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lunes, 20 de junio de 2022

Relatos salvajes. Un gobierno sin rumbo… @dealgunamaneraok...

 Relatos salvajes. Un gobierno sin rumbo… 

“¿Dónde está el piloto?” Pato Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.

El escándalo del avión es uno más de los bochornos que jalonan a un oficialismo hundido en choques internos. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 18/06/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


El escándalo del avión venezolano-iraní forma parte de la saga de hechos bochornosos que jalonan el transcurrir de un gobierno sin rumbo y peligrosamente inútil. Es un secreto a voces que el régimen de Irán se vale de todos los medios posibles para acceder a información de inteligencia destinada a combatir a sus enemigos. En esta categoría –la de enemigos– están Israel y Occidente. En el caso de Argentina, la situación es muy especial y delicada. A la línea aérea madre de esta aeronave –Mahan-Air– se la vincula directamente con las fuerzas Quds, poderoso cuerpo de élite y brazo paramilitar de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, habiendo sido sancionada por el gobierno de los Estados Unidos bajo la acusación de transportar cargamento militar en vuelos civiles. 

Los dos atentados ocurridos en Buenos Aires –el primero contra la embajada de Israel, el 17 de marzo de 1992, y el segundo contra la AMIA, el 18 de julio de 1994– expusieron claramente la vulnerabilidad de nuestro país. Nada es hoy distinto de aquello. Los servicios de inteligencia siguen entretenidos en el bajo fondo de la política vernácula sin ninguna capacidad ni preparación para hacer frente al monumental desafío de transformarse en un instrumento útil para la seguridad de la Nación. En la entrevista que con quien esto escribe tuvo el ministro de Inteligencia del Paraguay, Esteban Aquino, señaló cuatro datos muy importantes que marcan la inoperancia del argentino:

El primer dato es que, habiendo existido un alerta, el avión no solo aterrizó en Córdoba sino que, además, voló desde allí hasta Ezeiza sin que nadie lo detuviera. El segundo dato es que, estando en Ezeiza, el avión intentó en dos ocasiones regresar al Paraguay, lo que fue impedido por el gobierno del presidente Mario Abdo. El tercer dato es que, habiendo tomado conocimiento el servicio de Inteligencia paraguayo de que el avión había sido autorizado a volar desde Ezeiza hacia Montevideo, decidió comunicárselo al gobierno uruguayo quien, entonces, le denegó a la aeronave permiso de ingreso a su territorio. El cuarto dato es que, efectivamente, en Ciudad del Este la tripulación estaba integrada por siete iraníes y no por cinco. Hay que señalar, además, que el gobierno paraguayo hizo cesar en sus funciones a dos funcionarios que autorizaron el aterrizaje y la salida del vuelo y a dos agentes de inteligencia sospechados de operar para el narcotráfico.  

¿Quién se quiere llevar el Gobierno a la mesita de luz?

En su respuesta de manual, Alberto Fernández salió ayer a acusar a la oposición de montar una operación política con el hecho. Es lo único que le queda en su pobre vademécum de recursos defensivos. 

Finalmente el Gobierno tuvo que ceder y aplicar las medidas reclamadas por el FMI para frenar la pérdida de reservas por la demanda de dólares. Hubo modificaciones presupuestarias por decreto y se recalcularon aspectos clave que fueron oficializados el jueves: inflación del 62% (14 puntos más alta que lo acordado con el Fondo en marzo); suba de tasas por parte del Central (del 49% a 52%) y la quita de subsidios a las tarifas de luz y gas mediante un sistema segmentado por ingresos y patrimonio que, de acuerdo a los cálculos del Gobierno llevará a un 10% de los usuarios a pagar la tarifa plena. 

