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sábado, 27 de junio de 2015

Copa América 2015... Argentina 0 (5) vs. Colombia 0 (4)... @dealgunamanera...

 Lo ganó con sufrimiento en los penales…


Con muy buenas actuaciones de Pastore y Messi, borró a Colombia de la cancha, pero le faltó puntería para vencer el arco de Ospina. El héroe terminó siendo Tevez, quien convirtió el penal para el pase a semifinales. El martes va contra el ganador entre Brasil y Paraguay.

El Tata Martino no quiso practicar penales en los días previos. Se sabía que era una posibilidad, pero prefirió mandarles un mensaje clarito a sus dirigidos: “Qué penales ni penales, somos mucho más que ellos, lo tenemos que ganar en los noventa minutos”. Lo que no imaginaba el entrenador era que se iban a encadenar tantos factores para impedir que se concretara la victoria al cabo del tiempo reglamentario.

Argentina fue más que Colombia, mucho más y mereció ganar por una diferencia de por lo menos dos goles. Tuvo la pelota casi todo el tiempo (62 por ciento en el promedio final) y la usó diez veces mejor que su rival, especialmente en el primer período; tuvo individualidades que superaron en brillo a las de sus adversarios; mostró más ideas, generó diez situaciones de gol clarísimas contra apenas una de Colombia y sin embargo debió esperar hasta los penales para sellar su pasaje a las semifinales.

Una de las imágenes que mejor grafica las razones del cero a cero final se la puede encontrar en un tiro de Otamendi, a la salida de un corner que tapó magistralmente el gigantesco Ospina y que hizo que la pelota diera después en el palo. Un remate que debió ser un poco más esquinado, una volada magistral y el palo por las dudas.

La otra es una jugada en el primer tiempo que arrancó con el Flaco Pastore bajando la pelota con una técnica notable y siguió con el centro, el toque de Agüero debajo del arco, la buena atajada de Ospina con el pie y el cabezazo de Messi que era gol en la cabeza de todos, pero fue milagro en las manos del arquero que se levantó del piso y se estiró para salvar lo que era gol cantado. No la canchereó Messi ni nada que se le parezca; la cabeceó tranquilo, seguro de que entraba; no contaba (ni él ni nadie) con la fantástica reacción de Ospina.

En el equipo de José Pekerman el único realmente destacado fue el arquero. Teo Gutiérrez no había tocado el balón cuando el DT decidió su salida sobre la mitad del primer tiempo; James apareció poco; el Cuco Jackson Martínez no ganó una; Falcao entró tarde y tampoco intervino y los del medio hacia atrás, metieron mucho, pegaron –el árbitro fue el mexicano Roberto García– se escalonaron para castigarlo a Messi, nunca encontraron a Pastore y jamas tuvieron salida limpia.

Al compás de Pastore que fue vital en los primeros 45 minutos Argentina borró literalmente de la cancha a los de amarillo. Tuvo orden en la salida, aun en los momentos (primeros diez minutos) en que intentaban presionar en tres cuartos de cancha; manejó mejor los espacios, impuso presencia en el medio con Mascherano y Biglia, y entusiasmó con algunos encuentros de Pastore y Messi en los que en menor medida se engancharon Agüero y Di María.

En el segundo período, las distancias no fueron tan grandes, Colombia dio algunas (pocas) señales de vida y los argentinos mantuvieron la insistencia pero no el brillo. Aun así hubo un remate de Banega que rozó el travesaño y una corrida de Tevez que milagrosamente no terminó en gol. Las dificultades de definición del equipo argentino se estiraron en la definición por penales y los dos match point desperdiciados antes del tercero que aprovechó Tevez así lo certifican. Hay cuatro palabras, una frase repetida, que resumen cómo se vivió este partido en cada casa de los argentinos: ¡Qué manera de sufrir!


