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sábado, 5 de noviembre de 2022

Inteligencia Artificial desarrollada por la Universidad de San Andrés… dealgunamaneraok…

Presentan el primer coche autónomo nacional: cómo funciona, cuánto costó y cuándo podría salir a la calle 


Tuneado. El vehículo es un Ford Fusion Hybrid 2017. Viene de fábrica con un sistema drive-by-wire que permite controlar por computadora los comandos del auto. Le sumaron sensores y software IA..

Es único en Latinoamérica. Se trata de un Ford Fusion, Hybrid modelo 2017 que fue intervenido por la empresa DataSpeed. Los algoritmos desarrollados por los investigadores permiten que el cerebro del auto reciba datos de cámaras de video, un radar y un GPS sofisticado, y maneje el volante, el motor y los frenos del auto, siguiendo un circuito predeterminado. El proyecto fue desarrollado por el Laboratorio de Inteligencia Artificial y Robótica (Linar) de la Universidad de San Andrés. Uno de los principales objetivos es contribuir al desarrollo de la inteligencia artificial en el país. 

© Escrito por Enrique Garabetyan el sábado 04/11/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Esta semana, por primera vez, un vehículo autónomo cuyo “software” de manejo está siendo íntegramente desarrollado en Argentina, por ingenieros e investigadores locales, exhibió en público sus actuales habilidades conductivas: recorrió media docena de circuitos con curvas, zanjas y obstáculos, en un predio cerrado. Todo eso llevando pasajeros y un conductor que, en ningún momento de la prueba, tocó el volante o los pedales. El único “comando” dado por un humano fue un “enter”, generado desde el teclado de la computadora de control, ubicada en el asiento trasero. Este paso es, apenas, el inicial. Los desarrolladores esperan tener rodando por las calles del GBA, en los próximos dos años, una miniflotilla de vehículos autónomos, con un nivel de autonomía intermedio (nivel dos). 

“Nuestro proyecto es avanzar en el desarrollo de los algoritmos y la puesta a punto del “cerebro” necesario para que un vehículo autónomo pueda circular en calles y rutas argentinas, un entorno que no necesariamente es el mismo que los vehículos encuentran en otros países, con otras culturas de manejo”, le dijo a PERFIL el ingeniero Ignacio Mas, investigador del Conicet y coordinador de Linar (Laboratorio de Inteligencia Artificial y Robótica) que funciona de la Universidad de San Andrés (UdeSA). En ese centro de estudios un equipo de una decena de investigadores, docentes y alumnos de diversas carreras trabajan en vehículos autónomos capaces de “adaptarse” y responder a la demanda local. 

Según explicó Mas, este desarrollo pionero se enfocó en dotar a un auto Ford Fusion Hybrid importado, que ya trae de “fábrica” una sofisticada computadora, de una serie de sensores “extra” que incluyen un radar tipo Lidar, media docena de cámaras de video y un GPS de alta precisión (un centímetro). Pero, lo más importante, fue que al auto le agregaron un “cerebro” informático (una computadora potente) con un software desarrollado en Argentina, que se ocupa de recibir la información que captan los sensores, integrarla y analizarla para poder tomar decisiones de conducción. Luego debe darles las órdenes electrónicas precisas al volante, motor y frenos para que el auto cumpla el recorrido precargado por sus programadores, sin llevarse nada por delante y transportando a sus pasajeros en forma segura. 

Nacional. Un detalle sobre el que Mas puso énfasis en la presentación es que los algoritmos que controlan a un vehículo autónomo, que todas las grandes automotrices del mundo están explorando, no son todos iguales. “Deben ser capaces de ‘interpretar’ el entorno específico de cada país, y también la particular idiosincrasia de sus conductores, peatones y demás circunstancias de calle. En cada geografía los protagonistas reaccionan en forma diferente”, dijo.  

