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sábado, 14 de noviembre de 2015

Eliminatorias Rusia 2018... Argentina 1 vs. Brasil 1... @dealgunamanera...


Ante Brasil, Argentina sacó adelante un partido complicado…


Mejoró. El equipo de Martino pudo disimular las ausencias y estuvo cerca de conseguir el triunfo. El primer desafío lo resolvió Ángel Di María. Alguien debería hacer jugar a Argentina. Sin Messi ni Pastore, era un partido para hacerse cargo.

Nada más ni nada menos que frente a Brasil. Y “el Fideo”, el de las altas velocidades, tuvo que pensar. Con alguna pincelada de Ever Banega y alguna pasada de Facundo Roncaglia por su banda, las de Lavezzi por la otra y la referencia cierta de Higuaín para tirar una pared, el ex-Rosario Central dispuso así de un escenario para que de los ausentes no se hablara más,

El gol de Lavezzi, a los 34 minutos, fue una consecuencia directa de ese circuito futbolístico. Arranco en Di María, pasó por Higuaín y terminó en un centro que encontró al “Pocho” de frente al arco. El pase a la red no se hizo esperar.

Un Ángel para Martino

Hasta ahí, Argentina había llegado varias veces. Primero no pudieron Higuaín y Lavezzi, luego fue el turno del “Fideo” cuyo remate se fue junto a un palo y a un pie de que “el Pocho” la tocara. Pero el gol siempre le estaba rondando a un Brasil que se sentía intimidado. Después el delantero del PSG llegó al fondo y su remate fue sacado por Gustavo Luis.

El gol argentino no tuvo un efecto táctico porque Brasil no despertó. Un golpe que recibió Neymar, cuando el partido, cuando promediaba el PT, hizo que se fuera contra un costado. Algunos chispazos de Williams y de Lucas Lima fueron lo único que propuso Brasil. Y por el contrario, Argentina pudo haber marcado el 2 a 0, pero el palo devolvió un disparo de Banega, tras una buena jugada de Otamendi.

Y Brasil, con un cabezazo de David Luiz y un remate de Neymar cerca de un palo, comenzó a dar indicios de reacción futbolística. El ingreso de Douglas Costa fue el que la dio, en reemplazo del inexpresivo Oliveira. ¿Quién lo marcaría? Al final no fue de nadie. Apenas partió el cambio de frente de Elías para Dani Alves, el “7” se fue caminando al área hasta quedar solo. Allí le cayó el centro, su cabezazo dio en el travesaño y Lima la mandó adentro.

Balanza equilibrada

Después de ese gol el partido se equilibró. Aparecieron Neymar y William para sumare a Costa. El “19” hizo una fantasía, dejó desairados a Rojo y a Gaitán, pero su remate fue desviado por Funes Mori. Luego “Nei” lo tuvo, y su tiro se fue “ahí”. La cancha también le cambió a Di María y Mascherano se quedó en una pierna.

Los ingresos de Dybala y Lamela no alcanzaron, aunque lo del cordobés fue promisorio: metió un centro que no fue gol de milagro e hizo amonestar a David Luiz, luego expulsado. Argentina empató un partido que en la previa asomaba como dificultoso y que Martino concluyó con algo de alivio.

Dunga, sorprendido por el nivel de tensión del público argentino

Uno por uno

Romero. En el gol de Brasil no tuvo nada que ver. No pudo controlar el cabezazo de Douglas Costa.

Roncaglia. Mejor en el primer tiempo que en el segundo. Atacó primero y defendió luego. Cumplió sin descollar.

Otamendi. Sin sobresaltos en el primer tiempo, sufrió más en el segundo. Subió un poco más en el complemento.

Funes Mori. Tuvo algún rapto de solvencia que le sirvió para disimular algunas dudas que tuvo en el primer tiempo.

Rojo. En la primera parte neutralizó bien a William, pero en el complemento le costó más.

Biglia. Tuvo un muy buen partido hasta que apareció Neymar más cerca de su mejor dimensión.

Mascherano. Recuperó bastante la pelota en el PT, pero en el segundo tuvo que correr más y mal, hasta que sufrió un tirón.

Banega. Pegó un tiro en el palo que pudo ser el segundo gol de ­Argentina y logró ofrecer algunos chispazos de su buen fútbol en el complemento.

Lavezzi. Hizo el gol argentino y tuvo otras tres chances para estirar la diferencia.

Higuaín. No hizo goles, pero contribuyó a mejorar el juego de la selección cuando estuvo enchufado.

Di María. Le tocó hacer jugar a la selección, especialmente en el primer tiempo. Estuvo a la altura de las circunstancias.

Lamela. Gravitó poco.

Gaitán. Tuvo poca incidencia en su breve intervención en el juego.