© Escrito por Juan José Panno el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pastore fue el alma y Messi, el corazón…

Pastore y Messi. Foto de archivo.
- Sergio Romero (7): Durante la primera parte no tuvo trabajo. En la más brava que tuvo en la segunda parte, un cabezazo de Ibarbo, controló con seguridad.
- Pablo Zabaleta (6): Se proyectó poco en ataque, pero cuando lo hizo le aportó al equipo profundidad. Bien en la marca y seguro en la entrega cuando el juego pasó por su sector. Ganó bien sus duelos por la pelota frente a Ibarbo.
- Ezequiel Garay (5): Ante la prácticamente nula actividad ofensiva de Colombia en la primera parte, se adelantó unos metros en la cancha para tratar de conectar la pelota por encima de la línea de volantes, pero le faltó precisión en los pases.
- Nicolás Otamendi (5): Otro que entró poco en juego. Los colombianos casi no lo exigieron. En ataque fue bien de arriba. A los 80 minutos, en jugada de tiro de esquina, sacó un tremendo remate que Ospina desvió de un manotazo: la pelota dio contra el palo izquierdo y salió.
- Marcos Rojo (5): No estuvo bien con la pelota y por momentos parece una mala copia del jugador que deslumbró en el Mundial. Si bien en el arranque tuvo una buena chance de cabeza, su remate se fue por arriba del travesaño.
- Lucas Biglia (6): Se entendió bien con Messi en ataque y cuando tuvo que marcar a James Rodríguez lo hizo con mucho criterio. Tuvo una inmejorable chance para definir desde la medialuna y no la agarró bien y se le fue apenas desviado.
- Javier Mascherano (6): Atento en la marca y el anticipo, perdió cuando entró en las provocaciones de los colombianos hasta que vio la amarilla que lo condicionó.
- Javier Pastore (7): Fue soltando su talento con el correr de los minutos, y marcó realmente diferencias. Con sus toques rápidos y sutiles generó muy buenas oportunidades para el resto de sus compañeros. Se adueñó del medio y repartió sin dificultades la pelota en todas direcciones. Sus pases en cortada fueron incisivos. En la segunda parte bajó un poco su producción.
- Lionel Messi (7): Arrancó a los diez minutos, picó y generó una contra tremenda, que Di María no se animó a definir de primera. Tuvo la apertura del marcador con un cabezazo solo frente a Ospina, que le tapó el remate.
- Sergio Agüero (5): Se despertó después de recibir una amarilla por protestarle al árbitro García, que no sancionó penal en una jugada polémica, donde él y Messi fueron bajados en el área. Estuvo cerca del gol, tras un gran pase de Pastore, pero Ospina le tapó con los pies el remate.
- Angel Di María (5): Fue el más flojito del ataque argentino. Le faltó lucidez para resolver las jugadas que lo tuvieron como protagonista y se demoró en la zona de definición.
- Carlos Tevez (-): Ingresó por Agüero a los 72 minutos. Tuvo una chance para liquidar el trámite sobre el final. Marcó el último penal (ver aparte) para darle el triunfo a la Argentina.
- Ever Banega (-): Reemplazó a un cansado Pastore para jugar los últimos 15 minutos. Estrelló un remate contra el travesaño, justo sobre el ángulo.
- Ezequiel Lavezzi (-): Entró por Di María para jugar los últimos tres minutos.
© Escrito por Facundo Martínez el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La más dulce venganza de todas…


Esto es fútbol. Todo el que anda alrededor de la pelota escuchó ese justificativo casi mágico para justificar las situaciones que escapan a la explicación racional y coherente. El fútbol es el menos lógico de todos los deportes. Pero todavía se debate si es o no justo.

Qué se habría dicho si la Argentina, que pateó 14 veces al arco, hubiera quedado fuera de la Copa América a manos de Colombia, que no pateó nunca, que acertó apenas un cabezazo y que se habría clasificado semifinalista en los penales con apenas un gol en cuatro partidos. Tal resultado habría carecido por completo de justicia. “Era muy injusto si nos teníamos que ir mañana”, tiró anoche el técnico Martino.