Por eso mismo, si alguna vez Argentina quiere tener en sus caminos autos, pickups y camiones capaces de asistir a sus conductores, tomando incluso el control total del vehículo, el “cerebro” electrónico debería ser “localizado”. “Aunque estas tecnologías se desarrollan mayormente en países del Primer Mundo, si queremos que funcionen bien en América Latina tendremos que adaptarlas a nuestro entorno”, dijo el experto del Conicet. 

“Este es, apenas, el primer paso”, adelantó Roberto Bunge, director del Departamento de Ingeniería y director de la carrera de Ingeniería en Inteligencia Artificial de la Universidad de San Andrés. “Hasta ahora nuestro auto autónomo se probó en un circuito cerrado y controlado. 

Pero la idea es que vayamos mejorando el software y los algoritmos de inteligencia artificial de manera que el auto pueda ir reconociendo los objetos que “ve” (peatones, semáforos, ciclistas, otros autos, etc.), predecir su comportamiento y poder tomar decisiones de manejo seguras, en el tiempo apropiado”. El proyecto demandó una inversión, hasta ahora, cercana a los US$ 250 mil, que aportó media docena de sponsors del Linar. Y los responsables del laboratorio contaron que quieren quedarse con este único ejemplo: ya están planificando sumar otro vehículo, posiblemente una camioneta, para seguir desarrollando soluciones de conducción autónoma, capaces de transportarnos por las ariscas calles argentinas. 

Adiós a los buses y camiones con chofer. 

Si bien al pensar en vehículos autónomos la primera imagen son autos sin chofer, lo cierto es que es muy posible que los primeros transportes de este tipo no sean autos sino camiones. La razón es simple: según cálculos del Departamento de Transporte de Estados Unidos, la cantidad de carga transportada en camión aumentó, en la última década, un 56%. Y se espera que prácticamente se duplique en los próximos 25 años. 

Con esa demanda en alza, no es raro que las empresas piensen en vehículos que necesiten menos, o prescindan, de los camioneros. Por eso avanzan las soluciones que apuntan a camiones SAE nivel 4, un nivel de tecnología de conducción autónoma que incluye la automatización de la conducción para que el vehículo pueda realizar todas las tareas de conducción, en situaciones específicas, sin esperar que una persona intervenga. Como resultado, el vehículo continúa funcionando de manera automática aun si el conductor (si hay uno en la cabina) no reacciona. 

Más allá de las protestas que esto genere, sin duda es una posibilidad: vale recordar que el primer prototipo de camión autónomo lo presentó, en 2014, la empresa Daimler, con su Mercedes-Benz Future Truck. 



   

jueves, 25 de febrero de 2021

Murió José "Pepe" Nun a los 86 años… @dealgunamaneraok...

 Murió José "Pepe" Nun a los 86 años…  

José “Pepe” Nun. Fotografía: Cedoc

El ex Secretario de Cultura del gobierno de Néstor Kirchner era abogado, politólogo e investigador del Conicet. 

El ex secretario de Cultura, José “Pepe” Nun, murió hoy a los 86 años. Abogado y politólogo, se desempeñó como funcionario del área cultural durante el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, entre 2004 y 2009. Durante su gestión sobresalió el impulso al proyecto de la Ley Federal de Cultura y se creó SINCA, el Sistema de Información Cultural de la Argentina.

 

Fue investigador del Conicet, Fundador y Rector del Instituto de Altos Estudios Universitarios de la Fundación Banco Patricios y director del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín.


Recibió la beca Guggenheim en los '90, el premio Konex y el premio Mención de Honor del Senado de la Nación, entre otras distinciones.

 

Entre sus libros más leídos están “Marginalidad y exclusión social”, “La desigualdad y los impuestos”, “El sentido común y los políticos” y “Democracia: ¿gobierno del pueblo o gobierno de los políticos?”.

