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martes, 12 de marzo de 2019

Vivir en banda… @dealgunamanera...

Vivir en banda…

VERDE DESESPERANZA. Nicolás Dujovne. Dibujo: Pablo Temes

La franja fijada al tipo de cambio es la madre del temblor financiero. Aspiración y voto útil.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 10/03/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

"No estamos preocupados por el dólar”. Fue una de las frases de la semana. La pronunció el ministro de la Producción, Dante Sica. Fue la misma frase que se dijo desde el Gobierno cuando ya arreciaba la corrida cambiaria de abril del año pasado, que fue el origen de la crisis económica de la cual no se termina de salir.

Curioso que un hombre de la experiencia de Sica no haya aprendido la lección de la historia que demuestra lo riesgoso que es para un gobierno tapar el sol con la palma de la mano y no entender, además, el afecto que el aumento del dólar tiene sobre los precios de los productos de consumo masivo.  

La tendencia que se percibe en los así llamados es a acompañar la apreciación del dólar, que  a fin de septiembre estuvo en $ 42, lejos de ese máximo que hoy sería $ 52, arriba de la banda. Igual, la Argentina exagera los movimientos de los países emergentes y de Latinoamérica.

Hay que tener en cuenta que tiene mucho impacto el desacople de las elecciones de los gobernadores y la no recuperación en las encuestas de Mauricio Macri. Faltaba explicitar políticamente un plan B para Cambiemos. No solo no hay un plan económico, no hay plan político alternativo a un Mauricio Macri que se desbarranca en los sondeos.

Medidas. Desde el BCRA anunciaron que reducirán el ritmo de aumento de la banda. Con esa medida vuelven a equivocarse lamentablemente. La raíz del problema es que el Fondo Monetario Internacional no tendría que haber autorizado una banda tan amplia y generar un margen de intervención donde la parte superior de la banda fuera más baja.

No tiene sentido tener una banda cambiaria donde el tope es $ 50, si cuando el dólar llega a $ 43 tiembla el Banco Central y la Casa de Gobierno. Fijar el límite en $ 50 es ridículamente alto.

No hay oferta de dólares para los dólares financieros que exceden la demanda de los dólares comerciales que tiene el mercado. El Gobierno se ilusiona con los dólares que proveerán el campo y el mismo FMI. Nada de esto parece tranquilizar a los mercados porque el riesgo país ha escalado esta semana hasta tocar los 800 puntos.

Si en el aspecto macroeconómico las cosas no andan bien, en el ámbito de la llamada economía real el panorama es igualmente malo. Es lo que evidencian las suspensiones en las empresas automotrices, que en 2017 fueron una de las estrellas de la tenue primavera de recuperación que ensoberbeció al oficialismo y, sobre todo, al PRO.

Cuando hay industria automotriz, el sector industrial va a donde va la industria automotriz, y esta última tiene una perspectiva muy mala para este año. Hay una drástica caída en unidades ensambladas y esto se refleja en la cantidad de chapa que encargan. “Estábamos en un millón de unidades por año, pero este año vamos a estar en 450 mil aproximadamente. La industria está trabajando con esas cantidades y ahí es que se empieza a suspender personal”, explica un consultor económico.

Efectos. Las consecuencias políticas que este desbarajuste de la economía está produciendo en el interior de Cambiemos son cada vez más difíciles de ocultar. Cambiemos cruje. El pretendido optimismo de Marcos Peña del que participa el Presidente es cada vez más difícil de verificar en la realidad. La calle hoy destila desencanto, frustración, enojo y angustia. Y estamos hablando de la calle que refleja el pensamiento y el sentir de muchos de los que votaron al actual gobierno. Esas voces afirman con rotundez dos cosas: no quieren el regreso al poder de Cristina Fernández de Kirchner pero tampoco quieren a Macri. Están ávidos de algo diferente. Y si la opción es Macri o CFK, lo votarán al Presidente pero con resignación. Macri ha acabado con sus esperanzas de un futuro mejor.

Hoy, el Gobierno enfrenta un test electoral con repercusión nacional: la elección a gobernador en la provincia de Neuquén. En una disputa muy pareja, se encendió una luz naranja en la mismísima Casa Rosada: la posibilidad cierta de que el candidato del kirchnerismo, Ramón Rioseco, gane. De hecho, los que conocen la intimidad de Balcarce 50 señalan que las encuestas que por allí circulan le dan una ventaja de 2 a 3 puntos. De confirmarse ese resultado sería un verdadero mandoble a la mandíbula del oficialismo.

