Mostrando las entradas con la etiqueta Daniel Hadad. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Daniel Hadad. Mostrar todas las entradas

domingo, 17 de septiembre de 2017

CFK... Falsa verdades... @dealgunamanera...

Los “olvidos” de CFK…

Mentiras verdaderas. Cristina Kirchner. Dibujo: Pablo Temes

Lo que la ex presidenta argumentó en el reportaje sobre su gestión no fue la realidad.

© Escrito el domingo 17/09/2017 por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A lo largo de las dos horas que duró la entrevista que le realizó Luis Novaresio a Cristina Fernández de Kirchner quedaron expuestas sus actitudes manipuladoras, la selectividad de sus recuerdos y de su apreciación de la realidad, su carencia de autocrítica, sus contradicciones y sus falacias. Su Hubris no ha cambiado en lo más mínimo. Cuando, hace unos años, quien esto escribe le preguntó a uno de los médicos de nota que atendieron a la ex presidenta de qué hablaba en la conversación cotidiana, su respuesta fue categórica: “Cristina habla sólo de ella y de su percepción de la realidad; la de los demás no importa”. Es lo que se vio y se escuchó en la tarde del jueves último. De las muchas cosas que dijo, nos detendremos aquí sólo en tres.

Perlitas. 

La primera fue cuando señaló que si ella fuera un factor de división del peronismo se autoexcluiría de la candidatura presidencial en 2019. En verdad, esa afirmación dejó en claro dos cosas: una, que su real voluntad es volver a la presidencia, objetivo para cuya concreción el triunfo en la elección de octubre es clave; la otra, su apreciación distorsionada de la realidad; ¿quién, si no ella, es la principal responsable de que no haya hoy la unidad en el peronismo bonaerense por la que ahora clama y que necesita? “Las encuestas nos dicen que ganamos con el 50% de los votos” fue la respuesta que, a manera de negativa, obtuvo Florencio Randazzo cuando le pidió a CFK ir a una interna, según declaró el senador Juan Manuel Abal Medina en una entrevista por Radio Continental.

La segunda respuesta sobre la que nos detendremos fue cuando, al ser interrogada por el caso Venezuela, dijo que en la Argentina no hay Estado de derecho y tomó como uno de los casos para dar fundamento a su inexacta afirmación el referido a las intenciones del gobierno de Mauricio Macri de desplazar a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Olvidó –como olvidó a las 51 personas fallecidas en la Tragedia de Once, y como olvidó también decir que la patota que asesinó a Mariano Ferreyra respondía a José Pedraza, hombre de cercanía con su gobierno, en una zona liberada por la Policía Federal– mencionar el caso del desplazamiento del ex procurador Esteban Righi. Vale la pena recordar el hecho que nos retrotrae al caso Ciccone, que en poco tiempo más tendrá en el banquillo de los acusados a Amado Boudou.


#enelmientrastanto... ¿Dónde está Santiago Maldonado...?

Todo comenzó el 4 de abril de 2012 con un allanamiento ordenado por el fiscal federal Carlos Rívolo en un departamento del piso 25 del edifico ubicado en Juana Manso 740, en las torres River View, propiedad del entonces vicepresidente, que le alquilaba Alejandro Vandenbroele, uno de los acusados en este escándalo por haber estado a cargo de la planificación de la maniobra que buscó sacar de la quiebra a Ciccone. En el procedimiento se encontraron evidencias documentales –pagos de expensas– que pusieron al descubierto las relaciones entre ambos. Recuérdese que Boudou negaba conocer a Vandenbroele. El día en que se realizó el allanamiento, el vicepresidente se encontraba en San Carlos de Bariloche con CFK.

Furioso ante este hecho, el 5 de abril de 2012 –Jueves Santo–, en una sonada conferencia de prensa que dio en el Congreso, el entonces vicepresidente acusó a Righi de estar relacionado con el hecho del allanamiento como represalia por no haber contratado a su estudio en ocasión de una oferta que dijo le habían hecho durante su desempeño en la Anses y como ministro de Economía, para “aceitar” a jueces federales.