 

Muy crítico del kirchnerismo después de abandonar la cartera de cultura, Nun supo pronosticar: “Estamos en la Argentina en una situación en la que no se puede apelar a la línea de izquierda y derecha sino a dos esferas. Una es la que ocupa el kirchnerismo, que es un movimiento autoritario, que confunde Estado y gobierno, que no dio solución a la pobreza y la desigualdad sino que hizo distribucionismo con la enorme renta de la soja sin afectar la concentración económica. Es una esfera a favor de la reforma de la Constitución y la Justicia.

 

En la otra esfera hay mucha gente de diversa orientación a favor de la República, la división de poderes, algunos preocupados por la desigualdad y otros que se conforman con reducir la pobreza. En esta esfera ahora se impuso Macri al que le hago fuertes críticas por neoliberal, pero es republicano y no autoritario. Difícil que surja la tercera opción: tenía un pie en una esfera y otro en la otra. Gane quien gane, serán años difíciles”.

 

“Conocí por intermedio de José Pablo Feinmann a Néstor Kirchner en el primer momento de su gobierno -le contó el año pasado a Jorge Fontevecchia en una de las últimas entrevistas que dio-. Nos invitó a una cena en Olivos y nos quedamos hasta la madrugada conversando. Ese fue el momento de la convergencia.

 

Nunca fui peronista, pero a partir de ese encuentro me llamó varias veces Kirchner para ofrecerme cargos.

 

Ninguno me interesaba, incluido un cargo realmente muy ingenuo como fue el de crear, dentro de la SIDE, un instituto de formación democrática. Le contesté que no tenía sentido reunir a los espías una hora por semana para que escucharan cosas que no les interesaban”.

 

“Si hay alguna certeza sobre el coronavirus es que no hay certezas. Nadie sabe nada, ni siquiera tienen certezas los epidemiólogos o los infectólogos, como lo demuestra que hay en este momento 400 patentes en curso muy diferentes entre sí para inventar un antídoto para el coronavirus”, declaró en esa misma entrevista.





martes, 26 de enero de 2021

FarmacovTest. Primer Test serológico rápido argentino de COVID-19... @dealgunamanera...

 FARMACOVTEST 


De izq. a der.: Geneyro, Franchi y Salvarezza. Fotografía Gentileza: MINCyT.

Franchi visitó la cooperativa que producirá y comercializará el primer test serológico rápido argentino de COVID-19. Fue desarrollado por investigadores del CONICET y de la Universidad Nacional de La Plata, con colaboración del INTI, y ya cuenta con la autorización de la ANMAT. 

© Publicado el viernes 22/01/2021 y publicado por CONICET de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza recorrió, junto con la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi, el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Rubén Geneyro, la cooperativa Farmacoop Limitada acompañado por su presidente, Bruno Di Mauro. El laboratorio tendrá a su cargo la producción y la comercialización del primer test serológico rápido argentino de COVID-19. 

El FarmacovTest, que ya fue autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) durante esta semana, fue desarrollado por científicos del CONICET en el Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales Dr. Rodolfo Ertola (CINDEFI-CONICET) de la Facultad de Exactas de la Universidad Nacional de La Plata y será producido y comercializado por Farmacoop.

FarmaCovTest. Fotografía Gentileza: MINCyT 

Salvarezza destacó que “es una enorme alegría ver cómo la ciencia pasa de un prototipo de laboratorio a la producción. Este test serológico rápido de tira reactiva permite saber, en pocos minutos, si tenemos anticuerpos. Es el test de producción nacional que nos faltaba y es resultado del trabajo colaborativo entre la Universidad, el CONICET y el INTI y que, además, será producido por una empresa cooperativa de base tecnológica, recuperada por sus trabajadores”. 

Por su parte, Franchi explicó que el test, llevado adelante por investigadores del CONICET, “tiene la ventaja de poder ser realizado por fuera de un laboratorio o institución sanitaria lo que permite medir anticuerpos en personas que se encuentren en la vía pública, estaciones de transporte público, aeropuertos, entre otros, y además tiene un costo muy accesible porque el 96% de los insumos son de producción nacional”. 