Neuquén, con Vaca Muerta, ha sido el mascarón de proa del nuevo modelo productivo y de desarrollo al que ha apostado el Gobierno. Macri ha exhibido Vaca Muerta como emblema de su gestión. Una derrota allí a manos de Rioseco dejaría a esa provincia de capital importancia para el desarrollo energético del país en manos del kirchnerismo. Eso complicaría toda la estrategia de desarrollo energético ideada por el Gobierno. Además de esta circunstancia, Neuquén debería representar un alerta para Cambiemos: si en esa provincia donde se ha verificado un innegable florecimiento de la economía gana el candidato K, ¿qué futuro le aguardará en la mayoría de las otras en las que casi todo es penuria?

En estas últimas tensas horas, en forma subterránea se comenzó a trabajar la consigna del voto útil de Cambiemos, que significa que en vez de votar a su candidato, Horacio “Pechi” Quiroga, se lo haga por el actual gobernador, Omar Gutiérrez. Esto no es algo novedoso en la historia del PRO. Es lo que hizo en 2013 al votar por Sergio Massa y frenar así un triunfo del Frente para la Victoria, que le hubiera abierto la puerta al proyecto de reelección indefinida con el que soñaba CFK.

Juntos o revueltos. El acto del peronismo en el microestadio de Ferro demostró lo difícil que le será concretar la unidad por la que muchos desesperan. El “vamos a volver” es la expresión de un revanchismo que anida en el kirchnerismo duro y que no puede augurar otra cosa que el fracaso. Lo reconoció con todas las letras Felipe Solá, allí presente. Habrá que ver si la ex presidenta lo comprende.

Donde no hay división es en la protección política que, ante su complicadísima situación judicial, le sigue dando el peronismo. Es lo que se vio tras el fallo de la Corte Suprema de ordenar la prisión preventiva de CFK. Las evidencias en su contra son apabullantes: el testimonio más arrasador de todos los recolectados en las diferentes causas que enfrenta ha sido y es el de su ex contador Víctor Manzanares.

Pero eso poco parece importarles a quienes la protegen. He ahí, un augurio de impunidad.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.




sábado, 15 de octubre de 2016

Perón dejó de ser peronista justo cuando muchos querían serlo… @dealgunamanera...

Perón dejó de ser peronista justo cuando muchos querían serlo…

Juan Domingo Perón.

“Este es el pueblo de la Patria. Es el mismo pueblo que en esta histórica plaza pidió frente al Cabildo que se respetaran su voluntad y sus derechos. Es el mismo pueblo que ha de ser inmortal, porque no hay perfidia ni voluntad humanas que puedan someterlo.” (Fragmento del discurso de Juan Perón ante una multitud en los balcones de la Casa de Gobierno el 17 de octubre de 1945, luego de haber estado prisionero de un sector del Ejército refractario a su proyecto de poder y de país)

© Escrito por Osvaldo Pepe y publicado el sábado 15/10/2016 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El lunes próximo se cumplirán 71 años de una masiva movilización obrera que partió en dos la Argentina oligárquica y pastoril. Fue un tajo profundo en la historia que amplió la participación de la ciudadanía, consagró nuevos derechos y democratizó el ingreso de los trabajadores. Fundó en el país la sociedad de masas. ´

Para algunos, la fecha fue el nacimiento del peronismo, el momento fundacional de una identidad aún perdurable. Perón tenía 50 años y especulaba con su pase a retiro, mientras con astucia de estadista empezaba a modelar un fecundo liderazgo civil que lo llevaría tres veces a la Presidencia.

Hay querellas con el parto de su más audaz criatura política: para algunos, el peronismo había nacido con el golpe de estado del 4 de junio de 1943, del cual el coronel había sido activo protagonista como miembro del GOU, un grupo militar con aires de logia conspirativa.

Es probable que ni Perón ni su pareja, Eva Duarte, una actriz sin la bendición del éxito que por su condición y su convivencia clandestina con el coronel despertaba las iras de un generalato vetusto, hayan ponderado lo que vendría tras esa noche bautismal. Fueron diez años en los que la Argentina se transformó para siempre. Los “cabecitas negras” conocieron derechos y dignidades sin explorar. Para ellos sí fue una década ganada, pero en el marco de crecientes odios larvados que un mal día estallaron y buena parte del país ardió con sed de venganza.

Al regresar del exilio, en el crepúsculo de sus días, Perón fue un sabio animal político, un zoo politikon aristotélico. Aprendió de sus errores. Por entonces, con humor ácido y picardía criolla, les decía a los súbitos peronistas: “Así que se me hizo peronista, vea cómo son las cosas, justo cuando yo estoy dejando de serlo”.