Righi, que había sido designado como procurador general de la Nación por el ex presidente Néstor Kirchner el 23 junio de 2004, negó que esto hubiera sido así. La reunión existió y, según narran sus allegados, se hizo a pedido expreso de Boudou. El entonces procurador reaccionó con indignación y, conocedor de la trastienda política y de los personajes del momento, comprendió rápidamente que Boudou jamás podría haber dicho lo que dijo sin el apoyo de la ex presidenta. Por lo tanto, renunció.

No se recuerda que CFK haya hecho algo para apoyarlo ni dicho que semejante reacción de su vice era ultrajante para el Estado de derecho. Era claro que él hubiera pretendido que el procurador frenase la investigación del fiscal.

Por otra parte, si hay algo que ha protegido a Gils Carbó de ser removida de su cargo más allá de los deseos del Gobierno, es la plena existencia de un Estado de derecho.

CFK tampoco se acordó de mencionar la brutal embestida contra el fallecido ministro de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt, a quien, como a tanta otra gente que no se le sometía, detestaba. A Fayt, un magistrado a quien mucho le debe la República, se lo intentó remover a través de un juicio por insania.

Cuando habló de la libertad en su gobierno –en verdad es un todo que abarca al de su difunto esposo–, olvidó también mencionar hechos que la desmienten absolutamente. Al siempre recordado Pepe Eliaschev se lo echó de Radio Nacional por orden expresa de Néstor Kirchner. Luis Juez fue testigo presencial de esa orden.

A PERFIL, el ex presidente buscó ahogarlo económicamente para lograr su cierre. Lo hizo a través no sólo de la supresión de la publicidad oficial sino también de la presión sobre las empresas privadas para que no anunciaran en el diario.

La Ley de Medios tuvo como único objetivo la destrucción de Clarín y, específicamente, de TN. A Daniel Hadad lo forzaron a vender su grupo de radios y el canal C5N a Cristóbal López, quien no bien concretó la compra dispuso el despido de Marcelo Longobardi, el líder de la primera mañana radial, por expreso pedido de CFK. También se utilizó la AFIP para perseguir a los periodistas a los que la ex presidenta detesta –entre los que estamos–.

Todas éstas son muestras de lo que fue un gobierno intolerante y autoritario.

Ante tantos “olvidos”, me permito un humilde consejo a quien va a ser nuevamente senadora de la Nación con aspiraciones presidenciales: tal vez no le vendría mal una consulta con el doctor Facundo Manes, especialista en temas de memoria de renombre internacional, que supo ser uno de sus muy buenos médicos.

Producción periodística: Santiago Serra.



sábado, 23 de enero de 2016

Víctor Hugo en la era de Mauricio... @dealgunamanera...

RadioKut… 

Víctor Hugo, Cynthia García y Alejandro Apo comen pizza. Twitter Víctor Hugo Morales

El futuro del periodista dependerá del futuro del kirchnerismo: si se va diluyendo mes a mes o si puede pelear un lugar perenne en la política.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 17/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Macri debería conseguirle un nuevo trabajo a Víctor Hugo en otra radio para demostrar que no hubo censura. Cristina Kirchner hubiera podido ayudarlo pidiéndole a Cristóbal López que lo contratara para el mismo horario –la segunda mañana– en Radio 10 ya que hubo versiones sobre que González Oro no iba a continuar en 2016. Pero ya le habrían renovado el contrato para seguir de 9 a 12 a partir del 22 de febrero.

Aunque alicaída, la otrora “radio más potente del país” tiene alrededor de 15 por ciento de la audiencia de AM mientras que Víctor Hugo, en Continental, tenía 9 por ciento.

