el espacio más amigable para Ofelia Fernández. Sin embargo, ella aceptó el desafío y expuso respetuosamente sus ideas.


Cuando Ofelia empezó a desarrollar una posición en torno a la solidaridad, muchos alumnos comenzaron a gritarle, interrumpirla, insultarla del modo más vulgar y procaz. Esa conducta grotesca expresa una crisis de valores que trascienden las posiciones políticas y van, incluso, más allá del prejuicio.

En cualquier civilización, agredir al invitado, máxime si el invitado pertenece a otro ámbito sociocultural, es un acto de enorme bajeza. Un acto inmoral, cobarde. Un acto que expresa la forma más vil de la mala educación. ¿Dónde mamaron estos jóvenes esta actitud? ¿en su casa? ¿en la TV? ¿en las redes? ¿en la propia universidad? ¿puede una universidad, por más cara que sea, suplir la falta de valores básicos?. 

La pregunta más importante que creo deberían plantearse: ¿quieren que sus hijos sean eso? ¿quieren que pertenezcan a una élite materialmente rica pero moralmente indigente? ¿quieren hijos superficialmente elegantes y formados pero esencialmente brutales, ignorantes, prejuiciosos, groseros? ¿los enorgullece verlos así?.

Si los hijos de las clases privilegiadas, con acceso a las mejores instituciones y todas las comodidades, no pueden respetar las normas de convivencia más elementales, ¿qué le queda al resto de la juventud? ¿con qué autoridad moral se les exigirá el respeto a las normas?.


Quisiera agregar algo más que no hace al quid de la cuestión pero, como compañero, me siento en la obligación de contar. Ofelia sí dona su sueldo. Más de la mitad. Un sueldo que ella no definió y que en efecto, considera excesivo. Desde que asumió la banca para la que fue democráticamente electa, dona su sueldo no con la actitud del fariseo sino por convicción: por eso no lo anda diciendo. No es la única. Hay muchos hombres y mujeres en nuestro tan demonizado campo político, con aciertos y errores, virtudes y defectos, practican en silencio los valores que otros pregonan.

Ofelia tuvo otra actitud noble. No aprovechó el episodio para victimizarse. Aceptó rápidamente las disculpas de la Universidad. Bien por ella. Me enorgullece ser su compañero. Yo por mi parte, no creo que alcancen las disculpas de la Universidad.

Considero que la comunidad educativa de la misma debe tomar este episodio con la gravedad que amerita. Indagar en el porqué de semejante nivel de intolerancia y trabajar para revertirlo porque no es un hecho aislado: es una actitud constante.




domingo, 30 de junio de 2019

“Necesitamos una escuela para los últimos, no para los buenos”, dice Francesco Tonucci… @dealgunamanera...

“Necesitamos una escuela para los últimos, no para los buenos”, dice Francesco Tonucci…

Francesco Tonucci. Fotografía: Santiago Mazzarovich

El pedagogo italiano explicó, en entrevista con la diaria, por qué invita a las escuelas a abandonar los deberes.

© Escrito por Cecilia Álvarez el jueves 25/08/2019 y publicado por La Diaria Educación, de la Ciudad de Montevideo, República Oriental del Uruguay.

Francesco Tonucci: La asamblea de los niños. 
Video de #Aprendamosjuntos del BBVA

Francesco Tonucci, maestro, pedagogo, ilustrador y creador del programa La ciudad de los niños, estuvo esta semana en Montevideo. Llenó una sala para 1.000 personas con la conferencia “Los niños y niñas piensan de otra manera”, tuvo encuentros con jerarcas de la Intendencia de Montevideo para promover la aplicación de su proyecto en Montevideo y participó en la primera sesión del año del Parlamento de Niñas, Niños y Adolescentes, el martes. En entrevista con la diaria, profundizó algunas de las ideas que manejó en su conferencia, por ejemplo, fundamentando por qué las escuelas no deberían mandar más deberes, y por qué los alumnos no son buenos o malos, sino que la que debe ser buena es la escuela.