La falta de gasoil sigue siendo un problema para la mayoría de las provincias que ya tuvo consecuencias en el precio al aumentar en promedio un 12% en todo el país. El miércoles, el Gobierno había autorizado la modificación de la cantidad de “corte” con biodiésel subiendo su proporción obligatoria utilizada en la mezcla de combustibles. Una forma de paliar la escasez. La medida venía siendo resistida por los camporistas Federico Basualdo y Agustín Gerez que manejan la política energética del país como un almacén. En ese contexto, la novela de la salida del ex ministro Matías Kulfas llegó a su fin. La previsible decisión del juez federal Daniel Rafecas –siempre útil a las necesidades del kirchnerismo–, puso paños fríos en torno a la discusión de los pliegos de licitación para la construcción del gasoducto. El problema ya no es el gasoducto Néstor Kirchner sino la encerrona en que quedó la Argentina entre el abastecimiento necesario y la salida de dólares para alcanzarlo. La guerra y el contexto internacional impulsó los valores del GNL que hoy cuadruplican lo pagado en 2021. “Ya se llevan gastados más de 3 mil millones en gas importado y aún faltarán otros encargos para que no peligre el abastecimiento”, señala con precisión un ex secretario de Energía. Los albertistas le apuntan al Instituto Patria y a los funcionarios de Energía por la crisis y La Cámpora con CFK a la cabeza acusan al titular del Banco Central, Miguel Pesce, por no detener la sangría de dólares. Son todos contra todos. 

Un fracaso de Cristina

En No Tan Juntos por el Cambio no terminan de entender que la gente está harta de las divisiones y los problemas de cartel. La votación del miércoles en la Cámara de Diputados del proyecto de fomento a las actividades culturales expuso –una vez más– las divisiones. Primero, la oposición alcanzó la unidad con el proyecto de alivio fiscal para monotributistas y autónomos. Pero el tratamiento de la prórroga por 50 años de asignaciones para las industrias culturales desató la discusión. “No nos podemos poner de acuerdo en algo tan simple. Es una barbaridad sostener partidas de dinero por medio siglo cuando hay gente que mañana mismo no tiene para comer. Hay unos cuantos que quieren quedar bien con Dios y con el diablo” –se quejaba un diputado del PRO. Se refería a parte de la UCR y la Coalición Cívica más proclives a avalar la sanción. Para la mayoría, el problema no eran las Bibliotecas Populares ni el fomento de las actividades culturales sino la desmesura temporal y el aval a dependencias de probada inoperancia como la Defensoría del Público, un organismo más parecido a los arcaicos elementos de control del pensamiento y censura de la prensa. Finalmente acordaron abstenerse. Para los duros del PRO fue una posición tibia, incluso alguien se preguntó con sarcasmo en el Salón de Pasos Perdidos “es posible que en nuestra coalición haya gente dispuesta a votar este mamarracho?”. Nada nuevo bajo el sol. Los roces entre radicales y macristas están a la orden del día. ¿Así creen que serán exitosos a la hora de gobernar?


A todo esto, CFK ha decretado que AF no va más. Esto significa que no será su candidato en 2023. Con todo, no es la única. Después del “episodio Kulfas”, alguno de los ministros que se definían como “albertistas”– caso Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta–han comenzado una tarea de acercamiento a Máximo Kirchner. No se quieren quedar afuera.


“La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir” (Jacques Benigne Bossuet).




domingo, 22 de noviembre de 2020

Las mentiras de siempre… @dealgunamanera...

 Las mentiras de siempre…  

Cuando la mentira es la verdad. Dibujo: Pablo Temes.

La burla del ajuste a los jubilados, búsqueda de impunidad en la Justicia y un impuesto irritante: kirchnerismo puro. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 22/11/2020 y publicado por el Diario Perfil  de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Como cada uno de los gobiernos precedentes, este llegó al poder con la promesa de mejorar la triste e indigna situación de los jubilados.

 

Y, como todos los otros, miente. El anuncio del aumento a los jubilados tuvo una puesta en escena que terminó transformándolo en algo obsceno. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la titular de la Anses, Fernanda Raverta, actuaron como si estuvieran dando una gran noticia.

 

“Los jubilados le están ganando a la inflación”, dijo Cafiero, en una exhibición de ignorancia o de cinismo. El aumento fue del 5% para quienes ganan la mínima, es decir, de 900 pesos, o 30 pesos por día. Un litro de leche de segunda marca está en 48 pesos.

 

El otro hecho curioso ante esta ignominia fue el silencio absoluto de los sectores afines al Gobierno que hacen de la defensa de los pobres –ser jubilado en la Argentina es sinónimo de pobreza– un supuesto dogma. Ni la CGT, ni Hugo Moyano, ni Juan Grabois, ni La Cámpora, ni el Partido Justicialista, ni Sergio Massa, ni Axel Kicillof –y la nómina sigue– esbozaron la más leve crítica. De haberlo hecho Macri, habrían puesto el grito en el cielo.   