Otra posibilidad es que Cristina Kirchner les pida a sus amigos dueños de Electroingeniería que tomen a Víctor Hugo en radio Del Plata, donde podría subir su audiencia actual, que orilla el 5 por ciento del total de AM. Quizá también se tenga que apurar porque hay versiones sobre que la señal de cable 360 TV Digital de Electroingeniería se la estarían vendiendo a Daniel Hadad porque ya no querrían seguir perdiendo dinero en medios, al no tener expectativas de nuevas licitaciones de obras públicas que ganar del Poder Ejecutivo Nacional, y en ese caso pudieran vender su radio. También es posible que vendan su canal pero conserven radio Del Plata para defender la continuidad de la construcción de las dos represas en Santa Cruz, en sociedad con chinos ahora cuestionados.

Quienes están más cansados aún de perder plata con medios en Argentina son los españoles de Prisa (diario El País, Editorial Santillana, Cadena Ser de radios) porque radio Continental tiene ventas de alrededor de 3,5 millones de pesos mensuales y costos mayores a 5 millones mensuales. En un año pierden 20 millones, casi la mitad de lo que venden. Y decidieron cambiar.

En 2015 concluyeron su relación con su anterior gerente general, Nicolás Yocca, en su reemplazo pasaron de Editorial Santillana a Ramiro Vega y contrataron un nuevo director artístico, Julián Echeverría, quien en el mismo puesto en radio La Red logró superar a Continental en audiencia y desplazarla al cuarto puesto.

Prisa y Albavisión fusionaron sus radios argentinas: 55% para los españoles y 45% para los mexicanos

Además, Prisa se asoció con Albavisión, la empresa del mexicano Remigio Angel González González, apodado “el Fantasma”, dueño de decenas de radios y canales de televisión desde México hasta Tierra del Fuego (Albavisión, en homenaje a su esposa Alba Elvira Lorezana) y que en Argentina tiene Canal 9 y varias radios. Prisa y Albavisión fusionaron recientemente sus operaciones de radio en Argentina: Continental, 40 Principales e Imagina por los españoles, y Aspen, RQP y Arpeggio por los mexicanos, quedando Prisa con el 55 por ciento de las acciones y Albavisión con 45 por ciento y a cargo de la venta de publicidad, que realiza en conjunto con la de Canal 9.

Radio Continental perdió la mitad de su participación en total de la audiencia AM después del conflicto con el campo: en 2009 tenía 15 por ciento del total (su promedio histórico) y se redujo al 7 por ciento en 2015. Con el programa de Fernando Bravo alcanza el 9,5 por ciento de toda la audiencia, con el de Víctor Hugo el 9 por ciento y con el de Nelson Castro menos del 7 por ciento. 

En la radio lo atribuyen al choque de ideologías entre Nelson y Víctor Hugo. 

Con la nueva gestión (decidida cuando pensaban que en 2016 el presidente sería Scioli) apuestan a revertir esa situación estirando a Nelson Castro hasta las 10 de la mañana (como Longobardi, que pasó de 6 a 9 en Radio 10 a de 6 a 10 en Mitre), después María O’Donnell, pasado el mediodía, con la primera aparición de Mariano Closs, quien dejaría de estar en radio América, luego Fernando Bravo, nuevamente Closs en lugar del programa deportivo Competencia, que hacía Víctor Hugo de 19 a 21, y a la noche con Paulino Rodrígues.

El incumplimiento de asistencia en el programa deportivo Competencia fue el argumento alegado por radio Continental para despedir con causa a Víctor Hugo porque sostienen que, de las dos horas del programa, iba pocos minutos y dejaba solo a su equipo la mayor parte del tiempo. Excusa que seguramente no exculpará a Prisa/Albavisión de tener que pagar una indemnización a Víctor Hugo de alrededor de 5 millones de pesos. Pero podría haber sido más de 100 millones de pesos, la indemnización récord en la historia de la radiofonía argentina, si hubiera contado la antigüedad de treinta años de Víctor Hugo en la radio.