La città dei bambini es un proyecto sobre autonomía y tiempo libre que, al comienzo de su conferencia del lunes, graficó con ejemplos como el de este video: ladiaria.com.uy/UTe. El italiano llama a las familias y a las ciudades a trabajar “para que los niños puedan volver a vivir la calle” y a ponerse “del lado de los niños y en contra de los autos”.

Has dicho que la escuela ya no tiene que enseñar las cosas. ¿Cuál es su rol hoy?

Te refieres a una polémica que salió en La Nación hace unos años, sobre una frase que decía que la escuela no debería preocuparse tanto de enseñar, que lo hacen mejor otros instrumentos, y que yo esperaba de la escuela cosas más importantes. Sigo pensando que todo lo que es aprendizaje, en el sentido más corriente, en referencia a información, hoy en día los niños lo reciben por todos los medios, con lo que perderse demasiado en esto no vale la pena.

Yo de la escuela espero algunas cosas básicas, mucho más importantes. Una, lo que decía en la conferencia: que ayude a todos los niños y niñas a descubrir su vocación, de manera que se pueda cumplir con la ley, que la escuela sea el lugar donde se desarrollan las potencialidades y las capacidades de cada uno de los alumnos hasta el máximo nivel posible. Esto dice el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que es ley nacional en Uruguay desde 1990. Uno de los papeles fundamentales de la escuela es ayudar a los alumnos a descubrir su vocación y desarrollarla al máximo nivel posible. Esto debería tener como consecuencia que los niños lleguen a ser muy capaces en lo suyo. Yo creo que si permitimos a cada uno a desarrollar lo que Gabriel García Márquez llamaba su “juguete preferido”, también tendrá ganas de recuperar lo que le falta.

Yo no pienso en una escuela donde una persona que tiene una vocación por el canto o para la artesanía debe desarrollar sólo eso y nada más. Así como lo pienso para los matemáticos y para los que tienen una vocación literaria, me gustaría que desarrollaran también el canto, la manualidad, el dibujo y el arte. Espero que los que tienen una capacidad manual, musical o artística también puedan recuperar una parte de estas competencias, literaria y matemática, que seguro son muy útiles en la vida, pero reconociendo su competencia principal, por lo que los alumnos deberían ser buenos porque tienen algo de especial. Uno es bueno porque tiene una manualidad muy alta, otro porque tiene una capacidad matemática muy alta... y cada uno puede ser el mejor. Esa es la idea.

La segunda cosa que me parece importante, especialmente hoy en día, cuando la tecnología invita a los niños a vivir solos –hay estudios que muestran que están bajando todos los aspectos de encuentros y de amistades–, es que la escuela tiene un papel muy importante en todo lo que puede considerarse social, por ejemplo, el trabajo de grupo. La escuela no puede seguir diciendo que no se puede copiar, que cada uno a lo suyo... Al contrario, debería favorecer el trabajo grupal. A mí me gusta mucho el texto colectivo, escribir juntos. Cada uno escribe una frase, después se eligen las mejores y se juntan hasta formar un texto que al final no es de nadie porque es de todos. Tampoco pienso que es la única forma de desarrollar la escritura, pero es una, y junto a la individual sería interesante desarrollar también esto.

Por último, diría que la escuela, como su papel de fondo, tiene que ser capaz de aprobar. Un maestro italiano al que quise mucho, Mario Lodi, que falleció hace pocos años, en una carta que escribió a los padres después de una semana de escuela, decía: “Conocía a vuestros hijos, todos tienen una inteligencia normal, con todas las diversidades debidas a las distintas experiencias, con lo cual, desde ahora, puedo decir que todos ya aprobaron quinto de primaria, con el seguimiento de los conocimientos mínimos que proponen los programas”. 