Pero tres días atrás el hincha argentino conmemoró el cuarto de siglo de una clasificación tan festejada como injusta, cuando la Argentina sacó a Brasil de los octavos de final de la Copa del Mundo de 1990, con aquel aplaudido gol de Claudio Caniggia, cuando indudablemente los brasileños merecieron ganar el encuentro.

Puede concluirse que el pasaje a semifinales goza de estricta justicia. La Selección Argentina jugó –largamente– su más lúcido partido de la Copa América, frente a un rival acomplejado, que cometió el peor de los pecados: renunció a jugar desde el arranque. Para los que esperaban deleitarse con el duelo entre Lionel Messi y James Rodríguez, y lamentan que tal competencia no haya existido, que baste con repasar los guarismos finales, 5-0 en tiros al arco, 26-19 en pases correctos, 90-70 en eficacia en los pases, todos a favor del rosarino.

Esa estricta justicia no la consiguió Argentina en los 90 minutos, ni en la tanda de cinco penales, ni siquiera en el arranque del uno por uno, pese a que en cada una de esas instancias el panorama lo favorecía. La justicia, en todo caso, que no habla ni oye ni ve, se tomó su tiempo para dictar sentencia. Y la escribió sobre el botín derecho de Carlos Tevez, que cuatro años después se tomó la revancha más dulce de todas.

© Escrito por Pablo Vignone el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Este fue el mejor partido de la Copa”…


El capitán del equipo nacional no ocultó su alegría por el pase a la siguiente ronda, donde el martes jugará con el vencedor del duelo entre Brasil y Paraguay. Tevez, el héroe del final, repartió honores con sus compañeros.

“Fue increíble, la verdad que fue el mejor partido de la Copa que hicimos. Creamos situaciones por todos lados, ellos no querían saber nada. En los penales tuvimos la suerte que no habíamos tenido en el partido”, dijo Lionel Messi, con una sonrisa que evidenciaba satisfacción. “Es terrible lo que me cuesta hacer un gol en la Selección. Hoy tuve clarísimas y no las pude meter. Lo importante es que el equipo hizo un partidazo y salimos adelante. 

Fuimos merecedores de ganar este partido”, agregó el crack rosarino. De cara al encuentro de semifinales, la Pulga no se inclinó por ningún rival: “En estos partidos puede pasar cualquier cosa. Si bien Brasil es lo que es, nosotros jugamos con Paraguay y no le pudimos ganar. Sea quien sea va a ser difícil. Lo importante es que nosotros ya estamos ahí y hay que tener tranquilidad”.

Carlos Tevez asumió la responsabilidad y convirtió el penal definitivo. En el recuerdo estaba latente la ejecución fallida ante Uruguay, en la Copa América disputada en Argentina hace cuatro años. “Es de mis compañeros, no sólo mío. El fútbol da revancha y lo que pasó ya pasó.” “La victoria es de mis compañeros, que tuvieron un partido fantástico. 

Estoy orgulloso de pertenecer a este equipo”, agregó. El ahora ex atacante de Juventus tiene ganas de sumar más minutos, pero no pierde la humildad. “Es imposible jugar en este equipo (con compañeros) jugando así. Uno lo disfruta estando afuera porque el equipo juega muy bien. Entonces cuando a uno le toca entrar trata de hacer lo posible para el equipo.”

En conferencia de prensa, luego del festejo en el campo de juego, Gerardo Martino consideró que en el partido de ayer “se mantuvo el nivel durante los 90 minutos. Los neutralizamos cuando los fuimos a presionar arriba, que fue la mayor cantidad de minutos. Lo hicimos bien, también, cuando tuvimos que retroceder. Contabilizo un cabezazo en un corner como la jugada de más riesgo y, por el contrario, creo que Ospina fue probablemente la figura de la cancha”.

“No me puedo imaginar después de este partido que ahora estuviera hablando después de haber perdido. Hubiera sido una injusticia. Si nosotros tuvimos alguna responsabilidad fue por no haber convertido”, añadió uno de los tres técnicos argentinos que ya están entre los cuatro mejores del torneo, junto a Jorge Sampaoli, en Chile, y Ricardo Gareca, en Perú. 