No sería así porque en la gestión del director general anterior, Nicolás Yiocca, se habría resuelto la contingencia de casi tres décadas de Víctor Hugo como contratado, lo que la ley laboral pena con el doble de indemnización y otras multas, con un acuerdo indemnizatorio privado homologado en el Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (Seclo) del Ministerio de Trabajo, por el cual Víctor Hugo se comprometía a no hacer reclamos por todos los años anteriores en los que estuvo contratado, pasando a partir de ese momento a ser empleado en relación de dependencia. A cambio, Víctor Hugo habría cobrado 8 millones de pesos del año 2014, pero en un juicio podría haber reclamado mucho más: Rolando Hanglin, con la mitad de la antigüedad que Víctor Hugo, un solo programa y una remuneración menor, le ganó a Continental en 2006 una indemnización equivalente a casi 2 millones de dólares de la época.

Víctor Hugo ya había anticipado parte de su indemnización en 2014. Ahora le quedaban sólo los últimos dos años

Fuentes de radio Continental cuentan que tenían estimado en 60 millones de pesos esa contingencia y que lograron el ventajoso acuerdo gracias a la intervención del gobierno kirchnerista, que les habría adelantado pauta de publicidad oficial para pagar esos 8 millones con el compromiso de que firmaran un contrato donde Víctor Hugo mantuviera sus dos programas hasta fin de 2016, año especialmente simbólico para él porque cumpliría medio siglo como relator (la transmisión radial de partidos de fútbol ya no es más rentable y los nostálgicos que bajaban el sonido del televisor para escuchar el de la radio muchas veces ya no pueden hacerlo por el delay, una de las tantas causas por las que periodistas deportivos destacados –Fantino hoy– migraron a la política).

Eso en parte explicaría por qué las nuevas autoridades de radio Continental asumieron el costo económico del despido actual: porque ya no sería una indemnización de treinta años sino sólo de dos, y siendo así le corresponderían dos sueldos de indemnización por sus dos años de antigüedad, seis sueldos de indemnización especial por el Estatuto del Periodista y cuatro sueldos por preaviso no cumplido, alrededor de doce sueldos, que a 400 mil pesos que sería su remuneración promedio mensual, daría esos 5 millones de pesos, que podrían llegar a 7 millones con vacaciones no cobradas, aguinaldo proporcional y otros eventuales cargos.

Fuentes de radio Continental cuentan que después de la primera vuelta electoral de octubre del año pasado, conociendo que Scioli no había ganado por la diferencia esperada, Víctor Hugo les comentó a las autoridades de la radio que estaba cansado de cobrar sólo un tercio de su remuneración porque el 30 por ciento iba al embargo del juicio que le ganó Clarín por haber difundido un partido sin derechos en el año 2000, y el 35 por ciento se le descontaba de impuesto a las ganancias. Y habría mencionado la posibilidad de negociar la salida anticipada de su contrato hasta fines de 2016 porque las indemnizaciones, a diferencia de los sueldos, no pagan impuesto las ganancias, pero que luego no mencionó más esa posibilidad, que para las nuevas autoridades de la radio habría sido una salida ideal y menos ruidosa.

Algunas fuentes radiofónicas consultadas critican las maneras “militares” del despido de Víctor Hugo: con escribano, tratando de prohibirle que vaya a su estudio y se pueda despedir de su audiencia, como hubiera correspondido después de tantos años. Pero todas coincidieron en considerar económicamente racional la decisión de radio Continental de no continuar con Víctor Hugo en 2016, de la misma forma que opinaron que si el presidente hubiera sido Scioli Prisa/Albavisión no hubiera tomado esa medida, habría apostado a tener más publicidad oficial del gobierno nacional y, recién a fin de 2016, al finalizar su contrato, comenzar un proceso de reducción de su protagonismo en la radio.

