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sábado, 10 de diciembre de 2016

Medio ambiente. El Saneamiento del Riachuelo... @dealgunamanera...

Impulsan un sistema para limpiar el Riachuelo y dicen que pueden hacerlo en tres años...



Sirve para oxigenar el agua y luego devolverla a la cuenca. Desde Acumar aseguran que primero se debe dejar de contaminar.

En tres años, el Riachuelo podría estar limpio y apto para la vida y la práctica de deportes náuticos. Así lo afirma Sergio Ferrari, un auditor ambiental que hace cinco años participó en el montaje de una planta piloto de biorremediación en el Arroyo del Rey, uno de los nueve afluentes principales del Riachuelo. La experiencia fue tan exitosa que se logró triplicar la cantidad de oxígeno disuelto en el agua, convirtiendo al río en apto para la vida. Sin embargo, desde la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR), cuestionada por la Corte Suprema por la falta de resultados, decidieron no avanzar con la limpieza hasta lograr que las industrias dejen de contaminar.

© Publicado el jueves 08/12/2016 Por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


En 2011, ACUMAR  llamó a licitación para implementar una experiencia piloto para evaluar si las técnicas de biorremediación eran aplicables para las aguas de toda la cuenca. El presupuesto era de $ 2.100.000. La adjudicataria fue MDT S.A., que montó una planta en Lomas de Zamora en el Arroyo del Rey, el segundo afluente más contaminado que descarga sus aguas en el Riachuelo. Esta planta, que funcionó siete meses, procesaba 10 mil litros de agua por hora y los devolvía al arroyo, limpios. El oxígeno por litro aumentó de 2 a 7 miligramos, cuando ya desde los 4 miligramos es posible que se desarrolle vida.

"En esta área aparecieron los famosos peces", cuenta Ferrari, que trabajó en el sistema junto a un grupo de ingenieros sanitaristas, químicos, agrónomos y ambientales integrado por Luis Eduardo Pérez Farrás, Miguel Angel Zuccaro, Angel Alberto García, Daniel Adamantino y Jorgelina Gossio, entre otros. "La misma licitación que ganamos contemplaba ampliar el sistema a las desembocaduras de la totalidad de los 9 arroyos. Pero eso nunca ocurrió", cuenta Ferrari.


Pasaron ocho años desde que la Corte sentenció al Gobierno nacional, provincial y de la Ciudad a sanear el Riachuelo. En la audiencia del 30 de noviembre convocada por ese tribunal, se supo que se invirtieron 5.200 millones de dólares, pero sólo se cumplió un 8% de los objetivos. "Hoy la premisa es dejar de contaminar y todavía no llegamos a la etapa de limpiar", había confesado en septiembre, en una entrevista con Clarín, el ex director ejecutivo de ACUMAR, Julio Torti. El funcionario renunció antes de presentarse en la audiencia y hasta ahora es incierto quién lo sucederá.


En la cuenca hay 13.000 establecimientos industriales, 1.397 de los cuales fueron declarados como agentes contaminantes. Según ACUMAR, sólo 412 de estas industrias fueron reconvertidas ambientalmente y hay otras 512 en proceso. "Si vamos a esperar que reconviertan a todas para empezar a limpiar, la gente se va a seguir envenenando -asegura Ferrari-. Nosotros proponemos sanear y controlar a las industrias al mismo tiempo. En tres años y con una inversión total de 300 millones de dólares, podríamos limpiar el agua y aumentar el oxígeno disuelto a entre 5 y 6 miligramos por litro. El río pasaría a ser para Uso IV, es decir, apto para el desarrollo de actividades recreativas pasivas y de vida acuática".


El agua se limpia mediante procesos de aireación, biodegradación enzimática, coagulación de los contaminantes, un primer filtrado, ozonización y un filtrado final por capilaridad. La propuesta de Ferrari es que las propias industrias financien el sistema pagando una tasa por saneamiento, hasta que efectivamente se reconviertan y demuestren que no contaminan. "La tasa sería progresiva, es decir que aumentaría a medida que pase el tiempo si las industrias no se reconvirtieron. En nuestras plantas podríamos detectar en tiempo real cuáles están contaminando", dice Ferrari.

En ACUMAR reconocen que el sistema sirve, pero argumentan que el costo-beneficio de implementarlo no es eficiente, al menos hasta que se logren controlar los vertidos industriales y cloacales. En su momento, Torti le escribió a Ferrari explicando que se tomaron muestras del agua antes de pasar por la planta piloto y más abajo de ésta, y que no observaron variaciones significativas. Porque, según el organismo, si bien el agua salía limpia de la planta, se volvía a contaminar algunos metros más abajo.

"El sistema sí sirve -sostiene Ferrari-. El agua tratada logra que comience el proceso de autodepuración del Riachuelo, porque le llega con oxígeno disuelto que impide la formación de patógenos, y con enzimas y bacterias benéficas que continúan actuando. Además, estas plantas deben implementarse al mismo tiempo que se trabaja para dejar de contaminar".




domingo, 10 de julio de 2016

El saneamiento del Riachuelo continúa estancado… @dealgunamanera...