En efecto, el nuevo test rápido permitirá realizar estudios poblacionales a gran escala, mapeo y segregación de áreas. Podrá utilizarse, por ejemplo, en plazas, colectivos y escuelas para separar rápidamente a los positivos, a quienes luego se les podrá realizar un hisopado para aislar a los que están cursando actualmente la enfermedad. 

En la etapa de desarrollo, el INTI aportó un insumo clave conocido como IPTG (Isopropil-β-D-1-tiogalactopiranósido), para inducir la producción de la proteína N del coronavirus. Esta proteína se coloca en las tiras reactivas del test y su importancia radica en que, al ponerse en contacto con la sangre de la persona testeada, permite detectar la presencia de anticuerpos que, en caso de tenerlos, indicaría que el virus ingresó a su organismo. Este aporte permite fortalecer el proceso de sustitución de importaciones ya que, en caso de este test, el 96% de los insumos son de producción nacional. 

A propósito, el presidente del INTI, Ruben Geneyro señaló que se trata de “otro ejemplo relevante de la importancia del sistema científico-tecnológico nacional y la complementación de capacidades para abordar soluciones frente al COVID. Esta dinámica también se refleja en numerosas acciones que venimos impulsando junto al sector productivo, poniendo a disposición todas nuestras capacidades tecnológicas para generar oportunidades, en particular para avanzar en un modelo de sustitución de importaciones, tal como lo demuestra hoy el trabajo de la cooperativa Farmacoop, que también cuenta con todo nuestro apoyo”. 

Trabajadoras de Farmacoop. Fotografía Gentileza: MINCyT

En este sentido, Sebastián Cavalitto, investigador del CONICET y director del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI, CONICET, La Plata) dio detalles sobre los costos y funcionalidades del test que “actualmente existen, pero la mayoría son importados de Oriente. El nuevo producto tiene un costo accesible, que se calcula entre 5 y 7 dólares, y permite ir siguiendo la infección de una manera activa, en lugar de atacarlo de forma pasiva sólo centrado en pacientes con síntomas”. 

Durante la visita estuvieron presentes también el subsecretario de Coordinación Institucional del MINCyT, Pablo Nuñez; el gerente de Vinculación Tecnológica del CONICET, Sergio Romano; la directora del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), Laura Toledo; el director de Programas de Inclusión Económica del Ministerio de Desarrollo Social, Eduardo Murúa; el decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (EXACTAS-UNLP), Mauricio Erben; el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FI-UBA), Alejandro Martínez mientras que por Bamboo Biotech /CINDEFI también participó el investigador Gastón Ortíz.





domingo, 17 de enero de 2021

Carrió y Vallejos traducen (al revés) la enciclopedia del fracaso… @dealgunamanera...

Carrió y Vallejos traducen (al revés) la enciclopedia del fracaso…

 


La semana empezó con paro rural y termina, una vez más, con polémica sobre el campo: 

• La ultra kirchnerista Fernanda Vallejos, traicionada por una visión supuestamente híper ideológica, lamenta que vivamos del agro. 

• Desde el otro polo, la chaqueña Elisa Carrió, anclada en la defensa del statu quo, defiende a las corporaciones agropecuarias, curiosamente, por la misma razón que Vallejos las odia. 

© Escrito por Edi Zunino el viernes 15/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Empecinadas en afirmarse electoralmente de un lado de la polarización que siempre promueven, ambas rivales se equivocan, si bien, a la vez, las dos tienen algo de razón. Porque sin el campo la Argentina no existe. Y sólo con el campo, tampoco. 

El asunto es que ver sólo una parte del problema nos deja siempre sin un plan productivo maestro. Si no nos proponemos combinar buenas materias primas con buenas manufacturas, con buena tecnología, con buenos servicios, con buena salud, con buena educación y con buena seguridad, la Argentina va a seguir siendo una entelequia. O un botín a la espera del próximo corsario.