Si Continental lograse recuperar su identidad de radio de clase media empalmando en el horario central, que es la mañana –donde se concentra el 70 por ciento de la venta de publicidad–, a Nelson Castro con Fernando Bravo, sumándole a este último algún columnista político de diarios, como en su momento fue Leuco, podría en cierto tiempo ir recuperando su participación histórica (o parte de ella) sobre el total de la audiencia, y en un contexto de distribución de la publicidad oficial profesional, con Macri y no con Scioli, los 5 o 7 millones que le costaría la indemnización de Víctor Hugo los recuperaría adelantando un año la reconstrucción del posicionamiento de radio Continental.

De los ingresos publicitarios de Continental, 30 por ciento son productos para el campo, donde la radio tiene mucha llegada por su ubicación al comienzo del dial, y Víctor Hugo producía rechazo en ese sector. Agregan, quizá para justificarse, que ni él mismo puede vender los seis PNT que tendría por contrato mientras esperan que Mariano Closs venda diez PNT por tres horas de programa, y que, a 5 mil pesos cada uno a lo largo de veinte días, sume un millón de pesos mensuales de ingresos. Otro punto importante para comprender la decisión de Prisa/Albavisión es que ya no precisa, como sí en la época kirchnerista, del Gobierno para que le apruebe el traspaso de acciones porque ya tiene todos los papeles en orden.

Si el kirchnerismo quiere un micrófono que lo defienda, no hay voz más potente y convencida que la de Víctor Hugo

Respecto del futuro de Víctor Hugo, las fuentes no tienen las mismas coincidencias. Están quienes hasta creen que podría quedar sin un programa importante para siempre, como les pasó a otros grandes de la radio a cierta edad, y quienes creen que sería un éxito una radio de centroizquierda en un ecosistema mediático que, por la llegada de Macri, mayoritariamente se corrió a la centroderecha (la misma jugada que hizo Hadad con Radio 10 a fines de los 90, cuando todas las radios eran progresistas y se desmarcó con una de derecha) y en esa radio Víctor Hugo podría ocupar un lugar estelar.

Equidistantes están las fuentes más profesionales: los estratégicos creen que un medio de comunicación duradero no se construye apelando a tener la ideología que sea más conveniente en cada momento sino generando ventajas competitivas profesionales, sustentables y duraderas más allá de quién gobierne. Y los tácticos creen que, aunque una radio de centroizquierda pudiera ser exitosa, el problema de Víctor Hugo no es ideológico sino psicológico, que es “un periodista militante personal”, que sólo quiere hablar de sus obsesiones y siempre vuelve recurrentemente a lo mismo; exagerada e irónicamente lo sintetizan en que “cada cuatro palabras dice Magnetto”. Fuentes de la actual radio Continental cuentan que Víctor Hugo se negó al informativo de la media hora porque no quería que lo cortaran (en el resto de Continental ya hay dos noticieros por hora) y tampoco aceptó aggiornar la música que se pasaba.

Radios con un posicionamiento donde Víctor Hugo no desentonaría hay varias: además de las mencionadas Radio 10 y Del Plata, podrían considerarse también radio El Mundo, vinculada a Julio De Vido a través de su ex secretario José María Olazagasti; la AM 750, del gremialista Víctor Santa María (fuentes cercanas al sindicato de encargados de edificios lo desmintieron); la radio de las Madres de Plaza de Mayo, y las radios de Szpolski/Garfunkel (América y Splendid, entre las AM). Sobre este último grupo kirchnerista, vale agregar que también se menciona a Daniel Hadad analizando la compra de CN23, eligiendo, entre 360 TV Digital y CN23, la que sea entregada con menos personal (ambos canales tienen hoy entre 140 y 180 personas).

El futuro de Víctor Hugo también dependerá del futuro del kirchnerismo: si se va diluyendo mes a mes o si quiere y puede pelear un lugar perenne en la política.