 

Impunidad. La modificación de las reglas que enmarcan el funcionamiento de la Procuraduría General de la Nación es un objetivo clave para Cristina Kirchner y sus secuaces. En ese contexto, la postulación de Daniel Rafecas para ocupar el cargo de procurador ya no importa.

 

En poco tiempo, el denominado sistema de justicia acusatorio llegará a los tribunales. Bajo esta modalidad son los fiscales quienes impulsan, acusan o congelan las causas que arriban a sus despachos. De ahí el revuelo político y mediático por la elección del nuevo procurador y el intento de modificar las normas para su elección. Un procurador –que es el jefe de los fiscales–, permeable al poder podría ser la llave para controlar el ritmo y el avance de las causas que más inquietan a una parte significativa de la dirigencia política.

 

Daniel Rafecas ha picado en punta como el candidato del Presidente. Perdido en la memoria de muchos está el episodio que le debió haber valido su cesantía del cargo de juez, por el cual, siendo el juez instructor de la causa, le daba consejos a Fabián Carosso Donatiello que supuestamente le había alquilado a Amado Boudou el departamento de Puerto Madero en que vivía Alejandro Vanderbroele.

 

Desde la oposición, Elisa Carrió postula a Rafecas como “el mal menor”. El mismo argumento podría también ser aplicado por la ex presidenta en funciones. CFK no guarda simpatía alguna por Rafecas, pero el pragmatismo es su manera de hacer política. Rafecas podría ser anecdótico si se logra modificar parte del sistema.

 

El viernes, la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado emitió dictamen del proyecto que establece que la elección del procurador será con mayoría simple y le pone plazo de cinco años a la duración del cargo, que hoy es vitalicio. Es un proyecto del senador por Río Negro Alberto Weretilneck, quien, con su alianza con el Frente de Todos, ha demostrado la vigencia que el panquequismo tiene en la vida política vernácula. La mayoría simple se logra con 37 votos (algo bastante probable para el oficialismo) en lugar de los dos tercios que implican las lejanas 48 voluntades.

 

La ecuación es sencilla: si el jefe de los fiscales no es amable con el poder de turno, se reemplaza por otro más amigable.

 

La Carta al FMI (Episodio II) y el poder del Senado.  El Senado es el territorio por excelencia de CFK. Fuentes del bloque del FdT así lo confirmaron: “La carta tuvo por objetivo plantear una visión del tipo de relación que queremos, o que no queremos, con el FMI.

 

No buscó condicionar la negociación en curso. Al contrario, fue un acto de respaldo al Presidente. Pero no olvidamos lo que pasó con Mauricio Claver, entonces asesor de Trump que representaba a Estados Unidos en el FMI. Ese funcionario tenía vínculos con Nicolás Dujovne y facilitó el apoyo del Fondo a la Argentina para que Cambiemos lograra la reelección y el país colabore con los intereses norteamericanos en la región alejándose del eje Venezuela”.

 

Entre los enviados del Fondo a Buenos Aires la carta produjo hilaridad y desconcierto. Hilaridad por el hecho anacrónico de recibir una carta en tiempos en que todas las comunicaciones de ese tipo circulan por email. “Hasta en eso atrasa el kirchnerismo”, decía un funcionario del FMI en Washington que sigue la negociación con el gobierno de AF. Y desconcierto por lo mal parado que lo dejó al ministro de Economía, Martín Guzmán. “Lo deberían cuidar un poco más”, afirmó la misma fuente.   

 

Las internas dentro del oficialismo y el mal humor de la ex presidenta en funciones no son secreto ni novedad. “Lo que hay no es enojo es cierta impotencia. El tiempo, la forma y la falta de impronta de la gestión es lo que exaspera a Cristina. Pero no solo a ella sino también a muchos dentro del Frente. No hay contundencia”, dice un kirchnerista, que agrega: “El manejo de la pandemia como hecho político no dio resultado y ya está agotado.

 

El anuncio del acuerdo para la vacuna rusa fue tan mal manejado que casi se nos viene en contra. A ver cómo se mueven con el ajuste. Ya hubo ruido con el nuevo cálculo de los haberes de los jubilados. Sin Cristina, la épica del día a día no tiene consistencia, no saben cómo sostener la iniciativa”.