También destacó que fue el mejor partido del torneo, que los jugadores no estaban cansados como había dicho anteriormente y que quisieron preservar a Tevez en los penales. Por su parte, José Pekerman, entrenador de Colombia, reconoció que tuvieron dificultades en el primer tiempo, que perdieron muchas pelotas, justificó la salida de Teófilo Gutiérrez como una búsqueda de más equilibrio y destacó que en el segundo levantaron el nivel. “Argentina es un equipo de jerarquía, de categoría”, elogió quien dirigió al conjunto albiceleste en el Mundial 2006.

© Escrito por Leonel Lenga el sábado 27/06/2015 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.






domingo, 21 de junio de 2015

Copa América... Argentina 1 vs. Jamaica 0... @dealgunamanera...

Pudo ser fiesta, pero volvió a quedar en deuda…


El equipo no pudo desplegar todo su potencial y repitió errores como en los partidos anteriores. El único gol lo convirtió Gonzalo Higuaín, para darle el primer puesto de la zona B. El rival de cuartos de final se conocerá hoy.

Juegan Argentina y Jamaica y vos sos argentino. Entran a la cancha Messi, Di María, Pastore y compañía contra una banda de entusiastas grandotes caribeños. Te invitan a la fiesta. Imaginás que te vas a encontrar con una entradita de salmón ahumado o gambas al ajillo, y después tal vez un lomo a la pimienta, una trucha a la manteca negra con alcaparras y puré duquesa o ranas a la provenzal. Te creés que el vino va a ser Rutini, ponele, o un Escorihuela Gascón, y que de postre habrá frutos del bosque con helado de crema americana. Vas, mirás, olés y algo de eso te sirven, pero apenas te dejan probar un poquito, no pasás de la degustación. Esas cosas te ocurren con la Selección Argentina. Se dieron contra los paraguayos y te volvieron a pasar ayer. Te amenaza con el banquete y te termina dejando medio vacío, con gusto a poco.

Es cierto que el equipo argentino consiguió el cuádruple objetivo: 1) ganar el partido; 2) clasificarse en primer lugar de la zona; 3) que no se lesionara ningún jugador; 4) que no recibiera amarilla ninguno de los que estaban en capilla.

Y una mirada resultadista llevaría a pensar entonces que está todo bien, que no hay nada de qué quejarse. Pero si se rasca un poco, si se sale de lo superficial quedará claro que se desaprovechó una gran oportunidad de lograr una goleada, elevar la autoestima y avisarles a los contrarios que tengan cuidado. Vale decir, algo de lo que sí hizo Chile en su partido contra Bolivia.

El equipo de Martino pudo haber goleado porque oportunidades no le faltaron. Después del gol (una buena media vuelta de Higuaín luego de un pase lateral de Di María), el mismo Higuaín metió un tiro en el travesaño, Di María metió un zapatazo que rebotó en el horizontal, y el arquero atajó dos pelotas dificilísimas ante remates de Di María, Messi (gran volada hacia atrás en un tiro de emboquillada) y Pastore.

Pero la goleada no llegó. Como ante Paraguay o ante Uruguay, generó muchas llegadas, pero concretó pocas. ¿Mala suerte? Sí, puede ser. Pero problemas de definición también hubo: un pase de más, un tiro apresurado, un remate al arco cuando había un compañero mejor colocado.

Y lo peor de todo es que, como no se convirtieron los goles, el equipo terminó apretado, asustado, comprometido con los centros de un rival muy inferior que se agrandó en el final del partido. Bastó que los jamaiquinos cambiaran sobre el final el plan A (tratar de que no los goleen) por el plan B (má si, vayamos un poco al frente) para que la Selección Argentina se derritiera en el fondo, mostrara grietas, inseguridad, susto. El síndrome de Paraguay, volviendo a las cuestiones psicológicas que tanto juegan en el fútbol. Fueron cinco, diez minutos que causaron estupor.