Pongamos el foco en nuestra situación poblacional. Ahí se demuestra que el bendito “país rural” que repetimos como loros dejó de existir hace rato. Lástima que la pandemia nos dejó también sin censo el año pasado, pero los datos reunidos hasta el de 2010 alcanzan para sostener lo que digo. 

Veamos. En el período censal 1980-1991, la tasa de crecimiento anual medio de la población fue del 14,7 por mil (1,47%), en el decenio 1991-2001 del 10,1 por mil (1,01%) y entre 2001-2010 del 11,4 por mil (1,14%). Hacia 2011 el 92% de la población argentina vivía en ciudades, convirtiéndose en uno de los países más urbanizados del mundo.  En contraste, el 40% de los pueblos rurales está en riesgo de extinción.

Traduzco: el campo no es negocio para millones de personas que migran a ciudades desindustrializadas sin capacidad de dar trabajo ni servicios suficientes. Eso es la pobreza estructural, una dimensión que cuestiona el futuro si el 65% de los niños y los jóvenes son pobres.  

Las causales mayores del éxodo rural son la tenencia de la tierra y la falta de servicios ya que “los costos tan elevados de la tierra han hecho que muchos productores no hayan podido acceder a ella y por eso migraron; primero,  a las pequeñas localidades, y después,  a las más grandes. A eso hay que sumarle la falta de servicios (caminos, electricidad, comunicaciones), factores que provocan el éxodo de los pobladores que abandonan el lugar en busca de un futuro mejor en las ciudades”. 

Pero esa situación sólo acarrea un problema mayor. Muchas veces, los productores que emigran a las ciudades solo encuentran desarraigo y marginalidad. Los datos indican que una fracción importante de ellos se ubica en asentamientos que no reúnen las condiciones mínimas.

Decíamos que, según el censo 2010, el 40 por ciento de los pueblos rurales está en riesgo de extinción. Hablamos de lugares con menos de 2.000 habitantes. La mayoría de los que emigran son jóvenes que buscan trabajo o viajan para estudiar.

La población de los pueblos “en crisis o riesgo de extinción” disminuyó más del 10 por ciento entre el censo de 2001 y el de 2010, y nada indica que la tendencia haya cambiado. Más bien, parece todo lo contrario.  Estudios del INDEC y el Conicet sostienen que la merma comenzó en 1960 y se agudizó con los años, luego que el censo nacional de 1991 registró 430 pueblos “en crisis”. En 2001 la cifra ascendió a 602, en tanto 128 poblaciones crecieron menos del 10 por ciento y 90 desaparecieron, hasta llegar a los 800 pueblos en riesgo de extinción hace una década.

Urge un plan. Salirse ya del chiquitaje corporativo y partidario. De la pelea pretenciosa sin sustancia.  Está demostrado: la grieta es un negocio para súper minorías económicas y políticas. 

El presidente Alberto Fernández debería estar menos ansioso por las elecciones de medio término que por no claudicar en su propuesta de Unidad Nacional que le hizo ganar las elecciones con al menos un 15% de votos más que los aportados por Cristina Kirchner. 

Si claudica, la frustración no va a ser suya. Será nomás -ni menos- que un nuevo capítulo en la voluminosa Enciclopedia del Fracaso Nacional que venimos hace décadas empecinados en escribir.

 Radio Perfil (escuchar el audio de la nota)






sábado, 2 de mayo de 2020

"No hay que achatar la curva de la pandemia, sino aplastarla"… @dealgunamanera…

"No hay que achatar la curva de la pandemia, sino aplastarla", asegura un investigador del Conicet…

Roberto Etchenique. 

El químico e investigador de Conicet Roberto Etchenique elaboró un modelo de testeo que permitiría detectar personas con Covid-19 en curso con el mínimo posible de pruebas de PCR para minimizar los riesgos de contagio.