Si así fuera, después de Cristina Kirchner, la voz de Víctor Hugo es la más potente y no tiene “el modelo” mejor orador que defienda sus ideas con mayor convicción. Si el kirchnerismo precisara un micrófono que promoviera sus posiciones, nadie mejor que Víctor Hugo. 



domingo, 24 de febrero de 2013

Tinelli K… ¿Tinelli K…?... De Alguna Manera...


Tinelli K… 
 
 Anticipo. El 27 de enero, la tapa de Perfil destacó la consecuencia electoral del programa.

Hace un mes, la tapa de Perfil anticipó que en 2013 Tinelli volvía con el “Bailando de los políticos” y las obvias consecuencias electorales que implicaba. Si en los próximos días termina confirmándose que Tinelli le vende su empresa, Ideas del Sur, a Cristóbal López por 40 millones de dólares, habría que concluir que el anuncio del programa funcionó como un aviso para lograr comprador y subirse el precio. Para colmo, usufructuando gratis a Adrián Suar como protagonista de su aviso, porque fue a mediados de enero que el propio director artístico de El Trece lo anunció por radio para que luego recién Tinelli saliera a confirmarlo por Twitter. De concluir así, Maquiavelo sería un poroto frente a Tinelli.

Hace ocho años Tinelli se fue de Telefe casualmente porque Telefónica quería reducir sus costos, y ahora regresaría con mejores condiciones que entonces, además habiendo multiplicado su inversión en Ideas del Sur por cuatro: de los 10 millones de dólares que le costaron el edificio y sus instalaciones a los 40 millones de la hipotética venta a Cristóbal López.

En el camino, Tinelli había dejado a Hadad sin destino en Canal 9 en 2005 y ahora podría ganarle al mismísimo Grupo Clarín, algo que ninguno de sus socios había logrado antes.

Las vidas paralelas de Tinelli y Hadad merecen un párrafo. Juntos compraron Radio 10 en los 90, juntos exploraron la viabilidad de Canal 9 a comienzos de la década pasada, y cada uno por su lado vendería su empresa en alrededor de 40 millones de dólares a Cristóbal López.

Que Tinelli y Hadad terminaran vendiendo sus empresas simultáneamente podría ser una señal de algo más que las propias circunstancias de ambos. Podría indicar que es el Estado, con su publicidad oficial, el gran asignador de recursos del sistema de medios y el que finalmente decide con su apoyo o discriminación el progreso o la decadencia de cualquier medio. El mayor mérito de Editorial Perfil, que padece lo segundo desde hace diez años, es que lo sobrevive.

Para que el lector tenga una idea de qué significa económicamente congraciarse o no con el Gobierno, vale repasar los datos de la inversión de publicidad oficial durante el año 2012. Sólo en medios gráficos (en TV los montos se multiplican por cinco), los diarios de Vila-Manzano de diferentes provincias argentinas recibieron casi 100 millones de pesos; una cifra muy parecida recibió Szpolski por sus medios gráficos, mientras que Página/12, Crónica y Ambito Financiero recibieron alrededor de 50 millones de pesos cada uno.

Imagine, lector, desde 2003 –diez años de discriminación con la publicidad oficial–, a los valores actuales de Szpolski, Editorial Perfil dejó de recibir 100 millones por año, 1.000 millones de pesos durante esta década. Vale recalcar que, además, la cantidad de ejemplares de las publicaciones de Editorial Perfil, según lo certifica el centro de informaciones de la Asociación de Editores de Revistas, es doce veces mayor que el de la suma de las publicaciones de Szpolski durante el mismo período.

Con esos 1.000 millones de pesos de publicidad oficial, o 200 millones de dólares a la cotización oficial actual, se podría comprar cinco veces Ideas del Sur o la propia Telefe. Ese es el costo de no alinearse con el Gobierno, precio que –de consumarse la venta de Ideas del Sur a Cristóbal López– no desea pagar Tinelli.