Era la primera semana de primer año de primaria. “Y si esto no ocurre, la culpa será del maestro y de la escuela”. Me parece que eso es un buen maestro y da una buena definición de la escuela: la escuela tiene que aprobar, pero no porque son buenos los alumnos, sino porque es buena la escuela. Necesitamos una escuela para los últimos, no para los buenos. [El educador italiano Lorenzo] Milani decía muchas veces: “La escuela parece un hospital para sanos, que rechaza los enfermos”.

¿Por qué todas las escuelas deberían tener un consejo de participación de estudiantes?

Por lo menos por dos razones de fondo. Una, porque lo dice la ley, con lo cual la escuela que no lo tiene es una escuela ilegal. Si la Convención es una ley, el artículo 12 dice que los niños tienen derecho a ser escuchados y a expresar su opinión cuando se toman decisiones que los afectan...

La segunda es que la escuela se beneficiaría mucho de la participación de los niños, que puedan asumir la escuela como su escuela y, con eso, preocuparse por que funcione mejor que como funciona. Que los niños están contentos dentro de la escuela, identificar las razones por las cual no lo están y, posiblemente, en acuerdo con el director de la escuela, superar estas cosas que no funcionan. La escuela debería desear esto con toda su alma, porque es una manera de acercar a los niños, por eso no se entiende por qué no hacerlo. Claro, esto rompe un esquema mental que quiere que los niños escuchen y no que sean escuchados. En la escuela los niños están sentados, callados, escuchando lo que hablan los maestros. Esta propuesta da vuelta esto: dice que vale la pena escucharlos.

Dije que iba a decir dos razones, pero digo tres. Por último, los niños tienen algo para decir. Los niños llevan consigo una vida. Cuando empiezan la escuela, con seis años, saben cosas, y cada uno sabe de forma distinta, con lo cual para un maestro escuchar a los niños es algo imprescindible, porque de lo contrario no sabe qué proponer. ¿Cómo puede empezar a proponer si no sabe cómo están sus alumnos? La única manera de hacerlo es pensar que los alumnos llegan con un nivel cero, pero eso es falso. Si están todos a nivel cero yo puedo empezar, que me escuchen, que aprendan, y después medir cuánto han aprendido. Todo esto es una manera de pensar que no tiene ninguna relación con la realidad. Los niños son distintos, los niños saben; nosotros no sabemos lo que saben, por lo cual si queremos evaluarlos tenemos que conocer el punto de partida.

En tiempos en que se multiplican las escuelas de doble horario o en que los niños tienen muchas actividades extracurriculares, además de ir a la escuela, enfatizás en la importancia del tiempo libre y del juego en el proceso de aprendizaje. ¿Por qué?

Creo que la escuela debería estar muy interesada en que sus alumnos vivan el tiempo libre fuera de casa, con los amigos, teniendo experiencias que les gusten, porque en una experiencia que viven con gusto, con interés, seguro van a ocurrir cosas, algún descubrimiento, alguna sorpresa; cosas que encienden curiosidades. Eso es material bueno para la escuela. Cuando el maestro y pedagogo francés Célestin Freinet proponía el texto libre, proponía una técnica escolar muy particular: si cuando estáis fuera de la escuela os ocurre algo de interesante y que pensáis que puede ser interesante para vuestros compañeros –primera condición–, si queréis –no es obligatorio, al contrario–, podéis escribirlo brevemente y llevarlo a la escuela. 

Luego, cuando llegamos a la escuela vamos a leer los textos libres que llegaron, y después se abre un debate, se hace una selección y se imprime el texto libre elegido, para ponerlo en el periódico escolar. Repito: la escuela debería estar interesada en que los niños puedan llevar algo. Hoy en día esto no es posible, porque lo que hacen fuera de la escuela es tan aburrido y tan controlado por los adultos que no tiene nada que pueda ser interesante.