 

Impuesto. 


El impuesto a las grandes fortunas volvió a dinamitar los puentes que AF había construido con los empresarios. Las críticas llegaron desde AEA y la UIA y de sectores de las pymes.


“Nos volvimos a equivocar. Creímos que habría correcciones. Pensamos que habíamos establecido un diálogo sincero y con visión de futuro pero, con este tipo de medidas, no hay futuro posible”, dijo uno de ellos.

 

El trágicamente fallecido Jorge Brito –el banquero del peronismo y del kirchnerismo– que hace poco había organizado un encuentro entre Máximo Kirchner y los empresarios más importantes del país, intentó entre el lunes y el martes hablar con el hijo de Cristina para advertirle los efectos negativos de la iniciativa en la economía. Fracasó en su intento. Máximo no le atendió el teléfono; el Presidente, tampoco.  

 

El difunto banquero, de contacto frecuente con Alberto vía WhatsApp, advirtió  que vendrá “una rebelión fiscal como nunca se ha visto”.

 

Esa es la esencia del kirchnerismo: donde no lo hay, crear un conflicto.







domingo, 7 de junio de 2020

Sin sorpresas. Claroscuros de cuarentena… @dealgunamanera…


Sin sorpresas. Claroscuros de cuarentena… 

Luchando contra los virus, Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes

El Gobierno no se preparó para prever y enfrentar las consecuencias psico-socioeconómicas del aislamiento.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 07/06/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La larga cuarentena continúa. Nada que sorprenda. En el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Gran Córdoba y Gran Chaco se encuentran los focos principales de la pandemia. Desde el anuncio del sábado 23 de mayo hasta el del jueves último, la cantidad de casos se triplicó. Y así como se multiplicaron los casos, se ahondó también la controversia acerca de la duración y dimensión de la cuarentena. Esto último es producto de la falta de planificación que el Gobierno ha tenido para prever y enfrentar las consecuencias psico-socioeconómicas de la cuarentena.

¿Fue acertada la decisión de instaurarla tempranamente? 
La respuesta es simple: sí. Si no hubiera sido así, el nivel de contagio de esta virosis por parte de los viajeros que venían desde Europa habría alcanzado dimensiones significativamente mayores a las que hoy exhibe la Argentina.

¿Es una sorpresa que la cuarentena sea tan larga? 
La respuesta también es simple: no. Todo lo que está ocurriendo fue pronosticado: el aumento del números de casos y su focalización principal en las zonas más vulnerables de los centros densamente poblados formaban parte de las proyecciones que los infectólogos y epidemiólogos hicieron desde el vamos.

¿Ha habido un uso político de la cuarentena? 
Otra vez, la respuesta es categórica: sí. El oficialismo sigue a través de las encuestas cuál es el humor social. Esas encuestas, que hasta hace unas tres semanas mostraban elevados niveles de aprobación hacia la gestión del Gobierno, han comenzado a cambiar. Los guarismos de imagen positiva del Presidente cercanos al 70 o al 80% han empezado a declinar. El hartazgo social al “Quedate en casa” y el deterioro económico se juntan en una combinación potencialmente explosiva. A eso hay que agregarle las situaciones institucionales inquietantes que forman parte del particular universo de la cuarentena. Es claro que el kirchnerismo está aprovechando para avanzar en pos de dos logros: la impunidad y la consolidación de su proyecto de permanencia en el poder. Para ello trabaja en el copamiento de las estructuras del Estado pertinentes a esos objetivos. Tal fenómeno se hace evidente en dos áreas: una, la Justicia; la otra, las cajas.

Esta semana se produjo un hecho relevante en el Senado: se dio el primer paso para quitarle el manejo de las escuchas telefónicas a la Corte Suprema. La idea es otorgarle esa potestad al procurador general, cargo en el que el oficialismo aspira a nombrar a Daniel Rafecas, un juez que le responde. El otro paso será el intento de copar la Corte.

Respecto del copamiento K de los lugares de la administración del Estado en donde se maneja dinero, en los párrafos que siguen encontrará el lector el detalle de un episodio que pasó inadvertido para la opinión pública.

Y péguele fuerte. 

Sobre el fin de la semana, la jueza del Segundo Distrito Sur de Nueva York, Loretta Preska, falló en contra de la Argentina, al decidir que el juicio por la expropiación de YPF –concretada en 2012– seguirá en los tribunales de los Estados Unidos.