Se despidió desde ese mismo balcón del 45, casi treinta años después, con una bella poesía política: “Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”. En confianza, mejor que el General, donde quiera que esté, no sepa lo que muchos peronistas hicieron en su nombre. Merece descansar en paz.

 


sábado, 23 de noviembre de 2013

CKF, son dos... De Alguna Manera...

Son dos...

PERRITO Y BALCON, dos imágenes del regreso de Cristina. Foto: Presidencia de la Nación.

Todo fenómeno de masas es histérico, decía Freud. Como si lo supiera, Cristina Kirchner precisa erotizar continuamente a su audiencia, con un perrito en un living haciendo mohínes, o en el balcón de la Casa Rosada acompañando con su cuerpo el ritmo de los cánticos de sus militantes. No es un dato frívolo que el talle de ropa de Michelle Bachelet sea un 54 –cintura de 88 centímetros– y el de Dilma Rousseff y Angela Merkel sea 56 –cintura de 104 centímetros–, mientras que el de Cristina Kirchner sea 44 –cintura de 70 centímetros– (la exactitud de estos datos proviene de dos revistas de Editorial Perfil: Labores y Look, especializadas en moldes y costura). Y no es un dato frívolo porque Merkel, Bachelet o Dilma, líderes nutricias, no precisan que sus cuerpos estén sexuados, como sí resulta positivo para el populismo, en el que la erotización de las masas de la que hablaba Freud es un componente tan visible como el éxtasis de los jóvenes que vivaban a Cristina en la Casa de Gobierno durante su discurso “reinaugural” tras la jura de los nuevos ministros.

El perrito y el balcón fueron dos puestas teatrales, dos escenificaciones donde la oralidad era menos relevante que la ornamentación: el balcón de Eva o de Julieta; el living y el perrito de Susana. Cada puesta con su personalidad y género, pero ambas atravesadas por su gran invariante: la especial relación de Cristina Kirchner con la eternidad. “Usted va a ser recordada como la presidenta de la ciencia y la tecnología”, contó desde el balcón. Recordada, historia, juventud... Cristina siempre dialoga con el futuro y le pelea a la finitud: “Que no les quiten en el futuro lo que nosotros conseguimos” es su mensaje permanente. Y eligió a la juventud como vigía de su legado. En su video para YouTube se identificó con Florencia, “que está detrás de cámara”: fue su referencia continua. En el discurso del balcón estaba rodeada de muchas Florencias, y todos eran de la generación de su hija, elegidos como en un casting para un aviso de fin de año de Coca-Cola: mucha sonrisa, ropas multicolores, fisonomías diferenciadas para dar idea de universalidad. Como un coro de gospel, repetían la palabra “gracias” a la líder devenida en diosa mortal.

A pesar de sus contrastes, ambas puestas en escena tuvieron una continuidad de divismo, en un caso una deidad del espectáculo, y en la Casa Rosada una deidad más protocolar. En ambas situaciones también emergió algo blanco: la camisa en el living, el gris de la pollera en el balcón.

Las “imperfecciones” de ambas puestas: jóvenes del balcón que los guardaespaldas presidenciales corrían hacia atrás cuando se acercaban demasiado, o en el “video living”, cuando Cristina Kirchner decía: “Perdón, me salgo de cuadro”, eran lo que en el texto La transparencia perdida Umberto Eco explicaba como característico de la era de la imagen, en la que se pone más esfuerzo en dar veracidad al acto de enunciación para esconder la falta de veracidad del enunciado. Esas desprolijidades que aportan veracidad al acto, al transparentar el constructo, solapan que en realidad se trata de una ficcionalización típica de una puesta en escena.

No se trata sólo de un simulacro de espontaneidad: en el video de YouTube también se trató de transmitir un mensaje apolítico por lo intimista y hasta trivial: un cuerpo sincero donde “les habla Cristina, no la Presidenta”. Pero estaba cargado de simbologías muy fácilmente decodificables. Al principio, marcó que “esperaban que hablara por cadena nacional pero preferí esto”, un video para redes sociales.

Tanto es la elección del medio el mensaje, que el propio Marshall McLuhan se ironizaba a sí mismo repitiendo “el medio es el masaje”. No es lo mismo YouTube que la cadena nacional, no es lo mismo un living que un escritorio o un atril. Cualquiera de las últimas opciones la hubiera obligado a hablar de las elecciones perdidas o de los cambios de gabinete. Cada tipo de medio establece un contrato de lectura diferente con su audiencia. YouTube le permitía algo más íntimo e informal, y fue una astuta forma de salirse de la coyuntura poselectoral.
 