El segundo aspecto es un análisis pedagógico. Los deberes, que normalmente ocupan el tiempo de la tarde, así como las actividades, desde mi punto de vista no tienen ningún interés pedagógico. No consiguen tener los resultados que presumen; normalmente se justifican diciendo que son para ayudar a los más débiles, que haciendo ejercicios recuperan. El tema es que los más débiles casi siempre tienen familias muy débiles, en particular culturalmente, que no pueden ayudarlos. 

Muchas veces los padres y las madres de estos niños saben menos que sus hijos, que saben ya poco, con lo cual son niños que vuelven a casa, no encuentran a nadie que pueda ayudarlos y no hacen los deberes o, si los hacen, los hacen mal. Por el contrario, es más probable que los niños que los necesitan menos tengan padres preocupados, atentos, que los ayudan. Con esto, al día siguiente, la diferencia entre esos dos niños es un poco mayor. Entonces, de esta manera no se consiguen lo que se presume, sino que se consigue el resultado opuesto.

Con esto no quiero decir que no hay que hacer ejercicios ni profundizar, digo solamente que si lo necesitan algunos alumnos, o todos, la escuela tiene que hacerlo en su horario, bajo la garantía de los maestros que, tenemos que reconocerlo, son responsables de esta laguna. Si un niño no aprendió, es porque el maestro no ha sabido enseñarle. Después podemos examinar todas las justificaciones, pero es así. El que enseña es el maestro; si los alumnos no aprenden, el maestro de alguna manera no ha conseguido llegar a su objetivo.

Esa afirmación es bastante confrontativa con los maestros.

Es la frase de Lodi que cité antes: “Si esto no ocurre, la culpa será del maestro”. Un padre me paró un día, me mostró el cuaderno de su hija, que estaba en primer año de primaria, y me dijo: “Mira, la niña cuando escribe se equivoca siempre entre b y v”. “Tenéis que hacer ejercicios”. “Yo a mi hija le enseñé a hablar, y cuando habla no se equivoca nunca. A escribir le enseñó el maestro. ¿Por qué soy yo el que tiene que hacer ejercicios?”.

¿Cómo conciliar la importancia del tiempo libre y del juego entre los niños con los tiempos familiares, con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo? Muchas veces los padres no tienen opciones a enviar por varias horas a sus hijos a la escuela.

Aquí debe intervenir la ciudad. Creo que las familias pueden hacer bastante reconociendo a los niños la capacidad de hacer cosas que hoy se consideran imposibles y que para los mismos padres fueron normales: salir, ir a la escuela, por la tarde juntarse con amigos, hacer tonterías. Esto lo hemos hecho; no se entiende por qué los niños de hoy no pueden hacerlo, pero claro, creo que tenemos que asumir este problema como problema social, como problema político. Si yo fuera responsable de una ciudad, trabajaría muchísimo para que los niños puedan volver a vivir la calle, porque estoy convencido de que es la manera más tranquila, más fácil y más barata de conseguir seguridad urbana, de devolver a los niños una necesidad que tienen y de obligarnos, a nosotros los adultos, a modificar un poco nuestra manera de actuar. 

Se trata de proponer y obligar a los adultos a optar entre autos y niños, que es una cosa con la que todo el mundo va a estar de acuerdo, pero cuando vamos a los puntos críticos la gente se queja si se le impide llegar a la puerta de la escuela, se queja si se reduce la calzada para favorecer el paseo... De hecho, se queja cuando nos ponemos del lado de los niños y en contra de los autos. Yo tengo una viñeta de una niña que piensa: “Me gustaría mucho que mi padre me quisiera como quiera a su auto”. Es muy triste, pero creo que tiene algo de verdadero.



martes, 5 de junio de 2018

La disyuntiva del aborto (I)... @dealgunamanera...

La disyuntiva del aborto...


No puedes abortar. Tampoco puedes tener muchos hijos. Tienes que cuidarte. Pero tampoco puedes andar con condón en la cartera, eso es de puta. Y no puedes ser puta. La mujer se tiene que preservar. Sino, ningún hombre va a querer casarse contigo.