Esos mismos rivales que en el primer tiempo no habían pasado la mitad de la cancha, esos mismos que mostraban su torpeza con algunas faltas ingenuas, esos que sólo mostraban buena voluntad, de pronto pasaban al ataque, llegaban hasta el fondo y metían la pelota en el área. Los fantasmas de Paraguay entraron a la cancha, al punto que en una jugada se dio una situación de flipper entre tres defensores argentinos, que querían sacar la pelota del área y mandarla a Puerto Montt.

Algo de responsabilidad se les puede achacar a los técnicos, que sacaron a Pastore (que no estaba jugando tan bien como contra Uruguay, pero no desentonaba) y pusieron a Pereyra, con lo que se perdió algo de posesión de la pelota. Pero no se debe caer sólo sobre Pereyra; todos se cayeron en picada y cuando entró Tevez el equipo ya estaba deshilachado.

Lo flojito de ese final terminó opacando los buenos momentos que produjo el equipo en la primera parte, en la que se empezó a cumplir con el trámite de liquidar el partido en el marco de algunos toques de lujo y buenas triangulaciones para atravesar una férrea defensa rival. Pudo ser fiesta, pudo ser goleada, pero quedó gusto a poco. Muy poco.


Estadio: Sausalito (Viña del Mar).

Arbitro: Julio Bascuñán (Chile).

Gol: 10m Higuaín (A).

Cambios: 58m Pereyra por Pastore (A), 70m Taylor por Hector, Dawkins por Laing (J) y Tevez por Higuaín (A), 77m Barnes por Brown (J), 83m Lamela por Di María (A).


© Publicado el domingo 21/06/2015 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 





jueves, 18 de junio de 2015

Copa América... Argentina 1 vs. Uruguay 0... @dealgunamanera...

La Selección Argentina se sacó todas las ganas de ganar...


Un golazo a la Manchester City –centro de Zabaleta, cabezazo de Agüero– le dio el primer triunfo en la Copa América al equipo nacional, que sufrió como en su debut ante Paraguay, pero se aseguró los tres puntos. Messi, Pastore, destacados.

La Selección ganó ayer un partido chivo, que dominó ampliamente en la primera parte, frente a un Uruguay que apenas se animaba a pasar el medio campo, y que lo sufrió como loco en el final cuando, tras el gol de cabeza de Agüero, los dirigidos por el Maestro Tabárez se le fueron encima con inesperado ímpetu. El arquero Romero, que no había intervenido tanto en la noche chilena, terminó siendo clave en el final para aguantar el resultado y salvar el cero en el descuento tras un remate de gol de Hernández. 

Pastore, Messi y Agüero fueron los destacados del equipo nacional, que en los últimos sufrió horrores el hecho de haber perdido el control del trámite. La victoria dejó al equipo de Martino como puntero del Grupo B, junto a Paraguay, que en la previa venció 1-0 a Jamaica, y prácticamente clasificado a la siguiente ronda.

Ni bien comenzó el encuentro, la Selección fue inclinando la cancha hacia el arco rival aplicando su fórmula predilecta: tener la pelota y jugarla segura a un compañero. Pastore era el eje del equipo en esos primeros minutos, y gracias a él, Di María tuvo una muy buena chance a los 8 minutos que no prosperó porque Muslera le tapó el remate abajo sobre el primer palo. Uruguay, en cambio, buscaba su crecimiento con contraataques rápidos y pases profundos, que no siempre llegaban a destino.

Uno de los méritos del equipo de Martino fue la paciencia para mover la pelota para intentar abrir espacios en ataque, mientras esperaba que Messi terminara de aparecer y se asociara más frecuentemente con Pastore, quien a los 20, en combinación con el crack del Barcelona, intentó sorprender al arquero uruguayo con un remate desde afuera del área.