El Trece poco se puede quejar de que Telefe reciba las ventajas de contar con Tinelli sin mucho esfuerzo, porque también el Grupo Clarín gozó de recibir a Tinelli en bandeja cuando el Gobierno era su aliado en 2006. Por intermedio de Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete y simultáneamente operador de Clarín en el kirchnerismo, Tinelli dejó el Canal 9 de Hadad para pasar a El Trece. Ese fue el comienzo del fin de Hadad en la televisión abierta.

Pero a pesar de ciertas coincidencias en tiempos, montos y compradores, Hadad y Tinelli se diferencian en que el primero arma empresas y, aunque mucho no le guste, está dispuesto a bancar pérdidas. A Tinelli sólo le gustan los negocios, algo diferente a las empresas. En los negocios, quien invierte no asume responsabilidades de largo plazo, ni el pago de sueldos de mucho personal, ni los conflictos con los sindicatos. El empresario es prisionero de todo de lo que el comerciante o inversor escapa. A Tinelli no le gusta perder a nada, y no hay empresario a quien no le toque enfrentar pérdidas de vez en cuando. Tinelli es un divo; un empresario es alguien –en algún sentido, y aunque suene paradójico– más humilde.

Si Cristóbal López compra Ideas del Sur, ¿habrá un Tinelli K? Tiendo a creer que nunca habrá un Tinelli que no sea tinellista, alguien que en cada circunstancia maximice el valor posible tomando la mejor opción, como un gran comerciante.

Tinelli, no sólo por su fama sino por su darwinismo, en la política sería tan exitoso como en el espectáculo. Pero él está más cómodo así, gana más plata, no tiene tanto menos poder y se hace mucho menos problema.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 24/02/13 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 16 de diciembre de 2012

Lo justo… De Alguna Manera...


Lo justo…

Trimarco y Magnetto conmovieron a la Justicia.

“Lo que se llama justicia es un modo de servir los intereses de los que tienen el poder. Los poderosos hablan de justicia pero, en rigor, quieren reafirmar y justificar su dominio sobre los demás miembros de la comunidad. En suma, la justicia es un encubrimiento de intereses particulares.” Esto no lo escribió Carta Abierta promoviendo el juicio por jurados, ni lo repitió enojado el ministro Alak después del fallo de la Cámara a favor de Clarín, ni el abogado de Susana Trimarco después de la absolución de los sospechados de haber secuestrado a Marita Verón. Lo dijo hace dos mil quinientos años Trasímaco, un sofista al cual Platón rebatió en La República.

Y Marx directamente coló el derecho en el mismo plano que la religión: “La justicia de las transacciones que se realizan entre los agentes productivos se basa en el hecho de que estas transacciones derivan de las relaciones de producción como algo natural. Es justo cuando corresponde al modo de producción, cuando es adecuado a él. Es injusto cuando va en contra de él.”

Estas visiones se orientan al carácter distributivo de la justicia donde, dependiendo del sistema de producción para los marxistas o del sistema moral para los libertarios, lo justo es darle a cada uno lo mismo, a cada uno según sus méritos, a cada uno según sus obras, a cada uno según sus necesidades, a cada uno según su rango o a cada uno según lo atribuido por la ley.

Que se considere justa o injusta la existencia de derecho de herencia trasciende al derecho y es el resultado de una determinada moral.

La frustración que siente la sociedad al ver que un juez en primera instancia cree una cosa y la Cámara de su fuero lo contrario es fruto de la colisión entre dos visiones de la justicia. No pocas veces los abogados tienen una concepción formal del derecho reducible a una codificación sistemática de leyes, o caen en un principismo cuyo paroxismo se sintetiza en la ironía “hágase justicia aunque el mundo perezca”. Mientras, la mayoría de la población tiene una visión intuicionista y considera autoevidente lo que es justo más allá de los complejos procedimientos judiciales.

No consuela que se trate de un problema universal donde un juez de Ghana considere ajustado a derecho detener la fragata Libertad para que luego el Tribunal Internacional del Mar de Hamburgo disponga lo opuesto. O dentro de los Estados Unidos las divergencias entre el juez Griesa y su tribunal de apelación.