No salgas con ropa corta, apretada, transparente, escotada, ropa de puta. Así, estás pidiendo que abusen de ti. Después un tipo pasa y te toca y todavía quieres reclamar. No seas zorra. No seas promiscua.

El hombre actúa por instinto. No lo provoques. No quieres merecer que te violen. Pero, si te violan, no puedes abortar. La criatura no tiene la culpa.

Cuando salgas a un bar, no puedes tomar. Después te emborrachas, te pasa algo, y todavía reclamas. Tomar es de ordinarias. Tienes que ser rectita. Sino ningún hombre te va a querer. A los hombres no les gustan las mujeres que viven en la calle. Pero tampoco vivas encerrada en tu casa, porque así no vas a conseguir novio.

No te acuestes en la primera cita. El hombre no se casa con la mujer que coge de primera. ¿Cómo que no te quieres casar? Toda mujer se quiere casar. Ya hace un año que te casaste, ¿y? ¿Para cuándo el bebé? Toda mujer tiene que tener hijos.

Pero no engordes después de tener hijos. Al hombre no le gusta la mujer gorda, dejada. No te puedes descuidar. Pero tampoco adelgaces mucho. Al hombre le gustan las curvas.

¿Cómo que no te gustan los hombres? No puedes ser lesbiana. Las lesbianas son promiscuas. Las Bi son todas sinvergüenzas. Andan con esas pendejadas de ser lesbianas o Bi porque nunca se las cogieron bien.

Hay que casarse, tener hijos, tener un cuerpo que encaje en el patrón de belleza y estar bien arreglada. Al hombre no le gustan las mujeres desarregladas. Después te caga, y tú todavía reclamas.

También tienes que trabajar. ¿Las mujeres no querían tener derechos? Hay que trabajar igual que los hombres, pero ganar menos. El hombre se siente inferior si la mujer gana más. Y, si por acaso, ganas más que él, no le digas a nadie, así no lo haces sentir mal.

Estudia. Al hombre no le gusta la mujer ignorante. Pero no estudies mucho. Con que te recibas está bien. No precisas de posgrado, maestría, doctorado, esas cosas. Al hombre no le gusta la mujer que quiere ser más inteligente que él.

El Feminismo es cosa de putas. No puedes ser puta. Si quieres igualdad, anotate en el ejército. Que no te guste el fútbol ni los videojuegos, ni nada de esas cosas de hombres. Al hombre no le gusta la mujer que quiere saber más de deportes que él. La mujer solo quiere saber de esas cosas para llamar la atención de los hombres.

Al hombre no le gusta la mujer que vive llamando la atención. Al hombre no le gusta la mujer que se pone a discutir sobre cosas de hombres. Después sufres algún tipo de violencia y todavía pretendes reclamar.

No seas puta. No seas puritana.

Ten hijos, pero solo cuando te lo permitan.

No engordes. No seas muy flaca. No quieres que te violen o te den una paliza. Ponte en tu lugar. No te pongas a exigir derechos.

Ubícate. No cuestiones. No reclames. Cumple tu rol de mujer. Tu rol de novia. Tu rol de esposa. Tu rol de madre.

¡Qué papelón! No cojas, a no ser que sea para tener hijos. No hagas nada de lo que tengas ganas.

No seas feliz. No pienses. Y si es posible... ¡Ni existas! 

Anónimo.

© Publicado el domingo 29/04/2018 en el muro de la Red Social Facebook de Himura Kuranay Ciudad de Trujillo, República del Perú.




sábado, 17 de marzo de 2018

“De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho ricos en ignorancia”… @dealgunamanera...

“De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho ricos en ignorancia”…

Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional. Fotografía: Unimedios/Universidad Nacional

En septiembre esta institución cumple 150 años de fundación. Semana.com habló con su rector, Ignacio Mantilla Prada, sobre la importancia de este aniversario y los problemas que atraviesa la educación superior pública, entre ellas la estigmatización de la que es víctima.