Dybala. El cordobés tuvo dos acciones importantes. En la primera tuvo un centro que casi fue gol y en la segunda, pícaro, hizo amonestar a David Luiz.

Síntesis

Argentina: 1

Sergio Romero 6, Facundo Roncaglia 6, Nicolás Otamendi 6, Ramiro Funes Mori 6, Marcos Rojo 5, Lucas Biglia 6, Javier Mascherano (c) 6, Ever Banega 5, Ezequiel Lavezzi 7, Gonzalo Higuaín 6, Ángel Di María 7. DT: Gerardo Martino

Brasil: 1

Alisson 5, Dani Alves 5, Miranda 5, David Luiz 4, Filipe Luis 5, Luiz Gustavo 5, Elías 6, Lucas Lima 6, William 6, Neymar (c) 6, Ricardo Oliveira 4. DT: Dunga

Goles: PT, 33m Lavezzi (A). ST, 13m Lima (B)

Cambios: ST, 11m Douglas Costa (7) por Oliveira (B), 17m Renato Augusto (5) por Lima (B), 24m Nicolás Gaitán por Lavezzi (A), 35m Paulo Dybala por Higuaín (A) y Erik Lamela por Banega (A), 44m Gil por William (B).

Amonestados: Otamendi, Mascherano (A); Felipe Luis (B). Expulsado: ST, 44m David Luiz (B).

Estadio: River. Campo de juego: muy bueno.

Espectadores: 57 mil.

Árbitro: Antonio Arias (regular).

Suplentes de Argentina: Nahuel Guzmán, Agustín Marchesín, Jonathan Maidana, Gino Peruzzi, Martín Demichelis, Emmanuel Mas, Matías Kranevitter, Enzo Pérez y Ángel Correa.

© Escrito por Daniel Guiñazú el viernes 13/11/2015 y publicado por http://mundod.lavoz.com.ar de la Ciudad de Córdoba, República Argentina.




martes, 25 de diciembre de 2012

Sergio “Maravilla” Martínez… De Alguna Manera…


Fenómeno nacional y popular...

Sergio "Maravilla Martínez.

Fue el año de la consagración mediática de Sergio “Maravilla” Martínez. De su instalación como fenómeno nacional y popular, verdadera pasión de multitudes. Millones de argentinos lo abrazaron el 15 de septiembre, aquella noche de su épica victoria ante Julio César Chávez Jr. en Las Vegas, en la que reventaron las mediciones del rating (41 puntos entre televisión abierta y el cable). Como suele abrazarse a los ídolos. A los que vence el irremediable paso de los tiempos.

Acaso el plus de la conmoción que provocó en el país esa pelea por el título mundial de los medianos (sólo comparable a las que causaban las defensas de Carlos Monzón en los lejanos ’70) sea lo que explique la ola de reconocimientos periodísticos que Maravilla recogió esta semana. Fue tan potente el sacudón social que ni los cronistas especializados en boxeo ni los periodistas deportivos de Buenos Aires, ni la sección deportes de un gran diario argentino quisieron/pudieron quedarse afuera. Sergio Martínez fue un boxeador tan grande y un personaje tan irresistible que terminó imponiéndose (con justicia o sin ella, todos los razonamientos son posibles) al año demoledor y a los 91 goles que marcó Lionel Messi y a la medalla dorada en taekwondo que Sebastián Crismanich alzó en los Juegos Olímpicos de Londres.

Si sobre los rings hace rato que Maravilla viene haciendo estragos, este año también demostró ser un superdotado en el juego grande de los medios. Metido en la pantalla chica de los argentinos, supo vender una historia de vida inspiradora en el Bailando por un sueño de Marcelo Tinelli, en un reportaje memorable que le hizo Alejandro Fantino y que superó los dos dígitos de audiencia y en un actuación de stand-up que hizo en Duro de domar. La gente la compró con los ojos cerrados.

De ser casi un desconocido para el gran público y para el establishment mediático que lo ignoraba “porque no era de acá”, Martínez se transformó sin escalas intermedias en un motivo de conversación nacional, ocupó tapas de revistas que jamás se le habrían ofrecido a un boxeador y hasta hizo una videoconferencia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para anunciar su pelea del 27 de abril del año próximo ante el inglés Martin Murray en un estadio de fútbol. Hoy lo rodean, lo abrazan y lo miman hasta quienes no hace mucho clamaban que el boxeo había dejado de ser negocio porque estaba muerto y rematado.

Pero a no confundirse: los argentinos no se reencontraron con el boxeo gracias a Maravilla. En todo caso, descubrieron primero al personaje y recién después al crack y campeón. Y quedaron fascinados con los dos.

© Escrito por Daniel Guiñazú y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 24 de Diciembre de 2012.