El saneamiento del Riachuelo continúa estancado…


Se cumple un nuevo aniversario de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ordenó el saneamiento y la recomposición ambiental de la Cuenca Matanza – Riachuelo hace ocho años atrás, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) realiza un balance que permita revisar en qué lugar de este largo y complejo proceso nos encontramos, y cuáles son los desafíos y oportunidades que tenemos por delante.

© Escrito por Andrés Nápoli, Director Ejecutivo FARN, y publicado el jueves 08/07/2016 por Fundación Ambiente y Recursos Naturales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.    


En primer lugar es necesario volver a destacar la vigencia que contiene el fallo el cual  logró situar a la problemática del Matanza – Riachuelo en un lugar de importancia dentro de la agenda pública. Sin embargo, el mismo debe ser analizado principalmente a través de los logros alcanzados y de las acciones tendientes a cumplir con los objetivos trazados en el mismo. 

Es decir:

a) mejorar la calidad de vida de la población,

b) recomponer el ambiente en la cuenca en todos sus componentes (agua, aire y suelos); y

c) prevenir daños con suficiente y razonable grado de predicción.  

Algunas de las metas establecidas lograron resultados favorables, mientras que la mayor parte de las mismas aún continúan pendientes de resolución.

Desde este punto de vista, el año transcurrido ha sido el de mayor estancamiento en lo que hace a la gestión del saneamiento. Por supuesto ello incluye fundamentalmente a la gestión que finalizó su mandato en el mes de diciembre de 2015, pero de la cual no ha logrado escapar la actual administración.


Esta nueva conmemoración cuenta con un aspecto distintivo, ya que es la primera vez que las tres jurisdicciones que conforman la ACUMAR responden a un mismo color político. Ello generó, prima facie, una serie de expectativas vinculadas con la posibilidad de construir acuerdos más urgentes y efectivos, que imprimieran al organismo una dinámica de gestión diferente al amesetamiento en su accionar, y mantenido durante los últimos años. Sin embargo, los primeros meses de la gestión demuestran que las nuevas autoridades no han logrado cambiar esta tendencia. Esto quedó claramente evidenciado en las múltiples dificultades que impidieron la plena integración de la mesa directiva del organismo, exponiendo  el grado de complejidad que existe para poder llevar adelante acciones coordinadas entre diferentes jurisdicciones, aun cuando los funcionarios provienen de un mismo espacio  político.

Ahora bien, tampoco podemos ignorar que la nueva administración ha heredado un organismo de cuenca con importantes déficits de funcionamiento. Además de serias dificultades para cumplir con los objetivos establecidos por la sentencia  y con una pérdida de iniciativa y liderazgo, en lo que hace a las acciones y propuestas de saneamiento y recomposición ambiental de la cuenca que urge recuperar.


La población de la cuenca, como de las organizaciones y actores vinculados a la presente problemática, hoy renueva su reclamo: poner en marcha, en lo inmediato, un nuevo Plan de Saneamiento Integral (PISA) adecuado a las condiciones y necesidades del complejo territorio que integra la cuenca, y con acciones consistentes que permitan su efectiva implementación.

De igual forma, resulta necesario e impostergable que la ACUMAR inicie de manera urgente una serie de acciones, entre las que se destacan:

Establecimiento de un régimen de control de vertidos de líquidos industriales, y la urgente modificación de la legislación que lo rige.

Generación de un sistema unificado para la habilitación de industrias, principalmente aquellas con más alto índice de complejidad ambiental y las situadas en zonas de riesgo.

Implementación de un plan para la erradicación de basurales ilegales de la cuenca, estableciendo las responsabilidades que corresponden a cada uno de los municipios en los cuales se encuentran situados; como así también la remediación de los pasivos ambientales existentes.

Plan integral para la gestión de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), con acciones específicas para las etapas de generación, disposición inicial, recolección domiciliaria y diferenciada, transporte y disposición final de residuos,  tomando especialmente en cuenta las recomendaciones efectuadas por el Cuerpo Colegiado.

Elaboración de un estudio integral de riesgo para el Polo Petroquímico de Dock Sud que prevea su relocalización.

Avanzar en la definitiva relocalización de familias que habitan la sirga del Riachuelo, plan que se encuentra fuertemente rezagado.


Todas estas acciones deberán implementarse a través de un sistema de ordenamiento ambiental del territorio, que establezca los objetivos de largo plazo con un sentido estratégico y que permitan articular y potenciar los esfuerzos de los numerosos actores que conforman el tejido social de la cuenca.

Tal como lo planteamos en el inicio de la nota, el balance de este nuevo aniversario del fallo cierra con un saldo claramente negativo en materia de acciones tendientes a recuperar el Matanza – Riachuelo y en donde las nuevas autoridades no han logrado, hasta el presente, establecer estrategias y acciones tendientes a romper la inercia de inacción y pérdida de liderazgo que ha caracterizado el accionar del ACUMAR.

Sin embargo, la presentación del nuevo PISA constituye una gran oportunidad para que este organismo, y las jurisdicciones que la integran, retomen la iniciativa y  establezcan un rumbo estratégico en dirección a fundar las bases de una política de Estado que impulse el saneamiento y la recomposición ambiental de la cuenca más degradada de la Argentina.