Igualmente, no pudo escapar a lo que el semiólogo Eliseo Verón definió como “formas nominalizadas”, que terminan siendo autónomas del contexto discursivo en que se introducen porque pasan a ser eslóganes (y perder significación): “Profundizar el modelo” en el balcón; o “gracias a todos... y a todas” en el living.

Otro elemento en común que tuvieron las dos puestas fue que Cristina Kirchner dejó de lado, probablemente sólo por ahora, su costado fálico y comunicó las dos veces desde una emocionalidad más femenina.

Cristina Kirchner, como todo presidente, combina el amor con el miedo, la caricia con el látigo. El amor y la caricia para el prodestinatario, sus adherentes, y para el paradestinatario, los indecisos. 

Mientras que el miedo y el látigo los dedica a los contradestinatarios de sus palabras, a los que fustiga y amenaza. Esta vez erradicó el segundo registro de su discurso. Aun ante los jóvenes que repetían: “Acá tenés los pibes para la liberación” o “Néstor no se murió... la puta madre que lo parió”, la Presidenta fue mucho más conciliadora: “Yo no tengo anteojeras”, “nos vamos a asociar con quien haya que asociarse”. Probablemente sea más producto de un cambio estratégico –porque su relación de fuerzas es otra– que por cuestiones más permanentes de su personalidad que se inferirían de su textual: “Cuando te pasa de todo, comenzás a mirar las cosas de otra manera”.

Cristina volvió a transmitir que se siente cómoda con la espectacularización de la política, cuya regla prescribe que todo presidente es un objeto a ser representado. Se maneja con soltura tanto con la representación racional (números, atriles, granaderos) como en la emocional de la proximidad: “Tu carta me mató”, “si a vos te dicen que tenés algo en la cabeza...”, hablándoles tanto “a los argentinos” como “a vos”. Pero no todo es comunicación: también existe la economía.

© Escrito por Jorger Fontevecchia el viernes 22/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


martes, 4 de junio de 2013

Los periodistas... De Alguna Manera...


Consejos para futuros (y actuales) periodistas...


Andrew Vachss lo dijo mejor que nadie: “El periodismo es lo que mantiene la democracia. Es la fuerza para el cambio social progresivo”. A fuerza de repetición, esa frase ha perdido sentido de ser a lo largo de los años.

La polarización de la prensa en los últimos tiempos, solo tiene un damnificado: la sociedad, especialmente aquella que busca informarse. ¿Cómo creer en medios que no se mueven un ápice del discurso de la Casa de Gobierno? ¿Cómo dar fe al periodismo que se muestra opositor al extremo de inventar información?

Esa es la situación que hoy vive la Argentina, con medios que se encuentran a los extremos de la desinformación. Ergo: ¿Cómo creer en lo que publican?

Algo similar ocurre con los portales de noticias alternativos, tan proclives a hacer escandalosas operaciones de prensa, siempre rentadas. Abundan en la web y son fácilmente identificables porque carecen de publicidad y están colmados de artículos periodísticos sin sustento.

En particular, el crecimiento de esos sitios es inversamente proporcional al decaimiento de la calidad de la prensa en general. El resultado de ello puede verse a simple vista: ríos y ríos de información poco confiable en Internet.

El periodismo está lejos de ello, nada tiene que ver con lo que se ha descripto. Solo basta una simple premisa para ser un buen hombre de prensa: ser honesto.

Se puede escribir mejor o peor; trabajar en un medio más o menos relevante. Sin embargo, no es eso lo más importante: para ser un periodista íntegro lo que vale es ser una persona de bien.

A ello hay que agregar un condimento imprescindible: la pasión. Quien busque hacerse millonario con el ejercicio del periodismo, se ha equivocado de profesión.

El hermoso arte de informar es solo para quienes amen llevarlo a cabo, solo por el hecho de hacerlo. No hay más que eso.

Hay que decir que no es poca cosa. Lograr ser un periodista creíble, al cual la ciudadanía recurre a la hora de informarse, es todo un logro. Pocos lo logran en verdad.

La mayoría naufraga en el mar de la mediocridad o el descreimiento social. Por ello, el desafío descansa en las nuevas generaciones de periodistas, muchos de los cuales hoy persisten en concurrir a puntuales escuelas de periodismo y universidades.

A ellos va dirigida esta columna: primero, para que sepan que será un camino de espinas, no de rosas. Segundo, para que no decaiga su fe en lograr un mundo mejor.

De ustedes depende, ni más ni menos.

© Publicado el sábado 13/04/2013 por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.