Los ciudadanos normales tienen una visión de la justicia que podría denominarse “cósmica”, donde lo justo sería algo similar al orden y la medida. Se produce injusticia cuando algo ocupa el lugar que no le corresponde, se produce un exceso o hay una demasía, entonces la Justicia tiene que restablecer el equilibrio corrigiendo y castigando la desmesura, sea ésta del Gobierno o de Clarín, de los fondos buitre o de nosotros los deudores.

John Rawls, el filósofo especializado en justicia más importante del siglo XX, trató de reconciliar la idea de justicia con la de moral, combatiendo las perspectivas utilitaristas que dominaron en el campo del derecho en la modernidad. Para Rawls, es posible imaginar una forma de contrato social generador de una justicia que no fuera resultado meramente de la eficacia social: “Que algunos deban tener menos con objeto de que otros prosperen puede ser ventajoso pero no es justo. Sin embargo, no hay injusticia en que unos pocos obtengan mayores beneficios, con tal que con ello se mejore la situación de las personas menos afortunadas. Puesto que el bienestar de todos depende de un esquema de cooperación sin el cual ninguno podría llevar una vida satisfactoria, la división de las ventajas debería ser tal que suscite la cooperación voluntaria de todos los que toman parte de ella, incluyendo a aquellos peor situados”.

Rawls sostenía que diferentes concepciones de justicia eran resultado de diversas nociones de sociedad: “Para entender una concepción de justicia, tenemos que hacer explícita la concepción de cooperación social de la cual deriva”. El proponía un experimento mental ejemplificado como “el velo de la ignorancia”, donde justo sería aquel sistema que todos eligieran sin saber “cuál es su lugar en la sociedad, su posición, su clase o estatus social, y sin saber nadie tampoco cuál es su suerte en la distribución de ventajas, capacidades naturales, su inteligencia o su fortaleza”.

Si quisiéramos aplicar los principios teóricos de Rawls al caso Clarín, sería justa aquella Ley de Medios que eligieran todos quienes fueran a resultar conductores de medios: Clarín, Telefónica, Vila-Manzano, Moneta, Hadad, Cristóbal López y los miles de pequeños medios audiovisuales no famosos, sin saber a priori cuál sería su suerte en “la ruleta del destino”, a quién le tocaría ser Clarín y a quién ser el pequeño medio de comunicación de un pueblito.

Lo mismo vale para el conflicto de poderes entre la Presidenta y el Poder Judicial. Si quisiéramos aplicar a Rawls, sería justo un sistema de división de poderes que aceptaran todos los políticos de todos los partidos atravesados por el velo de la ignorancia, sin saber si a ellos les tocaría ser del peronismo, del radicalismo o del más pequeño partido vecinal, o si llegarían a presidente o concejal. Simplificadamente: ¿le serviría a Cristina Kirchner tener una Justicia doblegada al Poder Ejecutivo sabiendo que cuando su oposición gobierne padecerá la arbitrariedad de su adversario?

Obviamente, el ejercicio mental que resulta útil a los fines teóricos es inaplicable a los fines prácticos pero sirve para poder colocarnos en el lugar de los demás. ¿Nos gustaría tener jueces garantistas si fuéramos acusados de un delito que no cometimos mientras toda la prensa y la opinión pública piensa que somos culpables? Honró el CELS su independencia al criticar el oportunismo de la Presidenta pidiendo mano dura para los delitos sexuales.

Rawls asimila la justicia a la imparcialidad. “La justicia –escribe Rawls– es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es a los sistemas de pensamiento; una teoría, por muy atractiva, elocuente y concisa que sea, tiene que ser rechazada o revisada si no es verdadera.”

El problema es que la teoría del relato se guía por principios opuestos y, para poder escapar de la comprobación empírica, relativiza toda noción de verdad y de objetividad. En esto los jueces y los periodistas somos primos hermanos.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 16 de Diciembre de 2012.