La resolución sobre el futuro del millonario litigio se produjo un año después de que Preska –sucesora del juez Thomas Griesa– ordenara al gobierno argentino y a los demandantes, Burford Capital y Eton Park, que presentaran escritos para respaldar sus posturas respecto de dónde debía continuar y cómo debía resolverse el contencioso.

La administración de Mauricio Macri había presentado una moción para desechar la demanda bajo el argumento de “foro no conveniente”, por el cual los abogados del país aspiraron a que la jueza desestime la demanda sosteniendo que el litigio debería dirimirse en los tribunales argentinos, por ser la jurisdicción más apropiada.

El costo para la Argentina en caso de perder este juicio podría ubicarse entre los 3 mil y los 9 mil millones de dólares.

Desde YPF afirman que el fallo es adverso porque la imagen internacional de la Justicia de la Argentina no es buena. Por eso, la posibilidad de que pueda resolverse en los tribunales nacionales se veía muy difícil. “No era viable. No lo vimos así nunca”, afirma una voz de importancia de la petrolera. La mirada está puesta en los Eskenazi, que le vendieron los derechos de litigio a Burford Capital.

Simultáneamente, en la misma semana que se conoció el fallo adverso por el juicio por la expropiación de la petrolera YPF, se avanzó en la conformación del directorio de la empresa, con una fuerte impronta K.

Y entre los casilleros que se ocuparon está el de la Fundación YPF, donde se designó a Ofelia “Pipa” Cedale, amiga personal de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con quien compartió años de estudio en la Facultad de Derecho de la UNLP.  Pipa es además la “celestina” que presentó a Néstor Kirchner y Cristina Fernández en La Plata.

Sin el kirchnerismo en el poder, Cedale se convirtió en una pieza clave en la estructura de la Fundación Patria. Hasta diciembre de 2015 fue secretaria de Seguridad Social de la Nación; previamente se había desempeñado como secretaria de Legal y Técnica de la Anses y, durante el gobierno de Néstor Kirchner, como subsecretaria adjunta de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia.

Reemplaza en ese cargo a Anabel Perrone, una funcionaria histórica a la que acusaron de ser “filomacrista”.

Como se ve, donde hay plata están los K.

Los “servicios” siempre están. Son dos las denuncias vinculadas con tareas de seguimiento por parte de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) que comprometen al gobierno de Macri: una, la denuncia formulada por la interventora, Cristina Caamaño; la otra, la causa que lleva adelante el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena. Son denuncias graves que deben ser investigadas a fondo. Representan para Juntos por el Cambio un golpe fenomenal. “Si uno nombra al frente de los “servicios” a  la dupla Arribas-Magdalani no se puede sorprender de que pasen estas cosas”, expresó por estas horas un conspicuo dirigente de la coalición que gobernó hasta el 10 de diciembre pasado.

De lo que se conoce respecto de la denuncia presentada por Caamaño, hay información concerniente a los perfiles ideológicos y a cuestiones de la vida personal de los afectados.

No debería rasgarse las vestiduras el kirchnerismo ante la verificación de estas prácticas que son lamentables, repudiables y profundamente antidemocráticas. Durante el kirchnerato existió el “Proyecto X”, que sometió a los mismos vejámenes a quienes osaron ejercer el derecho constitucional de expresarse y manifestarse en libertad. Parece que lo olvidaron.






domingo, 12 de enero de 2020

Kicillof se escribe con K... @dealgunamanera...

 El chiquito y la cintura política…

Jaquecas, Axel Kicillof. Dibujo: Pablo Temes

La provincia de Buenos Aires, su gobernabilidad y sus dificultades financieras, son un problema que también afecta a Alberto Fernández.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 12/01/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El recorte del porcentaje de coparticipación que le corresponde a la Capital Federal había sido planteado durante la campaña por Alberto Fernández quien luego, al ser consultado por el tema, prácticamente lo descartó. Pero, en el acto de asunción de Fernando Espinoza como intendente de La Matanza, a los pocos días de comenzado el Gobierno, Cristina Fernández de Kirchner lo impulsó con vehemencia. Lo que hizo, claramente, fue marcarle la cancha al Presidente quien, a menos de un mes, adoptó la iniciativa sin ningún tipo de negociación previa con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. ¿No era que existiría diálogo antes de tomar medidas? ¿Es así como AF quiere dar una imagen de no dependencia de su vicepresidenta?