© Publicado el martes 20/06/2017 por la Revista Semana de la Ciudad de Bogotá, Colombia.

SEMANA: La Universidad Nacional de Colombia está cumpliendo 150 años, ¿qué representa este aniversario?
Ignacio Mantilla: Es una fortuna para nosotros cumplir 150 años y ser la universidad pública más grande del país. Sobrevivir siglo y medio a todas las convulsiones que ha tenido Colombia es un gran logro. Queremos aprovechar este aniversario para recordar el pasado, pero también para reflexionar sobre el presente y el futuro. Ahora la educación superior vive una coyuntura particular. La tendencia a privilegiar el subsidio a la demanda, con programas como ‘Ser Pilo Paga’, pone en aprietos a la Universidad Nacional y a la educación pública en general, entonces creo que en esta conmemoración también debemos pensar sobre cuál es el modelo de educación que le conviene a Colombia, máxime si se tiene en cuenta que la Nacional ha sido pionera en muchos campos; por ejemplo acá nacieron los primeros doctorados en 1986.

SEMANA: ¿Cómo ha hecho la Universidad Nacional para sobrevivir tanto tiempo?
I.M.: Creo que se debe a que, pese a las dificultades, la universidad ha sido una institución crítica, que siempre ha utilizado el argumento como su mejor arma, pero que a la vez se ha convertido en guardián tanto del avance de la ciencia y la tecnología, como de la política y el conocimiento social, cualidades labradas durante 150 años, que el país reconoce. Esto es evidente en el acompañamiento que ha hecho al proceso de paz por solicitud de los actores involucrados (Gobierno y Farc-EP), quienes manifestaron su confianza total en la Institución.

SEMANA: En los rankings internacionales y nacionales, la Nacional siempre queda como la mejor institución educativa del país. Si uno de los problemas que tiene la Nacional es la financiación, ¿cómo ha hecho para mantener esos altos estándares de calidad?
I.M.: A pesar de los problemas presupuestales, la universidad tiene una riqueza muy grande en sus estudiantes. De hecho, hoy en día nuestros alumnos de pregrado prefieren hacer un posgrado antes que ir a buscar un trabajo. Cuando ellos compiten por cupos para ser admitidos en las universidades del exterior les va muy bien. Por otra parte, la Nacional siempre ha contado con un equipo de profesores con formación de alta calidad, quienes gozan de un salario digno no obstante las condiciones económicas de la Institución, y tienen libertad para enseñar e investigar lo que ellos consideran pertinente para el desarrollo del país.

SEMANA: ¿Cuáles son los aportes más valiosos que la Universidad Nacional le ha hecho al país en estos 150 años?
I.M.: Son innumerables, pero rememoro los 135 años en los que la Nacional estuvo en el Hospital San Juan de Dios, durante los cuales se hicieron investigaciones que trascendieron internacionalmente. Como ninguna otra institución de educación superior hemos tenido una vida cultural sumamente rica. El Auditorio León de Greiff es reconocido como el mejor escenario musical de Bogotá, y además contamos con cerca de 20 museos solo en la ciudad. En el área de las ciencias, fuimos herederos del trabajo de José Celestino Mutis, el Sabio Caldas y Humboldt, gracias a lo cual poseemos un robusto inventario de la flora y fauna colombiana. La universidad ha formado a los protagonistas más importantes de la política nacional del siglo XX, como el presidentes Carlos Lleras Restrepo, y a grandes líderes como Jorge Eliécer Gaitán y el sacerdote Camilo Torres, no el guerrillero que todo el mundo ve, sino al destacado sociólogo. Incluso García Márquez fue alumno de la Escuela de Derecho. Sin duda, la Institución ha dejado una huella imborrable en el país.