Argentina necesitaba cambiar un poco el ritmo en el ataque, y cuando eso ocurrió el equipo contó con la situación más clara de gol en la primera parte. Pastore habilitó a Messi, éste sacó un centro perfecto para Agüero, cuyo cabezazo no entró en el arco de milagro. Casi inmediatamente fue Messi el que probó con un frentazo desde el corazón del área, que se desvió en un defensor uruguayo. La Selección había encontrado una puerta a espaldas de Arévalo Ríos y se acercaba cada vez más al dominio de Muslera.

Los uruguayos, por su parte, siguieron ensayando su libreto: aguantar todos juntos en su campo y contragolpear, con envíos profundos para que tanto Cavani –bastante peleado con la pelota– como Rolan se inspiraran solitos en los últimos metros, y a las jugadas de tiro libre que la Argentina le entregaba ocasionalmente sobre la mitad de la cancha.

El equipo nacional necesitaba un poco más de Agüero y de Di María, que se desmarcaran e incluso que se retrasaran un poco en la cancha para entrar con mayor frecuencia en el circuito de juego. Al cabo de la primera parte, Argentina consiguió una posesión del 71 por ciento, pero este dominio no se reflejó en los tiros al arco, donde la relación fue de 5 contra 3.

Apenas arrancó la segunda parte, Maxi Pereira le ganó la posición a Pastore y sacó un violento remate que Romero, obligado, despejó con ambas manos. Una señal de alarma para el equipo argentino.

Pero rápidamente la Selección volvió al registro de la primera parte. Dominio de la pelota con buenas combinaciones entre Messi y Pastore, a los que de a ratos se les sumaba Biglia y las apariciones esporádicas de Di María y más frecuentemente de Agüero. En eso estaba cuando, a los 54, tras una buena intervención del volante de PSG, Zabaleta recibió el pase y metió un centro perfecto para que Agüero, ingresando por sorpresa por el primer palo y ganándole la carrera a Giménez, metiera la cabeza para abrir el marcador.

En desventaja, Uruguay soltó amarras y se animó a adelantarse en el campo de juego. La Selección, de pronto, encontró los espacios que hasta el gol se le habían negado, pero en el intercambio del golpe por golpe terminó perdiendo el control, y sufriendo por ello más de lo necesario. Pudo haber ampliado Messi cuando, luego de acelerar sobre un costado de área, dejó desairado a Alvaro Pereira, se metió en la zona de peligro y metió un centro picante que Godín terminó despejando con lo justo. Unos minutos más tarde, con el partido calentito y las revoluciones arriba, Pereira le devolvió gentilezas al argentino con una patada en la rodilla que le dolió más a Mascherano que al propio Messi.

En medio de la desprolijidad y el nerviosismo, Uruguay se volvió más agresivo y peligroso. El ingresado Sánchez sacó un violento remate desde afuera que Romero despejó y que luego tomó Rolan para, a tiro del empate, definir por arriba del travesaño. La Argentina respondió con un zurdazo de Messi desde afuera, que Muslera atrapó sin problemas. Y, luego de una buena combinación con el ingresado Tevez, el capitán argentino tuvo otra muy buena chance, pero volvió a encontrar respuesta en el arquero uruguayo.

A puro vértigo terminó el partido, con Uruguay lanzado en ataque y Argentina aguantando las embestidas.

Argentina 1

Romero; Zabaleta, Garay, Otamendi, Rojo; Biglia, Mascherano, Pastore; Messi, Agüero, Di María. DT: Gerardo Martino.

Uruguay 0

Muslera; M. Pereira, Giménez, Godín, A. Pereira; A. González, Arévalo Ríos, Lodeiro, C. Rodríguez; Rolan, Cavani. DT: Oscar Tabárez.

Estadio: La Portada (La Serena).

Arbitro: Sandro Ricci (Brasil).

Goles: 54m Agüero (A).

Cambios: 63m C. Sánchez por C. Rodríguez (U), 69m Hernández por Lodeiro (U), 77m Banega por Pastore (A), 80m Tévez por Agüero (A), 87m Pereyra por Di María (A).


© Escrito por Facundo Martínez el miércoles 17/06/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.