Quienes han hablado con el Dr. Fernández lo han escuchado quejarse de esta conjetura. “Resulta que antes de integrar la fórmula con Cristina, yo era una persona de carácter y pensamiento propio y a partir de ese momento me convertí en su monigote”, les manifestó a algunos de los periodistas a los que les hizo conocer su fastidio por esa apreciación. Le guste o no, será ése un karma con el que deberá cargar a lo largo de su mandato. Y de su independencia de la vicepresidenta dependerá la posibilidad de éxito de su gobierno, que está atravesado por contradicciones. Una de las evidencias de esas contradicciones se ve en algunas de las designaciones que se han producido hasta aquí. 

"Volvimos para ser mejores”, fue una de las frases que repitió desde la noche del 28 de octubre, el día de la victoria electoral. Sin embargo, hubo nombramientos que contradicen esa promesa. ¿Es “ser mejores” proponerlo al juez federal Daniel Rafecas –quien debió haber sido sometido a juicio político por su bochornoso papel en el caso Boudou, a uno de cuyos abogados aconsejó mientras estaba a cargo de la causa– como procurador general de la Nación? ¿Es “ser mejores” designarlo al ex gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri –un hombre muy cuestionado en esa provincia– como embajador de la Argentina ante el gobierno de Israel? ¿Es “ser mejores” haberlo nombrado a Carlos Zannini como procurador del Tesoro?

Volver. En las segundas líneas de varias áreas del Gobierno han sido designados dirigentes de La Cámpora que habían estado en la gestión de CFK, quienes no han tenido empacho en expresar a viva voz su avidez de revancha. ¿Eso es “ser mejores”?

La Argentina necesita inversiones de un volumen monumental, si es que la erradicación de la pobreza se erige en un objetivo auténticamente prioritario del Gobierno. Y para atraer ese nivel de inversiones, la gestión de AF debe ser necesariamente mejor que las dos de CFK y la de Mauricio Macri.  

En las expresiones del Presidente y de varios de sus funcionarios se evidencia un equivocado concepto de lo que es la clase media. Sobrevuela ahí la idea de que es una clase llena de privilegios y ausente en el sacrificio. Es un grosero error de concepto. Es el mismo error de concepto que supo expresar –y aún hoy expresa– la vicepresidenta. Todos recordamos sus peroratas durante sus Aló Presidenta por cadena nacional en las que no dejaba pasar oportunidad para fustigar a la clase media. Por si hace falta recordarlo, la clase media la pasó mal con CFK, la pasó mal con Macri y la sigue pasando mal con Alberto Fernández.    

El mal momento de la economía persiste y hasta que no sea superado no habrá mejoras ni soluciones. Roberto Lavagna hizo conocer su preocupación sobre esto en la reunión que mantuvo en Pinamar con varios de sus dirigentes.

Allí expresó su aprobación al bono para los jubilados y su crítica a la doble indemnización y la falta de coordinación de las medidas tributarias implementadas a nivel nacional, provincial y municipal. Como ejemplo puso a la provincia de Buenos Aires.

La ley de reforma impositiva aprobada por la Legislatura bonaerense dejó al descubierto las falencias y desprolijidades políticas del gobierno de Axel Kicillof. “A Axel –“este chiquito va a ser un gran gobernador” dijo AF– le falta mucha cintura política”, señaló –contundente– un legislador provincial oficialista. Por eso fue necesario el involucramiento de Sergio Massa.

Hubo una férrea voluntad de diputados y senadores oficialistas y opositores de ser ellos quienes lleven adelante la negociación final. Es como si hubieran rememorado la famosa frase de Obdulio Varela en el Maracanazo: “Los de afuera son de palo”. Verónica Magario también estuvo activa cerrando por su cuenta acuerdos con legisladores que no se sabía si tenían el visto bueno del gobernador. Desde algún sector del oficialismo le atribuían algunas demandas a Massa, quien se apresuró a desmentir.

El frente interno de Kicillof es complejo. Son varios los intendentes del PJ que no lo quieren.

Elogios. Las cosas con el Fondo Monetario Internacional marchan bien. Los elogios de algunos de sus funcionarios a las medidas del Gobierno sorprendieron a más de uno.    