© Escrito por Natalia Concina el Miércoles 2904/2020 y publicado por la Agencia Telam de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El químico e investigador de Conicet Roberto Etchenique afirmó hoy que "no hay que no conformarse con que la curva epidemiológica no crezca mucho, sino que hay que llevarla al mínimo posible" y para eso elaboró un modelo de testeo que permitiría detectar personas con Covid-19 en curso con el mínimo posible de pruebas de PCR.

Investigador del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE) y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Etchenique dijo a Télam que "todas las medidas que se están tomando fueron efectivas para achatar la curva", pero ante el costo económico y social del aislamiento desarrolló junto a otros científicos un modelo que busca hacer más "eficiente" esa medida.

Télam: ¿Cuál es la diferencia entre "achatar" la curva y "aplastarla"?
Roberto Etchenique: La diferencia es mínima, pero es un montón en cantidad de vidas. En términos epidemiológicos consiste en llevar el R a menos de uno. El R es la tasa de replicación, a cuántas personas le transmite el virus alguien infectado. Si R es mayor que uno cada vez hay más infectados, si es menor que uno cada vez hay menos.

En muchos países de Europa ya se logró que el R fuera menor que uno. Y esto se traduce en que comienza a bajar el número de personas con la infección activa. Estas personas son las que pueden pasar el virus a otros.


T: ¿De qué depende el R?
R.E: Sin intervención de ningún tipo, lo que se llama el R0, esa tasa depende de la característica del virus por un lado y de la sociedad por el otro. Por ejemplo, el R0 de Europa era 3, pero hay que tener en cuenta que la gente allá se maneja mucho más fría que acá en la relación personal diaria con desconocidos, sacando algunos países.

En Argentina esto es completamente diferente, saludamos con un beso a cualquier persona y ni que hablar de que compartimos el mate. Entonces, cuando recién llegó el virus, nuestro R0 fue de 5. Luego vinieron las medidas del Gobierno y una toma de conciencia por parte de la gente y entonces el R bajó abruptamente. En este momento nuestro R está por encima de 1 pero muy poco. Los casos suben pero muy lentamente.


T: ¿Esto implica que tenemos una subida lineal y no exponencial de la curva?
R.E: No. Lo de lo lineal es un mito. Cuando la cantidad de casos crece, siempre es exponencial. Cuando lo exponencial es lento se parece a una línea, pero no es lo mismo. Muchas veces se usa lo exponencial como sinónimo de rápido y eso es incorrecto. Exponencial significa que en lugar de que haya una suba constante por día, sube en proporción. Por ejemplo, sube un 1% por día, entonces hoy tenés 100, mañana 101, pasado un poco más de 102, etc. Lo que hoy tenemos es una subida exponencial pero muy suave.

T: ¿Qué se necesitaría para aplastar la curva, es decir, para volver el R a menos que uno?
R.E: Un poquito más, pero socialmente ese poquito más es imposible porque cuesta muchísimo.

Para lograrlo de la forma más eficientemente posible habría que pensar lo siguiente. Cada no infectado que sale a la calle no genera ningún problema, el tema es que se puede infectar. La cuarentena es para aislar a los infectados asintomáticos. Y es necesario que todos estemos en cuarentena porque nadie sabe quién está infectado.

La propuesta que nosotros estamos haciendo es tratar de identificar a los infectados con la menor cantidad de reactivos posibles para poder hacer aislamientos sólo de esas personas.

T: ¿Y cómo se lograría esto sin hacer 40 millones de testeos por PCR (que busca el virus activo)?
R.E: La idea es la siguiente: supongamos que en el Área Metropolitana de Buenos Aires tenemos unos 15 mil infectados que es un número razonable. Teniendo en cuenta que hay unos 15 millones de habitantes, eso sería salir a buscar 1 cada 1.000, lo que al azar es imposible. Pero sí se pueden rastrear entre los que estuvieron en contacto con los confirmados positivos. Por cada positivo buscás familiares, vecinos, el almacenero, es decir, a todos los que estuvo en contacto.