SEMANA: Si la universidad ha sido tan importante para el país, ¿por qué la clase política no se la ha jugado para fortalecerla y ha preferido apoyar la educación superior privada?
I.M.: Eso forma parte de la opción que ha tomado el Estado colombiano de privilegiar el subsidio a la demanda, que prácticamente le quita su obligación de proveer de educación superior a todos los colombianos. Y el mejor ejemplo es 
‘Ser Pilo Paga’, que termina destinando más dinero a la universidad privada que a la pública. Para el Gobierno es más fácil y rentable mediáticamente lanzar 40.000 becas para estudiantes de escasos recursos, que crear 400.000 cupos en las universidad públicas. Un modelo excluyente porque con ‘Ser Pilo Paga’ se quedan por fuera jóvenes que podrían ser ‘repilos’, pero que no tienen la oportunidad de obtener una beca porque su formación en la educación básica fue deficiente, lo cual no significa que no sean brillantes.

SEMANA: En ese sentido, ¿cuál es la importancia de la educación superior pública?
I.M.: Creo que muchas políticas neoliberales ven la inversión en educación sólo en términos de retorno y ganancia económica. Frente a esa postura dominante, pienso que un país que abandone la educación pública le abre las puertas a la desigualdad y a la exclusión. ¿Qué futuro le vamos a ofrecer a los jóvenes que no pueden pagar una universidad privada? ¿Qué posibilidades tienen de ascenso social? Se podría resumir en la siguiente frase: “De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho ricos en ignorancia”. Eso es lo que lograría un país que no ve la educación como una gran inversión, sino como un costo que debe asumir sin ninguna convicción. No debería haber dudas sobre la necesidad de tener una universidad pública fuerte y completamente subsidiada.

SEMANA: ¿Cómo ve en el futuro a la universidad?
I.M.: Con optimismo. Observo que en sus dos últimas legislaturas, el Congreso ha apoyado la 
educación superior pública, y espero que la tendencia continúe. Por eso considero que allí, obviamente sin dejar a un lado el Ejecutivo, es donde debemos dar los debates y las batallas para fortalecerla, mejorar la financiación y, en últimas, convencer a la sociedad colombiana sobre la importancia de la universidad pública.

SEMANA: ¿Tenemos Universidad Nacional para otros 150 años?
I.M.: La Universidad de Salamanca cumple 800 años el próximo año; la de Bologna va a cumplir mil años en las próximas décadas. Eso significa que las universidades son las instituciones más antiguas que hay en Occidente. Y lo han logrado porque se equivocan menos que los gobiernos y no toman decisiones al vaivén de las modas, sino que se convierten en depositarias de un conocimiento y a la vez en gestoras del cambio social a partir de análisis e investigación.
En ese sentido, tenemos Nacional para rato.

SEMANA: Por último, a raíz del acto terrorista en Andino ¿Por qué su indignación por un artículo del diario ‘El Tiempo’? 
I.M.: Porque es inaceptable que se relacione directamente al terrorismo con la universidad. La expresión “extremistas de la Universidad Nacional”, indica que aquí graduamos extremistas y no es así, nosotros formamos geólogos, físicos, ingenieros. Esa es una estigmatización que hemos tenido que cargar por décadas, es como el sentimiento que tenemos los colombianos en el exterior cuando se generaliza y dicen que todos somos narcotraficantes. No podemos seguir cargando esa cruz y los medios no pueden seguir relacionándonos con grupos terroristas.

SEMANA: ¿Por qué se continúa con la estigmatización?
I.M.: Hay un lastre que llevamos, ese de creer que la universidad es el centro de operaciones de grupos guerrilleros, y no lo hemos podido borrar. Cada vez que salen a la luz actuaciones negativas de algún egresado o estudiante lo primero que se dice es que pertenece la Nacional, no ocurre lo mismo con alumnos o profesionales de otras instituciones. En estos casos no se habla de los “ladrones graduados en tal universidad” o de los “defraudadores o violadores de tal otra”. La Nacional no tiene responsabilidad en las actuaciones de los egresados cuando no están en el ejercicio profesional para el que se les formó. Se nos puede criticar por la mediocridad de un profesional mal formado en la universidad, pero no por otras cosas.