De todos modos hay aún un largo camino por recorrer. Esto genera algunas discrepancias en el equipo designado por el Presidente. Por eso Daniel Marx, cuya propuesta no fue tenida en cuenta, decidió alejarse.

Venezuela es una piedra en el zapato para el Gobierno. Hay un punto muy importante que tanto el Presidente como el canciller, Felipe Solá, deberían tener muy en cuenta: Nicolás Maduro no tiene la más mínima intención de abandonar el poder y, por lo tanto, cualquier negociación con él tiene destino de Titanic. Allí la democracia está liquidada. No existe más. La fuente de poder de Maduro son las Fuerzas Armadas. Todo lo que hacen es dilatar las cosas para que todo siga igual. Quienes confiaron en Maduro salieron mal parados. Le pasó al mismísimo papa Francisco. Esa es la triste realidad de Venezuela que el gobierno argentino parece no conocer.

El martes, luego de almorzar, el Presidente se sintió mal. Por eso fue a consultar a su médico, el Dr. Federico Walter Saavedra, un prestigioso clínico. Le diagnosticó una virosis gastrointestinal que fue tratada a base de dieta, líquido y algo de reposo. Por eso el miércoles, atendió en su despacho desde Olivos. El jueves ya se sintió bien. Alberto Fernández es una persona de buen comer, no exento de cierta glotonería, que está con sobrepeso. Le vendría muy bien atender ese “detalle”.




domingo, 14 de julio de 2019

Alberto acusó a CFK… @dealgunamanera...

Alberto acusó a CFK…


El candidato (y también el autor de esta columna) fue citado por el juez. Qué dijo textualmente en la entrevista clave.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 14/07/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Alberto Fernández entrevistado por Nelson Castro, en su programa "El juego limpio"; en el canal "TN" ("Todo Noticias") - 26/02/2015 
(YouTube: jmortiz77)

Fue uno de los hechos relevantes de la semana política: la declaración testimonial de Alberto Fernández en la causa por el atentado contra la AMIA, que tiene como uno de sus incriminados a Cristina Fernández de Kirchner. La citación, promovida por familiares de las víctimas del ataque terrorista más grande que sufrió la Argentina, se originó en las declaraciones que el ahora precandidato presidencial del Frente de Todos realizó en el programa El juego limpio el 26 de febrero de 2015, un mes y ocho días después de la muerte del fiscal Alberto Nisman, un magnicidio. De ese reportaje, que duró nueve minutos y cincuenta segundos, se reproducen a continuación los primeros tres minutos y 57 segundos. Su lectura es fundamental para que el lector tenga una acabada idea de lo dicho por Fernández y de sus implicancias.

FERNÁNDEZ: Yo creo que Cristina va a dejar el gobierno con dos máculas, que son el haber hecho dictar dos leyes para protegerse penalmente de dos delitos cometidos: el primero, el encubrimiento a Boudou por el caso Ciccone, y el segundo, el encubrimiento al haber hecho aprobar por ley el pacto con Irán, que es definitivamente un acto de encubrimiento.

CASTRO: De eso usted no tiene dudas.

FERNÁNDEZ: Absolutamente. Rafecas tampoco. Rafecas también lo ha dicho hoy con todas las letras.

CASTRO: Es muy interesante lo que usted dice, porque Rafecas tira abajo la denuncia (de Nisman) porque entiende que ese delito no ocurrió aun cuando había una idea de hacerlo. Coincide en la idea pero sostiene que el delito no se cometió.

FERNÁNDEZ: Trataré de explicarlo de la manera más simple posible. En la consumación de un delito hay etapas que se llaman iter criminis, es decir, las etapas intermedias desde que el delito se idea hasta que el delito se comete. Yo pienso en matar a alguien, voy y compro un arma, disparo y causó la muerte. Una ideación, un acto preparatorio, que fue comprar el arma, el disparo, que es el comienzo de ejecución, y el resultado, la consumación, que es la muerte. Qué es lo que dice Rafecas: el delito de encubrimiento no existió porque no se comenzó a ejecutar, porque Irán nunca aprobó el tratado. Pero él no dice que el delito no existe; él dice que, en todo caso, el delito quedó en una etapa preparatoria porque faltó una etapa, que fue la aprobación de Irán. Pero lo que está diciendo implícitamente es que ese acuerdo tenía un fin de encubrimiento. 