T: Pero no hay reactivos ni capacidad operativa para hacer PCR a toda esa red...
R.E: No, claro. No se puede hacer una prueba por persona. Nuestro método consiste en hacer las pruebas PCR pero en lotes. Es decir, usar material de muestra de una cantidad de personas y hacer una sola prueba, si da negativo quiere decir que ninguna lo tenía; si al menos una persona tiene el virus todo el lote saldrá positivo y ahí habrá que analizar de nuevo muestra por muestra.

No estamos descubriendo la pólvora, es un método que se utilizó y se utiliza para varias cosas, de hecho en Argentina se usó en el VIH al comienzo. Lo que nosotros hicimos fue ajustarlo de modo tal que, por ejemplo, entre 4.000 personas con 120 test podrían detectar si hay cuatro infectados.


T: ¿Y esto es posible en la situación actual epidemiológica de Argentina?
R.E: Como estamos hoy, sí. No en caso de que la enfermedad se dispare, porque en una situación como estuvo China o Europa todo el mundo tuvo exposición al virus.

El método también puede tener usos muy concretos, por ejemplo, en los centros de salud. Se podría una vez por semana hacer un estudio en lote de todo el personal, y si uno detecta que hay positivo comienza a ir caso por caso. Lo mismo puede hacerse en las provincias con pocos casos o en conglomerados.

Nosotros ya presentamos la propuesta pero este tipo de métodos requieren validaciones particulares según la población que se vaya aplicando. Ojalá sirva como aporte.









viernes, 24 de agosto de 2018

Buque Oceanográfico A.R.A. Austral (Q-21)... @dealgunamanera...

Buque Oceanográfico A.R.A. Austral (Q-21)...


El buque oceanográfico A.R.A. Austral (Q-21) entró a dique para la instalación de dos sondas. Permitirán ampliar las capacidades científicas del buque, que depende del CONICET y es operado por la Armada Argentina.

© Publicado el viernes 24/08/2018 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, provincia de Buenos Aires.
  
El buque oceanográfico ARA “Austral” entró hoy al dique de carena Nº 2 del Arsenal Naval Puerto Belgrano (ARPB) para la instalación de dos sondas que potenciarán sus capacidades científicas.

Se trata de una sonda científica y una biológica que se sumarán a la sonda de última generación ya instalada el año pasado.

El “Austral” es un buque del CONICET tripulado por hombres y mujeres de la Armada y que cada año embarca a científicos de diferentes proyectos de ese centro y de universidades nacionales.

La tripulación del “Austral” está integrada por 25 marinos, entre ellos hidrógrafos y oceanógrafos del Servicio de Hidrografía Naval (SIHN), más una dotación complementaria de recambio de otros 25, ya que el buque desarrolla navegaciones de largos períodos.

“El Arsenal Naval Puerto Belgrano tiene el único dique en capacidad de recibir a un buque de este calado y tonelaje —explicó el capitán de Navío Gabriel Galeazzi, Comandante de la Agrupación de Buques Hidrográficos y director de la Unidad de Apoyo a las Investigaciones Hidrográficas y Oceanogáficas del CONICET—. Los trabajos de esta envergadura se hacen en este arsenal a través de un convenio entre el Estado Mayor General de la Armada y el CONICET, que establece el apoyo a toda la flota científica”.

El Capitán Galeazzi contó que los operarios del ARPB le harán al “Austral” además una inspección de la línea de ejes y trabajos menores en cubierta.

Es la segunda vez que el “Austral” ingresa al ARPB; la vez anterior fue para la instalación de una sonda de última tecnología mundial de origen holandés, similar a una que se colocó en el hidrográfico “Puerto Deseado”, buque que realizó el estudio del talud marítimo y que permitió que la Organización de Naciones Unidades aprobara en 2016 la extensión del límite exterior de la plataforma continental argentina.

El ARA “Austral” es uno de los buques que integran la Agrupación de Buques Hidrográficos con asiento en la Base Naval Mar del Plata.