Claramente. Yo creo, y mire que tengo buena opinión de Rafecas, que es un mal análisis, porque si él quería analizar las etapas del iter criminis, el delito comenzó a ejecutarse con la firma del convenio y no se consumó por circunstancias ajenas a la voluntad de los autores, que es que una Cámara (del Parlamento iraní) declaró inconstitucional el tratado. Lo que esto haría es dejar el encubrimiento en grado de tentativa. Y me parece que, siguiendo la lógica de Rafecas, esa hubiera sido la calificación correcta. Pero bueno, él ha pensado otra cosa. Yo pienso que eso va a tener que ser revisado… 

Días atrás, escribí un artículo en el diario La Nación en el que hablaba de eso, de que finalmente el acto de encubrimiento es la firma del acuerdo y que lo que Nisman dejaba al descubierto es cómo el gobierno se valía de personajes secundarios, de personajes liminares, de personajes casi marginales de la política para vincularse y relacionarse con el gobierno de Irán y que eso, con las escuchas que se pasaron, todos lo hemos observado. Y yo creo que eso merecía una mejor investigación por lo mismo que dice Rafecas. Si Rafecas piensa que el delito no se consumó porque Irán no aprobó el tratado, está diciendo que Argentina hizo todo lo necesario para consumar el delito.

CASTRO: Su palabra nos interesaba mucho porque usted es una persona que, junto con Néstor Kirchner, tuvo que ver con la génesis de la presencia de Nisman en la investigación del atentado contra la AMIA. Su evaluación entonces es que la investigación de Nisman no era un delirio.

FERNÁNDEZ: No. Además, creo que le comenté, cuando hablamos por radio, que en diciembre lo vi a Nisman, que me comentó en el supermercado: “Tengo probado el encubrimiento”; yo me reí y le dije: “Pero el encubrimiento ya existe, es el tratado”…

Hasta ahí el diálogo. Hay varias cosas que se desprenden de los dichos contundentes de Alberto Fernández: primero, señala que al terminar su mandato Cristina Fernández de Kirchner lo haría manchada por dos decretos destinados a protegerse de otros tantos delitos: el caso Ciccone y la firma del tratado con Irán. Segundo, caratula al delito como encubrimiento en grado de tentativa. Tercero, explica en términos técnicos del derecho penal por qué debe considerarse la firma del tratado como un delito. Cuarto, menciona la palabra “encubrimiento” siete veces. Quinto, afirma sin lugar a dudas que la investigación del fiscal Nisman que comprometía a la ex presidenta tenía bases sólidas.

Todo esto derrumba sus declaraciones –en medio de un enojo que no le conocíamos y que tuvo reminiscencias de lo que hacía Aníbal Fernández en sus tiempos de apogeo– diciendo que lo manifestado en aquel reportaje eran solo apreciaciones políticas.

Por si no quedó claro: en ningún momento del reportaje habla de un error político sino de un encubrimiento, o sea, de un delito.

Alberto Fernández es un muy buen profesor de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la UBA, por lo que su explicación de las etapas del delito aplicadas a la firma del memorándum que detalla en la entrevista es muy didáctica.

Es verdad que su citación por parte del juez Claudio Bonadio resulta extemporánea. Es producto de la presentación hecha por un grupo de familiares de las víctimas del atentado contra la AMIA. Quienes están a cargo de las diferentes causas vinculadas con el hecho debieron haberlo llamado a comparecer a su debido tiempo, es decir, hace cinco años. Que ello haya ocurrido en medio del proceso electoral le da un tufillo de campaña que es malo para la investigación en sí. Muestra además las deficiencias –que parecen insolucionables– de la Justicia argentina.

En su condición de jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández compartió la posición del entonces presidente, quien se negó rotundamente a cualquier vía de un entendimiento que pusiera freno a la investigación del atentado, objetivo que el gobierno de Irán buscó con denuedo.

Por eso, este episodio lo puso a Alberto Fernández frente a una indiscutible contradicción. Y es que, en verdad, su candidatura a la presidencia de la Nación, compartiendo fórmula con Cristina Fernández de Kirchner, representa eso: una enorme contradicción.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.

N. de la R.: esta columna está dedicada a la memoria de Pepe Eliaschev.